lunes, 22 de junio de 2020

EMPRESA LACTEA EL AMANECER

Lacteos El Amanecer



La historia de sus fundadores

Esta es una familia que tiene que ver mucho con la identidad de Mar del Plata, con un pasado de trabajo, de dedicación e integración a la comunidad. Son ampliamente conocidas las participaciones de los hermanos De Vega en nuestra ciudad desde hace muchos años.

Esta es una historia antigua que comienza en 1900 cuando Vicente De Vega llega a Mar del Plata con muchos sueños y poco capital, como muchos de los inmigrantes que nos antecedieron. Por supuesto él tenía cierta experiencia en tareas de campo y a ello se dedica hasta que funda una pequeña empresa láctea llamada La Moderna, donde comienza a trabajar con alguno de sus hijos y acompañado de su esposa Obdulia Gutiérrez.
 

Reparto de leche en la calle, se puede ver a la señora Marìa Hortencia (madre de Amalia de Vega) y su hermana con la vaca Laura. Cuenta Amalia de Vega que aproximadamente por el año 1934-1935, su abuelo salía con sus 4 hijas por la calle, sobretodo por la loma de la Avda. Colon y las vacas, de la mano de su madre que observaba la medida....el personal de servicio de los chalets (algunos no existen más), salían con los hervidores o jarras según le contaron sus tias y su madre. Gentileza de Amalia de Vega
El ùltimo lechero que existiò en la ciudad de Mar del Plata...de la vaca a su mesa...el abuelo materno de Amalia de Vega, el Sr Fransisco Cascon Año 1935. Gentileza Amalia de Vega
Amalia de Vega junto a su madre Maria Hortensia en el día de su comunión.

Once hijos tenía Vicente De Vega y esta empresa láctea -que empezó con un carro tirado por caballos- durante muchos años entabla esa relación tan particular entre los lecheros que repartían casa por casa este producto y en algunos casos con la familiaridad deque los lecheros tenían la llave de cada casa y entraban como un amigo más para dejar la leche que venía en tarros que luego volcaban en las ollas que los vecinos dejaban. 

Mi papá en su trabajo de toda la vida...repartiendo leche en el carro. Contaba mi papà...."cuando algùn hijo de un cliente se casaba...yo,le regalaba un hervidor de acero inoxidable....". Imagen gentileza Amalia de Vega para Fotos Viejas de Mar del Plata.
Obdulia Gutierrez  con algunos de sus hijos  Juan, Soledad, Ramon, Jose, German, Teresa,Vicente, Gloria y Obdulia.
Obdulia Gutierrez de De Vega

Esta empresa duró algunos años, los hermanos De Vega eran todavía muy chicos y el hermano mayor junto con el padre es el que se dedicó más a esta empresa, que también sufrió los avatares de esa época, sobretodo la crisis del ’30. Pero como ellos habían conocido de muy chicos esta actividad que tenía mucho que ver con una Mar del Plata todavía muy rural, crearon en 1939 una nueva empresa que se llamó El Amanecer, nombre que aun hoy tiene. 

20 de diciembre de 1943 Publicidad del Diario La Capital. Imagen gentileza Fredy Viaro

Amadeo Osvaldo Daniele envía esta foto, donde se lo ve en 1956, afectado a su tarea de repartidor de leche para la firma “El Refucilo”. Daniele comenta: “El reparto era en la zona del barrio El Matadero (hoy Centenario) y San Cayetano. La leche se cargaba en el tambo El Amanecer. El caballo se llamaba El Corto”. Foto enviada por Amadeo Osvaldo Daniele para Fotos de Familia del Diario La Capital

Es una de las tantas empresas que nosotros sentimos como muy nuestra, como una empresa realmente marplatense y que más allá de su calidad como organización y del producto que entregaban creo que lo más destacable era la laboriosidad que cada uno dedicaba a su tarea. Se habían dividido las tareas pero es bueno reconocer la cantidad de tamberos que tuvieron la oportunidad de colocar sus productos –algunas veces al fiado o muy en confianza gracias al surgimiento de El Amanecer.

José Felipe Villar, quien fue empleado del Amanecer durante 50 años hasta jubilarse envía esta foto en la que aparece Obdulia Gutierrez De Vega, madre de los dueños del Amanecer Lácteos. De fondo, las instalaciones del establecimiento en la calle San Martin 4170. Año 1960. El de pulover claro es "Bocha" Ares que trabajo en El Amanecer y posteriormente compro un omnibus de la empresa Gral Belgrano y se desempeño mucho tiempo como inspector de dicha línea. El de bigotes es Pedro Arieto. Imagen gentileza Fotos de Familia del Diario La Capital.
Obdulia Gutierrez de Vega junto a su nieta Amalia de Vega. Imagen gentileza Amalia de Vega
Nota periodística del 20 de octubre de 1963 Diario La Capital sobre la Empresa lactea El Amanecer. Imagen gentileza Fredy Viaro

Ellos empezaron con una pequeña camioneta que repartía la leche en principio en tarros pero luego en botellas que eran dejadas en cada una de las casas. Luego compraron en San Martín y San Juan y pusieron allí su primera empresa, habían empezado en 212 e Ituzaingó, en medio del campo en esa época. Fueron creciendo en función del trabajo y la honestidad y pusieron en Tandil una usina, donde fabricaban los quesos que hoy conocemos.
 
Amalia De Vega comenta lo siguiente:

“… los cuatro abuelos míos fueron lecheros: Francisco con las vacas y sus pequeñas hijas por la calle, el abuelo Vicente (paterno) en carro...al igual q sus hijos (LA MODERNA - LA BUENA MEDIDA) hasta que se independizaron. Fueron, son y serán MI ORGULLO... aunque partieron todos...”.

No se fueron quedando en una pequeña empresa sino que ahí termina la gran etapa de la modernización de la empresa en lo que hoy es la planta de Tierra del Fuego Nº 1650 entre Av. Luro y calle San Martín. Creo que ahí ellos llegan a culminar su sueño: que una pequeña empresa surgida de una pequeña camioneta y una compra a los tamberos de la zona se hubiera transformado en una empresa importante. Nunca dejaron de estar en la empresa. Siempre estuvieron con algunos de sus hijos trabajando en la empresa, ocupándose de los clientes y tamberos. 

Hernan Rodriguez. Era repartidor de leche “El Amanecer” donde empezó a trabajar en el año 1950 cuando tenia 17 años. Entre sus clientes se destacaban dos importantes personalidades de nuestra ciudad,el ex Intendente Don Nuncio Fabrizio y el escultor Hidelberg Ferrino. El caballo se llamaba Mandraque y se sabía el recorrido y cuando paraba en un cliente, seguia hasta el otro solo. La foto fue tomada por casa “Luques”, de Olazabal 3262, en el año 1956″. Foto de su nieta Rocio Alejandra Rodriguez para Fotos de Familia del Diario la Capital
Esto no les restó tiempo para integrarse a la comunidad, para hacerse partícipes de la misma. Don Juan, que fue empleado ferroviario en Estación Camet funda luego el Club Estación Camet, plenamente integrado a ese lugar, con tanta identidad y donde tantas veces el Concejo Deliberante sesionó. A partir de ahí comienza a hacer una tarea integrada con los lugareños; algunos de ellos también participaron de comisiones directivas del Club Quilmes, un club tan querido por nosotros.


Reparto de productos "El Amanecer". Periquito Artacersi. (Der) y Agustin O. Ducid. (Izq.) Calles Catamarca y Castelli – Año 1956. Foto: Agustin Ducid-Fotos de Familia.-Diario La Capital-Gentileza Lic. Angel J. Somma

O sea que tuvieron espacio para llevar una actividad empresaria honesta –cosa que puede mostrar a sus hijos y nietos- y mostrar asimismo cómo se puede trabajar también en la comunidad, participando de las inquietudes de la misma. Creo que el ejemplo de ellos debe servirnos a todos nosotros de compromiso que cuando los objetivos están claros, cuando se trabaja con honestidad, los objetivos se pueden lograr. Les agradezco mucho todo lo que han hecho por la ciudad, por los marplatenses y porque sé que lo han hecho con mucho cariño y honestidad.

Los recuerdos del Sr. Juan Pelayo De Vega:

“Les confieso que estoy un poco nervioso porque me ha llegado una distinción que ustedes me dan a mis hermanos primero y luego a mí, porque el que está en el medio de los tres es el mayor de los tres y siempre lo respetamos como el mayor de los tres. A los 13 años me fui a trabajar a ganar $25 a un tambo porque me gustaba andar a caballo, dos años después traté de ir a las chacras pero en esos años los chacareros dejaban las papas sin sacar porque no valía nada. Un hermano mayor-que fue como un padre, sin desmerecer a nuestro padre que quedó con un brazo inutilizado por un vuelco en el carro de lechero- fue acompañando a mi madre y ayudó a criarnos en una chacrita donde no hubo plata pero nunca faltó en la mesa nada para comer. Mis padres y mis hermanos mayores nos dieron tal ejemplo que no sé si nos lo hemos ganado, se lo debemos a ellos y también a Dios que quisiera que esto sea también para todos los presentes, para el país y para toda la gente que tanto necesita hoy por lo dura que está la situación. 

Carro de reparto de leche La Buena Medida en Mar del Plata. Tomas y Herminio Fernandez. Circa 1945. Fondo Historia y Memoria
Pero en los años ’30 también la situación estaba dura, mis hermanos contrajeron enlace, hicieron sus casas, fueron dejando y el que está acá en el medio -que es el mayor de los tres- se fue a trabajar a una lechería llamada “La Buena Medida”. Allí trabajó cuatro años y ahorró como para comprarse un pequeño reparto. Yo entré en el ferrocarril porque tenía a mi hermano mayor que había dejado el reparto y estaba en el ferrocarril. Teníamos un cliente que cuando había huelga le llevábamos la leche para sus hijos a caballo tapada con una bolsa. Ese señor se llamaba Jensen y nos dio trabajo enseguida que le pedimos. Una vez que entré al ferrocarril enseguida quedé efectivo y me nombraron en Camet pero en ese momento nuestro padre había desaparecido, Germán se había hecho cargo de nuestra madre y del reparto y nuestro otro hermano Angel -Pocho le decimos- salió de peoncito, peoncito que no se malogró sino que, al contrario, fue para arriba y trabajaba fuerte para un señor que trasportaba leche. 

 
Pocho De Vega
En Camet yo me prendía con los amigos en las chacras porque no estaba acostumbrado a hacerme la comida y para no cocinar a la noche iba a cenara la casa de ellos; en Camet no se trabajaba, se estaba bien, era toda gente amiga. Me llevaron a la cooperadora del colegio pero no me gustó mucho porque había otros que mandaban más que yo y entonces resolví fundar el club y lo fundé como se hacía en aquel tiempo y ahora a veces también: a dedo. Como era un muchacho joven sabía que no me iban a tener mucha confianza y como revisores de cuentas elegí a un señor que tenía una gran casa comercial allí en Camet y al jefe de la estación para que controlen. El señor Camet nos autorizó a que hiciéramos la cancha provisoria en el campo de él y allí debutamos. Se cobraba 50 centavos a los socios y aunque algunos no lo querían pagar porque no nos tenían confianza había otros que nos tenían confianza. Elegí los colores de Camet porque en ese entonces había llegado el señor Sola con el cuñado Eduardo Menta y con el tema del club fuimos haciendo amistad y tomando confianza; le puse los colores de Banfield porque sabía que el señor Sola era de Banfield y enseguida recibí diecisiete equipos con los colores de Banfield. En ese entonces, no sólo era el que mandaba a dedo sino que era la época de los conservadores y el Intendente -que era conservador- al enterarse de que el club se había fundado nos mandó dos pelotas de fútbol nuevas que tuve que ir a buscar a Casa Muñoz. Nos hizo debutar con Vivoratá con la condición de que teníamos que ganar el partido y lo ganamos. El Intendente González Segura y el secretario estan en la foto de ese partido debut. También tengo que agradecer que cuando a mi hermano mayor le tocó la conscripción el Intendente socialista de entonces hizo las gestiones para que lo exceptuaran del servicio porque nosotros éramos todos chicos. Más tarde, cuando estábamos haciendo el club un vendaval nos llevó el techo y luego de un almuerzo la gente de la Intendencia nos ofrecieron hacer la mitad del techo si la otra mitad la poníamos nosotros. Al poco tiempo teníamos techado el club. Por eso, nosotros no hacemos distinción de colores políticos entre los partidos sino que valoramos a las personas y todos hemos tenido la ayuda y el acompañamiento para luchar en la vida. Mis hermanos me invitan a trabajar con ellos; yo era el más pobre porque el que comandaba la lechería era mi hermano menor y el que era jefe, ya tenía su reparto y su camioneta, era Germán, que había sido empleado de “La Buena Medida” durante cuatro años ahorrando peso a peso y sin un franco porque el único día que no se trabajaba era el 1º de mayo. No me gustó mucho que me llamaran porque ya me había acostumbrado a otra vida pero me dijeron “vení para atender al público y los tarros”. Renuncio y me vengo de Camet. El día antes de venirme viene un señor Eduardo Menta -encargado de la estancia El Casal- que sabía que me iba y me dice “Mire, De Vega, tenemos un tambo y vamos a poner cuatro, si ustedes necesitan la leche, es para usted”. No podía creerlo y cuando le digo a mis hermanos lo que traía hacía de cuenta que traía los bolsillos llenos de plata porque en ese tiempo se habían largado los campos de Peralta Ramos, cada vez se largaban más tambos, cada vez había menos leche, repartíamos en invierno a lo mejor tres veces por semana, vendíamos de a medio litro, en fin, era un desastre. No me pidieron ninguna garantía (eso se lo debo a mi actuación en el club) y mi hermano, que era el que manejaba el dinero, fue absolutamente cumplidor y puntual con los pagos, aunque no le quedara un centavo en el bolsillo. Entré para atender el mostrador y los tarros pero empezamos a crecer y pasaba de lavar un tarro a otro y tenía que ir agachado porque no me daba la cintura, entonces tuve que ir mirando otra cosa. Cuando había licitación en los asilos viajaba a Buenos Aires y allí me contacté con una gente que tenía una fábrica, le presté la casa para que vengan a conocernos, nos hicimos amigos y nos mandaban leche en verano y ya venía enfriada y pasteurizada en el mismo campo. Nos gustó e hicimos la sociedad. Como era preferible esto que lavar tarros, me comprometí a irme a Tandil y allí estuve cuarenta años de lucha y de suerte porque encontré gente que me ayudó. En un momento de huelgas enormes en las fábricas de Magnasco donde tenían que tirar la leche, me acerco a don Atilio Magnasco y le propongo que me venda la leche ya que en Mar del Plata faltaba leche. Me dijo que sí yeso trajo una amistad que durante diecisiete años toda la que nos sobraba a nosotros se la entregábamos a él y toda la que precisábamos en invierno y verano la retirábamos de la fábrica como si la fábrica fuera nuestra. Tal era la confianza que nos teníamos y me emociono al recordarlo. Volviendo para atrás, cuando yo estaba en Camet había quedado muy bien con este señor Menta y lo recuerdo permanentemente. Ayer, a última hora, cuando voy a llevarle el recibo de lo que había comprado para donarle al colegio me encuentro con una de las maestras, nieta del señor Atilano Suárez, que fue el tesorero del club. Estando allí me entero que en ese colegio está la hija del señor Menta, que ya falleció hace muchos años. Fue una emoción muy grande. Por último, les deseo a todos la misma dicha aunque siempre hay algo no tan bueno que se cruza en la vida, que todos tengan la misma suerte en la vida que he tenido yo. Me sobran los dedos de la mano para señalar a la gente que no fue buena conmigo. Estoy muy agradecido y hoy me superó esto porque quisiera haber hablado mejor pero me superó porque no lo esperaba y les quedo muy agradecido. Cada uno de nosotros estuvimos en nuestro lugar; yo me retiré hace unos años pero tengo un hijo en Tandil que se está haciendo su fabriquita. Me queda la esperanza de que en poco tiempo los pueda invitar a comer aunque sea una quesada. Muchas gracias.”

Los recuerdos del Sr. Germán De Vega:

“Bueno, estoy un poco emocionado. Tendría mucho para contar, para agradecer a la Municipalidad. Recuerdo que cuando empecé a repartir el mayordomo –así se le llamaba- de la Municipalidad me habría la puerta para traer la leche porque los empleados municipales tomaban la leche al son de sus primeros trabajos. El mayordomo que me abría la puerta -que tenía una cantidad enorme de llaves-era el padre de monseñor Plaza, que vivía en la zona que está entre el Hogar Unzué y el Instituto Peralta Ramos, en el medio de esas tierras despobladas donde había una casa. Yo entraba antes que los empleados. Es muy larga la historia para contarla y sé que los señores que nos han invitado y tenido la gentileza de traernos acá también tienen sus cosas que hacer, por lo que no quisiera robarles el tiempo porque hoy los concejales tienen una actividad intensa y con muchos problemas, que también había antes pero ahora somos muchos. Recuerdo mi pasado y quiero agradecer que cuando empecé dos firmas me ayudaron: “La Buena Medida” y “Navarro Hermanos”. Todo lo que precisábamos en cuanto a camiones en esa difícil época de la guerra civil española y luego la guerra que empezó en 1939 justo cuando me independicé nos fue facilitado. Ya no quedarán clientes de los que tenía, repartía 150 litros cuando empecé y debía recorrer todo Mar del Plata, 99 eran los clientes, 22 litros por día me pagaban por año y había que financiarlo, de alguna manera siempre salí a flote. Tengo el recuerdo y la alegría de saber que muchos empleados nuestros el primer trabajo lo consiguieron en El Amanecer, allí formaron su hogar, hicieron sus casas porque tuvimos la suerte de poder ayudarlos y se jubilaron en la empresa; más de uno el único patrón que tuvieron fuimos nosotros. Esa es la satisfacción que me que da de haber ayudado a todos los que pude. Recuerdo que el tío del doctor Romanín es el que más nos exigía a nosotros el cumplimiento de la calidad de la leche porque había que avanzar, mejorar y quería que pasteurizáramos la leche. Él fue el que nos dio el empujón para edificaren Tierra del Fuego y cuando terminamos allí creímos que habíamos cumplido con todo pero no, había que seguir trabajando. Cuando Mar del Plata cumplió 100 años, en un libro que editó La Capital, nosotros pusimos un saludo para todos nuestros clientes principalmente, sin olvidarnos de los proveedores y productores de leche, que hoy como hace 60 años tenían dificultades para colocar el producto pero siempre fuimos para adelante. He crecido en estos sesenta años junto a los clientes y junto a mis hermanos, que me acompañaron siempre, que nunca me preguntaron por qué faltaba plata hoy o algo parecido. Ellos siempre tuvieron confianza en mí y yo en ellos; nunca pensamos en cobrar a fin de mes, cobrábamos cuando podíamos y pagábamos lo antes posible. Tanto es así que cuando llegó la hiperinflación de 1989/90 no le debíamos nada a nadie y a nosotros nos debían todos: los clientes, los supermercados, etc. Ahí tuvimos un momento duro porque al no deber nada no nos beneficiamos con nada pero sí se favorecieron los que nos debían. Pero siempre estábamos con la conciencia tranquila y el gusto de poder ayudar a un empleado, sea para casarse o para comprar una casa (cuando se trataba de comprar un auto ya éramos más reacios y exigíamos un poco porque sabíamos que era un socio más que teníamos que mantener). Pero a todos llegamos bien y todos quedaron conformes; muchos empleados han hecho sus casas con su trabajo y con la ayuda de El Amanecer, por qué no decirlo, pero esa satisfacción la tenemos siempre. No quiero ser muy extenso porque quienes nos trajeron también tienen sus obligaciones. Quiero saludar a aquellos 99 clientes, el doctor  Palá era uno de los clientes que tenía y que cuando tenía alguna mamá que no tenía para la leche de su criatura me recomendaba a la casa y me recibían con mucho agradecimiento y yo iba aumentando mi reparto. Tuve muchos y muy buenos clientes y con todos he quedado conforme. Cuando se casaba alguno, yo compraba un hervidor de acero inoxidable y era el regalo que hacía; después cuando tuve auto cuando algún cliente se casaba hasta lo llevaba a la iglesia y era el invitado principal. Hay muchas cosas más para recordar pero lo dejaremos para otra oportunidad. Vuelvo a agradecer a la Municipalidad, a los clientes, a los proveedores y a los productores que lucharon mucho y siempre nos atendieron bien. También quiero agradecer a los empleados, llegamos a tener 240 empleados y 10 carros de reparto, carros que hicieron los Duhalde. Hablar de Duhalde y hablar de Quilmes es la misma cosa. Cuando llegaron los autos, un amigo –cuya esposa se encuentra acá- me dijo que me comprara un auto, “pero don Pepe, si yo no sé manejar” le dije, “no importa, yo te voy a enseñar” me dijo. Con su coche particular me enseñó a manejar mientras llegaba la última unidad que llegó a Mar del Plata antes de empezar la guerra del ’39. Ese fue el primer gran paso que di en el avance económico. La empresa creció mucho y nosotros también; de los 84 años que tengo, 70 los dediqué a vender leche. Quiero saludar a la escuela Nº 13 donde todos los De Vega estudiaron lo poco que se podía enseñar porque no había más que cuarto grado y con eso salíamos a trabajar. Conocí maestras-madres que hacían de todo, tuve el gusto de ser alumno de César Ibarroso, un maestro de maestros, y agradezco las lecciones recibidas.”

 
El primer camion de reparto de la empresa El Amanecer. Amalia de Vega comenta: "..el màs bajito es mi amado papà Germán...a su izquierda un amigo...Armando Amado...y el otro sr. creo q el apellido es Villar.Todo salìa de San Martin entre Olazabal y San Juan dònde hoy està telefònica,y dònde en la planta alta viva mi abuela paterna...solo se producia leche,manteca y crema....lease...al frente de el camiòn..."yo tambien...estoy vacante..."los lecheros eran pìcaros....Vendian suelta y en las recordadas botellas verdes con tapita metalizada....Aùn conservo en mi casa ese tarro medidor q sostiene uno de los tres..." Imagen gentileza Amalia De Vega para Fotos Viejas de Mar del Plata.


Los recuerdos del Sr. José Ángel De Vega:

“Yo fui el menor y el que tuvo la suerte de reunirlos en el lugar que lo hicimos, que fue en la lechería “Tamberos Unidos” donde yo trabajaba. Por eso tengo que agradecerle a Mar del Plata, a los clientes, a las amistades que nos han quedado, a los empleados que nos han ayudado. También quiero agradecer a la Municipalidad, a la gente tan servicial que tenemos acá con la comunidad, porque esto que han hecho es para la misma comunidad. Les agradezco, muchas gracias y suerte para todos.”

El Amanecer comienza su historia en el año 1939 de la mano de su fundador el Sr. German de Vega con su primer reparto de leche. A partir del año 1962 se  convierte en una SA. Inaugurando su planta donde está actualmente en calle Tierra del Fuego 1650 de ésta ciudad dejando su vieja planta de calle San Martín 4170. En cuanto hace al personal la empresa El Amanecer llegó a tener una planta de empleados fija alrededor de las 180 personas que se incrementaba en un 10/% en los meses de temporada.

Origen de la Cooperativa Nuevo Amanecer

Luego la situación se fue deteriorando, llegando al año 1998 en que los dueños iniciadores venden la empresa al Sr. Florencio Aldrey quien la tuvo hasta el año 2008. En febrero de 2008 se hace cargo de la empresa el grupo Santa Bárbara quien ya estaba manejando el Frigorífico Sadowa y Elevadores en el Puerto de Mar del Plata. Con esta gestión la empresa continuó su declinación hasta el 15 de marzo de 2009 en que abandonaron la empresa dejando a la deriva a todo el personal que ese momento ascendía a 110 empleados.

Edificio de la Cooperativa Nuevo Amanecer en la actualidad
Instalaciones de la Cooperativa Nuevo Amanecer en la actualidad


En octubre de 2010 se presenta el empresario representante de la firma Milita S.A. quien se hace cargo del manejo de la empresa. Con esta gestión se llego a tener 16/17 tambos  que proveían para la producción de las dos plantas un promedio de 55.000 ltrs. diarios. Del total de los 110 empleados que conformaban la planta de personal solo llegaron a reingresar un total de 83 personas. Cuando se funda la cooperativa la misma estaba formada por 70 socios pues algunos de los empleados se habían considerado despedidos. 

Empleados de la Coop. Nuevo Amanecer en la actualidad
Cooperativa Nuevo Amanecer en Tandil

El consejo administrativo de El Amanecer se encuentra compuesto por siete integrante, los cuales son: Fabio José Pandiani (presidente), Roberto Vilani, Carlos Horacio  Castro, José Humberto Miranda, Hugo Roberto Casanovas, Fernando Maximiliano Sayas, Héctor Gustavo Ugarte y Alberto Horacio Mesas, con unanimidad de votos. La sindicatura se integra por: Síndico titular, el señor Horacio Eduardo Torres y síndico suplente el señor Elbio Orlando Calderón. 
 
Instalaciones de la Cooperativa Nuevo Amanecer en la actualidad

Instalaciones de la Cooperativa Nuevo Amanecer en la actualidad

La organización está compuesta por 70 asociados, los cuales 15 radican en Tandil y 55 en la sede de Mar del Plata. Dicha empresa tiene como función asumir por cuenta propia, valiéndose del trabajo personal de sus asociados, las actividades inherentes a higienización y pasteurización de la leche producida en tambos, a saber:

  1. Industrialización, fraccionamiento, distribución y venta de leche, productos y subproductos de ella derivados, tales como: yogur en todas sus variedades,  ricota, manteca, crema de leche, quesos en todas sus variedades, dulce de leche y productos derivados del mismo.
  2. Explotación de la industria lechera en todos sus aspectos.
  3. Habilitar locales especiales para la exposición y/o venta de todos sus productos;
  4. Fomentar el espíritu de solidaridad y ayuda mutua entre los asociados;
  5. Cumplir con el fin de crear una conciencia cooperativa.
El 12 de mayo de 2016 consiguieron la habilitación definitva que les permite comercializar sus productos en otras localidades.

 Documental Cooperativa Nuevo Amanecer
Gentileza INTA Informa - INTA Balcarce

Fuentes:
Distinción al Mérito ciudadano a los Sres. Juan Pelayo, Germán y Jose Angel De Vega en el Honorable Concejo Deliberante. 27 de abril del 2000.-

lunes, 15 de junio de 2020

LOS TARANTINOS PRIMERA GENERACION 1933- 1960


Recepción de las unidades en Taranto


Para 1920 Argentina era uno de los pocos países sudamericanos que aun no había incorporado a su flota, naves sumergibles de guerra. Los próximos años serian de grandes decisiones, el final de la “Gran Guerra” había tenido un protagonista en el “submarino” que amenazo seriamente el apoyo logístico de las fuerzas aliadas en Europa. Al respecto, el Capitan de Fragata Segundo R. Storni en una conferencia del año 1916 decía lo siguiente:
  
“…para la defensa próxima, es decir, para asegurar los sectores del Rio de la Plata y Bahía Blanca, necesitamos por ahora, además de iniciar el establecimiento naval del Tuyú, una escuadrilla de seis submarinos como mínimo. Dotados de las más alta cualidades de combate, habitabilidad y duración apoyándose en el Tuyú podrían hacer insostenible la estadía de una escuadra en la boca del Plata y muy peligrosa en el rincón de Bahía Blanca…”

En el muelle de Taranto, Italia.
Construcción de los tarantinos en Taranto, Italia

Su aproximación más decidida, fue en 1917 durante los momentos de desenlace final de la “Gran Guerra”, que gracias a hábiles gestiones diplomática se logra la incorporación de diez  jóvenes oficiales navales argentinos a la armada de Estados Unidos, que hacía apenas un años atrás habían entrado apuradamente en el conflicto. Los oficiales argentinos se dividían en tres grupos y serian destinados a distintos componentes.


Construcción de los tarantinos en Taranto, Italia.

Los Alférez Gonzalo D. Bustamante, Juan B. Galfrascoli y Héctor Antonio Vernengo Lima embarcaron en la 6° Escuadra de Batalla, el Teniente Ricardo Fitz Simon, y los Alféreces de Navío Ceferino M. Pouchan y Marcos Antonio Zar se presentaron en la Naval Air Station en Pensacola, y los Tenientes Vicente Ferrer, Osvaldo Layous, Eduardo Ceballos, Osvaldo María Repetto, fueron incorporados a la Escuela de Submarinos de New London en Connecticut. Estos oficiales colmaría las expectativas argentinas por su gran desempeño que fue mas allá de los cursos recibidos.
 
Escuela de Submarinos en New London – Connecticut -, los Tenientes de Fragata Osvaldo María REPETTO, Francisco Emilio Augusto LAJOUS, Eduardo CEBALLOS y Vicente FERRER

Por sus altas calificaciones y meritos obtenidos fueron nombrados instructores de los futuros submarinistas estadounidenses, y luego fueron adscriptos a la Comisión Inspectora del Navy Departament en los Astilleros LAKE en Bridgeport (Connecticut),   por seis meses por la construcción de nuevos submarinos. Finalmente los argentinos serian propuestos para comandar submarinos en una flotilla de cuatro unidades que se formarían para su despliegue. En virtud de la neutralidad argentina se ordena su retorno al país. 
Los submarinos partiendo de Taranto, Italia. Año 1933

En 1918, se enviarían un segundo grupo para curso y adiestramiento en New London y en la Escuela de Torpedos en Newport – Road Island, los comisionados fueron el Teniente de Fragata José Oca Balda, y los Alférez de Navío Ramón Alberto Poch y Alberto Teissaire, estos últimos oficiales tendrían un gran protagonismo en la construcción y puesta en servicio de los primeros sumergibles.

Cuatro años más tarde se conformo una comisión especial que viaja a Alemania, integrada por el Teniente de Navío Eduardo A. Ceballos y Vicente Ferrer, dos oficiales que habían integrado el curso de 1917 y que fueron acompañados por el Capitán Alemán Karl Bartenbach ex Jefe de la Flotilla de Flandes durante la guerra. 

Botadura del submarino en Tatanto, Italia. Año 1933
Botadura del submarino en Tatanto, Italia. Año 1933

El Ministerio de Marina, en 1923 designa una comisión para el análisis del tipo de submarinos más conveniente para completar la flota argentina. Como resultado se considera que había dos opciones dadas para la época, los sumergibles del Tipo U o UB III Alemán y el Tipo S de origen americano. La comisión sugería tres etapas de adquisición e incorporación;  la primera seis submarinos de tamaño mediano (entre 550 a 650 tn), tres de tonelaje mayor (800 a 1000 tn) y uno minador.

Existieron varios ofrecimientos de sumergibles de importantes astilleros y casas constructoras, hasta  que en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, el 29 de septiembre de 1926 se sanciona la Ley Nacional Secreta Nº 11.378 de “Renovación del Material Naval”, que consistía en 8 artículos, que autoriza al Estado Nacional; para hacer incorporaciones, reemplazos de unidades navales en servicio y nuevos servicios técnicos para el mantenimiento de la Escuadra. 

Los submarinos en viaje a Mar del Plata. Año 1933
Los submarinos en viaje a Mar del Plata. Año 1933

Aquel plan consistió en remplazar 3 tres cruceros ligeros, 6 destructores, material fluvial y las embarcaciones auxiliares destinadas al servicio hidrográfico, balizamiento, cuidado de faros y vigilancia de la costa sur. Dentro de las incorporaciones planteadas fue también el adquirir dos grupos de 3 submarinos cada uno y para reiniciar,  “la construcción de los Talleres, varaderos y cuarteles necesarios para su reparación y mantenimiento en el Puerto de Mar del Plata”.-

Como muestra de  una decisión a toda marcha, el Ministerio de Obras Publicas, propone un plan mínimo de obras, ofreciendo varias alternativas (configuraciones) de “atracadero” para submarinos a crearse,  en la ampliación militar al puerto de la ciudad de Mar del Plata – Provincia de Buenos Aires -. El modelo elegido contemplaba también un amarradero para cruceros. Las obras fueron adjudicadas a la Société Nationale de Travaux Publics, de París, la misma empresa que había construido el puerto local pocos años atrás. 
Los Tarantinos atracados en el muelle. Año 1933
Los Tarantinos atracados en el muelle. Año 1933
Los Tarantinos atracados en el muelle. Año 1933

Los próximos cinco años, serian intensos en las decisiones tomadas, el 5 de octubre de 1926 son enviados para adiestramiento en sumergibles en Taranto – Italia, los Tenientes de Navio Ramón Poch, acompañado por a recibir adiestramiento en sumergibles a Italia.

El 15 de octubre de 1927, se formaliza el contrato de construcción con la Sociedad “Cantieri Navale Franco Tosi” de Legnano – Italia -, habia confeccionado una propuesta para la construcción en Taranto un grupo de tres sumergibles de medio alcance Tipo Cavallini de doble casco parcial “satteltank”. El diseño propuesto pertenecía al ingeniero naval italiano Virgilio Cavallini, iniciado en 1925 y  que formo siete subclases Mamelli y Settembrini (“sotomergibile silurante – piccolo crociera”). Estas unidades se destacaban por su robustez, maniobrabilidad, velocidad y espacio interior.

El Presidente de la Nación Dr. Marcelo Torcuato de Alvear, acompañado por los Ministros de Marina y de Obras Publicas, el 11 de febrero de 1928 inaugura la Dársena para Submarinos en el nuevo Apostadero Naval de Mar del Plata. Sobre las escalinatas de acceso en la esquina interna de la “Dársena”, se descubrió tras los colores patrios una placa conmemorativa grabada en el muro.
 
Placa recordatoria en la Darsena por el contrato de adquisición de los submarinos en 1928

El Ministerio de Marina, a través de la Secretaria General a Cargo del Capitán de Navío Segundo R. Storni, publica la Orden General N°103 que decía: Buenos Aires, 11 de junio de 1928. “Habiéndose firmado el contrato de adquisición de submarinos para la Armada Nacional, de acuerdo con la autorización dada al Poder Ejecutivo por la Ley 11.378, y habiéndose colocado ya la quilla de estas unidades, EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA DECRETA: Articulo 1,°- Los tres submarinos actualmente en construcción en Italia, se denominaran: “SANTA FE”, “SANTIAGO DEL ESTERO” y “SALTA”. Articulo 2°- Comuníquese, publíquese, dése al Boletín Oficial y archívese ALVEAR- M. Domecq García

La Subcomisión en Taranto estaba integrada por los Tenientes de Navío Ramón Poch – designado Jefe -, Alberto Tessaire y el Teniente de Fragata Edmundo Manera. Los dos primeros oficiales ya habían iniciado la instrucción en los submarinos italianos “Pier Caponi” y “Mamelli”. En marzo de 1928 el Vapor “Alsina” de la Armada lleva ocho oficiales mas, el inicio de las construcciones provoco la inmediata necesidad de contar en Taranto con oficiales y suboficiales argentinos para integrarse a las distintas etapas de la construcción, pruebas y asignación como dotación. El 29 de febrero de 1929 comenzaron a llegar los primeros tripulantes, el Transporte “Chaco” a Génova, y luego por tren a Taranto. Fueron recibidos por el Jefe de la Subcomisión y luego destinados a las fábricas que se encargaban de los sistemas que se instalarían a bordo.

Los nuevos “SANTA FE” (S-1), “SALTA” (S-2) y “SANTIAGO DEL ESTERO” (S-3), y sus tripulantes pasarían a la historia naval de argentina, con la denominación de “Tarantinos” apodo derivado del nombre de la ciudad italiana de Taranto lugar de la construcción. El diseño de los sumergibles respondía a las líneas de los planos del Ingeniero Italiano Virgilio CAVALLINI, que en el momento de iniciar los trabajos de las naves argentinas acababa de producir un grupo de sumergibles del tipo Pier Capponi de características muy parecidas a las del SANTA FE y sus gemelos.  A medida que fueron avanzando la construcción y en mérito a las experiencia de la posguerra,  los planos originales tuvieron algunas modificaciones propuestas por los técnicos de la Misión Naval Argentina en Europa, siendo, por ejemplo, la eslora sensiblemente alargada y la mayor longitud del periscopio de ataque..

LA ENTREGA DE LAS UNIDADES

Las pruebas de mar se realizaron en el golfo de Táranto y en el mismo Mediterráneo, pusieron de manifiesto sus importantes cualidades técnicas. Fue el caso del “SANTIAGO DEL ESTERO” que rompió un récord con respecto a sus gemelos llegando a 114 mts de profundidad. Se cumplieron exitosamente las maniobras de asentamiento en el fondo y pruebas de refrigeración. De estas pruebas surgiría también que las unidades podrían emprender la navegación hacia la argentina sin aprovisionamiento de combustible.

La primera unidad en ser entregada a las autoridades argentinas fue el SANTA FE en una importante ceremonia el 26 de octubre de 1932. Aquel acto comenzó  con el discurso del Director del Astillero Tosi el Comendador Achille Piazza. y del Comandante de la 114º Legión de la Milicia Fascista Almirante Cantu.

El Contraalmirante Pedro Gully Jefe de la Misión Naval Argentina junto al Capitán de Fragata Ramón Poch, Jefe del Grupo de Sumergibles, el Comandante recientemente designado del SANTA FE, Teniente de Navío Ernesto Saadi Bonnet y el resto de la comitiva argentina, recibieron la nave en medio de ruidos de sirena y aplausos de los operarios del astillero y del publico presente.

Llegada de los sumergibles al puerto. Decada del 30

Las dos unidades restantes fueron entregadas: el “SALTA” y el “SANTIAGO DEL ESTERO” el 25 de enero de 1933, quedándose oficialmente constituido el “Grupo de Sumergibles”. El 26 de febrero de 1933 en horas del mediodía zarparon del Golfo de Taranto, las tres naves argentinas rumbo a la Argentina. Navegando en línea de escuadrilla, encabezada la formación el “SANTIAGO DEL ESTERO” que enarbolaba las insignias del Comandante de la misma Capitán Poch y Jefe del Grupo de Sumergibles, seguido por el SANTA FE al mando del Teniente Saadi Ernesto Bonnet y por ultimo el SALTA al mando del Teniente de Navío Rodolfo Gonzalez Arzac.

En la explanada del Castillo de Sant Angelo una compañía de marineros italianos rindió honores mientras una banda de música entonaba el Himno Argentino, la marcha real y el himno fascista.
Maniobra y arribo del S-11 SANTA FE.

El 7 de abril de 1933, arribaron al canal de acceso del Puerto de Buenos Aires, luego de 40 días de travesía y 6700 millas, en el canal recibieron el trasbordo del Presidente de Nación que alcanzó a la formación en una nave de superficie de la Marina. Desde los muelles del puerto local autoridades nacionales y una multitud de público esperaban bajo una intensa lluvia el arribo de la flotilla. A comienzos del mes de junio los sumergibles se trasladaron a la Base de Puerto Belgrano, para su inspección general y el alistamiento final junto con el Guardacostas “General Belgrano” un veterano crucero acorazado, de la Clase Garibaldi incorporado a la marina a fines del siglo anterior junto a cuatro mas de su mismo tipo. La incorporación de estos tres submarinos de tecnología italiana los convirtió en los más modernos de la región.

El 1 de septiembre de 1933, una formación naval se aproximaba a Mar del Plata viéndose claramente desde la costa, no era una escena vista anteriormente, la ciudad tubo siempre el privilegio de observar las grandes Revistas Navales de la Marina de Guerra desde aquella de 1898, que con la presencia del presidente de la nación General Julio Argentino Roca desfilaron de más 60 naves de guerra.

Foto de los primeros Tarantinos

Una imponente nave,  secundada por otras tres de perfiles muy bajos y de largas cubiertas recortaban en el horizonte,  juntas en línea de escuadra, iniciaban su aproximación a Mar del Plata. Los curioso vieron sorprendidos la llegada a las aguas del  puerto local de los primeros submarinos de la Marina de Guerra, con su Buque base y Buque madre de submarinos.

Uno a uno fueron pasando las escolleras para ingresar a su nuevo santuario, con parte de sus dotaciones formadas en la cubierta en solemne saludo, primero lo hizo el Submarino “SANTIAGO DEL ESTERO” S.2, la nave capitana, lo siguió el Submarino “SANTA FE” S.1, el Submarinos “SALTA” S.3 y el Guardacostas GENERAL BELGRANO. El 3 de septiembre se inician oficialmente las actividades del “Grupo de Sumergibles”.

Los primeros días de octubre comienza el adiestramiento y el día quince entran en el Puerto de Santa Fe, amarrados en el Dique N°1, “…dos carrozas tiradas por cinco caballos con palafreneros, lujosamente atalajadas para llevar los cofres y banderas al puerto. El que contenía la bandera del “SANTA FE” en una de ellas y los otros dos en la otra”.

Las tres siluetas amarradas en andana de los submarinos y a proa de ellos el imponente “Belgrano” se volvería una imagen distintiva la ciudad. La silueta de los Tarantinos fue tomada como motivo para diseñar el distintivo que los submarinistas argentinos lucirían en sus uniformes hasta la actualidad. En diciembre de 1933 fue instituido por un Decreto Presidencial.

Primer Distintivo de los Submarinistas Argentinos, fue impuesto por Orden Presidencial de diciembre de 1933 para todo el personal de Oficiales y Suboficiales tripulantes de los Tarantinos

En 1935, la Marina de Guerra, realiza la tradicional Revista Naval Frente a las costas de Mar del Plata, los “Tarantinos” con siete hombres en proa, en popa y en la torreta todos vestidos de gala y con sus brazos izquierdos en alto sosteniendo sus gorras, pararon frente al Aviso Golondrina para saludar al Presente de la Republica allí embarcado. Dos años después a las 15:30 hs. del 29 de marzo de 1937 el Presidente de la Nación Agustín Pedro Justo, zarpa en el sumergible SANTIAGO DEL ESTERO” desde el Apostadero Naval,  para presenciar las maniobras en esta unidad, regresando al puerto en horas de la noche, había navegado 14 millas y estado 45 minutos en inmersión a una profundidad de 43 mts. Era la primera vez que un mandatario navegaba en un submarino.-

U530 en Mar del Plata,


Finalizaba la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1945, la argentina había visto el conflicto desde su neutralidad, y los marinos argentinos seguían la contienda  desde un análisis profesional. Pero serian sorprendidos, el 10 de julio y 17 de agosto aparecen en las costas de Mar del Plata dos submarinos alemanes el U-530 y U-977,  que aislados y dueños de su suerte deciden entregarse en el Apostadero de submarinos. A bordo del Guardacostas Belgrano, ambos comandantes firmarían la capitulación, y los submarinistas argentinos tomarían contacto con submarinos técnicamente de última generación. Antes de finalizar este año por decreto Presidencial el Apostadero Naval Mar del Plata, pasa a denominarse Base de Submarinos de Mar del Plata.
 
U530 en Mar del Plata, Foto Gentileza Fernando Esnal.

Pero un día bajo sonidos de sirenas de niebla de los buques presentes en la dársena, en el mes de mayo de 1947 se despide al veterano Guardacostas “General Belgrano”. Las construcciones de la Base de Submarinos estaban a punto de ser terminadas, y para la Armada este viejo buque ya no tenía más valor operativo. Su misión de casi 50 años en el servicio naval  y su presencia en Mar del Plata había terminada; fue remolcado a Buenos Aires y entregado a la Fábrica Militar de Acero.

Dotación del ARA S-12 en el San Francisco Naval Ships Yard Cal. USA año 1966.

La década del ’50, marcaría la finalización de un primer ciclo, los Tarantinos con más de 1000 inmersiones comenzaban despedirse. El 14 de septiembre de 1956 es oficialmente separado del servicio  el SANTA FE, luego le seguiría el SANTIGO DEL ESTERO en 1959 que mantuvo hasta el fin de sus días, el record de haber alcanzado los 114 mts de profundidad en sus pruebas de fabrica, jamás igualado por sumergibles de su misma clase. EL SALTA se mantendría hasta el final como referente de su generación, sirvió como escusa para mantener motivación y la identidad hasta la llegada de sus sucesores. Condenado por la vejez de su material el 1 de agosto de 1960 por decreto Presidencial se dispone su radiación y posterior venta.
  
3 de noviembre de 1960- arriban a Mar del Plata los submarinos FLOTA (SANTA FE S-11-SANTIAGO DEL ESTERO S-12).
DIARIO LA CAPITAL del 3 de noviembre de 1960.
El SALTA es llevado a remolque 1960.

    “…es de capital importancia mantener este espíritu y amor propio que poseen las primeras tripulaciones. La vida a bordo de los submarinos entraña peligros serios, las condiciones de habitabilidad son muy pobres, el trabajo es duro en el mar y de sacrificio”…”poseen muy altas condiciones de disciplina de fondo, de trabajo, cooperación y camaradería, así como un alto concepto de responsabilidad, como lo impone las características y condiciones de los submarinos y su empleo…”

RAMON AGUSTIN POCH
Capitán de Fragata
Jefe del Grupo Sumergibles
28 de Febrero de 1934

 
Año 1944, festejos para conmemorar los 10 años de arribo de los submarinos a la ciudad. Esta placa fue colocada a bordo del Guardacostas Belgrano, hoy se expone en el Museo de Submarinos.jp


Fuentes:
Revista DeySeg. Ed. especial 80 aniversario COFS. Autor: ROBERTO MARCELO PAZ: ingreso a la Armada Argentina en 1984 a la carrera de Suboficiales especializándose en Gestión administrativa (escalafón Furriel). En 1986 realizo el Curso de Capacitación en Submarinos. Publicó varios artículos de investigación sobre la historia de submarinos argentinos en diarios y revistas (Anuario 2006 de elSnorkel.com Guion Corto-DVD SUBMARINO ARGENTINOS EN MALVINAS, coautor de libro SUBMARINOS ARGENTINOS – LOS TARANTINOS 1933-1960, y participaciones y exposiciones en los Congresos de Historia Regional de Mar del Plata. Es un importante colaborador del Museo de la Fuerza de Submarinos