Mar del Plata,vista del Solarium,Archivo Caras y Caretas. Archivo General de la Nación. Ignacio Iriarte para Fotos de Familia del Diario La Capital |
El Solarium estaba en las calles
Florisbelo Acosta, José Marmol, Calle 24 y la Avda. Costanera. En aquella época la calle
Dardo Rocha terminaba en Acosta, después la abrieron y pasa por donde estaba el
Solarium. La historia del establecimiento nos remonta al año 1915 cuando fue
fundado el Hospital Marítimo (actual INE) para la atención de niños con
tuberculosis.
Solarium. Antigua postal de Mar del Plata de principios de siglo |
Solarium circa 1926 – Archivo general de la Nación-Foto de Ignacio Iriarte enviada a Fotos de Familia |
Una vista del Solariun en 1925 - Foto enviada por Carlos Fiore a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Sector de un plano de la intendencia de Camusso. Se puede ver los antiguos nombre de las calles y la ubicacion que tenia el Solarium en aquel entonces |
Tal obra fue financiada por la Benemérita Sociedad de
Beneficencia de Capital Federal a requerimiento de los doctores Juan M Bosch y
Antonio Arraga, directores de la Casa de Expósitos y Hospital de Niños de
Buenos Aires. Dichos profesionales habían planteado la necesidad de crear un
“hospital marítimo” para atender a niños con tuberculosis. La Sociedad de Beneficencia
adquirió un edificio situado en España y Ayacucho donde funcionaba el Hotel
Alemán, cuyo nombre aún puede leerse en una de las paredes del INE.
Siete años más tarde, en 1923,
fue inaugurada una dependencia anexa del Marítimo: el Solarium, dedicado
exclusivamente a la atención de niños que padecían mal de Pott (tuberculosis
ósea).
Existía un lugar que se llamaba “el palomar” donde dormían las empleadas que habían llegado de otro lugar o vivían lejos y se quedaban a dormir ahí. Luego estaba “la resolana”, que era una especie de patio que tenía una parte cubierta, porque los médicos de la época consideraban que el sol era bueno para los huesos. Por eso, en verano los pacientes tenían un tiempo de exposición al sol y luego los llevaban a la sombra hasta la hora de la merienda. Fuera de la época estival, los llevaban a un jardín de invierno para que tomaran sol a través de los vidrios. Estaban postrados y enyesados y las camas tenían rueditas que permitía movilizarlos.
Había caños subterráneos que llegaban al mar y de ahí traían agua. La calentaban en la caldera y llenaban enormes bañeras donde introducían a los chicos, tratamiento que era recomendado por los médicos del lugar. Cuando tenían que hacerle radiografías, los llevaban en ambulancia al Sanatorio Marítimo. Como anécdota cabe destacar que allí trabajaba el negro Guillermo Brizuela Méndez. Era mensajero. Siempre esparciendo alegría. Hacia 1960, con la erradicación de la enfermedad, el lugar perdió su sentido original y las autoridades no le otorgaron otro destino.
Existía un lugar que se llamaba “el palomar” donde dormían las empleadas que habían llegado de otro lugar o vivían lejos y se quedaban a dormir ahí. Luego estaba “la resolana”, que era una especie de patio que tenía una parte cubierta, porque los médicos de la época consideraban que el sol era bueno para los huesos. Por eso, en verano los pacientes tenían un tiempo de exposición al sol y luego los llevaban a la sombra hasta la hora de la merienda. Fuera de la época estival, los llevaban a un jardín de invierno para que tomaran sol a través de los vidrios. Estaban postrados y enyesados y las camas tenían rueditas que permitía movilizarlos.
Había caños subterráneos que llegaban al mar y de ahí traían agua. La calentaban en la caldera y llenaban enormes bañeras donde introducían a los chicos, tratamiento que era recomendado por los médicos del lugar. Cuando tenían que hacerle radiografías, los llevaban en ambulancia al Sanatorio Marítimo. Como anécdota cabe destacar que allí trabajaba el negro Guillermo Brizuela Méndez. Era mensajero. Siempre esparciendo alegría. Hacia 1960, con la erradicación de la enfermedad, el lugar perdió su sentido original y las autoridades no le otorgaron otro destino.
Triste final del Solarium, que se hallaba en la costa y Florisbelo Acosta.Foto enviada por Hector Villagra a Fotos de Familia del Diario La Capital |
-El Solarium a fines de la década del 70 en total estado de abandono-Foto enviada por Hector Villagra a Fotos de Familia del Diario La Capital |
El abandono
fue inutilizando las dependencias de Florisbelo Acosta y la costa, que fueron
demolidas al iniciarse la década del 80. Parte del lugar fue abarcado por la
ampliación del acceso norte y el resto se convirtió en un baldío.
El consejo de oro
Quiero – dijo Hipolito Irigoyen—que mis sueldos
de presidente de la republica sean entregados a la Sociedad de Beneficencia que
fundó Rivadavia. Noble gesto de sembrador. Seis mil pesos por mes. Casi medio millón
en los seis años de la primera presidencia.
--Compraremos alimentos y abrigo para los niños
pobres –contestaron conmovidas las admirables damas de la comisión.
Foto de 1924. Publicación de la Facultad de Medicina de La Plata en el mismo año. El epígrafe dice Sanatorio Solarium MdP”.Foto enviada por el Lic. Angel J. Somma. |
--Quizás fuera más útil—les repuso Yrigoyen—comprar
para esos niños un poco de sol.
La pobreza de las grandes ciudades es tan húmeda,
tan sombría, tan hosca que la infancia padece de apetitos de luz, más
mordientes que todas las hambres del pan…
Las damas beneméritas recogieron aquel consejo
de oro. Y como ellas conocen el arte de los ángeles, capaces de comprar
imposibles, compraron sol a manos llenes, a la orilla del mar.
Así salvaron y están salvando todavía
centenares de niños que con los huesos mordidos por la tuberculosis, agonizaban
en los infiernos de los conventillos, amamantados con el agua turbia de los
pechos maternos.
Retrato de Inés Dorrego de Unzué, "donante de los terrenos donde se hallan el edificio y jardines del «Solarium»" - Revista Caras y Caretas - Extraido de Acciontv.com.ar |
La Sra. Inés Dorrego de Unzué donó en silencio,
sin música de crónica social, un amplio terreno en Mar del Plata, sobre la
carretera de Camet. En ese terreno la Sociedad de Beneficencia construyo con
los sueldos presidenciales un “solarium” magnifico a la altura científica y
administrativa de los mejores sanatorios helioterapicos del mundo.
En el vestíbulo una placa de bronce—pagina de
historia—consagra el ademán del sembrador…
El solarium es el complemento del Hospital
Marítimo. En él asisten niños pobres solamente—varones y mujeres—venidos de
todas partes del pais, atacados en su mayoría de las mas espantosas
enfermedades de los huesos. Se curan con baños permanentes de sol. Abundan los
enfermos de coxalgia—artritis tuberculosa de la cadera—y los que sufren el
horrible mal de Pott, así como los perseguidos por otras formas de esa
tuberculosis que devora a los niños chupándoles la medula.
En invierno, en otoño, en primavera y en verano
viven al aire libre, desnudos siempre, tendidos en sus camas—camas muy blancas
y muy limpias—sin techo, como nidos de pájaros bohemios. El sol acaricia a
todos por igual. Los tuesta. Los ennegrece. Los baña en su luz con cariño, sin
rajarles la piel, sin herirlos, cual si tuviera lastima de verlos tan pequeños
y ya tan viejecitos.
Foto de 1924, del Director del Sanatorio Marítimo.Dr. Alberto Rodriguez Egaña rodeado de su personal de médicos y enfermeras”. Lic. Angel J. Somma. |
Empero más que todo asombra la resignación, la
paciencia, el budismo con que los enfermitos soportan la rabia de la
naturaleza. Aguantan su desdicha como las cariátides. No hay héroe de la Biblia
que logre compararse con estos chiquilines y estas nenas de tres a doce años
que encadenados a su cepo se muestran todavía dichosos de vivir, sin siquiera
quejarse de estar eternamente torcidos; siempre echados en la misma actitud. Cada cual permanece de modo que la región
enferma de su cuerpecito reciba de continuo los rayos directos del sol. Unos
boca abajo, otros boca arriba. Muchos de perfil y todos en posturas violentas,
en posturas incomodas, en postura de estatua o momia.
Además algunos tienen el busto o los brazos o
las piernas metidos en moldes de yeso. ¡Enyesados! No pueden moverse. El
antiguo suplicio criollo de los prisiones cosidos en cueros de vaca, puestos
luego a secar; era un castigo inocuo si se le confronta con este martirio
¡Pobres niños!. Producen la sensación alucinante de que un hada inclemente los
ha petrificado. Se diría que los ha maldecido, trocándolos en mármol. Condenándolos
a la eterna inmovilidad rugiente, bárbara, inaudita del enterrado vivo que
despierta de pronto en la caja mortuoria. Inmovilidad capaz de enloquecer a un
hombre o de transfigurarlo como el Pafnucio, en santo. Y sin embargo, ni uno solo de estos niños se
queja. Ni una sola de estas nenas desdobla en su fisonomía rasgos de padecer.
Todos ríen. Todos siguen siendo niños. Todos miran pasar por entre sus camitas,
con los rostros iluminados de dulzura.
Niños en la galeria de vidrios del Solarium Año 1927. Album Ciudades Argentinas” Foto enviada por Ignacio Iriarte a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Yo les hago chistes para verlos reir. Ríen
suavemente, sin ruido. Aprovecho las maniobras del reporter grafico cuando los
enfoca con el objetivo para anunciarles cómicamente, la aparición del pajarito.
Si mover el cuerpo, levantan la cabeza. Me espían. Estudian el aparato
fotográfico con seriedad de grandes
profesores. De cama en cama comentan el milagro de la cámara oscura. Los
grandes explican a los pequeños con ademanes y morisquetas, quien sabe que
futuros prodigios de magia. Me acerco a uno de ellos y digo en voz alta para
que todos oigan:
--¿Donde esta tu mamá?—
--Vive muy lejos. En Corrientes. No puede
visitarme. El pasaje cuesta mucha plata—
--Entonces es necesario que pongas una carita
alegre. Tu mama vera esta fotografía en “Caras y Caretas” y se pondrá muy
contenta. Besará tu retrato…--
El niño goza. Los demás ríen también, enseñando
los dientes muy limpios. Todos buscan en el fondo de sus almas el reflejo mas
encantador de su inocencia para sonreírle, allá lejos, a la madre desdibujada
en sus recuerdos. Todos ponen caras de fiesta…
Oyese un sollozo. La enfermera accede
bondadosamente a calmar ese llanto. Es un niño de ocho años. Lo interrogo:
-Procesión de la Virgen del Huerto desde el Hogar Unzué hasta el “solarium” en el año 1929. Foto enviada por Carmen Capetolo a Fotos de Familia del Diario La Capital |
--¿Por qué lloras muchacho?—
No me contesta. Esconde la cara contra el pecho
de la blanca enfermera. La buena mujer, sin decirle nada, me hace, por sobre la
cabeza del niño, un gesto de orfandad. ¡Comprendo!¡Comprendo! Yo inclino mi
vejes sobre el muchacho. Este pobre inocente solloza porque no puede sonreír a
la madre, como hacen los demás, porque la madre ha muerto. Lo beso en la
frente.
--¡No llores muchachito! Tu madre vera el
retrato en el cielo…!—
Alza la frente. Me sonríe. Cree lo que digo. Creyéndome,
me ha dado una hermosa lección de poesía.
Un grupo de niños debiles de la colonia de vacaciones.Fondo Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social Sanatorio Marítimo. Año 1927. Archivo General de la Nación |
Durante el baño los niños son acompañados por un experto. Fondo Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social Sanatorio Marítimo. Año 1927. Archivo General de la Nación |
Niños internados en dicha dependencia durante un paseo por la costa en la década del 30. Foto enviada por el Lic. Angel J. Somma a Fotos de Familia del Diario La Capital |
El visitante
misterioso
Un dia del verano anterior presentose en el
solarium un caballero acompañado de una señorita y de otro caballero.
Humildemente el primer caballero solicitó permiso para visitar las dependencias
de la casa. Eran las dos de la tarde, hora en que descansan los empleados del
establecimiento, con excepción de los que están de guardia. El portero quiso
hablar por teléfono al Hospital Marítimo—del cual depende el solarium—para
llamar al director.
--No lo moleste—dijo el visitante conteniendo
al portero de un brazo—Deseo únicamente ver a los enfermos.—
Sesión de helioterapia en una de los patios. Fondo Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social Sanatorio Marítimo. Año 1927. Archivo General de la Nación |
Recorrió los jardines donde los pacientes tendidos en sus lechos tomaban el sol. El caballero paso, en silencio, por entre las camas infantiles, acariciando a los mas próximos, sonriéndoles a todos, sin hablar con ninguno. Una nena de cuatro o cinco años, al sentir la caricia bondadosa del caballero le tomo las dos manos. No quería soltárselas. Durante largo rato jugo con sus dedos. El hombre se detuvo, feliz como un abuelo, emocionado talvez por el suave deleite de ver que sus manos, presas en la de la chiquilina, adquirían el encanto de un juguete sublime.
Después anduvo, anduvo, anduvo. Delante de otra
cama paróse, al azar. Preguntó al enfermito su nombre. El niño exhalo un sonido
gutural, incomprensible.
--Es mudo—advirtió la enfermera—Se llama Carlos
Miguel Dadino. Lo trajeron del Chaco.
La enfermera noto que el caballero solemne
lloraba. De inmediato el caballero se marchó, en silencio, tal como había
llegado, seguido de la señorita y del acompañante.
El caballero misterioso era el presidente
Hipólito Yrigoyen con su señorita hija y el Sr. Francisco Morteo, administrador
de la Rambla Bristol.
Hipolito Irigoyen en la Rambla,1929. Enviada por Ignacio Iriarte. |
La Beata argentina Hna. Maria Angelica Crescencia Perez
Entre
los decretos aprobados por el papa Benedicto XVI el 19 de diciembre de 2011,
está el que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de la Sierva de Dios
María Crescencia Pérez, religiosa argentina de la congregación de las Hijas de
María Santísima del Huerto.
La
Hermana María Angelica Crescencia Pérez, nació en San Martín, provincia
de Buenos Aires, el 17 de agosto de 1897. Muy pronto se trasladó con su familia
a Pergamino. Los primeros años de su vida religiosa los dedicó a los niños como
maestra de labores y como catequista, primero en la casa provincial y después
en el colegio Nuestra Señora del Huerto de Buenos Aires.
María Angélica Pérez, antes de entrar al Instituto de Hermanas del Huerto |
En
1924, se dedicó con el mismo entusiasmo a los enfermos, especialmente a los
niños tuberculosos en el sanatorio marítimo Solarium de Mar del Plata.
Permaneció allí por tres años exponiendo su propia salud que comenzaba a
declinar rápidamente. En busca de un clima más propicio fue enviada a Vallenar,
Chile, donde algunas de sus Hermanas prestaban servicios en el hospital local.
Sor Maria Angelica Crescencia Perez |
Allí
transcurrió el último período de su vida, dedicada totalmente al servicio de
los otros enfermos, en la alegría de la vida comunitaria, creciendo
incesantemente en el amor de Dios. Murió a los 35 años el 20 de mayo de 1932
con gran pesar de la población local que hablaba de ella como de la “santita”.
Cuando las hermanas del Huerto dejaron Vallenar, la gente impidió que se
llevaran su cuerpo. En 1966 fue encontrado incorrupto y actualmente se
encuentra en la Capilla del Colegio del Huerto de Pergamino.
La
causa de canonización de la hermana Crescencia fue abierta el 27 de febrero de
1986, en la diócesis de San Nicolás de los Arroyos. Tras el estudio de la vida
y virtudes de María Crescencia, Juan Pablo II la declaró venerable. Ahora el papa
aprueba su beatificación. Recientemente, el obispo de San Nicolás de los
Arroyos Héctor S. Cardelli, quien junto con la hermana provincial de las Hijas
de María Santísima del Huerto lleva adelante los preparativos de la
beatificación, dijo que se piensa que su beatificación ocurrirá en 2012 en
Pergamino, donde vivió María Crescencia su infancia y adolescencia. En Pergamino, el Sabado 17 de noviembre de 2012, a hs 11, fue BEATIFICADA.
Fuentes:
El Blog de Arcadei - http://www.arcadei.org/blog/
http://www.acciontv.com.ar/soca/unzue/saturno/solarium.htm
http://www.acciontv.com.ar/soca/unzue/saturno/solarium.htm
Caras y Caretas de 1930 – El solarium de Mar
del Plata por Juan Jose de Soiza Reilly – Caras y Caretas – 8/2/1930 – Articulo
extraído del Diario Acciontv.com.ar
Hola Pablo.
ResponderEliminarSoy Norberto Garo y queria comentarte que esta nota acerca del Solarium de Mar del Plata me hizo llorar. Mi vieja estuvo internada ahi, cuando era chica. Cada tanto nos cuenta esa historia y realmente se te estruja el alma. Gracias por investigar y contarnos sobre este lugar. Cada vez que la imagino ahi, pequeña, debil, lejos de su familia que no tenia el dinero suficiente como para visitarla seguido... no puedo hacer mas que admirar la entereza de enfrentar la vida.
Gracias Pablo.
Un abrazo enorme
Norberto
Soy Clara Lucia Bianco Magnanelli y tambièn me emocionó mucho leer la nota y a pesar del dolor que se manifiesta en cada comentario veo que la solidaridad y la caridad y el amor de mucha gente estuvo presente para aliviar el sufrimiento de esos niños - Quiero decir que mi abuelo Abramo Magnanelli trabajò en el sanatorio Maritimo cuando llegò de Italia, haciendo trabajos de mantenimiento. Dios habrà de premiar a tantas almas caritativas que trabajaron alli para ayudar a tantos enfermos.
ResponderEliminarhola,hay alguien que haya estado en en la decada del 50 alli? mi mama estuvo internada en ese momento y acabamos de encontrar por fb a dos de sus compañeras... quisieramos saber si pueden buscar informacion ya que no lo logramos por google .
ResponderEliminarellas son ALICIA ELENA SCARPA,BLANCA ADRIANA ARANEDA Y MARIA DEL CARMEN CEBRAL.
gracias..
Hola buenas tardes daniela,te cuento que esta historia me la conto mi padre,te cuento que el llego a los 3 o 4 años al solarium el nacio en 1944,por o que el recuerda el llego en 1947 hasta 1954 aproximadamente. Mis abuelos vivian en Lobos Pcia de Bs As,estando alli mi padre fue subido por uan hermana sobre las ancas de un caballo para llevarlo a pasear,y ahi sufrio el desplazamiento de la cadera,nacio en 1944 mi padre,estubo internado en casa cuna,y de ahi fue trasladado al solarium. Y estabamos recordando sus tristes historias lejos de to sus padres hermanos,el sufrimiento de estas pobres criaturas a veces cuando nos cuenta la historia nos quedamos helados. Pero recuerdan a pesar de todo lo bien que eran tratados en el solarium. Besos el nombre de mi pdre es Jose Ricardo Reparaz.
ResponderEliminarALLI POR LOS AÑOS 30 ESTUVO HECTOR SALAS....SIEMPRE RECORDO AQUEL LUGAR . SU SONRISA RADIANTE Y SU GRAN CORAZON SE PULIERON CON AQUELLOS SOLES MARPLATENSES
ResponderEliminarMi abuela Elsa Eleonor Dacui trabajo y ayudo algunos años
ResponderEliminarMe criaron las monjas,enfermeras y médicos del 50 al 60 fuí operada de columna en el hospital Marítimo (hoy Interzonal)En el 70lo visite y lo encontré abandonado,año despues ya era un terreno baldio, en marzo veré conque me encuentro,Guardo los mejores recuerdos.Su quinta inmensa que por las tardes en vez de concurrir al Rosario iba a comer tomates verdes y zanahorias,. Recuerdo ver siempre el Unzué desde allí la última vez que fui´lo estaban restaurando para convertirlo en un centro de arte. Ya el 5 de marzo visitaré y veré conque me encuentro donde etaba mi querido Solarium que tanto me dió.En el jardín un día descubrí que habia una capilla chiquita,pues cuando pude caminar era muy inquieta, no me olvido de la iglesia mayor de la cual me echaban ya que queria estar a toda hora.Tengo fotos en el colegio siendo pequeña.Oh!Dios! cuantos recuerdos hoy a mi 68 años conservo.
ResponderEliminarMi mamá Etelvina Díaz, estuvo internada en el hospital de niños sor Ludovica de La Plata desde 1945 x diez años, y nos contó que la llevaban al solariun San José en Punta Mogotes, Mar del Plata. Mami falleció el 3 de diciembre de 2018. Nos inculcó el amor a las enfrmeras, medicos ,nos hablaba del dr.llosa ,y monjitas, especialmente x sor Ludovica. Bendiciones para todas las personas, que cuidaron y curaron en cuerpo y alma a mi mamá.
ResponderEliminarUnos años antes de 1960 ibamos con mi mama a escuchar misa a la capilla de El Solarium
ResponderEliminarVeia chicos en sillas de rueda en la capilla pero yo era muy chica para entender que pasaba
Gracias a esta publicación ahora entiendo y me sorprende haber sido testigo de ese dolor
soy Marta andrade estuve del48 al 55, viví como en un cuento de adas, soy lo q soy por esa obra maravillosa , en el 55 en adelante la destrucion total quemaban cuánto se les cruzara con el sello Evita, nunca más se recuperó, los bárbaros mediocres no saben otra cosaq hacer,
ResponderEliminarMarta Andrade como compartía en otro espacio, en nueve años a pesar de la distancia con mis padre q no fue fácil, ellos quedaron en BsAs no podían trasladarse, pero mi infancia y
ResponderEliminaradolescencia fueron de gran felicidad, me preguntan porque soy Peronista o sea mis padres yo mis hijos y mis nietas, hay mi Dios como dijo Evita, Volveré y seré millones, se tiró la semilla de la misericordia y germinó. sabes? amo alas fuerzas armadas el Genera me lo inculco en una oportunidad nos dice la mongita la q no duerme la siesta no
bno va al espectáculo, que era, sacaron las camas a la resolana un patio cubierto, y comenzó a entrar un soldado otro otro no puedo decir la cantidad era la banda del ejército, los instrume to golpeaban mi estómago, cuánta maravilla, Sine, Margarita Palacio cantante floclorica, los reyes desbordaba la cama de juguetes muñeca d losa con pelo natural, una personita dijo de la quinta, comimos asado yo prendida d una pata d cordero, hice la primaria, para los q seguían internados habia secundaria, a mí me gustaba cantar y tocar el piano, salí completamente sana con una vida normal, de no haber Sido por Dios mis padres y el gobierno PERONISTA hoy estaría enroscada en una silla d rueda, es así como los ipocritas vende patria quieren ver a los q menos tienen.
ResponderEliminar