Buenos Aires y Moreno 1915 |
Los paisajes marítimos y la topografía de la ciudad presentaron un territorio ideal para el impulso de esta corriente arquitectónica. Más aún dentro de las posibilidades “latinas”, donde el estilo californiano permitía un amplio espectro de combinatorias desde un repertorio formal amplio y flexible. Dos escalas de vivienda resultan imprescindibles para la comprensión del tejido pintoresquista marplatense; las villas como patrimonio monumental y los chalets como su contrapartida más modesta. Mar del Plata resultó uno de los ejes nacionales primigenios y
fundamentales para el desarrollo pintoresquista. (Ver tambien en este
Blog: CHALETS MARPLATENSES).
En el periodo 1880-1930, la presencia del pintoresquismo se articula con el comienzo del territorio marplatense como villa balnearia de los grupos dirigentes (11), especialmente desde la llegada del ferrocarril en 1886 y la emergencia de las nuevas prácticas sociales del ocio en relación con el mar. Así, las primeras residencias veraniegas pintoresquistas se edificaban como expresión de los valores de prestigio de sus comitentes. Para ello, el amplio repertorio estilístico permitía la individualidad y caracterización de cada propietario.
En este sentido, las villas compusieron el primigenio paisaje pintoresquista monumental, desde una ideación disciplinar y culta – lo que implicaba la participación de arquitectos e ingenieros mayoritariamente extranjeros – para una clase social de alto poder económico y político. En 1920 se comienza paulatinamente el inicio de la democratización balnearia y el afianzamiento de la población estable. Así, se gesta una ciudad balnearia que promueve un equilibrio entre los intereses elitistas y los requerimientos de sectores sociales más amplios.
Chalet Polledo (1907), tambien en Av. Boulevard y Sarmiento (hoy Hermitage Hotel) |
En este sentido, las villas compusieron el primigenio paisaje pintoresquista monumental, desde una ideación disciplinar y culta – lo que implicaba la participación de arquitectos e ingenieros mayoritariamente extranjeros – para una clase social de alto poder económico y político. En 1920 se comienza paulatinamente el inicio de la democratización balnearia y el afianzamiento de la población estable. Así, se gesta una ciudad balnearia que promueve un equilibrio entre los intereses elitistas y los requerimientos de sectores sociales más amplios.
Villa Regina de Alula Baldassarini 1927 A. del Valle 3899 |
En el periodo 1930-1950 la ciudad balnearia se consolida y el turismo masivo comienza a hacer su aparición. De esta manera, la construcción de villas de acuerdo a las nuevas formas de vacacionar y habitar la ciudad estable no resultaba acorde a los cambios sucedidos. La crisis económica del ´30 no permitía a la burguesía nacional involucrar grandes capitales en las viviendas de veraneo y las nuevas burguesías devenidas del proceso inmigratorio requerían una nueva escala habitacional. La ciudad necesitó conjugar las villas monumentales antes mencionadas con los chalets de producción social disciplinar y culta junto a versiones no disciplinares – lo que implicó la participación de constructores e idóneos locales – para una nueva clase social media (Villa Ortiz Basualdo).
El paisaje pintoresquista monumental se enlazaba con un panorama más modesto que comenzaba a generar conjuntos urbanos con cierta homogeneidad por fuera del centro de la ciudad. Desde la inauguración de la Ruta 2 en 1938, que conectaba a la ciudad con la capital nacional, esta transformación se afianzó cerca de 1950. Así, el turismo masivo fomentado por las políticas nacionales junto a una población estable al servicio del balneario y la ciudad, promovieron la diseminación de un tejido híbrido con predominancia de pequeños chalets pintoresquistas pertenecientes a los grupos sociales medios.
De la monumentalidad de las villas pintorescas iniciales a la vera del mar, se pasaba a la multiplicidad de chalets modestos que traducían sus símbolos y materialidades por toda la cuadrícula urbana. Estos chalets “estilo Mar del Plata” constituían bienes de uso y de cambio en función del habitante estable y del alquiler turístico veraniego, caracterizados por sus “...dimensiones moderadas, con partes de piedra y partes de revoque blanqueado, techado con tejas coloniales y un pequeño jardín al frente…” y por el uso de la piedra “Mar del Plata” en sus revestimientos exteriores.
De esta manera, las traducciones acontecidas entre el patrimonio monumental y modesto, entendidas como prácticas constructivas y activas que recrean elementos del original y conforman una nueva creación, se presentaron en un triple sentido helicoidal: del pintoresquismo europeo al nacional, del nacional al local y finalmente, entre los bienes locales. Así, los chalets “estilo Mar del Plata” constituyeron una respuesta a la ciudad turística y a la ciudad estable de mediados del siglo XX, extendiéndose a otros centros veraniegos como las Sierras de Córdoba y siendo posible encontrarlos aislados o en grupos a lo largo de todo el país.
Villa Silvina (Quintana 1949), en manos privadas, puede apreciarse desde la vereda. La residencia de estilo pintoresquita francés perteneció a los escritores Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares. |
Chalet Ezequiel Paz- Tucumán y Brown - Jean de Saint Maurice - Arquitecto. (1925 -1955 ) |
Cine Opera 1940 - Fredy Caporal |
Chalet Diaz de Vivar de Alula 1930 Mendoza 2158 |
Chalet Malaver de Baldassarini 1929 BMPPRamos Moreno y Belgrano |
Maison Ezcurra Santa Fe y Bolivar |
Villa María - Arq. Jaquest Dunant - Año 1906 - Bolivar y Corrientes |
ESTILO MAR DEL PLATA
El Estilo Mar del Plata, también llamado "marplatense", es un estilo arquitectónico utilizado principalmente en los chalets desarrollados entre las décadas de 1930 y 1950 en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. La producción de estas viviendas se extendió también a las ciudades vecinas de Necochea y Miramar.
Auro Tiribelli - Estilo MDP |
Auro Tiribelli - Estilo MDP |
Auro Tiribelli - Estilo MDP |
El estilo se caracteriza por los siguientes materiales y tecnologías aplicadas: frentes con piedras cuarcitas trabajadas a lo "Baldassarini" (técnica de bastón roto), techos a dos aguas con tejas principalmente españolas, revoques blanqueados texturados y el uso de la madera hachada en diferentes sectores. En la composición yuxtapuesta de volúmenes, se destaca el porche y las chimeneas, a veces sólo decorativas.
El frente de piedra de cuarcita, abundante en la zona, está tan íntimamente asociado al estilo que en Argentina este mineral es conocido popularmente como "Piedra Mar del Plata". El estilo ha sido objeto de algunas críticas, especialmente relacionadas con el número excesivo de ambientes y subdivisiones en relación con la superficie disponible.
Fuentes:
"Patrimonio Modesto en Movimiento" - Diálogos urbanos entre historia social y arquitectura - Lorena Marina Sánchez y Mariana Fernández Olivera