El periodista y escritor Fernando Del Rio |
Como no podía ser de otra manera, al pedirle a Fernando del Río que me contara un poco sobre su niñez y así poder realizar con mas datos toda su biografía, me mandó un correo en donde su estupenda pluma sale a la luz nuevamente, dejando ver en el relato una persona muy punzante, aun para hablar de uno mismo. Les muestro esas lineas:
Nació en Mar del Plata en mayo de 1972 pero tuvo una niñez de sitios alternados. El oficio de casinero de su padre lo llevó a Comodoro Rivadavia, La Rioja, Alta Gracia, Paraná, en una suerte de desorden controlado, matiz evidente de su obra literaria. Ese caos se ve en "Que Así Sea" (Ediciones B 2010) y "Chinardos" (Eduvim 2014).
En uno de los pocos ciclos lectivos que cumplió en Mar del Plata su vocación por la escritura afloró por primera vez. Corría el año 1982 y la Escuela Nº20 organizó un diario para recaudar fondos. En él Fernando del Rio, que cursaba 5ºB (no abrevó jamás en los “A”, reservados para lúcidos, aplicados y prolijos), escribió un artículo sobre el juego del voleyball.
Algunos años más tarde ingresaría al diario La Capital en la sección Deportes, mientras crecía su acercamiento a la ficción. Desarrolló todo una vida periodística en el centenario periódico y decantó hacia la escritura de casos policiales, labor en la que continúa por estos tiempos practicando un estilo más próximo a la narración que a la crónica.
Gran nevada 1975 .En las imagenes vecinos y amigos. Adrian Dell’Aquila con Fernando Del Rio -su hermano Pablo y Gonzalo, hermano de Fernando, Nerina y la mamá Elsa”. |
Gran nevada 1975 .En las imagenes vecinos y amigos. Adrian Dell’Aquila con Fernando Del Rio -su hermano Pablo y Gonzalo, hermano de Fernando |
Algunos años más tarde ingresaría al diario La Capital en la sección Deportes, mientras crecía su acercamiento a la ficción. Desarrolló todo una vida periodística en el centenario periódico y decantó hacia la escritura de casos policiales, labor en la que continúa por estos tiempos practicando un estilo más próximo a la narración que a la crónica.
Fernando Del Rio |
Fernando Del Rio |
Chiabrando y Del Rio, creadores del Festival Azabache |
Fernando Del Rio y Sebastian Chilano en la presentación del libro "Furca" y "Riña de Gallos" |
Fernando del Rio - Foto extraida del sitio 0223 |
Durante algunos años escribió ficción para el suplemento de Cultura del diario La Capital (las columnas Sobras Selectas y Mi Otro Yo) o para el cuerpo central (Caminando barrios marplatenses) hasta que la acumulación de material le permitió ser premiado en el concurso Osvaldo Soriano por un volumen de cuentos que luego fue diseccionado para mejores fines (“Botellones de Aire”) y publicar sus novelas junto con otras dos (“Furca La Cola del Lagarto y El Geriátrico -Ediciones B, 2009/2011- en coautoría con Sebastián Chilano) y la novela Tierra y basura (inédita).
Jose Maria Marcos y Fernando del Rio en la presentación de Chinardos (EDUVIM, 2014) en la ciudad de Buenos Aires en el bar El Benny (Serrano 1327, Palermo), el domingo 1º de junio de 2014. |
Sebastian Chilano "Flash", Leo Oyola "Superman", Juan Carrá "Linterna Verde" y Fernando del Río "Batman" en la presentación del libro "Kriptonita" de Leonardo Oyola |
Obtuvo algunos reconocimientos arbitrarios y por ende sin demasiada importancia como el Lobo de Mar a la literatura 2009 y el Premio Alfonsina a la Creación literaria en 2013.
En los próximos meses publicará su novela "Tierra y basura", la cual probablemente nunca se llame así. Podría titularse “Los cuadernos de Repetto”, “Evocación del olvido”, “Ochodoce” o “Fallido intento de novela”. Lo decidirán los editores.
Jose Maria Marcos y Fernando del Rio presentó Chinardos (EDUVIM, 2014) en la ciudad de Buenos Aires en el bar El Benny (Serrano 1327, Palermo), el domingo 1º de junio de 2014. |
Su escritura se ha visto influenciada por sus autores predilectos, en su mayoría estadounidenses: Salinger, Caldwell, Steinbeck, Fante, Ford, Cheever, Carver, Palahniuk, Hemingway. También por otros como Chejov, Flannery O’Connor, Niccolo Amanniti, Saramago. Y por supuesto por decenas de argentinos, que quedan invisibles por la luz emanada de Borges.
En la actualidad trabaja, como no podía ser de otra manera de acuerdo a su desapego por las estructuras, en varios frentes literarios a la vez. Una novela sobre un periodista expulsado de un diario, otra sobre un amor y una búsqueda, otra sobre el asesinato mafioso de un sindicalista. También está cercano a concluir (o abandonar) un ensayo sobre la (i) lógica de la creencia católica y una investigación periodística en torno a un prófugo de la justicia que terminó en la cárcel.
Festival Azabache 2011 |
Festival Azabache 2012 |
Tiene una hija, Juana, y una compañera, Daniela. No tiene mascotas si se exceptúa a los murciélagos en los taparrollos de algunas de sus ventanas. Pisó el suelo de 16 países y de casi todas las provincias argentinos (salvo Formosa, Misiones y Jujuy) por lo cual no se considera un “tipo viajado”.
video de Fernando del Rio
SU OBRA LITERARIA
Chinardos
Sinopsis: ¿Quién mató a Tsun? ¿Y por qué? Estas preguntas urgentes, en la mejor tradición del policial negro, hacen vibrar desde la primera hasta la última página de Chinardos. Pero a medida que avanzamos nos inquietan también otras preguntas: ¿cómo ponerle una camisa a un cadáver ya rígido? ¿Cómo castiga a los transgresores la mafia china en la Argentina? ¿Cómo se llevan los chinos con los gitanos? ¿Cómo suena un chino cuando dice en voz alta las palabras “Sos muy puta”? ¿Qué cosa es un otaku? ¿Y por qué los otaku usan seudónimo? ¿Cómo debe reaccionar un chino que se hace respetar, cuando alguien lo llama “sandalia de paja”? Y lo más importante de todo: ¿qué aspecto tiene Mar del Plata en abril?
Tapa del libro "Chinardos". por Fernando del Rio |
La novela de Fernando del Río tiene esta rara y maravillosa cualidad: atrapa al lector por la curiosidad de saber qué pasó, pero también por la excitante certeza de obtener un acceso privilegiado a mundos ocultos. Desde los trucos secretos del oficio de funebrero hasta la vida sexual de los fanáticos del anime, Del Río conoce los recovecos del mundo que habitan sus personajes y está dispuesto a compartir su saber. En definitiva, Chinardos es una novela sobre la identidad: el inmigrante que debe hacerse una identidad y un lugar propios en la lejana Argentina que lo recibe, el "otaku" que elige una identidad alternativa en su personaje preferido, la adolescente en busca de su identidad sexual. Preguntas aun más interesantes que las nada simples respuestas.
Chinardos es la mejor introducción que conozco a ese subgénero que en pocos años se ganó un lugar de privilegio en el canon nacional: el policial marplatense.
Gonzalo Garcés
Que así sea
Sinopsis: “La moralidad es otro de esos condicionantes pasajeros que, en el futuro, se verá como arcaísmo y límite de la evolución” con esa frase de Enicco Passuti, un oscuro pensador italiano radicado en Paraguay al mismo tiempo que Rafael Barret, Fernando del Río no solo inaugura uno de los capítulos de su reciente novela, sino que define la razón de su obra. La moral hace que adolescentes perdidos quieran pertenecer a la hermandad de “Los Garros” donde la mutilación es un gesto de pertenencia y la iniciación un rito, necesario para ellos, e inexplicable para la sociedad que no sabe ni quiere contenerlos. La moral hace que una vidente con nombre de puta francesa venida a menos anuncie en su tarjeta de presentación que “la tarifa es a convenir”. La moral hace que una jubilada critique a la gente a la vez que pide perdón a Dios por su desidia y odio hacia el prójimo. La moral hace que un médico sin título, sin orgullo, infle el pecho cada vez que alguien, por una concesión instintiva le diga “doctor”.
Sinopsis: “La moralidad es otro de esos condicionantes pasajeros que, en el futuro, se verá como arcaísmo y límite de la evolución” con esa frase de Enicco Passuti, un oscuro pensador italiano radicado en Paraguay al mismo tiempo que Rafael Barret, Fernando del Río no solo inaugura uno de los capítulos de su reciente novela, sino que define la razón de su obra. La moral hace que adolescentes perdidos quieran pertenecer a la hermandad de “Los Garros” donde la mutilación es un gesto de pertenencia y la iniciación un rito, necesario para ellos, e inexplicable para la sociedad que no sabe ni quiere contenerlos. La moral hace que una vidente con nombre de puta francesa venida a menos anuncie en su tarjeta de presentación que “la tarifa es a convenir”. La moral hace que una jubilada critique a la gente a la vez que pide perdón a Dios por su desidia y odio hacia el prójimo. La moral hace que un médico sin título, sin orgullo, infle el pecho cada vez que alguien, por una concesión instintiva le diga “doctor”.
“Qué así sea” es el título de la novela. Y esa frase, con reminiscencias bíblicas, con implicancias fatalistas, marca que algunos de los protagonistas ven como irremediables los actos de su vida. El destino los mueve, ellos transitan por la vida siguiendo un camino estrecho donde la moral es una de las pocas variables que no pueden controlar. Y por eso deciden olvidarla. El desconocimiento es la felicidad, el fin del suplicio de saberse irremediablemente humano.
En un relato fragmentado con precisión, Fernando Del Río muestra vidas que en distintos momentos se enlazan de modo poco usual. El autor escapa de lugares comunes, contradice formalidades y otorga las libertades que cada personaje se merece. Así “Los Garros” pueden deformar no solo sus cuerpos sino también el lenguaje, así se puede ajustar la fe a conveniencia, así se puede justificar la existencia por el destino. Pero, cuando los personajes se sienten libres, cuando creen llegar a un punto que les pertenece, el autor mueve los hilos y los lleva a un final que es, también, un punto de encuentro.
Furca, La cola del lagarto
Sinopsis: En el personaje autobautizado “Furca” puede resumirse de algún modo la interesante propuesta literaria del dúo marplatense: se trata de un paralítico, odioso y resentido, que busca abrirse camino sin esperar ni brindar compasión. Furca sabe que es un deforme, un ser que causa impresión en los demás, y no estaría muy de acuerdo con que alguien lo presentara diciendo que Patricio (su verdadero nombre) “es una joven con capacidades diferentes”. Los autores muestran su fobia ante lo políticamente correcto y proponen exponernos a la Mar del Plata menos turística, acompañando a Furca a una iglesia electrónica, a una playa, a un puterío o a la cita con otra lisiadita.
Y si faltaba algo más para ubicar a esta dupla dentro de una tradición literaria de bucear en lo marginal, aparece la mención a la novela Estafen, de Juan Filloy (1894-2000), quien desarrolló una vasta obra caracterizada principalmente por una crítica a las convenciones, mediante la parodia y a la ironía. Furca lee con placer esta novela en la costa marplatense y festeja las ocurrencias del escritor nacido en Córdoba.
El Geriatrico
Sinopsis: Por estilo, propuesta y personajes, El geriátrico
es una continuación de la primera novela, pero la historia es independiente.
Aquí Furca aparece en un segundo plano (aunque en un algún momento su
participación sea clave en la trama), y todo se concentra en las peripecias de
su abuela Mara, quien empieza a sufrir síntomas de Alzheimer y acepta ser
internada en un geriátrico.
En
el establecimiento Los Alerces, la doña descubrirá una nueva vida y compartirá
una serie de aventuras con sus compañeros. Así como en Furca la mirada está
puesta sobre la discapacidad, en esta segunda incursión la potente lupa de Del
Río-Chilano se detiene sobre la vejez y la decrepitud.
En
un ambiente cerrado, desfilan coralmente los deseos que aún persisten en esos
seres semihumanos y vamos conociendo cómo juegan la figura de la temible y
fantasmal mandamás del geriátrico (“La
Cava”) y otros enfermeros que llevan adelante esta actividad
de cuidaviejos.
Hay varios personajes deliciosos, como Isabel —que está convencida de que vive en un prostíbulo—, pero uno que concentra parte de la esencia de la historia es El General, un militar que hace gala de haber sido grupo de tareas, quien ante ciertas circunstancias ve sucumbir su concepción del mundo. Su contrafigura es un viejo de camisas escocesas que espía a la abuela Mara.
Acompañando a Mara, Don José, Obdulio, Carlos, Dante, Galicchio, Vilma, Isabel y Esther en esta época de “tedio y enfermedades”, los autores parecen querer recordarnos que esos desechos humanos (o, mejor dicho, “humanos desechos”) somos nosotros en el futuro y que tenerles compasión es también tener compasión por la humanidad. Es decir: por nosotros mismos. Porque, quizá, la vida no sea sólo una fugaz luz entre dos oscuridades, sino más bien un breve sainete entre dos incógnitas.
Con Fernando Del Río periodista y escritor del Diario La Capital tomando un café en la zona de Güemes. |
Los periodistas Fernando del Rio y Daniel Scarimbolo en Mar del Plata. Año 2018. Imagen gentileza Fernando del Rio |
Los periodistas Federico Fahsbernder y Fernando del Rio en los tribunales porteños cubriendo una nota. Año 2018. Imagen gentileza Fernando del Rio |
El Dr.Sebastian Chilano y los periodistas Juan Carra, De Angelis y Fernando Del Rio. Año 2018. Imagen gentileza Fernando del Rio |
Fuentes:
Charlas entre Fernando Del Rio y Pablo Junco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario