domingo, 22 de septiembre de 2019

LA PIEDRA MARPLATENSE

Imagen de un revestimiento de piedra Mar del Plata con junta cerrada, muy característico de nuestra ciudad.

El territorio bonaerense está constituido por una extensa llanura de sedimentos modernos y por dos sistemas serranos: las Sierras Septentrionales o Sistema de Tandilia, y las Sierras Australes o Sistema de Ventania. Las sierras Septentrionales se extienden con orientación NO-SE por unos 350 km desde las lomadas de Quillalauquen hasta Mar del Plata. En su sector central, se registra su ancho máximo 60 km y sus mayores alturas de 525 metros sobre el nivel del mar. Este sistema serrano concentra la mayor parte de yacimientos minerales entre los que se encuentran: calizas, granitos, arcillas dolomías y ortocuarcitas. 

Mapa litológico del partido de Gral. Pueyrredon. Del Río y otros. Año 1997 (modificado)
Sistema de Tandilia. Fuentes. Cravero y otros. Año 2014.

A este último tipo, corresponden las afloraciones rocosas presentes en Mar del Plata, comúnmente llamadas “cuarcitas”. Con la denominación de cuarcita se identifica a una roca cuyo principal componente es cuarzo, en una proporción superior al 80% y originariamente ha sido una arenisca que fue sometida a procesos de recristalización o cementación de los granos de sílice, dando como resultado una especie de alta resistencia mecánica y baja porosidad. Secundariamente puede contener otros minerales como feldespato, mica, magnetita, apatito, circón, turmalina y otros de tipo accesorio.

En Argentina e independientemente de la definición petrológica, la cuarcita se suele asociar a la “piedra Mar del Plata” ya que la existencia, explotación y uso de esta variedad pétrea en esta ciudad y regiones de influencia, se ha asociado el nombre comercial y la clasificación técnica. Por sus excelentes propiedades físicas y estabilidad mineral ha sido muy utilizada en revestimientos exteriores para edificios públicos y privados, pavimentos y también como piedra partida. Posee un característico color blanco o beige claro a veces con bandas de tonos amarillento, rojizo, violáceo y marrón claro como consecuencia de procesos de oxidación mineralógica. Esta variación de la tonalidad lejos de restarle calidad, la acentúa haciendo de esta roca una de las elegidas para fines ornamentales.

El paisaje de la ciudad de Mar del Plata se caracteriza por un relieve poco marcado conformado por un conjunto de lomas chatas y bajas, dispuestas en su mayor parte subparalelamente con las direcciones NO-SE y NNO-SSE. Predominan los flancos de escaso gradiente que muestran en general suaves ondulaciones. En algunos sectores costeros como Punta Iglesias y desde Punta Piedras hasta Playa Grande las lomas son cortadas abrupta o escalonadamente por frentes rocosos acantilados de constitución ortocuarcítica, que pueden alcanzar alturas de hasta 10-15 metros. Las lomas se hallan distribuidas en cuatro grupos principales; la más septentrional es la llamada Loma de Santa Cecilia, de escaso desarrollo areal y con alturas apenas superiores a los 20 metros. 

Mural de Eliseo Coppini en la casa de Eduardo Peralta Ramos. A la derecha de observa la Loma de Santa Cecilia, de escaso desarrollo areal y con alturas apenas superiores a los 20 metros. A la izquierda se encuentra la loma de Stella Maris con alturas de 40 a 50 metros. Gentileza Pasqualino Marchese

El centro fundacional de Mar del Plata se sitúa geográficamente entre dos elevaciones naturales, colinas de piedra identificadas originalmente como la loma de la Chacra, hoy de Santa Cecilia, y la loma de la Hydra, actualmente Stella Maris. Debido a esta particular localización, el material pétreo estuvo presente en el proceso de construcción de la ciudad desde sus inicios y en las distintas etapas de su crecimiento, por tratarse de un recurso natural disponible en abundancia en la zona, siendo en sus comienzos, fácilmente accesible. 

Expedición de Bañistas a la Gruta de Egaña. Año 1899. Imagen gentileza Lic. Angel Somma


Hacia el sur y separada de la anterior por una amplia zona deprimida (conocida como Fosa o Graben del Casino) se destacan dos lomas; la más oriental o de Stella Maris dispuesta con orientación NNE-SSO, posee forma triangular alongada coincidiendo uno de sus vértices con el Cabo Corrientes; la occidental es la Loma del Golf o del Cementerio de rumbo NNO-SSE, unida a la anterior en el sector de Playa Grande. Sobre estos grupos de lomas, que alcanzan alturas máximas de 40-50 metros se desarrolla el sector centro –meridional del área urbana de Mar del Plata. El cuarto y más austral de los grupos de lomas se desarrolla en la zona puerto y se dispone con su eje mayor en dirección NNO-SSE, alcanza alturas de 55-60 metros, presenta el mayor desarrollo areal y termina en el sector costero de Punta Cantera. (Del Rio, et al, 1995:32-33)

 
Punta Piedras. circa 1906-1907. Sociedad Fotográfica Argentina. Aporte Cristina Corsini
Canteras en el Torreón. (Actual paseo Jesús de Galíndez). década del 20  Imagen enviada por José Alberto Lago a Fotos de Familia del Diario La Capital

Ya en 1857 cuando Coelho de Meyrelles estableció el saladero de la Laguna de los Padres, las piedras recolectadas del lugar se contaban entre los materiales empleados para la conformación del incipiente pueblo, siendo el material con que el constructor suizo Francisco Beltrami, auxiliado por el señor Crotti, levantara en 1860, los muros de la capilla fundacional de Santa Cecilia, testimonio arquitectónico de mayor antigüedad y relevancia histórica que conserva la ciudad.

José Camusso (marcado con una cruz) durante el relevamiento topográfico en la provincia de La Pampa. Nació en Dolores el 9 de febrero de 1886. Posteriormente cursó estudios en el instituto Técnico Carlos Cattaneo de Milán (Italia) donde recibió el título de agrimensor. Retornó a la Argentina realizando durante cinco años un detallado mapa del territorio de La Pampa. Posteriormente sería intendente de Mar del Plata. Foto de su nieta Ana Maria Camusso. Gentileza Mercedes Inés Monteverde.

Al proceder al trazado del pueblo en 1874, el agrimensor Carlos de Chapeaurouge tomó como referente a este monumento describiéndolo como “Una capilla construida con piedra y cal, bien revocada y con su correspondiente torre”. Otro material disponible era el canto rodado, cuantioso en la zona hasta 1910: Cuando en 1873, Patricio Peralta Ramos solicitó al gobernador de la Provincia de Buenos Aires la autorización para fundar el pueblo, lo hizo mediante una carta en la cual se refería a la existencia de construcciones de piedra, destacando la posibilidad de explotación de las canteras pétreas:

“Hay una iglesia de piedra y cal…hay además veinte casas de piedra, madera y ranchos…Se halla allí la piedra granito, cal y tierra hidráulica en cantidad suficiente para llenar las necesidades de toda la provincia…”

(Peralta Ramos, 1873)

Esta idea de Mar del Plata como centro proveedor de piedra arenisca (en el escrito llamada granito) se llevará a la práctica pocos años más tarde y durante varias décadas en que las canteras de la ciudad y la zona, brindarían la piedra para abastecer no sólo obras locales sino también las situadas en otras localidades de la provincia como la Plata o Buenos Aires. La zona de Punta Cantera, al sur de Punta Mogotes, había comenzado a explotarse para la extracción de piedra desde el siglo XIX derivando de esta explotación el hallazgo de material calizo.

El Hotel Gamba, uno de los primeros de Punta Mogotes, funcionaba cerca de la calera.Imagen enviada por Salvador Elías para Fotos de Familia Diario La Capital
La chimenea de la antigua calera que se hallaba en Punta Cantera (Waikiki). Imagen enviada por Salvador Elías para Fotos de Familia Diario La Capital

JacintoPeralta Ramos autorizó la instalación de una calera en tierras de su propiedad, la cual proveyó la cal empleada en las primeras construcciones de la ciudad. Este establecimiento quedó a cargo de Luis Gamba, extrayéndose de la cantera de piedra, los bloques empleados para los cimientos de la Catedral de La Plata. A partir de esta primera época ligada a las actividades productivas y durante muchos años, en etapas posteriores asociadas al turismo, la extracción de piedra de la loma de Santa Cecilia, abastecería a las construcciones de la ciudad, alterando la topografía del lugar con una modificación considerable de a pendiente de la loma originalmente más abrupta.

En 1876 Pedro Luro compró a Peralta Ramos el saladero que años antes había instalado en la zona Coelho de Meyrelles, y que para ese entonces se encontraba sin actividad, abandonado por segunda vez. Con la intención de reactivarlo y dedicarse a su explotación, Luro introdujo varias mejoras, construyendo un molino, un nuevo muelle de madera y el primer horno de ladrillos. “También abrió canteras en las barrancas de la loma de la iglesia, al borde del mar” (Sebrelli, 1984:86). Entre las obras de su propiedad se contaba además, en el año 1881, un dique de piedra a la entrada del muelle Luro. Con la nueva posibilidad de fabricación de ladrillos localmente, pasó a contarse con un material que presentaba ciertas ventajas sobre la piedra, condición que se vería reflejada en las nuevas soluciones constructivas y estéticas, optándose por el uso combinado de ambos materiales.

A partir de la década de 1880 decayó la actividad del saladero de Mar del Plata, en un contexto económico que propiciaba el surgimiento de los frigoríficos, desplazando a los saladeros en el nuevo sistema de producción de carnes. La astucia de Pedro Luro y su lúcida visión, lo llevará a concebir una ciudad balnearia, cambiando diametralmente el rol y el destino de Mar del Plata. Entre las rocas de la costa también existía, una piedra movediza, situada al Sur de Cabo Corrientes, antes de llegar a Playa Chica. Fue descubierta por Bautista Crivelli. Los visitantes se entretenían triturando objetos y botellas con su oscilación hasta que el equilibrio fue quebrantado (Albun Bonim, 1924).
 
Tarjeta postal de la Piedra movediza. Fuente  delcampe.net Enviada por  Prof. Julián Mendozzi para Fotos de Familia Diario La Capital


El proceso de urbanización fue produciendo rápidos cambios en la fisonomía de la costa marplatense. La apertura de caminos y la construcción de nuevos edificios sobre la ribera, al mismo tiempo que la explotación de las canteras naturales de piedra del sitio, produjo alteraciones en la geografía generando un nuevo paisaje antropizado. El material pétreo de estas canteras costeras fue utilizado en las obras de pavimentación y en la construcción de edificios situados en las cercanías del sitio de donde se extraían las piedras.

Inauguración de la Explanada Sud-Febrero de 1909.
Inauguración de la Explanada Sur el día 25 de Enero de 1909. Brutes Foto.Archivo General de la Nación. Imagen de Ignacio Iriarte para Fotos de Familia del Diario La Capital

Ese mismo año (1908), con el propósito de vincular la playa Bristol con la Perla hacia el Norte, se construyeron murallones de contención entre las calles Balcarce y el muelle de Punta Iglesia. En 1909 se iniciaron las obras de la Explanada Sur inaugurada en 1911. Dos años más tarde, en 1913 se inauguró la rambla Brístol. La ya mencionada ruta de Egaña, también conocida como gruta del Torreón, se situaba hacia el sur en las cercanías de este edificio. Explotada como cantera, la gruta fue dinamitada por el picapedrero italiano Rizziero Manfredi, quien asociado a Juan Lagroia, fuera contratado por la empresa Castello y Piquerez en 1911, para proveer la piedra que se usara en la obra de la rambla Bristol.

La Gruta de Egaña. circa 1893. Arturo Boote. Fototip Gunche, Wiebeck y Turtl.

El comienzo de las obras del nuevo puerto en 1911 demandó gran cantidad del material; se llegaron a extraer, en los momentos de mayor actividad de las canteras, 2500 toneladas de piedra por día, practicando las perforaciones para los barrenos mediante aire comprimido (Sas, 1932) 75. Asimismo el mejoramiento de las calles requirió de gran cantidad de piedras, llamándose a licitación municipal en octubre de 1918, para la concesión y explotación de una serie de canteras ubicadas sobre la costa.

La demanda progresiva de piedra para la construcción generará un conflicto de intereses entre la explotación económica de las canteras y la voluntad de conservar el recurso paisajístico tan admirado y ligado al disfrute en los inicios de la ciudad balnearia. Ya en el año 1929 se expresaba la inquietud por la explotación indiscriminada de las canteras. Para esos años la extracción de piedra en los terrenos próximos a la Explanada estaba terminantemente prohibida por los Decretos del 13 de Mayo de 1927 y Septiembre de 1929.


Cantera Mar del Plata ubicada en el Puerto. Pueden verse los obrajes, la colina de la que se extrae la piedra y de fondo el barrio portuario con la grúa de la escollera sur.

Demolición de la cantera a pico y pala, . Imagen gentileza Carlos Alberto de Adá para Fotos de Familia del Diario La Capital
Demolición de la cantera a pico y pala, . Imagen gentileza Carlos Alberto de Adá para Fotos de Familia del Diario La Capital
Demolición de la cantera a pico y pala, . Imagen gentileza Carlos Alberto de Adá para Fotos de Familia del Diario La Capital
. En la cantera, puerto, trabajando para la construccion del mismo. Año 1913. Imagen enviada por el Lic. Angel J. Somma a Fotos de Familia del Diario La Capital
En la cantera, puerto, trabajando para la construccion del mismo. Año 1913. Imagen enviada por José Alberto Lago a Fotos de Familia del Diario La Capital
Cantera puerto. vagones para los bloques. Ddécada del 20. Imagen enviada por  José Alberto Lago a Fotos de Familia del Diario La Capital
Explotación cantera puerto. foto entre 1923 y 1925 de Luis Juan Carlos Sambucetti. Enviada por Carlos Alday Sambucetti a Fotos de Familia del Diario La Capital
Locomotora francesa de la compañia constructora Al.DO.SI.VI. Imagen gentileza del Lic. Angel Somma para Fotos de Familia del Diario La Capital

Esta preocupación empieza a plantearse en forma explícita en los medios de difusión de la época que alertan sobre la necesidad de conservar las barrancas naturales de piedra existentes como un rasgo de fuerte presencia en el paisaje de la ciudad y exigiendo un serio control sobre la actividad extractiva. En 1928 la revista Sur publicaba en sus páginas la siguiente nota:

Mar del Plata cuenta con terrenos en número crecido capaces de producir grandes, es decir, enormes cantidades de piedra de primera calidad, en cantidad tal que sobrepasa los cálculos más optimistas. La piedra que el lugar produce es conocida por todos. Reúne la calidad que se exige para lo que en la actualidad se las destina. No es demasiado dura, en consecuencia se deja labrar con facilidad. De ahí que pueda hacerse de ella lo que en realidad se desee. Cada día que transcurre se la explota en mayor cantidad. Las canteras aumentan con las necesidades. La demanda de tan buen material de construcción se hace desde ciudades distantes. En la ciudad de la Plata se construye, desde muchísimos años una catedral, que será orgullo de América. 
 
Colocación Piedra Fundamental Iglesia San Pedro – 18 de Enero de 1893 – Enviada por Jorge Redondo a Fotos de Familia del Diario La Capital

La piedra empleada es la que se obtuvo en la vieja cantera de Gamba, ubicada a inmediaciones del Faro de Punta Mogotes. Este hecho nos demuestra que poseemos un verdadero tesoro si se le explota y da a conocer racionalmente. Sólo hay algo que no concuerda con nuestra manera de pensar. Es lo referente a la ubicación de las canteras y al modo cómo se explotan. En este sentido hallamos fallas de importancia, que tarde o temprano deberán ser salvadas. Hay en la explotación actual una verdadera anarquía. Se abren canteras en cualquier lugar, sin tener para nada en cuenta las necesidades del lugar o del terreno en que funcionan. Un intruso cualquiera, a las veces, se apodera de un lote sin autorización de sus dueños y, sin orientación ni cuidado de ninguna naturaleza, quita piedras febrilmente, convirtiendo el lugar en un sitio inadecuado para la edificación. Un buen día por un motivo cualquiera, deja la cantera y el propietario se encuentra con un terreno inservible. Otros, extraen piedra de los terrenos reservados para calles con los perjuicios consiguientes.
(Revista del Sur, 1929: 3 -5)

Se observaba así un panorama caótico en la explotación de la piedra, donde reinaban el desorden y la falta de planificación, priorizándose los intereses económicos descontrolados, sobre el respeto por las condiciones naturales del entorno. Una apertura progresiva de canteras sin criterio alguno en su ubicación, sumada a una explotación desmedida y sin permiso, ponían en riesgo este recurso a la vez que ocasionaban grandes cambios en el paisaje de la costa marplatense.

El uso de explosivos cerca de sectores consolidados representaba un riesgo tanto para la población instalada como para las condiciones de estabilidad del suelo. La situación fue expuesta en el año 1931 por el ingeniero el ingeniero Della Paollera, quien denunció en una de sus conferencias, al observar una fotografía del año 1890 tomada desde la Loma de Santa Cecilia, el problema de la depredación del paisaje costero y los cambios producidos por el hombre a partir de la explotación de piedra natural. En su descripción expresa:

El camino que se ve en el primer plano servía para el transporte de la piedra de la loma Santa Cecilia, explotación que durante muchos años abasteció a las construcciones marplatenses. En esta loma, que caía más bruscamente al mar que la de Stella Maris, la transformación operada por la explotación de canteras de piedra ha sido grande.
(Della Paollera, 1931)

La instalación del tema en la sociedad incitó al Estado a repensar las políticas de control y resguardo, adecuadas a la nueva configuración de ciudad, más consolidada. Para el año 1933 la intendencia municipal regulaba la explotación de las canteras de piedra obligando a la solicitud de permisos, fijando la razante a seguir y las restricciones pertinentes, estableciendo además, el cobro de impuestos, cuyas tasas se determinaban de acuerdo a la categoría de las canteras y de acuerdo con la cantidad de piedra extraída. En el año 1935 la Asociación de Propaganda y Fomento Mar del Plata, expresó nuevamente, en las palabras de su presidente, Juan A. Fava, la inquietud por la preservación del paisaje costero:
 
Juan Ambrosio Fava, febrero de 1932 con representantes de la revista Caras y Caretas. 
Foto del Lic. Angel J. Somma para Fotos Viejas de Mar del Plata.
"La ciudad debe cuidar hoy en mas con vigilante color todas las expresiones de su urbanización y muy especialmente en los acantilados rocosos de la costa y sus inmediaciones los que deben ser reservados como lugares de belleza natural".

El conflicto entre la actividad extractiva y el crecimiento urbano ya planteado a fines de la década de 1920 se fue agudizando desde mediados de la década de 1930. La crisis progresiva generó como resultado la suspensión de actividades en muchas canteras que se encontraban dentro de la ciudad de Mar del Plata, provocando un desplazamiento de la actividad hacia otros sectores como Batán y Chapadamalal, expansión que fue acompañada por la tecnificación de las primitivas canteras, surgidas en esas zonas en décadas anteriores, como la de Kurt Hermann Wachinitz o José Vasicci. 

Canteras de Balcarce. Año 1936. Vias Decauville de 0,60 mts. posible camino a Mar del Plata. Colección Hume. Imagen gentileza Lic. Angel J. Somma


Este desplazamiento se ve reflejado en las publicaciones periódicas marplatenses, como la Revista del Sur y La construcción Marplatense, entre1939 y 1944, con reiterados anuncios de la cantera Sud Atlántica de Chapadmalal, ofreciendo piedra para obras en tonalidades blanca, amarilla y rosada. La amplia oferta de proveedores de piedra en Mar del Plata durante las decadas de 1930 y 1940 queda documentada en los avisos publicitarios de las revistas de construcción de la época: 

Revestimiento de piedras de las columnas del Casino Central. Image gentileza de Horacio De la Torre para Fotos de Familia del Diario La Capital
Almuerzo ofrecido en la Cantera Mar del Plata. 1940. Roberto Barili.

  1. la Cantera Mal abrigo, en la calle Catamarca al 2300, ofrecía piedra local en bloques de cualquier dimensión (1932);
  2. la Cantera del Griego de Nicolás Soldati, dedicada entre otros trabajos a la “Elaboración de piedras para frentes de cualquier estilo quien sería la proveedora del material pétreo para la fachada del casino (1937).
  3. la cantera de Mariano de Vera, situada en Cincuentenario y Viamonte; (1940)
  4. la Cantera Mar del Plata, ofreciendo piedras para revestimiento y trituradas; (1940)
  5. la empresa Lorenzo di Terlizzi, con cantera propia en Fortunato de la Plaza y Juramento; (1940)
  6. La cantera “Costa Sud” de Carmelo Vitullo, cuya sucursal Nº 2 se ubicaba en el puerto de Mar del Plata (1940)
Esquina de Pellegrini (continuación de Rondeau) y J.B Justo. A la izquierda se alcanza a ver la cúpula de La Sagrada Familia, que está sobre la calle Rondeau. La cantera se extendió hasta la calle Alem (vereda frente al golf). Año 1963. Diario El Mundo.


Finalmente en 1956 queda prohibida por Decreto Municipal, la explotación de canteras dentro de la ciudad Mar del Plata y en una faja costera de 2 kms de ancho. Mar del Plata no fue ajena a esta política nacional donde los materiales de la región fueron elegidos y valorados, asociados a la idea de independencia económica, sumados al lenguaje de la clasicidad monumental como símbolos de un Estado fuerte y soberano, con una arquitectura representativa en la que Bustillo, vinculado al poder político de ese momento, tuvo un rol preponderante. 

Testimonios de esas manifestaciones son el Palacio Municipal, construido en 1938 y el complejo Casino Hotel Provincial, entre 1938 y 1950. Ambas obras, surgieron en el marco de un plan de modernización de la ciudad y con el fin de incrementar el turismo, para lo cual se pavimentó el camino a Buenos Aires, entre 1938 y 1939, siendo proveedora de piedra para esta obra, la ya mencionada cantera de Gamba, ubicada entre los Hoteles Punta Cantera y Gamba.

Sobre la playa quedaban los últimos resabios de un sitio histórico y olvidado. La calera de Punta Cantera. Imagen enviada por Salvador Elías para Fotos de Familia Diario La Capital

También en las décadas de 1930 y 1940 se optó por la piedra para las obras escultóricas de la ciudad, por sus connotaciones simbólicas de grandeza, durabilidad y por su fuerte vinculación con el paisaje local. En 1936 se instaló sobre el barranco de Punta Iglesias, la colosal Cabeza de Florentino Ameghino, obra del escultor Rafael Radogna, esculpida sobre un bloque de piedra de aproximadamente 25 toneladas, provisto por la cantera de Rossi, ubicada en Tucumán y Laprida. Los monumentales lobos marinos situados en la rambla de Bustillo fueron esculpidos por Fioravanti cerca de 1944, convirtiéndose muy pronto en ícono del turismo en la ciudad. 

La escultura de Ameghino fue llevada desde la cantera de la calle Tucumán y transportada con troncos de madera hasta su emplazamiento. Año 1936
Rafael Radogna, escultor y su ayudante,autor del Monumento a Florentino Ameghino en 1936
Monumento a Ameghino obra de Rafael Radogna,quedó inaugurado el 29 de Noviembre de 1936. Archivo General de la Nacion. Inventario 50530. Imagen gentileza Lic. Angel Somma
Monumento a San Martín. Año 1956. Este es el personal que trabajó en la construcción del monumento, Alberto Mariezcurrena es el primero contando desde la izquierda. La firma que está abajo es de Luis Perlotti (escultor de la figura de San Martín). A la derecha don Santo Meschino. Sentado en el primer escalon Carlos D`Alonso. Enviado por Alberto Mariezcurrena a Fotos de Familia Diario La Capital
Monumento a San Martín. Año 1956. Personal que trabajó en la obra incluido al escultor Luis Perlotti. Yo soy el segundo contando desde la derecha. El escultor es el cuarto contando desde la derecha. Carlos D`Alonso parado es el tercero desde la izquierda. Enviado por Alberto Mariezcurrena a Fotos de Familia Diario La Capital
El escultor Luis Perlotti. (1890-1969)



En el chalet Plus Ultra ubicado en la calle Santiago del estero Nº 1228 vemos un buen ejemplo del uso de la piedra. La obra del proyectista Pablo L. Soca perteneciente al Sr. Angel Huerta tiene una fachada revestida en piedra con aparejo "baston roto", alterna molduras, recercados en aberturas, mensuras y un escudo central en el remate. Dos importantes bochas enmarcan el acceso. Cuatro arcos abovedados descansan sobre columnas monolíticas con capiteles rectos y bases circulares, abrazadas por las dos mitades de aro. Las balaustradas también pétres alternan formas rectas y curvas en los barandales. Los trabajos en piedra fueron realizados por el artesano Lorenzini.

Chalet Plus Ultra. Santiago del Estero entre 3 de Febrero y la costa. Década del 70”. Roque Martínez para Fotos de Familia del Diario La Capital
Detalles constructivos chalet Plus Ultra realizados por Lorenzini.
Imagen del Quijote de Roberto Catteruccia. Chalet Plus Ultra. Stgo. del estero 1228.
Detalles del Quijote de Roberto Catteruccia. Chalet Plus Ultra. Stgo. del Estero 1228.

El monumento a Alfonsina Storni, fue instalado en la barranca de La Perla cerca de 1947, aunque la obra fuera ya había sido terminada en 1942 por el artista Luis Perlotti. También en las plazas y plazoletas locales se instalaron esculturas de material lítico, como el monumento a la Madre universal ubicado en la Plaza Mitre en 1950, del escultor marplatense José Alonso, también autor de las obras: “India”, situada en la Plaza San Martín, “Mujer sentada”, en la Plaza Rocha y “Maternidad”, hoy en la plazoleta limitada por la Avenida Felix U. Camet y Rejón, todas obras realizadas en piedra de canteras locales.
 
El escultor Luis Perlotti autor del Monumento a Alfonsina Storni

postal de Mar del Plata del 16 de diciembre de 1948 nos recuerda que inicialmente el monumento a Alfonsina Storni fue colocado de espaldas al mar. Enviada por José Alberto Lago a Fotos de Familia

Monumento a Alfonsina Storni realizado por el artista Luis Perlotti. Instalación Actual


Para ese entonces Argentina, con la mirada atenta hacia Europa, buscando ansiosamente un referente de progreso, intentaba definirse a partir de modelos extranjeros apartados de su herencia española, manifestando su dependencia cultural en las costumbres y en las artes, donde la influencia de la Academia francesa y el romanticismo de la era post industrial se proyectará al continente americano importando bienes suntuarios, materiales de construcción y hasta prototipos prefabricados, como también profesionales o proyectos de arquitectos extranjeros que nunca llegaron al país. En su análisis sobre el pintoresquismo marplatense Roberto Cova señala:

La estilística de la arquitectura pintoresca marplatense se corresponde con la de las construcciones para esparcimiento en los alrededores de Buenos Aires, el uso de la piedra arenisca local, en las construcciones marplatenses, las diferenció de sus análogas porteñas, pero éstas no tardaron en incorporarlo. Este fenómeno de mini transculturación parecería responder a necesidades significativas referidas a valores de prestigio por parte de sectores de la pequeña clase media en procura de imitar a las familias del más alto nivel, que entonces prevalecían social y territorialmente en la ciudad veraniega de Mar del Plata.
(Cova y Gómez Crespo, 1978:171)

Si bien la piedra estuvo presente en todas las etapas de desarrollo de Mar del Plata esta intensificará su uso en las fachadas de la ciudad durante el período 1930-1950 convirtiéndose en un rasgo distintivo que caracterizará a la arquitectura local llegando a definir un estilo y a dar nombre al material: “piedra Mar del Plata”.

 Actividades en la cantera puerto. Año 1967
video gentileza Historia de la Televisión Marplatense


La mano de obra artesanal

Los inmigrantes, procedentes de distintas regiones europeas, llegaron en busca de oportunidades de trabajo, instalándose en distintos puntos del país, de acuerdo a la localización de las posibles obras que demandaran de sus oficios. Era frecuente que se trasladaran de una ciudad a otra en busca de nuevas faenas a realizar, de igual modo que lo hicieron los talleres itinerantes del medioevo. Los artesanos especializados en el trabajo de la piedra fueron mayormente de procedencia española, italiana o yugoslava, y dejaron testimonios de sus saberes, transmitidos por generaciones, en distintas regiones del territorio.

Cabe destacar la labor de los inmigrantes croatas en Córdoba, plasmada en obras representativas de la década de 1940, como el “Arco de Córdoba” y la “Cañada”: Lušičić, Zlopaša, Strižić, Gašparović, Radetić, son apellidos de algunos de los artesanos que intervinieron en estas obras, en muchos casos, con la participación de padres e hijos en el desempeño del mismo oficio. La explotación de canteras y el trabajo de la piedra también atrajeron la mano de obra de los inmigrantes.

Muchos de ellos, asentados en las ciudades de Tandil y Olavarría desde principios del siglo XX, quienes se trasladaron luego a Mar del Plata en la década de 1930. Para entonces, mientras en Tandil mermaba la explotación de piedra y la elaboración de adoquines, cuando el hormigón comenzaba a reemplazarlos, en Mar del Plata se encontrara en pleno auge el uso de la piedra local, de menor dureza y más fácil de trabajar que la de Tandil, lo cual motivó un corrimiento de la población de artesanos hacia nuestra ciudad.

Después de 1940, la mayor parte de los picapedreros de Tandil se trasladaron a Mar del Plata, por motivos laborales, de salud o también políticos. La mayor parte de los artesanos que llegó a nuestra ciudad fue de origen italiano o español; Picca, Cossa, Lotti, Pradelli, Lorenzzini, Venturi, son algunos de los apellidos de origen italiano, mientras Vila, Castañón y Gutiérrez se encuentran entre los de origen español.

 
Gruta de Lourdes. Año 1938. Foto donada por la Flia. de Guido Pezzati. El Dr. Norberto F. Peralta Ramos donó la manzana donde antes existió  una cantera que se fue agotando. Imagen gentileza Lic. Angel Somma


Luis Cossa en la construccion de la Gruta de Lourdes. Año 1938. Imagen gentileza Marta Cossa para Fotos de Familia del Diario La Capital
Angiolo Venturi y un grupo de trabajadores en las obras en la cantera de la Loma Stella Maris. Año 1922

Mar del Plata, 1922. Angiolo Venturi y un grupo de trabajadores en las obras de tendido de cables en la intersección de las calles Belgrano y San Luis, donde se hallaba el famoso almacén “La Reforma”. Enviada por Francisco Ramallo a Fotos de Familia del Diario La Capital

Angiolo Venturi, fue piedretista de la Toscana que se formó en Italia mientras trabajaba en Suiza. Llegó a la Argentina en 1911 alojándose en el Hotel de Inmigrantes. Su hija, Brunetta, llegaría al país tres años más tarde, casándose con Carlos Pedro Castañón, picapedrero español. De los ocho hijos que tuvo el matrimonio, cuatro continuarían con el oficio. Angiolo Venturi siempre trabajó en Mar del Plata, fue quien labró las columnas salomónicas de Villa Kelmis, interviniendo además en varias obras del ingeniero Alula Baldassarini.
 
Santiago Picca en su pueblo natal de Molfetta. Imagen gentileza Familia Picca
Sergio Picca artesano de la piedra.Imagen gentileza Familia Picca


Paulino Gutiérrez (1886-1968), español de León, vino al país en 1904. Fue canterista, empedrador y albañil en sus comienzos, obteniendo luego su matrícula de Constructor. Entre 1911 y 1945, asociado con su hermano Maximiliano, construyó numerosas residencias. (Cova y G. Crespo, 1984). Los hermanos Santiago y Sergio Picca, también arribaron de Italia y trabajaron en la ciudad.95 Santiago Picca, nacido en Molfetta, llegó a Buenos Aires a los 22 años, el 19 de noviembre de 1930, en el barco “Belevedere” proveniente de Nápoles. Su hermano, Sergio, llegó el 30 de mayo de 1948, a los 36 años en el barco “Santa Fe”, procedente de Génova. Ambos hermanos elaboraron piezas de piedra labradas “a pedido”, instalados en el Puerto, en la zona de las calles Gaboto y Edison.

 
El picapedrero Mario Castañon junto a un grupo de obreros en Mar del Plata

Labrado de un trozo de arenisca blanca. Diario La Prensa. Año 1939
Dino Lotti, coloca en la parte más alta del techo la tradicional rama en la Torre Tanque de Mar del Plata. El documento gráfico es de 1942 y fue enviado especialmente por OSSE a Fotos de Familia.

Dino Melotti, (más conocido por su nombre artístico, como cantante, Dino Lotti) era italiano de Módena. Nacido en 1922 llegó al país con su familia a los cinco años de edad. Se afincaron en Olavarría y en 1936 se trasladaron a Mar del Plata, donde permanecieron definitivamente en el barrio del Puerto. Dino tenía 14 años cuando ayudaba a su padre que trabajaba como picapedrero y con el cual participó de la construcción de la Torre Tanque. 

Estos y otros artesanos extranjeros aportaron con sus saberes a la construcción de una imagen propia, que fue evolucionando desde las formas rústicas de las primitivas mamposterías, hasta la talla de los más refinados componentes ornamentales donde demostraron gran destreza y dedicación a su oficio. Dino Lotti tambien fue cantante de tarantelas, pasodobles y otras músicas de nuestros abuelos. Incluso llegó a grabar unos pocos temas con la orquesta de Feliciano Brunelli, la más importante de las orquestas de este tipo de música

Claudio Silva, picapedrero de segunda generación. Fue responsable de la obra del pedestal donde la figura del Almirante Brown reposa de espaldas al mar en el centro exacto de un rectángulo delimitado por nueve pilotes de piedra Mar del Plata. Imagen extraida del Diario La Capital. Año 2019. Noto realizada por Fernando del Rio
Claudio Silva, picapedrero de segunda generación mostrando su trabajo sobre una esfera de piedra Mar del Plata. Imagen extraída del Diario La Capital. Año 2019. Noto realizada por Fernando del Rio.
Claudio Silva, picapedrero de segunda generación mostrando su trabajo sobre una esfera de piedra Mar del Plata. Imagen extraída del Diario La Capital. Año 2019. Noto realizada por Fernando del Rio.


Fuentes:
Basado en el trabajo denominado: “LA PIEDRA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO DE MAR DEL PLATA. 1873-1950. RECONOCIMIENTO Y ACCIONES PARA SU CONSERVACIÓN” por la ARQ. ALEJANDRA DOMÍNGUEZ.// Año 2015.
La historia del hombre que dominó la piedra Mar del Plata  por Fernando del Rio. Diario La Capital.  Año 2019