jueves, 15 de junio de 2017

CACIQUES DE LA REGIÓN: LOS CATRIEL



CACIQUE JUAN MANUEL CATRIEL

El cacique Juan Manuel Catriel fue el cacique principal de la nación pampa, caracterizado por su amistad y aprecio hacia los hermanos criollos. En muchas oportunidades la tribu de Juan Catriel colaboro con las autoridades para evitar el pillaje de los aucas chilenos y de grupos cristianos alzados y renegados que inundaban la campaña argentina. Este cacique vivió en sus tierras conjuntamente con los cristianos, hasta que falleció en un combate librado contra indígenas maloqueadores, luchando junto al coronel Barros y al cacique Quentrel. 
El cacique Catriel fue colaborador y auxiliar en la expedición de Rosas al desierto en el año 1833 y junto con él colaboraron los caciques Fracamá, Reilet, Venancio Cayupán, Llanquelén, Chacul y otros más. Años antes, en 1827, había colaborado con el coronel en Rauch, secundado por el cacique Negro y sus tehuelches.

Juan Catriel el viejo (1770-1848).
Genealogía de los Catriel

Grupo de tehuelches. Dibujo de 1832 realizado durante el viaje de Jules Dumont d'Urville.

Podemos decir que el Gran Cacique Juan Catriel, colaboró con Juan Manuel de Rosas, hasta su caída del gobierno en 1852. Fue muy amigo también de los caciques Cachul y Lucio que tenían sus tribus en las costas del arroyo Tapalquén, al noroeste de la población del Azul. A su muerte le sucedió en el mando de su tribu su hijo Cipriano. Los indígenas conocidos posteriormente como catrieleros, viven en nuestros días en pequeñas propiedades que mantiene cerca de la localidad de Los Toldos en la provincia de Buenos Aires.
 

 
Juan Manuel Catriel (o Juan Segundo Catriel), el padre de Cipriano y Juan José. Archivo General de la Nación. Dpto. Documentos. Fotográficos. Inventario 303581


Dice Rodolfo Casamiquela en la nota ¿A qué llamamos mapuches? (1985) Revista Cultura, Hombre, Sociedad (CUHSO) de la Universidad Católica de Temuco, Vol. 2, N°1, 1985:

Era tehuelche septentrional puro José María Yanquetruz, a pesar de su nombre araucano. Lo era Catriel el Viejo, a pesar de lo mismo; lo eran Chokori y Shaihueque (padre e hijo), aquél sableado por Rosas, éste, señor de Las Manzanas (sur del Neuquén) en tiempos de Moreno y Musters. Todos estos ejemplos para que se entienda que la araucanización más que un traslado masivo de tribus, de hombres, fue un proceso, una especie de oleada, la que por su índole, esencialmente cultural, y por el hecho de transitar por encima de pueblos intermedios, es denominada por algunos antropólogos "transculturación". Así la mayoría de los indígenas del ámbito extraandino oriental, según he dicho, para mediados del siglo pasado (o mejor, antes de la Conquista del Desierto, que comenzó poco antes del 80) eran de abolengo local, aculturados o transculturados. Con creciente sangre araucana, sin duda, y hablantes de esa lengua (aunque en parte bilingües), y alternando el "quillango" de pieles -tehuelche- por el poncho tejido -araucano- pero conservando -e imponiendo- el toldo y la boleadora locales...”

CACIQUE CIPRIANO CATRIEL

Cipriano Catriel (1837 - 1874) fue un cacique principal de la dinastía de los Catriel, hijo del cacique Juan "el joven" Catriel. Mantuvo leales y respetuosas relaciones de paz con los criollos argentinos. Al frente de sus guerreros pampas, colaboró con el Ejército Argentino para imponer el orden en la campaña de la Provincia de Buenos Aires. La ciudad de Catriel, en la provincia de Río Negro lleva este nombre en su honor.


Cipriano Catriel con el traje militar que le había otorgado el entonces presidente Domingo Sarmiento.

Inicios de su cacicazgo

Cipriano Catriel asumió el mando de su tribu en 1866, por la muerte de su padre Juan "el joven" Catriel. Desde el año siguiente colaboró en la defensa de la frontera frente a otras tribus hostiles a las autoridades de Argentina. El 9 de octubre de 1870, el coronel Francisco de Elías, comandante de la frontera del Azul, firmó en representación del gobierno nacional un tratado de paz con Cipriano Catriel, para poner fin a las represalias que llevaban a cabo los indígenas contra los malos tratos de que eran objeto por parte de la fuerza militar. 

Cacique Cipriano Catriel

El coronel Elías no era bien visto por los indios a causa de las matanzas que había llevado a cabo sobre los mismos y debido a que ganaba dinero retrasando o robando los sueldos y raciones que debía entregarse a estos guerreros por los servicios que prestaban como caballería auxiliar del Ejército Argentino. En mayo de 1871 los caciques Manuel Grande, Chipitruz y Cafulcir, se vieron obligados a sublevarse contra el despótico Elías. Esos caciques obedecían a Cipriano Catriel, por cuanto eran tribus que integraban el Ulmen Pampa.

Tribus indígenas dominan todo el territorio fuera de la línea de frontera avanzada hasta en ese momento. El plano es obra del sargento mayor ingeniero Jordán Wysocki, 1877.AGN. Dpto. Documentos Fotográficos. Inventario 299937


Batalla de San Carlos de Bolívar

En diciembre de 1873, Cipriano Catriel participó con sus lanceros, en la batalla de San Carlos de Bolívar, junto a las tropas regulares del General Rivas, que vencieron al cacique Calfucurá.

La revolución de 1874 y la muerte de Catriel

En noviembre de 1874, Cipriano Catriel se encontraba acampado con su tribu cerca de Azul, cuando sucedió el levantamiento armado de Bartolomé Mitre, sublevado contra el gobierno de Nicolás Avellaneda. Catriel fue inducido por el General Rivas, segundo de Mitre, para incorporarse a sus fuerzas, lo que fue aceptado por el cacique. Esta decisión provocó una enemistad con su hermano Juan José Catriel, y parte de los guerreros, que lo consideraron un traidor, originando su separación. Cipriano Catriel no llegó a sumarse a las fuerzas de Mitre, ya que fue perseguido por tropas gubernamentales al mando del comandante Hilario Lagos (hijo). Fue apresado y remitido prisionero a Olavarría. 
 
Cacique Cipriano Catriel
 


A continuación podemos ver una carta enviada por Cipriano Catriel al Ministro de Guerra Martin de Gainza en el año 1870. En la trascripción de la carta de Cipriano Catriel al Ministro de Guerra Martín de Gainza dice lo siguiente:

Exmo Señor Ministro de la Guerra
Coronel Don Martín de Gainza

Señor de mi respeto y aprecio
He tenido la honra como también el placer de recibir la atenta carta de V.E. de fecha de 23 de septiembre por la que veo con transportes de (..) que V.E. comprende y estima en su justo valor el noble pensamiento que abrigo de mejorar la condición de los indios y hacerles conocer la necesidad del trabajo y el respeto a la propiedad.

Todavía Señor Ministro no he llevado la misión que me he impuesto, la he principiado recién, sus resultados serán más dignos de la justa apreciación de V.E. que lo hecho hasta aquí.

Tanta es mi gratitud por el obsequio que V.E. se digna hacerme enviándome un carruaje para mi uso, que me creo ya no ser indio. Sírvase pues V.E. aceptar mi respeto y aprecio personal como también transmitir mi adhesión al Señor Presidente a cuyo Gobierno cabrá la gloria de realizar la regeneración de los indios.

Lanceros del Cacique Linares, en el Chichimel, a quien se distingue sentado entre dos oficiales del ejército. Este cacique colaboró con la expedición militar, combatiendo junto a los caciques Coliqueo y Cripriano Catriel, al mando del General Ignacio Rivas en la Batalla de San Carlos en 1872, donde derrotaron al Cacique de Salinas Grandes, Cafulcurá. Archivo General de la Nación, Documento Fotográfico. Inventario 146912.
Carta del cacique mayor de los pampas Cipriano Catriel al ministro de Guerra Martin de Gainza, c. 1870.
Documentos escritos.Fondo Museo Histórico Nacional. Sala VII legajo 62.
Juliana Román, una de las últimas sobrevivientes de la tribu de Cipriano Catriel (fotografía de 1934)
Los cuerpos de Catriel y Avendaño fueron inhumados cerca del lugar de ejecución, donde hoy se levanta el edificio municipal del pueblo citado, según unos, o en la calle que separa a este de la plaza, según otros, o sea unos pocos metros más lejos". (Revista Caras y Caretas, marzo de 1909)

Pero a pedido de su hermano Juan José Catriel, el 24 de noviembre fue liberado, quedando a su merced. Éste lo juzgó como traidor y aprovechó la oportunidad para hacerlo lancear, atado con guascas de cuero crudo en las muñecas. Junto con él también fue muerto el Coronel Santiago Climaco Avendaño. Avendaño era Intendente General de Indios, puesto que le había asignado el Presidente Domingo Faustino Sarmiento en su oportunidad por su dominio del idioma pampa. El 26 de noviembre de 1874 se produjo la batalla de La Verde donde Mitre fue derrotado por fuerzas nacionales al mando del Teniente Coronel José Inocencio Arias.

 
Casa del Cacique Cipriano Catriel en Azul. Provincia de Bs.As.- Año 1984. Gentileza de Luis Alposta del blog Mosaicos Porteños

Parte de los restos del cacique Cipriano Catriel fueron adquiridos por el perito Francisco Perito Moreno quien poseía su cráneo y se había apropiado también de su poncho. En una carta dirigida a su padre, Moreno le cuenta que tiene la cabeza de Catriel, diciendo:

   “…no quiero separarme de esa joya, la que me es bastante envidiada.”

    Francisco P. Moreno

CACIQUE JUAN JOSE CATRIEL

Nació hacia 1838 en el campo de Nievas, distante unos 15 km de aquella población, muy cercana a la actual ciudad de Olavarría y a 300 km. de la ciudad de Mar del Plata. Juan José Catriel, cacique pampa del Azul, nació hacia 1838 en el campo de Nievas, distante unos 15 km de aquella población. Segundo hijo del cacique Juan Catriel, a la muerte de su padre en 1866, no asumió el cacicazgo, sino que lo hizo su hermano menor Cipriano, quién poseía mayores dotes militares y diplomáticas. 

Juan Jose Catriel. Imagen gentileza de Revisionistas.com

Según tradición familiar se rehusó a asumir el mando por no estar de acuerdo con los tratados de paz firmados por su padre con el gobierno nacional.  Alejado de los resortes del poder dentro de la tribu, se dedicó a la cría de ganado al pié del “Cerro Negro” (cerca de Olavaria).

Juan José Catriel solicita su liberación y la de su familia de Martín García. AGA, caja 15287

Con el paso de los años, una serie de desgraciadas circunstancias trocaron su carácter y su suerte.  La disconformidad con muchos años de gobierno de su hermano Cipriano –propenso por carácter y principios a mantener buenas relaciones con los jefes de frontera y gozar de las ventajas de la vida civilizada- lo indispusieron anímicamente contra él.

Tolderías del Cacique Catriel en Azul, Pcia. de buenos Aires. (Colección Witcomb, AGN). Benito Panunzi

En este sentido, Juan José siempre manifestó otro temperamento y otras opciones de vida: menos inteligente que su hermano, más independiente y frontal, menos negociador, contrario a todo acercamiento y componendas con los cristianos, por quienes sentía profunda aversión, siempre prefirió la vida del desierto, en toldo y campo raso, manteniendo inalterables las costumbres que le venían de origen y raza.


General Ignacio Rivas

A estas disposiciones anímicas, se unió la turbulencia de la Revolución Mitrista, en septiembre de 1874, a la cual se plegó –para propia desgracia- su hermano Cipriano, aconsejado en esto por su amigo el general Ignacio Rivas.  Derrotadas por el ejército nacional las tropas adictas a Mitre –en la “Verde”, en noviembre de ese mismo año- la suerte de los hermanos quedó sellada.  Cipriano murió degollado en Olavaria, junto con su secretario, Santiago Avendaño; mientras que Juan José, partícipe activo con su gente en el crimen, fue reconocido por el gobierno como nuevo cacique de los catrieles, contando con el apoyo de los coroneles Hilario Lagos y Julio Campos por entonces al mando de las tropas que perseguían a los mitristas. Su suerte estaba echada. Lanceado en el acto, sólo alcanzó a escupir la cara de su hermano Juan José, gritándole: ¡Cochino!. Éste remató la escena decapitándolo de un saque.

Por algún tiempo, Juan José se estableció en el campamento de Blanca Grande, ahora al mando del coronel Nicolás Levalle, colaborando con sus indios en la vigilancia y defensa de la frontera, conservando la tribu los fértiles campos de Nievas. La resolución del gobierno de adelantar paulatinamente la frontera, hasta llevarla a las márgenes del Río Negro, trajo consigo la necesidad de reubicar la indiada de Juan José, en una zona más propicia para tales fines, contando para ello con su sometimiento y fidelidad como hasta esos momentos.  Pero los planes del astuto cacique eran otros.
 
Mapa de los cacicazgos. Se puede ver la ubicación de Catriel.Gentileza del rojiverde.com. Diario de los Pueblos Indigenas

En principio aceptó el ofrecimiento del ministro Adolfo Alsina, formulado en agosto de 1875, de trasladarse a las inmediaciones del Fortín Aklecoa para conformar una especie de “colonia pastoril”, cuyos hombres quedaran afectados a la Guardia Nacional en calidad de “auxiliares” (militarización).  Pero habiendo iniciado tratativas con el cacique salinero Manuel Namuncurá, se plegó con sus fuerzas a la invasión que a fines de diciembre de ese mismo año cayó sorpresivamente sobre Azul y zonas vecinas, conocida como “Malón Grande” por sus efectos devastadores.  De este modo, aprovechó el regreso de los invasores para confundirse con ellos y emigrar juntos, con toda la tribu, a Salinas Grandes, para recobrar la libertad perdida, rompiendo toda relación con el gobierno nacional y con sus antiguos vecinos de frontera.

 
Nota del oficial Diego Lucero al coronel Winter, por el fracaso en la captura del cacique Catriel, c.1878.
Manuel Namuncurá

A principios de 1876 fijó su residencia en “Treyco”, en las cercanías del actual Guantraché (La Pampa), bajo la protección de Namuncurá.  De allí en más, demostró una abierta y desafiante resistencia a la decisión gubernamental de trasladarse a la frontera de Carhué. Asumiendo como conducta habitual el organizar frecuentes invasiones sobre fortines y poblaciones –por cuenta propia o unido a los caciques de Salinas Grandes-, a modo de hostigamiento y obtención de recursos para el sostenimiento de la tribu.


Los hermanos Marcelino y Juan Jose Catriel. Cuadro existente en el Museo Etnográfico y Archivo Histórico Enrique Squirru, Azul, provincia de Bs. As. Archivo General de la Nación. Dpto. Documentos Fotográficos. Inventario 268327
Bajo el rigor de las batidas despachadas desde Carhué y desde Puán, terminó por rendirse, junto con su hermano Marcelino y toda la tribu, el 26 de noviembre de 1878, en Fuerte Argentino ante el comandante Wintter. Al poco tiempo, los hermanos Catriel fueron embarcados con sus familias en el vapor Santa Rosa rumbo a la isla Martín García, quedando allí sujetos a una espantosa epidemia de viruela y a toda clase de privaciones.  Los dos hermanos fueron bautizados en Buenos Aires el 11 de agosto de 1879, en la iglesia del Pilar, junto con otros indígenas enganchados en el ejército.  
 

El 7 de octubre de 1886, Maximino Matoso, autoridad de la isla de Martín García, informaba al Ministerio de Guerra y Marina que Juan José Catriel, su hermano Marcelino y parte de su familia eran liberados y se dirigían hacia la capital tras ocho años de encarcelamiento, siete de ellos en la isla. Había finalizado la Conquista del Desierto y la manumisión era una decisión adoptada por Carlos Pellegrini en respuesta a una carta escrita un mes antes por el propio Juan José Catriel, misiva que en realidad tenía como destinatario al presidente Roca. Radicado junto a su esposa en las inmediaciones de Olavarría, Juan José Catriel moriría en 1910 en el hospital de la ciudad, afectado por un cáncer. (Nocetti, 2011: 45-46).

MARCELINO CATRIEL

De la dinastía de los Catriel, fue un cacique pampa, hijo de Juan "el joven" Catriel y hermano de Cipriano y Juan José. No tuvo la actuación de los otros miembros de su familia, pero se destaca entre los príncipes de la pampa, como un bravo guerrero que de acuerdo con las leyes de su vieja estirpe no desea la amistad de los llamados en mapu huincas, es decir, los colonos blancos. En el año 1877 debe abandonar las costas del arroyo Tapalquén y huir tierras adentro, donde es hecho prisionero junto con el cacique Blás Román, en los llamados derrames del Chasicó.

Marcelino Catriel. Cacique de Linaje que antecedió a Bibiana García.

Acta defunción de Blas Catriel, hijo de Marcelino.En él se menciona que la familia vivía en un rancho cerca del lazareto. AGA, caja 15283

Marcelino, al ser liberado, también se radicó en la zona de Sierras Bayas en la Provincia de Buenos Aires, y además de criar ovejas trabajó en las canteras de piedra de la zona. Así lo hizo hasta su muerte que se produjo en 1916. (Nocetti, 2011: 45-46).


LA ÚLTIMA CACIQUE EN LA TRIBU DE LOS CATRIEL

La historia de Bibiana García (Dughu Thayen) es un homenaje a todas las mujeres en su día. Un caso único dentro de las sociedades nativas donde la mujer cumplía un rol secundario en cuanto a las decisiones. No careció de firmeza a la hora de heredar el protagonismo de los caciques. Reina y fundadora, una mujer irrepetible. La semblanza es real y poco conocida de una mujer admirable que vivió en nuestra zona y que por circunstancias que veremos más adelante debió asumir el liderazgo de la conocida tribu de los Catriel, evitando con su sagacidad y entereza el hambre y por consecuencia, la rápida desaparición de sus componentes.

Bibiana García. Caras y Caretas 1899.

Esta española, que fuera cautivada y llevada a los toldos desde niña, tuvo la posibilidad de reintegrarse a su sistema de vida primaria al ser rescatada por una partida militar, pero ella eligió regresar y seguir siendo india. Una decisión donde privó el amor hacia aquellos que le dieron afecto y un nombre en su lengua, por sobre la posibilidad de una vida más cómoda. Si su determinación hubiese sido otra, hoy no estaríamos hablando de una Machi (curandera-médica) que al transformarse en cacica de manera fortuita, se erigió en la base fundamental para fundar dos colonias que se transformaron en ciudades.

La “Reina” Bibiana García (Dughu Thayen)
Una mujer irrepetible

En 1878, los caciques Catriel eran derrotados luego de tremendas luchas con la milicia. Superiores en armamentos y ayudados por el ferrocarril, el telégrafo y el aporte monetario de hacendados (que multiplicarían sus ganancias, luego de limpiado el desierto), el gobierno quitó las tierras (y muchas vidas), a los dueños originarios para entregarlas de manera “generosa entre los hacendados y a cuentagotas al resto. Marcelino Catriel cayó prisionero en julio de 1878, mientras que Juan José se entregó en el Fuerte Argentino (hoy Tornquist) en noviembre del mismo año. Ambos quedaron en calidad de prisioneros, situación que provocó el descabezamiento de la tribu.

De las aberraciones que se cometieron en la llamada “Conquista del Desierto” habría que hablar en otra ocasión. Fueron tantas que consumirían demasiado espacio y nos “iríamos por las ramas”, perdiéndose así el hilo conductor sobre el personaje que nos interesa. Pero resumiendo, podríamos decir que el destino de aquellos prisioneros se resolvió así: caciques y capitanejos enviados a la isla Martín García, hombres de la tribu a trabajo de zafra o como mano de obra barata en cualquier labor. Los niños entregados en subastas a familias adineradas de Buenos Aires, las jóvenes y adultas al servicio de las mismas personas y finalmente, los viejos ejecutados. Resta decir que los sacerdotes rebautizaron con nombres españoles para que fuese difícil el reencuentro de las familias y que todo esto ocurría a mediados de 1870. Por eso, cuando le digan que la esclavitud en Argentina se abolió en 1813, no tenga duda que eso fue solamente en los papeles. Otros habitantes del desierto tuvieron mejor suerte y pudieron eludir el accionar militar, aunque a costa de quedar dispersos y errantes por todo el territorio nacional.

Al carecer de una conducción visible, el deambular de un lado hacia otro era constante y sin sentido, por eso cuando Roca realizó la expedición de 1879, al pasar cerca de Pichi Mahuida, el 21 de mayo, Manuel Olascoaga anotó en su diario de campaña: “pasamos tocando a nuestra izquierda las antiguas tolderías de Catriel... y fuimos a plantar carpas en el lugar llamado Abra de Catriel”, para luego, mas adelante, avistar a otro grupo de la misma fracción en General Conesa. Allí se afincaba el segundo núcleo, que según el decreto fundacional decía: “pequeña población, compuesta de doscientas familias de indios y colonos”. Estos estaban asentados como colonia indígena de acuerdo al decreto de creación Nº 11.215 de 14 de febrero 1879, el cuál expresaba: “Considerando que la forma en que actualmente se atiende la subsistencia de los Indios y familias de la Tribu de Catriel, sometidos a la autoridad militar de Patagones... decreta: ...art. 2º Esta colonia se formará con los restos de la Tribu de Catriel y se denominará, Colonia General Conesa...”.

 
Las primeras tribus que tuvieron asiento en Azul, fueron la del Casique Catriel, lo testimonia la foto adjunta sacada por el fotógrafo Domingo Di Ferrante en el año 1883.


En base a ese pequeño contingente se fundó (en el Fortín General Conesa), sobre el río Negro, la colonia para una parte de los catrieleros. El gobierno debía suministrarles elementos para construir viviendas; semillas y útiles de labranza, mas el infaltable sacerdote que viviría con ellos para arrancarles su religión y convertirlos al catolicismo. Poco duraron en ese sitio, porque una creciente en julio de 1880 los mudó a la margen sur del río Negro y es ahí dónde toma las riendas de la situación una mujer muy especial que en base a una fuerte personalidad, haría historia grande. Bibiana García había nacido probablemente en 1849. Era hija de los españoles Florencio García (a quién apodaban “macho blanco”) y Petrona Flores.

Siendo aún muy niña, su padre fue muerto durante un malón y Bibiana, junto a su hermana Eufemia, fueron llevadas cautivas. Tan fuertemente asimiló las costumbres nativas, que cuando una partida militar las rescató, ella pidió regresar al lugar dónde se había aquerenciado y adoptando el nombre de Dughu Thayen, que en mapuche significa “cascada rumorosa”. Con el transcurrir del tiempo, Bibiana adquirió una gran reputación entre los suyos y sus dotes de clarividente y sanadora la transformaron en la “Machi” de la tribu. Una “Machi” era una mezcla de bruja, vidente, curandera y doctora. Esta función era muy respetada en cualquier campamento nativo y no era la excepción dentro de la otrora numerosa tribu catrielera, arraigada por muchos años en las zonas de Azul y Olavarría.

La dama tuvo un hijo con Cipriano Catriel y al morir este (decapitado en noviembre de 1874 en Olavarría), enviudó y se casó con Juan Cortés. En 1875, cuando los pueblos originarios se alzaron contra el gobierno en el llamado “Malón Grande” (porque abarcó toda la provincia de Buenos Aires), Bibiana estaba instalada junto a otros componentes en la laguna de Paragüil, sitio que aún debía ser demarcado por el agrimensor Alfredo Ebelot para destinarse a la tribu de Catriel. Durante el apresamiento de los caciques Juan José y Marcelino Catriel, se establece en Río Negro y el 1878 el gobierno los titula como colonos en el Fortín Conesa. La mencionada inundación de 1880 hace que busquen otra zona no inundable y desde ese momento empiezan las gestiones de Bibiana para conseguir un lugar digno dónde vivir. Su aguda claridad mental funcionó rápidamente y comprendió que el tiempo del racionamiento y el intercambio de favores habían quedado atrás para siempre, y que si no encontraba enseguida la forma de adaptarlos a otras labores que le permitieran un medio de subsistencia, su pueblo desaparecería en un corto lapso.

Fue entonces cuando con gran entereza empezó su peregrinaje por cada uno de los toldos. Influenciaba a los indios y persuadía a los caciques, caciquillos y capitanejos para que evitaran la disgregación. Y esa persistencia tuvo sus frutos. El corolario fue una multitudinaria asamblea indígena, dónde la líder exhibió toda su capacidad de oratoria y liderazgo. Carismática y emprendedora propuso basarse en la unidad para presionar más firmemente sobre el gobierno argentino y conseguir la instalación de las familias desperdigadas en tierras aptas para el cultivo y la cría de animales. Aunque algunos no aceptaron esta propuesta, el consenso fue bastante amplio y la cacica (a quién empezaron a llamar “Reina”), emprendió el viaje a caballo rumbo a Bahía Blanca con un séquito numeroso de su tribu. Desde esa localidad viajó en tren hasta Buenos Aires y una vez allí se dedicó a desarrollar su plan.

Pueblos originarios de la raza tehuelche

Aquel trabado lenguaje mapuche-español de Bibiana recorrió todos los despachos oficiales para hacer oír sus reclamos. Auténtica y valiente, clamaba ante los funcionarios por las promesas incumplidas de facilitarles tierras y medios de supervivencia. “La reina” quería parcelas de terreno apto y sin dueños para poder criar ganados, sembrar, pescar y cazar. Alegaba que de esa manera se podrían abastecer de casa, vestimenta y alimentos, pero exigía, además, que el Estado cumpliera con la palabra empeñada de facilitar los útiles vitales para que los colonos, pudieran organizarse laboralmente.

El problema era histórico. Los nativos pedían vivir en paz, “donde no fueran maltratados” (decía Bibiana), ya sea por quienes falsamente se adjudicaban la propiedad de los campos que ocupaban ellos, o por los arrendatarios. Lo descripto motivó que le sugiriera al Gobierno Nacional el traslado, como dueños, a “la costa Sur o Norte del río Colorado”, pero gobernador Tello, se negó terminantemente a la petición, proponiendo que se los ubicara en una fracción entre los ríos Negro y Colorado. Hecha la propuesta a Bibiana García, esta no aceptó por considerarlas no aptas.


 

En uno de los tantos expedientes rechazados “La Reina” decía que desde 1880 se había establecido “con una tribu de indígenas amigos y antiguos servidores del Gobierno Nacional compuesta de novecientos individuos de ambos sexos, más o menos, entre las márgenes de los ríos Negro y Colorado”. Formaban parte de la aquella tribu los caciques: Fermín Garro, Juan Centeno, Juan Cortés, Antonio Peña, Saturnino Molina, Mariano Guerra, Simón Rosas, José Arriola, Mariano Mercado, Félix Real, Ignacio Silva, Braulio Bustos, José Peralta, José Luca, Lorenzo Callupil y Florencio García.

Durante 16 años, repitió una y otra vez sus viajes a Buenos Aires, pasando por Azul y Bahía Blanca, para volverse inevitablemente con las manos vacías. Los largos viajes, el cansancio y la sordera de los funcionarios parecían no hacer mella en el espíritu de la cacica, que volvía periódicamente a pagar de su peculio cada largo peregrinaje para plantarse frente a las autoridades nacionales y hacer cada vez mas firme su reclamo.

Hacia 1896, el grupo comandado por Bibiana había evolucionado y poseían un número aproximado de 136.000 ovejas, 70.000 caballos y 2.000 vacas, habiendo registrado ella misma en 1893, una marca propia para el ganado de su propiedad. Al fin, en 1899, un decreto firmado por Julio Argentino Roca expresaba lo siguiente:

“Art. 1º) Fúndase dos colonias pastoriles en el territorio de Río Negro, de acuerdo ambas con la ley del 2 de octubre de 1884 y decreto reglamentario de 7 de marzo de 1885 la una en las nacientes del río Valcheta, en el departamento de 25 de Mayo y la otra en el departamento General Roca, en los lotes: Nº 1, 2, 3, 8, 10, 11, 12, 13, 18, 19, 20 y la parte Norte de los Nº 21, 22,23 todos de la fracción “A” de la sección XXV

Art. 2º) La primera de estas colonias se denominará “Valcheta”y tendrá ciento veinticinco mil (125.000) hectáreas de superficie y la segunda llevará el nombre de “Catriel” y ocupará igual extensión

Art. 3º) El Ministro de Agricultura dispondrá la mensura, subdivisión y entrega de la tierra, previa la reserva de cinco mil (5.000) hectáreas, en cada colonia, en el punto mas adecuado para las necesidades futuras de la colonización agrícola y la formación de centros urbanos:

Art: 4º) Los indígenas que actualmente habitan los territorios de La Pampa y del Río Negro, serán preferidos al efectuarse la adjudicación de los lotes, siempre que se encuentren en las condiciones que exigen la ley del 2 de octubre de 1884;

Art 5º) Derógase el decreto de 4 de diciembre de 1889:

Art 6º) Comuníquese y dese al Registro Nacional.

Firmas: Roca y Frers
 
La cacica Bibiana Garcia y parte de su familia y tribu (1899), el día que le entregaron las tierras en Buenos Aires.

Como podrá verse, esta mujer increíble, que estuvo afincada alguna vez en la zona de Olavarría, fue fundadora de la localidad de Catriel y sin temor a equivocarnos, podríamos decir que también Valcheta le debe a su esfuerzo la creación. Fueron tantos los años de lucha y constancia, que aquel decreto la tomó por sorpresa y reaccionó con escepticismo. Al momento de darse a conocer el mismo, Bibiana García, Dughu Thayen, “La Cacica” o “Reina”, como quieran llamarla, estaba en Buenos Aires y recibía la visita de un periodista que quería fotografiarla, gestándose esta conversación:

- Venía a verla Da. Bibiana, para retratarla a usted y a la familia.
- ¿Detratar…? ¿y pa’ que?
- Para enseñarle al país quién es usted… y que vive.
- Quen está país?
- El gobierno.
- Ah…!Güeno… Mejor sería que darme mi la tierra pa’ mis indios… Nosotros dueños tierra no tenemos y lo gringo llenito.
- ¿Sí…? Ahora le van a dar.
- ¡Lindo tierra pa’ morir…! ¡Agüita nada!

Así se enteraba de su triunfo pacífico, luego de años de batallar y recorrer miles de kilómetros. Al fin sus indios tendrían el sitio propio que tanto buscó, aunque no serían nada fáciles los primeros tiempos en aquel terruño. Siempre había algún oportunista que quería apoderarse de lo ajeno y recurría a la violencia para intimidar. El 5 de noviembre de 1902, a solo tres años del decreto firmado por Roca, la “Machi” se presentó en la comisaría de General Roca en el Territorio de Río Negro y realizó una denuncia contra el vecino y comisario de Peñas Blancas, Cristóbal Hervitt, y contra el sargento Mauricio Méndez. Su hijo, Froylán Cortés, firmó la denuncia en el nombre de “Bibiana García, Reyna de las Tribus de Catriel".

Los acusados habían quemado sus ranchos con todo adentro, incluso boletas de marca y guía de campaña. También habían robado unas riendas con pasadores y alguna que otra pieza de plata. Los acusados hicieron el descargo, amparándose en que los indios ocupaban la picada hasta el río Colorado, que eran sucios y que ellos no habían quemado más que osamenta y chilca. La “Machi” era inquebrantable. Su fortaleza sin límites no carentes de astucia, le llevaron a organizar un servicio de inteligencia que la mantenía alerta a lo que ocurriera a su alrededor. Había elegido como jefe a un hombre de apellido Huaifil, una persona muy hábil y sagaz, encargado de suministrar información que permitía anticiparse a cualquier contingencia. 

Su lugarteniente era Rosa Niculpil, quién en ausencia de Bibiana tomaba el mando de la colonia. Esta cacica gobernó la tribu durante treinta años y cuando sintió que la muerte acechaba, designó a un vidente pampa llamado Pedro Rojas, a quien le manifestaba que los dioses de su tribu lo habían elegido como sucesor de ella. Según José Benigar, Bibiana (su tía abuela política) “ lo designó en los últimos meses de su vida como sucesor. El se resistía, lo que le costó el tullimiento de un lado. Porque es peligroso contrariar la voluntad de los dioses...

Juan Formigo, descendiente del cacique Catriel, encargado de preparar el asado para el Príncipe de Gales durante su visita a la Argentina, Chapadmalal 1926. Documento Fotográfico. C. 2317
Tras una reunión, en la zona de Puelen (La Pampa) convocada por el cacique Baigorria la reina emprendió el regreso y al detenerse en la casa de su sobrino, Pedro Morales, que vivía al pie del “cerro negro” falleció repentinamente, el 30 de noviembre de 1910. En ese mismo lugar, en medio del desierto y sobre la ladera de la elevación, fueron depositados sus restos, mirando al sol naciente con su caballo y riquezas.

El acta de defunción sentenció:

Acta Nº21: En Puelen, décimo quinto departamento del territorio Nacional de La Pampa Central, a primero de diciembre de 1910. Ante mi, David Sánchez, jefe del registro civil:

Pedro morales, de cuarenta y siete años, argentino y domiciliado en este departamento en el paraje Cerro Negro declaró:

Que ayer a las cuatro de la tarde en el expresado domicilio falleció su tía Bibiana García de enfermedad al corazón, según certificado de los vecinos Otto Obist y Daniel Chirino a falta de facultativo médico, archivado bajo el número de esta acta, y que era de setenta años, viuda, argentina, sin profesión, domiciliada accidentalmente en la casa en que falleció, hija de Florencio García y de Petrona Flores, ambos ya fallecidos. No ha testado.

Leída el acta la firmaron conmigo, por el exponente que manifestó no saber, Alberto Oliva de sesenta y tres años, soltero y el testigo Vicente Escudero de treinta y siete años, soltero. Ambos de este vecindario, quienes han visto el cadáver.

Puelen 1º de diciembre de 1910.

Bibiana García fue un caso único dentro de estas sociedades nativas donde la mujer cumplía un rol secundario, en cuanto a las decisiones. No careció de firmeza a la hora de heredar el protagonismo de los caciques, sino que podría decirse lo contrario. A su muerte, el vacío que dejó fue de tal dimensión que la tribu terminó de disolverse definitivamente en poco tiempo.
 
Construcción del monumento a Bibiana Garcia en Catriel
Monumento a Bibiana García - Catriel

En el año 2010, las autoridades de Catriel resolvieron colocar un monumento en memoria de su fundadora, que ocuparía un lugar cercano al de José de San Martín. Un merecido homenaje a esta representante de primerísimo orden del género femenino.

La única “Reina”Argentina, la última cacique de la tribu de los Catriel.

Bibiana García tuvo dos hijos, Aidé (bisnieta) asegura que tuvo sólo uno: Jacinto Cortés. Este dato aclaratorio surge porque Aidé lo solicitó al sentirse molesta por las versiones que afirman que Juan y Bibiana tuvieron dos hijos, como dice el libro: “Rastros de nuestra tierra” del escritor Hugo Lencinas. Pero de esta aseveración se desprendió otro dato que califica a Bibiana García como una mujer transgresora para la época ya que después de enviudar, se casó con Juan Cortés, un hombre 16 años menor que había sido una especie de hijo de crianza durante los años que vivió con su primer esposo: Cipriano Catriel.
 
Aidé es bisnieta de la cacica Bibiana García
Más allá de estas citas anecdóticas, Aidé volvió a valorar la tenacidad de aquella mujer luchadora, que persiguió el mismo fin durante más de cuatro años sin rendirse, fin que finalmente consiguió y que eran las tierras prometidas; las mismas de las que hoy espera obtener los títulos de propiedad, su descendencia

Comunidad Mapuche-Tehuelche Peñi-Mapu,

A mediados de 1996 comenzaron a desarrollarse los primeros pasos de una investigación enmarcada en el área de la Arqueología Histórica, la que incluye una línea de trabajo desde la Antropología Social. El proyecto, que se continúa hasta el momento, ha tenido como objetivos indagar, por un lado, la experiencia histórica de las sociedades de frontera relacionadas con una fortificación de mediados del siglo XIX en el actual partido de Tapalqué, llamada “Cantón Tapalqué Viejo”. Por otro, pretende estudiar la conformación de una identidad en relación con ese pasado a partir de los discursos y prácticas actuales de los habitantes de la región.

Victor Hugo Gonzalez Catriel y Mario Epugmer Ranquel. Gentileza de Bemba Fotografía.

La investigación implicó, desde un principio, el registro de entrevistas a descendientes de indígenas pertenecientes a los cacicatos que se asentaban en la zona del mencionado cantón, entre otras personas. A partir de esas instancias, aquellos que se reconocieron como descendientes, específicamente los de Catriel, iniciaron una serie de contactos entre “parientes”, en la mayoría de los casos no conocidos interpersonalmente, contactos establecidos y mediados por el trabajo de búsqueda y de rastreo de informantes de los antropólogos.
 
Mailde Catriel. Bisnieta del Cacique Cipriano Catriel quien lidero el cacicato catrielero de los denominados asentamientos indígenas aliados a la política del gobernador de la Pcia de Buenos Aires Gral. Juan Manuel de Rosas durante el siglo XIX. Matilde vivio sus últimos años en el barrio Villa Fidelidad de la ciudad de Azul junto a su hija Marta Pignatelli Catriel en la ciudad de Azul. Falleció en febrero de 2008.

Imposición del nombre Matilde Catriel al CEC 805, de la localidad de Sierras Bayas. Año 2012

Se trató de localizar, en principio, a las personas residentes en la zona vinculadas con la descendencia del cacique de Juan Catriel "El Viejo" (apelativo que históricamente se ha utilizado para distinguirlo de su hijo homónimo). De la búsqueda inicial surgieron tres, dos de ellas viviendo en la ciudad de Azul y la restante en Sierras Bayas, localidad de Olavarría. Las primeras eran la nieta y la bisnieta de Cipriano Catriel; el sierrabayense, bisnieto de Marcelino Catriel. Cipriano, Marcelino y Juan José fueron nietos de Juan "El Viejo" y la única descendencia mencionada de aquél, en cuanto al linaje, en los textos históricos.   

La primer entrevista fue realizada a la nieta de Cipriano, Matilde Modesta Catriel. Las entrevistas posteriores se continuaron con Pedro Galván, el sierrabayense, quien se interesaba por la situación actual de Matilde. Más tarde, consultando el trabajo del Profesor Gustavo Monforte sobre la reconstrucción de la descendencia de Juan Catriel "El Viejo", se pudo contactar en la ciudad de Olavarría y en la localidad de Sierra Chica (partido de Olavarría) a otras personas pertenecientes al linaje: las de Juan José y las de una de las líneas no reconocidas por la historia, la de Marcelina Catriel, hermana de Cipriano, Juan José y Marcelino.

Víctor Hugo González Catriel, de Peñi-Mapu. Gentileza Diario El Popular de Olavarría

Se sumaron algunas personas de la localidad -intervinientes en las gestiones para realizar el encuentro-, estudiantes de antropología social y de arqueología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN, un descendiente de mapuches chilenos -ex - integrante de Huerque Mapu- (llegado de España y de visita por Argentina) y periodistas de la televisión olavarriense. Si bien para esta reunión se preveía el reencuentro de los descendientes de aquel cacique, la situación excedió tal expectativa, ya que desde Azul también arribaron otras personas, bisnietos y tataranietos de aquellos que integraban el cacicazgo de "El Viejo" pero que no pertenecían a su linaje. 

Todos ellos se identificaban como residentes del barrio Villa Fidelidad de la ciudad de Azul, fundado en 1856 por la presidencia de Mitre con el objetivo de hacer efectivo el control sobre los grupos indígenas de la zona relocalizándolos en dicho espacio.  Tanto los de Azul como los de Olavarría llegaron al encuentro con banderas mapuches, las que colocaron en diferentes lugares del "escenario". Una asamblea improvisada y que devino hacia la media tarde, formada por todos los descendientes reunidos, concluyó que se debía convocar a un Parlamento Indígena para el 19 de abril de 1998.

Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. En la imagen Victor Hugo Gonzalez Catriel representante de la comunidad Peñi-Mapú de Olavarría. Año 2015
En el año 1998 se realizó el proyecto de reconstrucción del antiguo cantón, ubicado en la localidad de Tapalqué y denominado “Cantón Tapalqué Viejo”. El Parlamento Mapuche-Tehuelche se realizó en la ciudad de Olavarría en el recinto del Honorable Consejo Deliberante el 19 de Abril de 1998. Entre las actividades que se desarrollaron en aquel proyecto figuraba la puesta en contacto con los descendientes de los habitantes de las proximidades del cantón, habitantes que en su gran mayoría eran indígenas, perteneciendo buena parte de ellos a los cacicatos de los hijos de Juan Manuel Catriel “el Viejo”.

De esta manera se fueron contactando muchas personas que resultaban ser parientes entre si en muchos de los casos, lo cual propició con el transcurrir de los meses que muchos de los que se reconocían como descendientes de la tribu de los Catriel decidieran juntarse. Esta reunión se llevó a cabo en la localidad de Sierras Bayas el 1º de Marzo de 1998 y, en la misma se decidió realizar un parlamento con una convocatoria más amplia que incluyera a todos los mapuches y no solo a los Catriel.
 
Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. En la imagen Victor Hugo Gonzalez Catriel representante de la comunidad Peñi-Mapú de Olavarría. Año 2015

Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. En la imagen Victor Hugo Gonzalez Catriel representante de la comunidad Peñi-Mapú de Olavarría y en el extremo derecho de la foto el Dr. Juan Carlos Pellitta - Intendente de Olavarría. Año 2015

Cuando fue nombrada la última adhesión se entonaron las estrofas del himno nacional argentino y, un concejal junto a tres miembros del pueblo mapuche, cada uno de ellos descendía de un cacique diferente de manera que tres líneas de descendencia estuvieron representadas, izaron la bandera argentina que estaba dispuesta en el interior del salón, sumándose a la bandera mapuche que estaba colocada en una de las paredes laterales.

 
Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios.Municipalidad de Tapalqué. Los restos de Lonko (caciques) Mapuches-Tehuelches que integraban la colección del Museo de La Plata fueron restituidos a sus comunidades residentes en las localidades bonaerenses de Trenque Lauquen y Tapalqué, en un acto y ceremonia de los que participó el Intendente Gustavo Cocconi.

Así quedó inaugurado el parlamento, se retiraron las autoridades del Consejo Deliberante, los visitantes y organizadores no indígenas, permaneciendo en el interior del recinto solo los indígenas previamente inscriptos para parlamentar. Las deliberaciones se extendieron hasta las 19 hs. momento en el que se cerraron las mismas. Luego a las 20 hs. fue elegido presidente de la naciente asociación mapuche Peñi-Mapu, la que actualmente se halla interviniendo en la sociedad como institución sin fines de lucro. La creación de esta asociación planteó un espacio para revitalizar la identidad indígena, incentivando el reconocimiento en términos de autoadscripción y de adscripción y promoviendo prácticas de inserción en los espacios políticos.
 
Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios

Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. De la misma participaron referentes de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría, comunidades de pueblos Originarios provenientes de Mar del Plata, Tandil, La Plata, Villa Elisa, Olavarría, Miramar y Puerto Madryn, quienes se reunieron para celebrar la restitución de los restos humanos hallados en cercanías del Puente del Arroyo Salado, en Ruta 86 y su posterior Ceremonia de Enterramiento en ese sitio. Gentileza Bloque PJ La Madrid
Restitución de Restos a Pueblos Originarios.
Este tiempo transcurrido encuentra a Peñi-Mapu con la satisfacción de haber vivido cuestiones muy fuertes como por ejemplo un Parlamento a nivel provincial durante el año 2000 en el Cerro Luciano Fortabat al que concurrieron una buena cantidad de descendientes de toda la provincia, de celebrar por primera vez la llegada del Wiñoy Xipantu (Año Nuevo Mapuche) en la localidad de los Toldos y de haber invitado a Peñis de Bahía Blanca para que dicten Talleres de Wizùn (ceramica) y Witral (telar) Mapuche en la Facultad de Ciencias Sociales.

El Cantón Tapalqué Viejo (CTV)
Ubicación geográfica y breve reseña histórica:

El sitio Cantón Tapalqué Viejo se halla a 36º 34' 40'' latitud Sur y  60º 04' 40.6'' longitud Oeste, en Argentina, provincia de Buenos Aires, partido de Tapalqué. Está ubicado en el interior de un campo de 2350 hectáreas -dedicadas a la producción ganadera y a la agricultura- y a la vera del arroyo homónimo, en una 'rinconada' que forma el curso de agua y que fue utilizada como barrera natural en el sistema de defensa de la fortificación. Dista a 17 kilómetros de la actual ciudad de Tapalqué, cabecera del partido mencionado. El lugar se corresponde con la subregión pampa húmeda, específicamente con lo que se define como Area de Depresión del Río Salado (Politis, 1988). 

 
Toldos de Catriel en Sierra Chica a la vera del Tapalqué

En la transición a convertirse Argentina en una incipiente 'nación', los años sucesivos a la Revolución de Mayo (1810) y a la Independencia (1816) marcaron una etapa de expansión territorial interna y el planteo de unificación ideológica para formar el Estado argentino. Consecuentemente, lo que se denominó "Conquista del Desierto" a partir de las “líneas de fronteras” en la provincia de Buenos Aires, a fines del siglo XVIII y durante siete décadas del siglo XIX, fue el concepto legitimado por los gobiernos sucesivos para continuar la expansión sobre el territorio de los cacicatos. En forma muy similar a la "Conquista del Oeste" (EEUU), coincide en la implementación de dos estrategias básicas:

1- el avance de una línea de frontera móvil, esto es, la movilización de tropas militares -desde un centro geográfico determinado, generalmente el lugar de residencia del poder político- para ir estableciendo fortificaciones sobre el territorio a conquistar (espacio de asentamiento de sociedades indígenas), las que, en la 'Conquista del Desierto' fueron denominadas fuerte, fortín, cantón y comandancia, según la cantidad de tropas que albergaran y el poder logístico que asumieran desde su instalación.

2- la apropiación de esos territorios -para implementar un modelo económico europeo sobre la base de la explotación del recurso tierra- y la 'colonización' de los mismos a partir de la instalación permanente de poblaciones 'blancas', preferentemente en áreas aledañas a aquellas fortificaciones, instando a la creación de poblados que luego serían las ciudades de hoy.

Las fronteras internas fueron límites simbólicos -materializados en fortificaciones- de esa situación permanente de colonización (Cabodi, 1950). Paralelamente, las leyes de enfiteusis instalaban a colonos inmigrantes, otorgaba tierras de la pampa bonaerense a oficiales y soldados que hubieran participado de las luchas por la Independencia o “contra el indio” (Raone, 1969) y regalaba tierras a allegados de los gobernantes, lo que aseguraba  el cambio de manos de ese recurso: de 'indios' a 'blancos' (Donghi, 1969, 1975 y 1972; Bechis, 1982; Fradkin, 1987). Sucesivamente, la línea “avanzaba” y “ganaba” tierras para el incipiente Estado Nacional. Es así que los malones fueron considerados por algunos autores (Mandrini, 1987 y 1992) como 'empresas', esto es, estrategias de la sociedad indígena para la recuperación de bienes y para la redefinición económica y política ante la instancia de su exclusión.

Ubicación del cantón Tapalque Viejo.

En octubre de 1831 se produjo un ataque indígena a la hacienda del Gral. Marcos Balcarce, entonces Ministro de Guerra y Marina y amigo personal del gobernador de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rosas. En consecuencia, éste ordenó la construcción del Cantón Tapalqué en tierras de aquél, en una explanada elevada, a la vera del arroyo Tapalqué y coincidiendo con una zona de tránsito y de comunicación para los grupos indígenas y para las partidas de militares y comerciantes hacia el sur. El Cnel. Gervasio Espinosa fue el comandante de la nueva fortificación durante cinco años y la primera dotación militar habría contado con veintisiete hombres (Capdevila, 1963).

La presencia de agua y pasturas permanentes, la proximidad al sistema serrano de Tandilia y la rinconada del arroyo definieron también la importancia logística para establecer la fortificación y relocalizar parte de los cacicatos considerados aliados por el gobierno central, los de los caciques Cachul y Catriel. Los grupos de ambas sociedades indígenas sumaban quinientos indios pampas en su población (Martínez Sarasola, 1992; Sarramone, 1993). El CTV pasó a integrar la denominada Línea Frontera Sur.

Canton Tapalque Viejo. En 1839 se erigió en el sitio que ocupara el cantón un monolito recordatorio "a los héroes y pobladores del Tapalqué Viejo". El lugar fue designado Sitio Histórico en 1945. Gentileza Sebastian Asensio. Panoramio.

Fue habitado permanentemente desde 1831 hasta 1855, cuando se decidió trasladar la población y fundar el Nuevo Fortín Tapalqué, a 17 kilómetros al norte, donde actualmente se halla la ciudad de Tapalqué. Declinó su importancia al perder Rosas el poder político y, finalmente, el cargo de gobernador. Según algunos autores, el fortín estuvo ocupado aún después de 1855 (Capdevila, 1963; Comando General del Ejército, 1974). 

Cacique Calfucurá. Imagen extraida de revisionistas.com.ar


La Historia destaca al Canton Tapalque Viejo por dos batallas: la de octubre de 1836, un enfrentamiento entre vorogas, indígenas provenientes de Chile, y tropas acantonadas, y la de 1839, un ataque al cantón ejecutado por Calfucurá (cacique que forma una Confederación, alianza entre distintos grupos indígenas a modo de estrategia resistencia colectiva) y una coalición de caciques y capitanejos (jerarquía menor dentro de las organizaciones indígenas), en donde las tropas militares mataron cerca de trescientos indios, mientras que de sus fuerzas murieron un teniente, dieciocho soldados y cinco indios “amigos”; los militares recuperaron también los caballos robados. En el cantón existe un monolito con una placa recordatoria de esta última batalla, la que determinó la declaración de Tapalqué como partido, y, en 1945, la del sitio como Lugar Histórico Nacional.
 
Este primer libro indaga sobre los criterios de propiedad de un territorio de frontera que se propuso no solo desde la política implementada por el régimen rosista, sino también por la propia organización social de los pobladores del Cantón Tapalqué. Parte de los marcos teóricos sobre propiedad de la tierra. Gentileza del blog http://arquologiahistoricafrontera.blogspot.com.ar

La ocupación del lugar no se limitó al espacio de la fortificación, sino que abarcó un área común para el desarrollo de actividades de sociedades que, en apariencia, se presentaron como diferenciadas pero que, en la práctica, participaron de una serie de tareas integradas y de relaciones sociales complejas. La investigación en el CTV aborda el estudio de dicha interacción, la del pasado y la del presente. Militares y no militares se constituyeron en la base de una población que fue conformando una identidad en consonancia con el medio, sobreviviendo al desmantelamiento de la fortificación y relocalizándose, en parte, en la actual ciudad de Tapalqué. 


Descendientes de la familia Catriel en Batan

Domingo Batán, natural de Taboada, en la provincia de Lugo, había nacido el 17 de abril de 1853. Luego de concluir los niveles de estudios primarios y secundarios, inició su formación eclesiástica, que debió abandonar por motivos ajenos a su firme convicción religiosa”. “Emigra – como tantos otros – a América, verdadera tierra de promisión. Recaló primero en Cuba para seguir luego su derrotero a Buenos Aires. La urbe multitudinaria y bulliciosa no lo sedujo y continuó en la Provincia de Buenos Aires su marcha hacia el Sur.”

Familia Batan-Liendo en 1915 - Izquierda, arriba Domingo Batán. Siguiente Ambrosio Batán. Adelante, de pié, Carmen Liendo. De pie, en la silla, Adela Agüero Batán. Con bebé en brazos, Flora Demetria Batán Liendo de Agüero y su hija Hermelinda Agüero Batán. Izquierda Albina Piñeyro Liendo, Juana Batán y desconocido.

Después de trabajar en Dolores, llegó al Paraje Los Ortiz donde vivió algún tiempo. En la zona aledaña estaba emplazada una estancia, propiedad de Don Andrés Liendo, y el destino quiso que conociera a una de las hijas del estanciero, Carmen Liendo Peralta. El lazo afectivo entre los jóvenes no tardó en manifestarse, y el romance terminó en boda, concretada en 1874, año muy particular, por cuanto otro visionario, Don Patricio Peralta Ramos, fundaba Mar del Plata. 

El matrimonio tuvo nueve hijos, seis varones y tres mujeres. Como producto de su trabajo, la familia Batán- Liendo fue comprando parte de las tierras donde hoy se asienta la ciudad. Andrés Liendo, sepultado en 1887, fue el último descendiente del cacique Catriel, quien tuvo una gran influencia en el impulso de la zona de Batán.



Fuentes:
Roca, Julio Argentino – Iconografía Militar, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires (2006).
Juan Jose Catriel. Revisionistas. http://www.revisionistas.com.ar/?p=88
Historiador José Carlos Depetris
Walter Minor / Especial para infoeme.com
www.historiasdeolavarria.blogspot.com
http://www.elorejiverde.com/historia/los-caciques  
La Asociación Peñi Mapu: Conformación de una identidad étnica en contextos de globalización por la Lic. Nora Marcela Guerci.
http://www.equiponaya.com.ar/congreso2002/ponencias/marcela_guerci.htm
Emotiva Restitución y Ceremonia en el corazón de las pampas
http://www.elorejiverde.com/buen-vivir/393-emotiva-restitucion-y-ceremonia-en-el-corazon-de-las-pampas

Los Catriel, de amigos a apresados. ¿El fin o la continuidad de una estrategia? Por Mariano Nagy.  http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-96282014000100006#nn13 
https://independent.academia.edu/RevistaTefros 
http://www.revisionistas.com.ar/?p=12586 

9 comentarios:

  1. Muy interesante. Tengo una amiga que es pura descendiebte de esos pueblos originario por parte de madre , nieta del doctor Molina de los Toldos, cuyas tías y madre son todas graduadas universitarias

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  2. Sms bisinieto d bibiana garcia vivims enbs as

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  3. Yo soy descendiente por parte materna de Marcelino Catriel, presumiblemente tara tatara nieto.Lamentablemnte tengo una generacion que me falta en el arbol genealogico que me imposible encontrar.Mi bi tatara abuelo abuelo materno se llamaba Diogenes Barrientos,mi bisabuelo Marcelino.Me hasido mas facil encontrar datos de anscentros de Irlanda, Italia y Pais Vasxo que de mis anscestros originarios que estaban a 700km...
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  4. Hice mi tesis de doctorado sobre la Frontera india suroeste de Argentina hasta 1890. La primera foto titulada "CATRIEL el Viejo" no puede ser él. Me parece tehuelche, llevando el quillango tradicional, pero no pienso que se trata tampoco de Casimiro Bigua.
    Cordialemente

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    1. Es cierto. Tenìa la imagen cargada arriba con el nombre cambiado. En realidad es es Cacique Calfucurà y tenìa que ir màs abajo. Gracias por la correcciòn!

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  5. La foto de los hermanos JJ y Marcelino, tomados de la mano ¿se sabe donde y cuando fue tomada? ¿el fotógrafo?

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  6. Una historia que nadie conoce..pero mi padre si..a el se lo conto su padre y a su padre .su padre.y a su padre .su padre. quien se caso con la hija de una hija de catriel.la joven hija de catriel ( el joven) fue dada a ina fsmilia muy importante de buenos Aires .de apellido Olivera cesar.pero uno de los hijos abuso de ella ,y la familia la rechaso.años despues esa niña se caso con mi tatarabuelo( yo creo que esa niña era Marcelina catriel de quien no se save nada .mi padre tiene una foto hermosa de ella .fin

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  7. Nombra a Pellita como intendente de Olavarría, en realidad lo fué de Lamadrid

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