CACIQUE JUAN MANUEL CATRIEL
El cacique Juan Manuel Catriel fue el cacique
principal de la nación pampa, caracterizado por su amistad y aprecio hacia los
hermanos criollos. En muchas oportunidades la tribu de Juan Catriel colaboro
con las autoridades para evitar el pillaje de los aucas chilenos y de grupos
cristianos alzados y renegados que inundaban la campaña argentina. Este cacique
vivió en sus tierras conjuntamente con los cristianos, hasta que falleció en un
combate librado contra indígenas maloqueadores, luchando junto al coronel
Barros y al cacique Quentrel.
El
cacique Catriel fue colaborador y auxiliar en la expedición de Rosas al
desierto en el año 1833 y junto con él colaboraron los caciques Fracamá,
Reilet, Venancio Cayupán, Llanquelén, Chacul y otros más. Años antes, en 1827,
había colaborado con el coronel en Rauch, secundado por el cacique Negro y sus
tehuelches.
Juan Catriel el viejo (1770-1848). |
Genealogía de los Catriel |
Grupo de tehuelches. Dibujo de 1832 realizado durante el viaje de Jules Dumont d'Urville. |
Podemos decir que el Gran Cacique Juan Catriel, colaboró con Juan Manuel de Rosas, hasta su caída del gobierno en 1852. Fue muy amigo también de los caciques Cachul y Lucio que tenían sus tribus en las costas del arroyo Tapalquén, al noroeste de la población del Azul. A su muerte le sucedió en el mando de su tribu su hijo Cipriano. Los indígenas conocidos posteriormente como catrieleros, viven en nuestros días en pequeñas propiedades que mantiene cerca de la localidad de Los Toldos en la provincia de Buenos Aires.
Juan Manuel Catriel (o Juan Segundo Catriel), el
padre de Cipriano y Juan José. Archivo General de la Nación. Dpto. Documentos. Fotográficos. Inventario
303581
|
Dice Rodolfo Casamiquela en la nota ¿A qué llamamos mapuches? (1985) Revista Cultura, Hombre, Sociedad (CUHSO) de la Universidad Católica de Temuco, Vol. 2, N°1, 1985:
“Era tehuelche
septentrional puro José María Yanquetruz, a pesar de su nombre araucano. Lo
era Catriel el Viejo, a pesar de lo
mismo; lo eran Chokori y Shaihueque (padre e hijo), aquél sableado por Rosas,
éste, señor de Las Manzanas (sur del Neuquén) en tiempos de Moreno y Musters. Todos
estos ejemplos para que se entienda que la araucanización más que un traslado
masivo de tribus, de hombres, fue un proceso, una especie de oleada, la que por
su índole, esencialmente cultural, y por el hecho de transitar por encima de
pueblos intermedios, es denominada por algunos antropólogos
"transculturación". Así la mayoría de los indígenas del ámbito
extraandino oriental, según he dicho, para mediados del siglo pasado (o mejor,
antes de la Conquista del Desierto, que comenzó poco antes del 80) eran de
abolengo local, aculturados o transculturados. Con creciente sangre araucana,
sin duda, y hablantes de esa lengua (aunque en parte bilingües), y alternando el
"quillango" de pieles -tehuelche- por el poncho tejido -araucano-
pero conservando -e imponiendo- el toldo y la boleadora locales...”
CACIQUE CIPRIANO CATRIEL
Cipriano
Catriel (1837 - 1874) fue un cacique principal de la dinastía de los Catriel,
hijo del cacique Juan "el joven" Catriel. Mantuvo leales y
respetuosas relaciones de paz con los criollos argentinos. Al frente de sus
guerreros pampas, colaboró con el Ejército Argentino para imponer el orden en
la campaña de la Provincia de Buenos Aires. La ciudad de Catriel, en la
provincia de Río Negro lleva este nombre en su honor.
Cipriano Catriel con el traje militar que le había otorgado el entonces presidente Domingo Sarmiento. |
Inicios de su cacicazgo
Cipriano
Catriel asumió el mando de su tribu en 1866, por la muerte de su padre Juan
"el joven" Catriel. Desde el año siguiente colaboró en la defensa de
la frontera frente a otras tribus hostiles a las autoridades de Argentina. El
9 de octubre de 1870, el coronel Francisco de Elías, comandante de la frontera
del Azul, firmó en representación del gobierno nacional un tratado de paz con
Cipriano Catriel, para poner fin a las represalias que llevaban a cabo los
indígenas contra los malos tratos de que eran objeto por parte de la fuerza
militar.
El coronel Elías no era bien visto por los indios a causa de las
matanzas que había llevado a cabo sobre los mismos y debido a que ganaba dinero
retrasando o robando los sueldos y raciones que debía entregarse a estos
guerreros por los servicios que prestaban como caballería auxiliar del Ejército
Argentino. En
mayo de 1871 los caciques Manuel Grande, Chipitruz y Cafulcir, se vieron
obligados a sublevarse contra el despótico Elías. Esos caciques obedecían a
Cipriano Catriel, por cuanto eran tribus que integraban el Ulmen Pampa.
Batalla de San Carlos de Bolívar
En
diciembre de 1873, Cipriano Catriel participó con sus lanceros, en la batalla
de San Carlos de Bolívar, junto a las tropas regulares del General Rivas, que vencieron
al cacique Calfucurá.
La revolución de 1874 y la muerte de
Catriel
En
noviembre de 1874, Cipriano Catriel se encontraba acampado con su tribu cerca
de Azul, cuando sucedió el levantamiento armado de Bartolomé Mitre, sublevado
contra el gobierno de Nicolás Avellaneda. Catriel fue inducido por el General
Rivas, segundo de Mitre, para incorporarse a sus fuerzas, lo que fue aceptado
por el cacique. Esta decisión provocó una enemistad con su hermano Juan José
Catriel, y parte de los guerreros, que lo consideraron un traidor, originando
su separación. Cipriano Catriel no llegó a sumarse a las fuerzas de Mitre, ya
que fue perseguido por tropas gubernamentales al mando del comandante Hilario
Lagos (hijo). Fue apresado y remitido prisionero a Olavarría.
Cacique Cipriano Catriel |
A continuación podemos ver una carta enviada por Cipriano Catriel al Ministro de Guerra Martin de Gainza en el año 1870. En la trascripción
de la carta de Cipriano Catriel al Ministro de Guerra Martín de Gainza dice lo siguiente:
Exmo
Señor Ministro de la Guerra
Coronel
Don Martín de Gainza
Señor
de mi respeto y aprecio
He
tenido la honra como también el placer de recibir la atenta carta de V.E. de
fecha de 23 de septiembre por la que veo con transportes de (..) que V.E.
comprende y estima en su justo valor el noble pensamiento que abrigo de mejorar
la condición de los indios y hacerles conocer la necesidad del trabajo y el
respeto a la propiedad.
Todavía
Señor Ministro no he llevado la misión que me he impuesto, la he principiado
recién, sus resultados serán más dignos de la justa apreciación de V.E. que lo
hecho hasta aquí.
Tanta
es mi gratitud por el obsequio que V.E. se digna hacerme enviándome un carruaje
para mi uso, que me creo ya no ser indio. Sírvase pues V.E. aceptar mi respeto
y aprecio personal como también transmitir mi adhesión al Señor Presidente a
cuyo Gobierno cabrá la gloria de realizar la regeneración de los indios.
Carta del cacique mayor de los pampas Cipriano Catriel al ministro de Guerra Martin de Gainza, c. 1870. Documentos escritos.Fondo Museo Histórico Nacional. Sala VII legajo 62. |
Juliana Román, una de las últimas sobrevivientes de la tribu de Cipriano Catriel (fotografía de 1934) |
Pero a pedido de su hermano Juan José Catriel, el 24 de noviembre fue liberado, quedando a su merced. Éste lo juzgó como traidor y aprovechó la oportunidad para hacerlo lancear, atado con guascas de cuero crudo en las muñecas. Junto con él también fue muerto el Coronel Santiago Climaco Avendaño. Avendaño era Intendente General de Indios, puesto que le había asignado el Presidente Domingo Faustino Sarmiento en su oportunidad por su dominio del idioma pampa. El 26 de noviembre de 1874 se produjo la batalla de La Verde donde Mitre fue derrotado por fuerzas nacionales al mando del Teniente Coronel José Inocencio Arias.
Casa del Cacique Cipriano Catriel en Azul. Provincia de Bs.As.- Año 1984. Gentileza de Luis Alposta del blog Mosaicos Porteños |
Parte
de los restos del cacique Cipriano Catriel fueron adquiridos por el perito
Francisco Perito Moreno quien poseía su cráneo y se había apropiado también de su
poncho. En una carta dirigida a su padre, Moreno le cuenta que tiene la cabeza
de Catriel, diciendo:
“…no quiero separarme de esa joya, la que me
es bastante envidiada.”
Francisco P. Moreno
CACIQUE JUAN JOSE CATRIEL
Nació
hacia 1838 en el campo de Nievas, distante unos 15 km de aquella población,
muy cercana a la actual ciudad de Olavarría y a 300 km. de la ciudad de Mar
del Plata. Juan
José Catriel, cacique pampa del Azul, nació hacia 1838 en el campo de Nievas,
distante unos 15 km
de aquella población. Segundo hijo del cacique Juan Catriel, a la muerte de su
padre en 1866, no asumió el cacicazgo, sino que lo hizo su hermano menor
Cipriano, quién poseía mayores dotes militares y diplomáticas.
Según tradición familiar se rehusó a asumir el mando por no estar de acuerdo con los tratados de paz firmados por su padre con el gobierno nacional. Alejado de los resortes del poder dentro de la tribu, se dedicó a la cría de ganado al pié del “Cerro Negro” (cerca de Olavaria).
Juan Jose Catriel. Imagen gentileza de Revisionistas.com |
Según tradición familiar se rehusó a asumir el mando por no estar de acuerdo con los tratados de paz firmados por su padre con el gobierno nacional. Alejado de los resortes del poder dentro de la tribu, se dedicó a la cría de ganado al pié del “Cerro Negro” (cerca de Olavaria).
Con
el paso de los años, una serie de desgraciadas circunstancias trocaron su
carácter y su suerte. La disconformidad
con muchos años de gobierno de su hermano Cipriano –propenso por carácter y
principios a mantener buenas relaciones con los jefes de frontera y gozar de
las ventajas de la vida civilizada- lo indispusieron anímicamente contra él.
Tolderías del Cacique Catriel en Azul, Pcia. de buenos Aires. (Colección Witcomb, AGN). Benito Panunzi |
En
este sentido, Juan José siempre manifestó otro temperamento y otras opciones de
vida: menos inteligente que su hermano, más independiente y frontal, menos
negociador, contrario a todo acercamiento y componendas con los cristianos, por
quienes sentía profunda aversión, siempre prefirió la vida del desierto, en
toldo y campo raso, manteniendo inalterables las costumbres que le venían de
origen y raza.
A
estas disposiciones anímicas, se unió la turbulencia de la Revolución Mitrista,
en septiembre de 1874, a
la cual se plegó –para propia desgracia- su hermano Cipriano, aconsejado en
esto por su amigo el general Ignacio Rivas.
Derrotadas por el ejército nacional las tropas adictas a Mitre –en la
“Verde”, en noviembre de ese mismo año- la suerte de los hermanos quedó
sellada. Cipriano murió degollado en
Olavaria, junto con su secretario, Santiago Avendaño; mientras que Juan José,
partícipe activo con su gente en el crimen, fue reconocido por el gobierno como
nuevo cacique de los catrieles, contando con el apoyo de los coroneles Hilario
Lagos y Julio Campos por entonces al mando de las tropas que perseguían a los
mitristas. Su
suerte estaba echada. Lanceado en el acto, sólo alcanzó a escupir la cara de su
hermano Juan José, gritándole: ¡Cochino!. Éste remató la escena decapitándolo
de un saque.
Por
algún tiempo, Juan José se estableció en el campamento de Blanca Grande, ahora
al mando del coronel Nicolás Levalle, colaborando con sus indios en la
vigilancia y defensa de la frontera, conservando la tribu los fértiles campos
de Nievas. La resolución del gobierno de adelantar paulatinamente la frontera,
hasta llevarla a las márgenes del Río Negro, trajo consigo la necesidad de
reubicar la indiada de Juan José, en una zona más propicia para tales fines, contando
para ello con su sometimiento y fidelidad como hasta esos momentos. Pero los planes del astuto cacique eran
otros.
Mapa de los cacicazgos. Se puede ver la ubicación de Catriel.Gentileza del rojiverde.com. Diario de los Pueblos Indigenas |
En
principio aceptó el ofrecimiento del ministro Adolfo Alsina, formulado en
agosto de 1875, de trasladarse a las inmediaciones del Fortín Aklecoa para
conformar una especie de “colonia pastoril”, cuyos hombres quedaran afectados a
la Guardia Nacional en calidad de “auxiliares” (militarización). Pero habiendo iniciado tratativas con el
cacique salinero Manuel Namuncurá, se plegó con sus fuerzas a la invasión que a
fines de diciembre de ese mismo año cayó sorpresivamente sobre Azul y zonas
vecinas, conocida como “Malón Grande” por sus efectos devastadores. De este modo, aprovechó el regreso de los
invasores para confundirse con ellos y emigrar juntos, con toda la tribu, a
Salinas Grandes, para recobrar la libertad perdida, rompiendo toda relación con
el gobierno nacional y con sus antiguos vecinos de frontera.
Nota del oficial Diego Lucero al coronel Winter, por el fracaso en la captura del cacique Catriel, c.1878. |
Manuel Namuncurá |
A
principios de 1876 fijó su residencia en “Treyco”, en las cercanías del actual
Guantraché (La Pampa), bajo la protección de Namuncurá. De allí en más, demostró una abierta y
desafiante resistencia a la decisión gubernamental de trasladarse a la frontera
de Carhué. Asumiendo como conducta habitual el organizar frecuentes invasiones
sobre fortines y poblaciones –por cuenta propia o unido a los caciques de
Salinas Grandes-, a modo de hostigamiento y obtención de recursos para el
sostenimiento de la tribu.
Bajo
el rigor de las batidas despachadas desde Carhué y desde Puán, terminó por
rendirse, junto con su hermano Marcelino y toda la tribu, el 26 de noviembre de
1878, en Fuerte Argentino ante el comandante Wintter. Al poco tiempo, los
hermanos Catriel fueron embarcados con sus familias en el vapor Santa Rosa
rumbo a la isla Martín García, quedando allí sujetos a una espantosa epidemia
de viruela y a toda clase de privaciones.
Los dos hermanos fueron bautizados en Buenos Aires el 11 de agosto de
1879, en la iglesia del Pilar, junto con otros indígenas enganchados en el
ejército.
El 7 de octubre de 1886, Maximino Matoso, autoridad de la isla de Martín García, informaba al Ministerio de Guerra y Marina que Juan José Catriel, su hermano Marcelino y parte de su familia eran liberados y se dirigían hacia la capital tras ocho años de encarcelamiento, siete de ellos en la isla. Había finalizado la Conquista del Desierto y la manumisión era una decisión adoptada por Carlos Pellegrini en respuesta a una carta escrita un mes antes por el propio Juan José Catriel, misiva que en realidad tenía como destinatario al presidente Roca. Radicado junto a su esposa en las inmediaciones de Olavarría, Juan José Catriel moriría en 1910 en el hospital de la ciudad, afectado por un cáncer. (Nocetti, 2011: 45-46).
El 7 de octubre de 1886, Maximino Matoso, autoridad de la isla de Martín García, informaba al Ministerio de Guerra y Marina que Juan José Catriel, su hermano Marcelino y parte de su familia eran liberados y se dirigían hacia la capital tras ocho años de encarcelamiento, siete de ellos en la isla. Había finalizado la Conquista del Desierto y la manumisión era una decisión adoptada por Carlos Pellegrini en respuesta a una carta escrita un mes antes por el propio Juan José Catriel, misiva que en realidad tenía como destinatario al presidente Roca. Radicado junto a su esposa en las inmediaciones de Olavarría, Juan José Catriel moriría en 1910 en el hospital de la ciudad, afectado por un cáncer. (Nocetti, 2011: 45-46).
MARCELINO CATRIEL
De
la dinastía de los Catriel, fue un cacique pampa, hijo de Juan "el
joven" Catriel y hermano de Cipriano y Juan José. No tuvo la actuación de
los otros miembros de su familia, pero se destaca entre los príncipes de la
pampa, como un bravo guerrero que de acuerdo con las leyes de su vieja estirpe
no desea la amistad de los llamados en mapu huincas, es decir, los colonos
blancos. En el año 1877 debe abandonar las costas del arroyo Tapalquén y huir
tierras adentro, donde es hecho prisionero junto con el cacique Blás Román, en
los llamados derrames del Chasicó.
Acta
defunción de Blas Catriel, hijo de Marcelino.En él se menciona que la familia
vivía en un rancho cerca del lazareto. AGA, caja 15283
|
Marcelino, al ser liberado, también se radicó en la zona de Sierras Bayas en la Provincia de Buenos Aires, y además de criar ovejas trabajó en las canteras de piedra de la zona. Así lo hizo hasta su muerte que se produjo en 1916. (Nocetti, 2011: 45-46).
LA ÚLTIMA CACIQUE EN LA TRIBU DE LOS CATRIEL
La
historia de Bibiana García (Dughu
Thayen) es un homenaje a todas las mujeres en su día. Un caso único dentro
de las sociedades nativas donde la mujer cumplía un rol secundario en cuanto a
las decisiones. No careció de firmeza a la hora de heredar el protagonismo de
los caciques. Reina y fundadora, una mujer irrepetible. La semblanza es real y
poco conocida de una mujer admirable que vivió en nuestra zona y que por
circunstancias que veremos más adelante debió asumir el liderazgo de la
conocida tribu de los Catriel, evitando con su sagacidad y entereza el hambre y
por consecuencia, la rápida desaparición de sus componentes.
Esta
española, que fuera cautivada y llevada a los toldos desde niña, tuvo la
posibilidad de reintegrarse a su sistema de vida primaria al ser rescatada por
una partida militar, pero ella eligió regresar y seguir siendo india. Una
decisión donde privó el amor hacia aquellos que le dieron afecto y un nombre en
su lengua, por sobre la posibilidad de una vida más cómoda. Si su determinación
hubiese sido otra, hoy no estaríamos hablando de una Machi (curandera-médica)
que al transformarse en cacica de manera fortuita, se erigió en la base
fundamental para fundar dos colonias que se transformaron en ciudades.
La “Reina” Bibiana García (Dughu
Thayen)
Una mujer irrepetible
En
1878, los caciques Catriel eran derrotados luego de tremendas luchas con la
milicia. Superiores en armamentos y ayudados por el ferrocarril, el telégrafo y
el aporte monetario de hacendados (que multiplicarían sus ganancias, luego de
limpiado el desierto), el gobierno quitó las tierras (y muchas vidas), a los
dueños originarios para entregarlas de manera “generosa entre los hacendados y
a cuentagotas al resto. Marcelino
Catriel cayó prisionero en julio de 1878, mientras que Juan José se entregó en
el Fuerte Argentino (hoy Tornquist) en noviembre del mismo año. Ambos quedaron
en calidad de prisioneros, situación que provocó el descabezamiento de la
tribu.
De
las aberraciones que se cometieron en la llamada “Conquista del Desierto”
habría que hablar en otra ocasión. Fueron tantas que consumirían demasiado
espacio y nos “iríamos por las ramas”, perdiéndose así el hilo conductor sobre
el personaje que nos interesa. Pero resumiendo, podríamos decir que el destino
de aquellos prisioneros se resolvió así: caciques y capitanejos enviados a la
isla Martín García, hombres de la tribu a trabajo de zafra o como mano de obra
barata en cualquier labor. Los niños entregados en subastas a familias
adineradas de Buenos Aires, las jóvenes y adultas al servicio de las mismas
personas y finalmente, los viejos ejecutados. Resta decir que los sacerdotes
rebautizaron con nombres españoles para que fuese difícil el reencuentro de las
familias y que todo esto ocurría a mediados de 1870. Por eso, cuando le digan
que la esclavitud en Argentina se abolió en 1813, no tenga duda que eso fue
solamente en los papeles. Otros habitantes del desierto tuvieron mejor suerte y
pudieron eludir el accionar militar, aunque a costa de quedar dispersos y
errantes por todo el territorio nacional.
Al
carecer de una conducción visible, el deambular de un lado hacia otro era
constante y sin sentido, por eso cuando Roca realizó la expedición de 1879, al
pasar cerca de Pichi Mahuida, el 21 de mayo, Manuel Olascoaga anotó en su
diario de campaña: “pasamos tocando a nuestra izquierda las antiguas tolderías
de Catriel... y fuimos a plantar carpas en el lugar llamado Abra de Catriel”,
para luego, mas adelante, avistar a otro grupo de la misma fracción en General
Conesa. Allí
se afincaba el segundo núcleo, que según el decreto fundacional decía: “pequeña
población, compuesta de doscientas familias de indios y colonos”. Estos estaban asentados como colonia indígena de acuerdo
al decreto de creación Nº 11.215 de 14 de febrero 1879, el cuál expresaba:
“Considerando que la forma en que actualmente se atiende la subsistencia de los
Indios y familias de la Tribu de Catriel, sometidos a la autoridad militar de Patagones...
decreta: ...art. 2º Esta colonia se formará con los restos de la Tribu de
Catriel y se denominará, Colonia General Conesa...”.
Las primeras tribus que tuvieron asiento en Azul, fueron la del Casique Catriel, lo testimonia la foto adjunta sacada por el fotógrafo Domingo Di Ferrante en el año 1883. |
En base a ese pequeño contingente se fundó (en el Fortín General Conesa), sobre el río Negro, la colonia para una parte de los catrieleros. El gobierno debía suministrarles elementos para construir viviendas; semillas y útiles de labranza, mas el infaltable sacerdote que viviría con ellos para arrancarles su religión y convertirlos al catolicismo. Poco duraron en ese sitio, porque una creciente en julio de 1880 los mudó a la margen sur del río Negro y es ahí dónde toma las riendas de la situación una mujer muy especial que en base a una fuerte personalidad, haría historia grande. Bibiana García había nacido probablemente en 1849. Era hija de los españoles Florencio García (a quién apodaban “macho blanco”) y Petrona Flores.
Siendo
aún muy niña, su padre fue muerto durante un malón y Bibiana, junto a su
hermana Eufemia, fueron llevadas cautivas. Tan fuertemente asimiló las
costumbres nativas, que cuando una partida militar las rescató, ella pidió
regresar al lugar dónde se había aquerenciado y adoptando el nombre de Dughu
Thayen, que en mapuche significa “cascada rumorosa”. Con
el transcurrir del tiempo, Bibiana adquirió una gran reputación entre los suyos
y sus dotes de clarividente y sanadora la transformaron en la “Machi” de
la tribu. Una “Machi” era una mezcla de bruja, vidente, curandera y
doctora. Esta función era muy respetada en cualquier campamento nativo y no era
la excepción dentro de la otrora numerosa tribu catrielera, arraigada por
muchos años en las zonas de Azul y Olavarría.
La
dama tuvo un hijo con Cipriano Catriel y al morir este (decapitado en noviembre
de 1874 en Olavarría), enviudó y se casó con Juan Cortés. En 1875, cuando los
pueblos originarios se alzaron contra el gobierno en el llamado “Malón Grande”
(porque abarcó toda la provincia de Buenos Aires), Bibiana estaba instalada
junto a otros componentes en la laguna de Paragüil, sitio que aún debía ser
demarcado por el agrimensor Alfredo Ebelot para destinarse a la tribu de
Catriel. Durante
el apresamiento de los caciques Juan José y Marcelino Catriel, se establece en
Río Negro y el 1878 el gobierno los titula como colonos en el Fortín Conesa. La
mencionada inundación de 1880 hace que busquen otra zona no inundable y desde
ese momento empiezan las gestiones de Bibiana para conseguir un lugar digno
dónde vivir. Su
aguda claridad mental funcionó rápidamente y comprendió que el tiempo del
racionamiento y el intercambio de favores habían quedado atrás para siempre, y
que si no encontraba enseguida la forma de adaptarlos a otras labores que le
permitieran un medio de subsistencia, su pueblo desaparecería en un corto
lapso.
Fue
entonces cuando con gran entereza empezó su peregrinaje por cada uno de los
toldos. Influenciaba a los indios y persuadía a los caciques, caciquillos y
capitanejos para que evitaran la disgregación. Y esa persistencia tuvo sus
frutos. El corolario fue una multitudinaria asamblea indígena, dónde la líder
exhibió toda su capacidad de oratoria y liderazgo. Carismática y emprendedora
propuso basarse en la unidad para presionar más firmemente sobre el gobierno
argentino y conseguir la instalación de las familias desperdigadas en tierras
aptas para el cultivo y la cría de animales. Aunque
algunos no aceptaron esta propuesta, el consenso fue bastante amplio y la
cacica (a quién empezaron a llamar “Reina”), emprendió el viaje a caballo rumbo
a Bahía Blanca con un séquito numeroso de su tribu. Desde esa localidad viajó
en tren hasta Buenos Aires y una vez allí se dedicó a desarrollar su plan.
Aquel
trabado lenguaje mapuche-español de Bibiana recorrió todos los despachos
oficiales para hacer oír sus reclamos. Auténtica y valiente, clamaba ante los
funcionarios por las promesas incumplidas de facilitarles tierras y medios de
supervivencia. “La
reina” quería parcelas de terreno apto y sin dueños para
poder criar ganados, sembrar, pescar y cazar. Alegaba que de esa manera se
podrían abastecer de casa, vestimenta y alimentos, pero exigía, además, que el
Estado cumpliera con la palabra empeñada de facilitar los útiles vitales para
que los colonos, pudieran organizarse laboralmente.
El
problema era histórico. Los nativos pedían vivir en paz, “donde no fueran
maltratados” (decía Bibiana), ya sea por quienes falsamente se
adjudicaban la propiedad de los campos que ocupaban ellos, o por los
arrendatarios. Lo descripto motivó que le sugiriera al Gobierno Nacional el
traslado, como dueños, a “la costa Sur o Norte del río Colorado”, pero
gobernador Tello, se negó terminantemente a la petición, proponiendo que se los
ubicara en una fracción entre los ríos Negro y Colorado. Hecha la propuesta a
Bibiana García, esta no aceptó por considerarlas no aptas.
En
uno de los tantos expedientes rechazados “La Reina”
decía que desde 1880 se había establecido “con una tribu de indígenas amigos y
antiguos servidores del Gobierno Nacional compuesta de novecientos individuos
de ambos sexos, más o menos, entre las márgenes de los ríos Negro y Colorado”.
Formaban parte de la aquella tribu los caciques: Fermín Garro, Juan Centeno,
Juan Cortés, Antonio Peña, Saturnino Molina, Mariano Guerra, Simón Rosas, José
Arriola, Mariano Mercado, Félix Real, Ignacio Silva, Braulio Bustos, José
Peralta, José Luca, Lorenzo Callupil y Florencio García.
Durante
16 años, repitió una y otra vez sus viajes a Buenos Aires, pasando por Azul y
Bahía Blanca, para volverse inevitablemente con las manos vacías. Los largos
viajes, el cansancio y la sordera de los funcionarios parecían no hacer mella
en el espíritu de la cacica, que volvía periódicamente a pagar de su peculio
cada largo peregrinaje para plantarse frente a las autoridades nacionales y
hacer cada vez mas firme su reclamo.
Hacia
1896, el grupo comandado por Bibiana había evolucionado y poseían un número
aproximado de 136.000 ovejas, 70.000 caballos y 2.000 vacas, habiendo
registrado ella misma en 1893, una marca propia para el ganado de su propiedad.
Al fin, en 1899, un decreto firmado por Julio Argentino Roca expresaba lo
siguiente:
“Art. 1º) Fúndase dos colonias pastoriles en el
territorio de Río Negro, de acuerdo ambas con la ley del 2 de octubre de 1884 y
decreto reglamentario de 7 de marzo de 1885 la una en las nacientes del río
Valcheta, en el departamento de 25 de Mayo y la otra en el departamento General
Roca, en los lotes: Nº 1, 2, 3, 8, 10, 11, 12, 13, 18, 19, 20 y la parte Norte
de los Nº 21, 22,23 todos de la fracción “A” de la sección XXV
Art. 2º) La primera de estas colonias se denominará
“Valcheta”y tendrá ciento veinticinco mil (125.000) hectáreas
de superficie y la segunda llevará el nombre de “Catriel” y ocupará igual
extensión
Art. 3º) El Ministro de Agricultura dispondrá la
mensura, subdivisión y entrega de la tierra, previa la reserva de cinco mil
(5.000) hectáreas, en cada colonia, en el punto mas adecuado para las
necesidades futuras de la colonización agrícola y la formación de centros
urbanos:
Art: 4º) Los indígenas que actualmente habitan los
territorios de La Pampa y del Río Negro, serán preferidos al efectuarse la
adjudicación de los lotes, siempre que se encuentren en las condiciones que
exigen la ley del 2 de octubre de 1884;
Art 5º) Derógase el decreto de 4 de diciembre de
1889:
Art 6º) Comuníquese y dese al Registro Nacional.
Firmas: Roca y Frers
La cacica Bibiana Garcia y parte de su familia y tribu (1899), el día que le entregaron las tierras en Buenos Aires. |
Como
podrá verse, esta mujer increíble, que estuvo afincada alguna vez en la zona de
Olavarría, fue fundadora de la localidad de Catriel y sin temor a equivocarnos,
podríamos decir que también Valcheta le debe a su esfuerzo la creación. Fueron
tantos los años de lucha y constancia, que aquel decreto la tomó por sorpresa y
reaccionó con escepticismo. Al momento de darse a conocer el mismo, Bibiana
García, Dughu Thayen, “La Cacica” o “Reina”, como quieran llamarla, estaba
en Buenos Aires y recibía la visita de un periodista que quería fotografiarla,
gestándose esta conversación:
-
Venía a verla Da. Bibiana, para retratarla a usted y a la familia.
- ¿Detratar…? ¿y pa’ que?
- Para enseñarle al país quién es usted… y que vive.
- Quen está país?
- El gobierno.
- Ah…!Güeno… Mejor sería que darme mi la tierra pa’ mis indios… Nosotros dueños tierra no tenemos y lo gringo llenito.
- ¿Sí…? Ahora le van a dar.
- ¡Lindo tierra pa’ morir…! ¡Agüita nada!
- ¿Detratar…? ¿y pa’ que?
- Para enseñarle al país quién es usted… y que vive.
- Quen está país?
- El gobierno.
- Ah…!Güeno… Mejor sería que darme mi la tierra pa’ mis indios… Nosotros dueños tierra no tenemos y lo gringo llenito.
- ¿Sí…? Ahora le van a dar.
- ¡Lindo tierra pa’ morir…! ¡Agüita nada!
Así
se enteraba de su triunfo pacífico, luego de años de batallar y recorrer miles
de kilómetros. Al fin sus indios tendrían el sitio propio que tanto buscó,
aunque no serían nada fáciles los primeros tiempos en aquel terruño. Siempre
había algún oportunista que quería apoderarse de lo ajeno y recurría a la
violencia para intimidar. El 5 de noviembre de 1902, a solo tres años del
decreto firmado por Roca, la “Machi” se presentó en la comisaría de
General Roca en el Territorio de Río Negro y realizó una denuncia contra el
vecino y comisario de Peñas Blancas, Cristóbal Hervitt, y contra el sargento
Mauricio Méndez. Su hijo, Froylán Cortés, firmó la denuncia en el nombre de
“Bibiana García, Reyna de las Tribus de Catriel".
Los
acusados habían quemado sus ranchos con todo adentro, incluso boletas de marca
y guía de campaña. También habían robado unas riendas con pasadores y alguna
que otra pieza de plata. Los acusados hicieron el descargo, amparándose en que
los indios ocupaban la picada hasta el río Colorado, que eran sucios y que
ellos no habían quemado más que osamenta y chilca. La
“Machi” era inquebrantable. Su fortaleza sin límites no
carentes de astucia, le llevaron a organizar un servicio de inteligencia que la
mantenía alerta a lo que ocurriera a su alrededor. Había elegido como jefe a un
hombre de apellido Huaifil, una persona muy hábil y sagaz, encargado de
suministrar información que permitía anticiparse a cualquier contingencia.
Su lugarteniente era Rosa Niculpil, quién en ausencia de Bibiana tomaba el mando de la colonia. Esta cacica gobernó la tribu durante treinta años y cuando sintió que la muerte acechaba, designó a un vidente pampa llamado Pedro Rojas, a quien le manifestaba que los dioses de su tribu lo habían elegido como sucesor de ella. Según José Benigar, Bibiana (su tía abuela política) “ lo designó en los últimos meses de su vida como sucesor. El se resistía, lo que le costó el tullimiento de un lado. Porque es peligroso contrariar la voluntad de los dioses...
Su lugarteniente era Rosa Niculpil, quién en ausencia de Bibiana tomaba el mando de la colonia. Esta cacica gobernó la tribu durante treinta años y cuando sintió que la muerte acechaba, designó a un vidente pampa llamado Pedro Rojas, a quien le manifestaba que los dioses de su tribu lo habían elegido como sucesor de ella. Según José Benigar, Bibiana (su tía abuela política) “ lo designó en los últimos meses de su vida como sucesor. El se resistía, lo que le costó el tullimiento de un lado. Porque es peligroso contrariar la voluntad de los dioses...
Juan Formigo, descendiente del cacique Catriel, encargado de preparar el asado para el Príncipe de Gales durante su visita a la Argentina, Chapadmalal 1926. Documento Fotográfico. C. 2317 |
Tras
una reunión, en la zona de Puelen (La Pampa) convocada por el cacique Baigorria
la reina emprendió el regreso y al detenerse en la casa de su sobrino, Pedro
Morales, que vivía al pie del “cerro negro” falleció repentinamente, el 30
de noviembre de 1910. En ese mismo lugar, en medio del desierto y sobre la
ladera de la elevación, fueron depositados sus restos, mirando al sol naciente
con su caballo y riquezas.
El
acta de defunción sentenció:
Acta Nº21: En Puelen, décimo quinto departamento del
territorio Nacional de La Pampa Central, a primero de diciembre de 1910. Ante
mi, David Sánchez, jefe del registro civil:
Pedro morales, de cuarenta y siete años, argentino y
domiciliado en este departamento en el paraje Cerro Negro declaró:
Que ayer a las cuatro de la tarde en el expresado
domicilio falleció su tía Bibiana García de enfermedad al corazón, según
certificado de los vecinos Otto Obist y Daniel Chirino a falta de facultativo
médico, archivado bajo el número de esta acta, y que era de setenta años,
viuda, argentina, sin profesión, domiciliada accidentalmente en la casa en que
falleció, hija de Florencio García y de Petrona Flores, ambos ya fallecidos. No
ha testado.
Leída el acta la firmaron conmigo, por el exponente
que manifestó no saber, Alberto Oliva de sesenta y tres años, soltero y el
testigo Vicente Escudero de treinta y siete años, soltero. Ambos de este
vecindario, quienes han visto el cadáver.
Puelen 1º de diciembre de 1910.
Bibiana
García fue un caso único dentro de estas sociedades nativas donde la mujer
cumplía un rol secundario, en cuanto a las decisiones. No careció de firmeza a
la hora de heredar el protagonismo de los caciques, sino que podría decirse lo
contrario. A su muerte, el vacío que dejó fue de tal dimensión que la tribu
terminó de disolverse definitivamente en poco tiempo.
En el año 2010, las autoridades de Catriel resolvieron colocar un monumento en memoria de su fundadora, que ocuparía un lugar cercano al de José de San Martín. Un merecido homenaje a esta representante de primerísimo orden del género femenino.
La
única “Reina”Argentina, la última cacique de la tribu de los
Catriel.
Bibiana
García tuvo dos hijos, Aidé (bisnieta) asegura que tuvo sólo uno: Jacinto
Cortés. Este dato aclaratorio surge porque Aidé lo solicitó al sentirse molesta
por las versiones que afirman que Juan y Bibiana tuvieron dos hijos, como dice
el libro: “Rastros de nuestra tierra” del escritor Hugo Lencinas. Pero de esta
aseveración se desprendió otro dato que califica a Bibiana García como una
mujer transgresora para la época ya que después de enviudar, se casó con Juan
Cortés, un hombre 16 años menor que había sido una especie de hijo de crianza
durante los años que vivió con su primer esposo: Cipriano Catriel.
Más
allá de estas citas anecdóticas, Aidé volvió a valorar la tenacidad de aquella
mujer luchadora, que persiguió el mismo fin durante más de cuatro años sin
rendirse, fin que finalmente consiguió y que eran las tierras prometidas; las
mismas de las que hoy espera obtener los títulos de propiedad, su descendencia
Comunidad Mapuche-Tehuelche Peñi-Mapu,
A
mediados de 1996 comenzaron a desarrollarse los primeros pasos de una
investigación enmarcada en el área de la Arqueología Histórica, la que incluye
una línea de trabajo desde la Antropología Social. El proyecto, que se continúa
hasta el momento, ha tenido como objetivos indagar, por un lado, la experiencia
histórica de las sociedades de frontera relacionadas con una fortificación de
mediados del siglo XIX en el actual partido de Tapalqué, llamada “Cantón Tapalqué Viejo”. Por otro,
pretende estudiar la conformación de una identidad en relación con ese pasado a
partir de los discursos y prácticas actuales de los habitantes de la región.
La
investigación implicó, desde un principio, el registro de entrevistas a
descendientes de indígenas pertenecientes a los cacicatos que se asentaban en
la zona del mencionado cantón, entre otras personas. A partir de esas
instancias, aquellos que se reconocieron como descendientes, específicamente
los de Catriel, iniciaron una serie de contactos entre “parientes”, en la
mayoría de los casos no conocidos interpersonalmente, contactos establecidos y
mediados por el trabajo de búsqueda y de rastreo de informantes de los
antropólogos.
Se
trató de localizar, en principio, a las personas residentes en la zona
vinculadas con la descendencia del cacique de Juan Catriel "El Viejo"
(apelativo que históricamente se ha utilizado para distinguirlo de su hijo
homónimo). De la búsqueda inicial surgieron tres, dos de ellas viviendo en la
ciudad de Azul y la restante en Sierras Bayas, localidad de Olavarría. Las
primeras eran la nieta y la bisnieta de Cipriano Catriel; el sierrabayense,
bisnieto de Marcelino Catriel. Cipriano, Marcelino y Juan José fueron nietos de
Juan "El Viejo" y la única descendencia mencionada de aquél, en
cuanto al linaje, en los textos históricos.
La primer entrevista fue realizada a la nieta de Cipriano, Matilde
Modesta Catriel. Las entrevistas posteriores se continuaron con Pedro Galván,
el sierrabayense, quien se interesaba por la situación actual de Matilde. Más
tarde, consultando el trabajo del Profesor Gustavo Monforte sobre la
reconstrucción de la descendencia de Juan Catriel "El Viejo", se pudo
contactar en la ciudad de Olavarría y en la localidad de Sierra Chica (partido
de Olavarría) a otras personas pertenecientes al linaje: las de Juan José y las
de una de las líneas no reconocidas por la historia, la de Marcelina Catriel,
hermana de Cipriano, Juan José y Marcelino.
Víctor Hugo González Catriel, de Peñi-Mapu. Gentileza Diario El Popular de Olavarría |
Se
sumaron algunas personas de la localidad -intervinientes en las gestiones para
realizar el encuentro-, estudiantes de antropología social y de arqueología de
la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN, un descendiente de mapuches
chilenos -ex - integrante de Huerque Mapu- (llegado de España y de visita por
Argentina) y periodistas de la televisión olavarriense. Si bien para esta
reunión se preveía el reencuentro de los descendientes de aquel cacique, la
situación excedió tal expectativa, ya que desde Azul también arribaron otras
personas, bisnietos y tataranietos de aquellos que integraban el cacicazgo de
"El Viejo" pero que no pertenecían a su linaje.
Todos ellos se
identificaban como residentes del barrio Villa Fidelidad de la ciudad de Azul,
fundado en 1856 por la presidencia de Mitre con el objetivo de hacer efectivo
el control sobre los grupos indígenas de la zona relocalizándolos en dicho
espacio. Tanto los de Azul como los de
Olavarría llegaron al encuentro con banderas mapuches, las que colocaron en
diferentes lugares del "escenario". Una asamblea improvisada y que
devino hacia la media tarde, formada por todos los descendientes reunidos,
concluyó que se debía convocar a un Parlamento Indígena para el 19 de abril de
1998.
Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. En la imagen Victor Hugo Gonzalez Catriel representante de la comunidad Peñi-Mapú de Olavarría. Año 2015 |
En
el año 1998 se realizó el proyecto de reconstrucción del antiguo cantón,
ubicado en la localidad de Tapalqué y denominado “Cantón Tapalqué Viejo”. El Parlamento
Mapuche-Tehuelche se realizó en la ciudad de Olavarría en el recinto del
Honorable Consejo Deliberante el 19 de Abril de 1998. Entre las actividades
que se desarrollaron en aquel proyecto figuraba la puesta en contacto con los
descendientes de los habitantes de las proximidades del cantón, habitantes que
en su gran mayoría eran indígenas, perteneciendo buena parte de ellos a los
cacicatos de los hijos de Juan Manuel
Catriel “el Viejo”.
De
esta manera se fueron contactando muchas personas que resultaban ser parientes
entre si en muchos de los casos, lo cual propició con el transcurrir de los
meses que muchos de los que se reconocían como descendientes de la tribu de los
Catriel decidieran juntarse. Esta reunión se llevó a cabo en la localidad de
Sierras Bayas el 1º de Marzo de 1998 y, en la misma se decidió realizar un
parlamento con una convocatoria más amplia que incluyera a todos los mapuches y
no solo a los Catriel.
Acto de Restitución de Restos a Pueblos Originarios. En la imagen Victor Hugo Gonzalez Catriel representante de la comunidad Peñi-Mapú de Olavarría. Año 2015 |
Cuando
fue nombrada la última adhesión se entonaron las estrofas del himno nacional
argentino y, un concejal junto a tres miembros del pueblo mapuche, cada uno de
ellos descendía de un cacique diferente de manera que tres líneas de
descendencia estuvieron representadas, izaron la bandera argentina que estaba
dispuesta en el interior del salón, sumándose a la bandera mapuche que estaba
colocada en una de las paredes laterales.
Así
quedó inaugurado el parlamento, se retiraron las autoridades del Consejo
Deliberante, los visitantes y organizadores no indígenas, permaneciendo en el
interior del recinto solo los indígenas previamente inscriptos para
parlamentar. Las deliberaciones se extendieron hasta las 19 hs. momento en el
que se cerraron las mismas. Luego a las 20 hs. fue elegido presidente de la
naciente asociación mapuche Peñi-Mapu, la que actualmente se halla
interviniendo en la sociedad como institución sin fines de lucro. La creación
de esta asociación planteó un espacio para revitalizar la identidad indígena,
incentivando el reconocimiento en términos de autoadscripción y de adscripción
y promoviendo prácticas de inserción en los espacios políticos.
Este
tiempo transcurrido encuentra a Peñi-Mapu con la satisfacción de haber vivido
cuestiones muy fuertes como por ejemplo un Parlamento a nivel provincial
durante el año 2000 en el Cerro Luciano Fortabat al que concurrieron una buena
cantidad de descendientes de toda la provincia, de celebrar por primera vez la
llegada del Wiñoy Xipantu (Año Nuevo Mapuche) en la localidad de los Toldos y
de haber invitado a Peñis de Bahía Blanca para que dicten Talleres de Wizùn
(ceramica) y Witral (telar) Mapuche en la Facultad de Ciencias Sociales.
El Cantón Tapalqué Viejo (CTV)
Ubicación geográfica y breve reseña
histórica:
El
sitio Cantón Tapalqué Viejo se halla a 36º 34' 40'' latitud Sur y 60º 04' 40.6'' longitud Oeste, en Argentina,
provincia de Buenos Aires, partido de Tapalqué. Está ubicado en el interior de
un campo de 2350
hectáreas -dedicadas a la producción ganadera y a la
agricultura- y a la vera del arroyo homónimo, en una 'rinconada' que forma el
curso de agua y que fue utilizada como barrera natural en el sistema de defensa
de la fortificación. Dista a 17 kilómetros de la actual ciudad de Tapalqué,
cabecera del partido mencionado. El lugar se corresponde con la subregión pampa
húmeda, específicamente con lo que se define como Area de Depresión del Río
Salado (Politis, 1988).
En
la transición a convertirse Argentina en una incipiente 'nación', los años
sucesivos a la Revolución de Mayo (1810) y a la Independencia (1816) marcaron
una etapa de expansión territorial interna y el planteo de unificación
ideológica para formar el Estado argentino. Consecuentemente, lo que se
denominó "Conquista del Desierto" a partir de las “líneas de
fronteras” en la provincia de Buenos Aires, a fines del siglo XVIII y durante
siete décadas del siglo XIX, fue el concepto legitimado por los gobiernos
sucesivos para continuar la expansión sobre el territorio de los cacicatos. En
forma muy similar a la "Conquista del Oeste" (EEUU), coincide en la
implementación de dos estrategias básicas:
1- el avance de una línea de frontera móvil, esto es,
la movilización de tropas militares -desde un centro geográfico determinado,
generalmente el lugar de residencia del poder político- para ir estableciendo
fortificaciones sobre el territorio a conquistar (espacio de asentamiento de
sociedades indígenas), las que, en la 'Conquista del Desierto' fueron
denominadas fuerte, fortín, cantón y comandancia, según la cantidad de tropas
que albergaran y el poder logístico que asumieran desde su instalación.
2- la apropiación de esos territorios -para
implementar un modelo económico europeo sobre la base de la explotación del
recurso tierra- y la 'colonización' de los mismos a partir de la instalación
permanente de poblaciones 'blancas', preferentemente en áreas aledañas a
aquellas fortificaciones, instando a la creación de poblados que luego serían
las ciudades de hoy.
Las
fronteras internas fueron límites simbólicos -materializados en
fortificaciones- de esa situación permanente de colonización (Cabodi, 1950). Paralelamente,
las leyes de enfiteusis instalaban a colonos inmigrantes, otorgaba tierras de
la pampa bonaerense a oficiales y soldados que hubieran participado de las
luchas por la Independencia o “contra el indio” (Raone, 1969) y regalaba
tierras a allegados de los gobernantes, lo que aseguraba el cambio de manos de ese recurso: de
'indios' a 'blancos' (Donghi, 1969, 1975 y 1972; Bechis, 1982; Fradkin, 1987).
Sucesivamente, la línea “avanzaba” y “ganaba” tierras para el incipiente Estado
Nacional. Es así que los malones fueron considerados por algunos autores
(Mandrini, 1987 y 1992) como 'empresas', esto es, estrategias de la sociedad
indígena para la recuperación de bienes y para la redefinición económica y
política ante la instancia de su exclusión.
Ubicación del cantón Tapalque Viejo. |
En
octubre de 1831 se produjo un ataque indígena a la hacienda del Gral. Marcos
Balcarce, entonces Ministro de Guerra y Marina y amigo personal del gobernador
de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rosas. En consecuencia, éste ordenó la
construcción del Cantón Tapalqué en tierras de aquél, en una explanada elevada,
a la vera del arroyo Tapalqué y coincidiendo con una zona de tránsito y de
comunicación para los grupos indígenas y para las partidas de militares y
comerciantes hacia el sur. El Cnel. Gervasio Espinosa fue el comandante de la
nueva fortificación durante cinco años y la primera dotación militar habría
contado con veintisiete hombres (Capdevila, 1963).
La
presencia de agua y pasturas permanentes, la proximidad al sistema serrano de
Tandilia y la rinconada del arroyo definieron también la importancia logística
para establecer la fortificación y relocalizar parte de los cacicatos
considerados aliados por el gobierno central, los de los caciques Cachul y
Catriel. Los grupos de ambas sociedades indígenas sumaban quinientos indios
pampas en su población (Martínez Sarasola, 1992; Sarramone, 1993). El CTV pasó
a integrar la denominada Línea Frontera Sur.
Fue
habitado permanentemente desde 1831 hasta 1855, cuando se decidió trasladar la
población y fundar el Nuevo Fortín Tapalqué, a 17 kilómetros al
norte, donde actualmente se halla la ciudad de Tapalqué. Declinó su importancia
al perder Rosas el poder político y, finalmente, el cargo de gobernador. Según
algunos autores, el fortín estuvo ocupado aún después de 1855 (Capdevila, 1963;
Comando General del Ejército, 1974).
Cacique Calfucurá. Imagen extraida de revisionistas.com.ar |
La Historia destaca al Canton Tapalque Viejo por dos batallas: la de octubre de 1836, un enfrentamiento entre vorogas, indígenas provenientes de Chile, y tropas acantonadas, y la de 1839, un ataque al cantón ejecutado por Calfucurá (cacique que forma una Confederación, alianza entre distintos grupos indígenas a modo de estrategia resistencia colectiva) y una coalición de caciques y capitanejos (jerarquía menor dentro de las organizaciones indígenas), en donde las tropas militares mataron cerca de trescientos indios, mientras que de sus fuerzas murieron un teniente, dieciocho soldados y cinco indios “amigos”; los militares recuperaron también los caballos robados. En el cantón existe un monolito con una placa recordatoria de esta última batalla, la que determinó la declaración de Tapalqué como partido, y, en 1945, la del sitio como Lugar Histórico Nacional.
La
ocupación del lugar no se limitó al espacio de la fortificación, sino que
abarcó un área común para el desarrollo de actividades de sociedades que, en
apariencia, se presentaron como diferenciadas pero que, en la práctica,
participaron de una serie de tareas integradas y de relaciones sociales
complejas. La investigación en el CTV aborda el estudio de dicha interacción,
la del pasado y la del presente. Militares y no militares se constituyeron en
la base de una población que fue conformando una identidad en consonancia con
el medio, sobreviviendo al desmantelamiento de la fortificación y
relocalizándose, en parte, en la actual ciudad de Tapalqué.
Descendientes de la familia Catriel en Batan
Domingo
Batán, natural de Taboada, en la provincia de Lugo, había nacido el 17 de abril
de 1853. Luego de concluir los niveles de estudios primarios y secundarios,
inició su formación eclesiástica, que debió abandonar por motivos ajenos a su
firme convicción religiosa”. “Emigra – como tantos otros – a América, verdadera
tierra de promisión. Recaló primero en Cuba para seguir luego su derrotero a
Buenos Aires. La urbe multitudinaria y bulliciosa no lo sedujo y continuó en la Provincia de Buenos
Aires su marcha hacia el Sur.”
Después
de trabajar en Dolores, llegó al Paraje Los Ortiz donde vivió algún tiempo. En
la zona aledaña estaba emplazada una estancia, propiedad de Don Andrés Liendo,
y el destino quiso que conociera a una de las hijas del estanciero, Carmen
Liendo Peralta. El lazo afectivo entre los jóvenes no tardó en manifestarse, y
el romance terminó en boda, concretada en 1874, año muy particular, por cuanto
otro visionario, Don Patricio Peralta Ramos, fundaba Mar del Plata.
El
matrimonio tuvo nueve hijos, seis varones y tres mujeres. Como producto de su
trabajo, la familia Batán- Liendo fue comprando parte de las tierras donde hoy
se asienta la ciudad. Andrés Liendo, sepultado en 1887, fue el último
descendiente del cacique Catriel, quien tuvo una gran influencia en el impulso
de la zona de Batán.
Fuentes:
Roca, Julio Argentino –
Iconografía Militar, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas,
Buenos Aires (2006).
Juan Jose Catriel. Revisionistas. http://www.revisionistas.com.ar/?p=88
Historiador José Carlos
Depetris
Walter Minor / Especial para
infoeme.com
www.historiasdeolavarria.blogspot.com
www.historiasdeolavarria.blogspot.com
http://www.elorejiverde.com/historia/los-caciques
Los Catriel, de amigos a apresados. ¿El fin o la continuidad de una estrategia? Por Mariano Nagy. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-96282014000100006#nn13
https://independent.academia.edu/RevistaTefros
http://www.revisionistas.com.ar/?p=12586
La
Asociación Peñi Mapu: Conformación de una identidad étnica en contextos de
globalización por la Lic. Nora Marcela Guerci.
http://www.equiponaya.com.ar/congreso2002/ponencias/marcela_guerci.htm
Emotiva
Restitución y Ceremonia en el corazón de las pampas
http://www.elorejiverde.com/buen-vivir/393-emotiva-restitucion-y-ceremonia-en-el-corazon-de-las-pampas Los Catriel, de amigos a apresados. ¿El fin o la continuidad de una estrategia? Por Mariano Nagy. http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-96282014000100006#nn13
https://independent.academia.edu/RevistaTefros
http://www.revisionistas.com.ar/?p=12586
Muy interesante. Tengo una amiga que es pura descendiebte de esos pueblos originario por parte de madre , nieta del doctor Molina de los Toldos, cuyas tías y madre son todas graduadas universitarias
ResponderEliminarSms bisinieto d bibiana garcia vivims enbs as
ResponderEliminarExcelente la información!!
ResponderEliminarYo soy descendiente por parte materna de Marcelino Catriel, presumiblemente tara tatara nieto.Lamentablemnte tengo una generacion que me falta en el arbol genealogico que me imposible encontrar.Mi bi tatara abuelo abuelo materno se llamaba Diogenes Barrientos,mi bisabuelo Marcelino.Me hasido mas facil encontrar datos de anscentros de Irlanda, Italia y Pais Vasxo que de mis anscestros originarios que estaban a 700km...
ResponderEliminar.
Hola. Hace años mi padre me habló del parentesco con los Catriel, pero sin saber a ciencia cierta. Desde hace un tiempo estoy investigando y parece que el linaje viene por el lado de María Catriel, bisnieta de Juan el Viejo y de la que casi no hay registros. Mi abuelo paterno también se llamaba Marcelino y sería hijo de Marcelino Catriel. Aún sigo investigando, sería bueno intercambiar datos. M E sucedió lo mismo , encontrando genealogía europea y no de nuestros ancestros aborígenes. Gracias
EliminarHice mi tesis de doctorado sobre la Frontera india suroeste de Argentina hasta 1890. La primera foto titulada "CATRIEL el Viejo" no puede ser él. Me parece tehuelche, llevando el quillango tradicional, pero no pienso que se trata tampoco de Casimiro Bigua.
ResponderEliminarCordialemente
Es cierto. Tenìa la imagen cargada arriba con el nombre cambiado. En realidad es es Cacique Calfucurà y tenìa que ir màs abajo. Gracias por la correcciòn!
EliminarLa foto de los hermanos JJ y Marcelino, tomados de la mano ¿se sabe donde y cuando fue tomada? ¿el fotógrafo?
ResponderEliminarUna historia que nadie conoce..pero mi padre si..a el se lo conto su padre y a su padre .su padre.y a su padre .su padre. quien se caso con la hija de una hija de catriel.la joven hija de catriel ( el joven) fue dada a ina fsmilia muy importante de buenos Aires .de apellido Olivera cesar.pero uno de los hijos abuso de ella ,y la familia la rechaso.años despues esa niña se caso con mi tatarabuelo( yo creo que esa niña era Marcelina catriel de quien no se save nada .mi padre tiene una foto hermosa de ella .fin
ResponderEliminarNombra a Pellita como intendente de Olavarría, en realidad lo fué de Lamadrid
ResponderEliminarLa imagen que dice Calfucurá es en realidad Pilkokjshe, en 1879. La foto que preguntan donde están los hermanos Catriel tomados de la mano sale en Caras y Caretas del 27/3/1909 n.º 547, si le sirve este dato. Un saludo.
ResponderEliminarExcelente dato Luis Blaugen-Ballin. Tengo la foto pero no encuentro mucha información sobre ella. Cualquier otra cosa que sepas sobre ella, bienvenida. Saludos y Gracias!
EliminarBUENAS TADES LE VOY A CORREGIR UN ERROR .JUAN.JOSÉ CATRIEL .MARCELINO CATRIEL Y CIPRIANO CATRIEL.ERAN HERMANOS .MRACELINO CATRIEL ERA MI BISABUELO.Y SUS HIJOS
ResponderEliminarJUAN CATRIEL ERA MI ABUELO .Y HERMANO DE MATILDE CATRIEL QUE VIVÍA EN SU CASITA DE SIERRAS BAYAS. DESPUÉS DE 50 AÑOS SE REENCONTRARON LOS HERMANOS TÍA MARILDE Y MI ABUELO . YO TENGO FOTOS DE ELLOS DOS. EL QUE TENÍA QUE ASUMIR EL CACICAZO ERA MI BISABUELO MARCELINO CATRIEL Y ÉL NO QUISO .POR ESO ASUMIÓ SU HERMANO MENOR CIPRIANO CATRIEL .EN EL DIARIO DE LA CAPITAL LE HABÍAN HECHO REPORTAJES A MI ABUELO E INCLUSIVE SALIÓ EL ABRAZO DE LOS CATRIEL .DESPUÉS DE 50 AÑOS YO TENGO LAS FOTOS DE MI ABUELO Y TAMBIÉN JUNTO A MI TIA ABUELA MARILDE CATRIEL .ES HERMOSO RECORDAR LA VIDA DE MIS ANTEPASADOS .YO SOY GRACIA ANA MOFFA .HIJA DE EMMA ESTEHER MIGUELINA CATRIEL HIJA DE JUAN CATRIEL .MI ABUELO VIVÍA EN MAR DEL PLATA .YO TENGO CERTIFICADOS DE NACIEMENTO. Y CON VICTOR HUGO CATRIEL HEMOS HABLADO POR TELÉFONO. Y EL ME DECÍA QUE YO ERA DE LA TERCERA GENERACIÓN Y EL LA CUARTA GENERACIÓN .Y ME ABUELO TRABAJABA EN UN FÁBRICA DE .MOSAICOS.Y ME ACUERDO LA FECHA DE SU FALLECIMIENTO Y LA DE TÍA MARILDE ..QUERÍA CORREGIR ESO ME DESPIDO AATT.Y MI ABUELO NACÍO EN LA ISLA NARTÍN GARCIA CUAND LOS LLEVARON PRISIONEROS .