Uno de los dromedarios que trajo Francisco "Paco" Medina a Mar del Plata frente a Playa Bristol. Año 1913. Imagen extraida del Diario La Nación. |
Enero
de 1913. La Argentina del primer Centenario se muestra como una potencia
pujante con élites dirigentes que disfrutan las mieles de un régimen que está a
punto de expirar. Transcurría el epílogo de la Belle Époque europea y Mar del
Plata todavía era una fiesta solo reservada para una clase pudiente que había
elegido un nuevo destino de vacaciones más allá de las quintas de San Isidro.
Encandilados por el brillo de una sociedad endogámica que hacía gala de sus
excentricidades, comerciantes de todo el mundo arribaban al antiguo Cabo
Corrientes buscando reconocimiento y fortuna.
Francisco "Paco" Medina tenía 37 años cuando llegó a la Argentina desde Palmas de Gran Canaria. Imagen extraida del Diario La Nación. |
Así
fue como llegó al partido de General Pueyrredón el inmigrante español Francisco
Medina. Tenía 37 años y había dejado en Las Palmas de Gran Canaria a dos hijas
menores al cuidado de sus hermanos, y a una mujer en el cementerio. Su temprana
viudez y una idea genial lo impulsaron a cruzar el Atlántico y viajar casi diez
mil kilómetros al sur, para rehacer su vida y traer a una de sus hijas una vez
que hallara el éxito. Paco Medina llegó a Mar del Plata a mediados de 1912 sin
otra compañía que la de una carga muy particular: una docena de dromedarios de una
sola joroba.
Cabe señalar que el número de jorobas que tiene un camello y un dromedario es la principal diferencia entre estos dos camélidos. Los dromedarios tienen una única joroba mientras que los camellos tienen dos. Francisco los había importado de Marruecos vía Canarias para comenzar una prueba piloto en el sudeste bonaerense. Perseguía un fin revolucionario, el joven Medina. Por algo solía presentarse como "innovador".
Cabe señalar que el número de jorobas que tiene un camello y un dromedario es la principal diferencia entre estos dos camélidos. Los dromedarios tienen una única joroba mientras que los camellos tienen dos. Francisco los había importado de Marruecos vía Canarias para comenzar una prueba piloto en el sudeste bonaerense. Perseguía un fin revolucionario, el joven Medina. Por algo solía presentarse como "innovador".
Postal de Carapacheras dromedarios Jordao Da Luz Perestrello circa 1900-1905. Las Palmas de Gran Canaria. |
Arando con dromedarios en isla Gran Canaria. Archivo fotográfico
Jaime O'Shanahan. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Biblioteca.
Memoria Digital de Canarias
|
El dromedario canario en sus labores de campo. Imagen extraida de la Revista Pellagofio. Islas Canarias |
Un campesino ara la tierra, en el Sur de Tenerife (principios del siglo XX).- Foto cedida por la FEDAC.- Autor desconocido. Imagen gentileza Agustín M. Gonzalez. Santa Cruz de Tenerife |
Paco
Medina llegó a Mar del Plata a mediados de 1912 con ideas
"innovadoras" Su propósito era cambiar de raíz la producción del
campo argentino, empezando por la agricultura de las afueras marplatenses. El
emprendedor canario, ávido conocedor de las virtudes de los dromedarios por
haber crecido en una isla frente al continente africano, pretendía reemplazar
al caballo por el dromedario en las tareas rurales y lograr un boom productivo
nunca antes visto. Los había traído para que trabajaran en su quinta, allí
donde ahora se levanta el Hotel Provincial.
Un hallazgo histórico
Hace
unos años, Mirta y su hermana María Magdalena Álvarez Medina hallaron un cajón
lleno de papeles, entre los que se encontraban el carné de identidad del abuelo
Paco y una serie de fotografías inéditas que tienen más de cien años. En el
documento, el abuelo fijaba como residencia el epicentro de la alta sociedad
marplatense: General Paz y Playa Bristol. Profesión: comerciante.
Dromedarios en Playa Bristol, año 1913 |
Dromedarios en Playa Bristol, año 1913. Detrás el Club Mar del Plata. Enviada por Néstor Sagasti a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Dromedarios en Playa Bristol, año 1913. Detrás el Club Mar del Plata. Enviada por Néstor Sagasti a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Sus
nietas tenían presentes algunas anécdotas del abuelo canario que se
había dedicado a la hotelería, pero las fotos les recordaron viejos
relatos de la infancia. Dromedarios ,
jinetes y cuidadores posaban en la playa. Estaban sobre la orilla del
mar. Detrás podían verse algunos edificios emblemáticos como el Club Mar
del Plata. Mirta Álvarez Medina, la nieta del hombre, cuenta al Diario
La Nación que debió reinventarse una y otra vez hasta que se convirtió
en un empresario exitoso:
"Pero los dromedarios no se adaptaron al trabajo en
el campo y entonces tuvo que ponerse a pensar qué hacer con ellos",
Mirta
y María Magdalena decidieron donar el material completo al Museo Histórico
Municipal Roberto Barili de Mar del Plata para preservar la memoria del abuelo
Paco y tejer la historia de sus emprendimientos innovadores.
Cree en Dios, pero amarra tus dromedarios
La
adaptación del dromedario al trabajo del campo argentino fue un fracaso
total, aun cuando en la teoría parecía tener cierta lógica; incluso contaba con
el visto bueno del Ministerio de Agricultura del gobierno de Roque Sáenz Peña,
quien hacía pocos meses había entrado en la historia por impulsar la reforma
electoral con la ley del sufragio secreto y obligatorio.
Postal de paseos con dromedarios en la playa, frente a la Rambla Bristol. Enviada por Lola Concepción Grienti para Fotos de Familia del Diario La Capital |
Postal Rambla La Perla. Se observa personas en dromedario. Imagen enviada por Carlos Alberto de Ada a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Se
suponía que los dromedarios podrían aventajar a los caballos en las tareas de
carga y a los bueyes criollos como animales de tracción. Los cálculos no era
errados. Un dromedario puede cargar casi media tonelada y su potencia equivale
a la de dos bueyes juntos; además, vive un promedio de 40 años, diez años más
que un caballo y el doble que un buey. Y, sobre todo, se descontaba que su
adaptación a la geografía nacional sería positiva ya que, en tiempos
precolombinos, animales sudamericanos originarios como la llama, la vicuña, la
alpaca y el guanaco también son parte de la gran familia de los camélidos.
Sin
embargo, la rusticidad de su andar no despertaba la simpatía de los jinetes
criollos que intentaron montarlos, y el mal genio de los animales a la hora de
tirar un arado hicieron que la idea de emplearlo en el campo fuera abandonada
rápidamente.¿Qué hacer ahora con los dromedarios?, se preguntaba Francisco Medina.
Turf playero
El
19 de enero de 1913 fue unos de los días más importantes en los casi cuarenta
años de historia de la joven Mar del Plata, tras su fundación a cargo de
Patricio Peralta Ramos. Aquél domingo de verano se preveía inaugurar la Rambla
Bristol, el extraordinario paseo costero construido gracias al impulso de los
selectos miembros del Club Mar del Plata.
El
balneario estaba en plena ebullición. Se comenzaba a construir el puerto de
ultramar, faltaba poco para inaugurar el primer muelle y la ciudad estaba
tapizada con edificios de estilo clásico academicista inspirados en la Europa decimonónica.
Aquél domingo de enero se iban a congregar los exponentes más influyentes de la
época. A los carruajes se les sumarían los primeros automóviles en serie y una
multitud que llegaría en tren desde Buenos Aires (durante el verano de 1913
arribaron 32.573 pasajeros desde Constitución, de acuerdo con la investigación
de Santos Suárez Menéndez en "Historia de Mar del Plata").
Pileta Giacaglia y Zárate. Se puede ver de fondo los paseos en dromedario. Imagen enviada por Enrique Mario Palacio a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Pileta Giacaglia y Zárate. Se puede ver de fondo los dromedario. Imagen extraida del sitio Histarmar. |
Y
entre tantas personalidades, la recorrida por las obras de la Rambla Bristol
sería presidida por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Don Ezequiel
de la Serna, que moriría el 15 de marzo, solo dos meses después del evento. Francisco
Medina sabía que ese día tenía que ser protagonista y rápidamente pensó que era
el momento justo para anunciarles a los afamados visitantes que podían contar
con una nueva atracción. La idea era tan genial y alocada como la anterior.
Ahora los veraneantes podrían recorrer largas distancias y pasear con sus hijos
en dromedario por la playa, igual que en las costas del caribe africano.
Para
eso, primero debía solicitar el permiso con el que realizar los paseos y, una
vez obtenido el visto bueno, realizar un evento que impactara positivamente en
la promoción de su nuevo emprendimiento. Por entonces mujeres y varones
visitaban la playa completamente vestidos, y quienes osaban mojarse era
considerados temerarios. La costumbre de darse un baño de sol vendría dos años
después, para el verano de 1915. De manera que un paseo en dromedario por las
playas marplatenses era una idea genial que ningún turista de élite podía
perderse.
Carrera de dromedarios en Playa Bristol con sus jinetes vestidos de beduinos. Año 1913. . Imagen extraida del Diario La Nación. |
Cuando
obtuvo el permiso, Paco organizó una carrera de dromedarios en la playa el mismo
día en el que se inauguró la Rambla Bristol. Su jinetes se presentaron vestidos
de beduinos con turbantes y sus caras pintadas de negro para agregarle mayor
impacto al espectáculo. Incluso se cree que hubo quienes levantaron apuestas a
orillas del mar. La carrera fue un éxito y los diarios locales la retrataron
como uno de los acontecimientos más divertidos que sucedieron durante la
inauguración de la Rambla Bristol.
El
jinete ganador, Josué Quesada, obtuvo una medalla de oro y la entrada
definitiva a la fama literaria entre los círculos femeninos de la época con la
publicación de una veintena de novelas semanales, siendo quizá "La
costurerita que dio el mal paso" de 1919 su mayor exponente.
Reinventarse, una y otra vez
Durante
ese primer verano, el negocio de los paseos por la playa a bordo de dromedarios
resultó redituable; pero a Paco Medina no le renovaron el permiso para seguir
haciéndolo en la Bristol por considerar que la actividad resultaba
antihigiénica. Los dromedarios hacían sus necesidades en el mismo lugar donde las
personas y sus familias reposaban y a esto se sumaba un olor muy fuerte durante
los días de calor.
Año 1917. Tradicional paseo de la época a lomo de dromedario en inmediaciones Playa de los Ingleses. Imagen gentileza Prof. Julian Mendozzi para Fotos de Familia Diario la capital |
Dromedario en un alto de sus operaciones. Foto colección privada Sr. Eduardo Arduino.Imagen extraida del sitio Histarmar. Gentileza Julian Mendozzi parea Fotos de Familia Diario La Capital |
Los paseos en dromedario por la playa fueron un éxito durante una sola temporada. . Imagen extraida del Diario La Nación. |
Además, mientras Paco mudaba su emprendimiento hacia las playas del sur, los dromedarios no solo no se reproducían, sino que se iban muriendo. Y a esto se sumaba el temperamento de los animales, al punto que debían pasear con bozal ya que solían morder violentamente a turistas y camelleros desprevenidos. Rememora Mirta Álvarez Medina
"Mi abuela siempre contaba que una vez un
dromedario le arrancó a un cuidador que lo había maltratado, los cuatro dedos de
una mano, de un solo tarascón",.
Así
fue como Paco Medina debió diversificar su negocio una vez más. Con el dinero
que había logrado ahorrar y la venta de algunos dromedarios, puso un Tambo Modelo
y canchas de tenis en el Paseo General Paz, que inauguró en 1921. Por entonces
Paco ya era un personaje conocido en la sociedad marplatense y el negocio no
tardó en prosperar.
Señoritas
y señoritos de la época debían sacar turno para jugar tenis, haciéndolo
completamente vestidos de blanco y, una vez terminado el partido, solían
reunirse a beber leche fresca al pie de la vaca. Se cree que también de aquí
nace la expresión "gil de lechería". El negocio fue tan redituable
que se sostuvo hasta 1935 y le permitió a Medina convertirse en un empresario
hotelero exitoso, primero con el Hotel Pueyrredón de Alberti y Tucumán, y luego
con el Metropol, ubicado en la calle Falucho 2056.
La última atracción del golf
Francisco
Medina murió en Mar del Plata en 1947, a los 72 años. En su expresión podía
notarse la alegría de haber podido formar una nueva familia con la que crió a
su hija Matilde Dora Medina, y con la satisfacción de haber repatriado a su
otra hija, fruto de su primer matrimonio, María Antonia Medina, que lo esperó
en las Islas Canarias hasta los 18 años.
Quienes
lo conocieron dicen que Paco era muy amigo de sus amigos, un emprendedor que
disfrutaba la buena vida y un fanático del dulce de batata, aun cuando sus
últimos años padeció diabetes. Su piel de canario curtida por el sol del
Atlántico le otorgaba un aspecto bon vivant que solía resaltar con sus trajes
blancos. Jamás bebía alcohol y, salvo el de relacionarse con mujeres de la alta
sociedad, no se le conocieron otros vicios.
El dromedario dentro de un bunker del Golf Club Mar del Plata junto a su cuidador Francisco Medina y su cuidador, descargando arena que habían traído de Playa Grande. |
Los dromedarios de Francisco Medina transportando arena. Imagen gentileza Miguel Adalberto Jakubiec |
Los dromedarios de Francisco Medina transportando arena. Imagen gentileza Miguel Adalberto Jakubiec |
Sobre
el final de los dromedarios, poco se sabe. Salvo el destino de aquél dromedario
justiciero que le arrebató cuatro dedos de un tarascón a su cuidador. Cuentan
que terminó sus días arrastrando carretillas de arena de un link a otro en el
Golf Club de Mar del Plata y que cuando murió fue enterrado sin mucha ceremonia
en una de sus lomadas. El amigo Julio Lago relata que Juan Castañon, (abuelo del Sr. Mario Castañon) era el
encargado de conducir los dromedarios y le contó que uno de esos fue enterrado
en la Plaza Colon.
Fuentes:
Diario
La Nación. // "El millonario español que llenó Mar del Plata de camellos y dilapidó
su fortuna". Crédito:
Gentileza Familia Álvarez Medina
Roberto
T.Barili – Archivo Histórico de la Provincia. Año 1962
Fotos de Familia Diario La Capital
http://toponimograncanaria.blogspot.com/2013/07/carapacheras-las-agaete-y-aldea-de-san.html
https://ocio.laprovincia.es/planes/noticias/nws-708812-la-historia-camello-canario.html
http://www.diariodeavisos.com/2013/03/caso-exportacion-camellos-canarios-australia-en-1840/
http://toponimograncanaria.blogspot.com/2013/07/carapacheras-las-agaete-y-aldea-de-san.html
https://ocio.laprovincia.es/planes/noticias/nws-708812-la-historia-camello-canario.html
http://www.diariodeavisos.com/2013/03/caso-exportacion-camellos-canarios-australia-en-1840/