|
Viejo Hotel Ostende |
El
21 de marzo de 1913, la Revista Fray Mocho comenta con lujo de detalle la
creación de Ostende, una fabulosa villa balnearia en la costa atlántica. Pocos
días después, el 6 de abril de 1913, el balneario es fundado oficialmente ante
centenares de personas atraídas por los anuncios que invitaban a conocer el
magnífico emprendimiento. Desde entonces, Ostende es un lugar privilegiado y se
ha convertido en el favorito de muchos argentinos.
Más atrás en el tiempo
Para bucear en esta historia, es necesario remontarse al siglo XIX. La zona pertenecía a don Martín de Álzaga, casado con Felicitas Guerrero, una bella joven de la alta sociedad porteña. A la muerte de don Martín, en 1870, Felicitas hereda sus tierras y con ellas las estancias Bella Vista, La Postrera y Laguna de Juancho.
|
Estancia Bella Vista de Martín de Álzaga, casado con Felicitas Guerrero, |
|
Estancia La Postrera de Martín de Álzaga, casado con Felicitas Guerrero, |
Pero Felicitas muere en 1872 víctima de un drama pasional. Al
no tener descendencia, las tierras pasan a ser propiedad de su padre, don
Carlos Guerrero, y a la muerte de éste y de su esposa, Felicitas Cueto, los
siete hijos del matrimonio heredan los campos. De la subdivisión realizada en
1886, los 25 km
de playas y médanos costeros quedan divididos entre las estancias Martín
García, La Invernada, El Rosario y Manantiales, propiedad de Manuel y Enrique
Guerrero. Poco tiempo después, las tierras pasan a manos de José Guerrero.
En tren, llega la modernidad
En
1908, el Ferrocarril del Sud habilita una parada ferroviaria con el nombre de
Estación Juancho dentro del campo de José Guerrero, a unos 29 km del mar. La zona, desde
General Madariaga hasta Ostende, se denominaba Montes Grandes de Juancho y
estaba habitada por enormes e indómitas dunas. Al contar con un medio de
transporte cercano, surge la idea de aprovechar turísticamente la zona, sólo
poblada por mar, dunas y médanos.
|
Resolucion creando la Estafeta Postal en Balneario Ostende año 1920.jpg |
Entonces,
los pioneros Ferdinand Robette (belga) y Agustín Poli (italiano) deciden
comprar una fracción de 14 km2 de dunas.A partir de 1909, una compañía belga al
mando de Robette encara el ambicioso proyecto que da empleo a trabajadores
japoneses que residen a 1 km,
en el puesto de estancia Colonia Tokio.
Los belgas, nostálgicos, llamaron
Ostende al lugar, pues les recordaba al balneario del Mar del Norte. De allí
venían, y buscaron desarrollar un proyecto urbanístico similar a los balnearios
europeos. Una urbanización no habitual, sin lujo pero elegante, incluía una
avenida central de 50 m
de ancho, un hemiciclo y una rambla con pilares y balaustradas, que quedó
inconclusa y cuyos pináculos hoy sobresalen de la arena.
Entre las dunas
Ya
en el proyecto original estaba previsto un hotel de más de 80 habitaciones, el
Hotel Termas, que luego se convertiría en el Viejo Hotel Ostende, y cuya construcción
comenzó en 1913.Ofrecía amplios salones, espacios para juegos, lectura y
esgrima, fábrica de pastas y repostería, restaurantes y jardines de invierno.
|
Publicidad del Viejo Hotel Ostende año 1913 |
La
llegada al hotel formaba parte de la aventura. Un tren partía de la estación
Constitución hasta la estación Juancho. El viaje proseguía en volantas hasta la
Colonia Tokio, donde comenzaban las dunas y se transbordaba a un pequeño tren
de vías móviles (decauville) que llegaba a destino.Sin embargo, la naturaleza
indómita de las dunas complicó el sueño del balneario. Se inició un plan de
forestación pero su éxito no duró demasiado y, pronto, varias edificaciones
quedaron bajo la arena.
|
Proximidades de Ostende año 1920. |
Finalmente,
la compañía abandonó el proyecto. Como testigos quedaron los dos pilares de la
antigua rambla, a la altura de la actual Hostería Rambla; la casa del fundador
de Ostende, Ferdinand Robette (hoy Casa Fasel), la Villa Soldaini; una casa de
retiro espiritual utilizada por monjes de la orden salesiana y la construcción
más importante de todas: el Viejo Hotel Ostende.
|
Publicidad del Viejo Hotel Ostende año 1920 |
|
Publicidad del Viejo Hotel Ostende año 1926 |
Contaba don Carlos Gesell que,
en 1931, al llegar por primera vez a Ostende, tuvo que ingresar al primer piso
del edificio por una pasarela de tablones, ya que la arena tapaba completamente
la planta baja y los alrededores, aunque, pese a ello, el hotel seguía
funcionando. Las crónicas de los visitantes cuentan cuántas veces tenían que
salir o entrar por las ventanas, lo que añadía un toque de diversión a la
estadía, sobre todo para los niños.
Postales literarias
El
Vieho Hotel Ostende estuvo desde siempre ligado a la literatura, y es
asiduamente visitado por escritores y lectores que encuentran aquí tanto la
tranquilidad como el misterio necesarios para dejarse llevar. Conservamos
intacta la habitación en la que se alojó el escritor francés Antoine de Saint
Exupery, autor de El Principito, quien se hospedó en el hotel durante dos
veranos consecutivos a principios del siglo XX.
|
Antoine de Saint
Exupery, autor de El Principito, pasajero del Viejo Hotel Ostende |
Puede visitarse en el primer
piso. Los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo conocieron
el hotel en la década de 1940, y se inspiraron en este entorno para escribir su
novela policial "Los que aman, odian", en la que el Viejo Hotel Ostende aparece como una imagen
fantasmagórica entre las dunas, suscitando todo tipo de fabulaciones.
|
Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo año 1942 |
|
Novela "Los que aman, odian" de Adolfo Bioy Casares y Sivina Ocampo |
La construcción del relato
Los
viajeros que han disfrutado sus veraneos en el Viejo Hotel Ostende también
tienen historias fascinantes para contar. El hotel continuamente recibe cartas,
recuerdos y agradecimientos de quienes han pasado en él momentos inolvidables.
Un hombre, por ejemplo, cuenta que nació en el Hotel el mismo día que una
ballena quedó varada en la playa (la quijada del animal está expuesta en una
galería del primer piso).
|
Publicidad del Viejo Hotel Ostende |
|
Viejo Hotel Ostende |
|
Entrada al Viejo Hotel Ostende. |
|
Turistas en la entrada del Hotel Ostende año 1925.jpg |
|
La familia de Americo Mazzanti en la escalinata del hotel año 1933 (Archivo Buela) |
Un pionero, hijo de uno de los albañiles que
levantaron el hotel, relata que su hermana Rosa fue la primera mujer nacida en
el hotel y que estuvo a punto de llamarse Ostendina. Una veraneante de los años
treinta recuerda a un matrimonio que se sentaba a la mesa con su can y exigía
al personal que al perro le sirvieran su comida en la vajilla del hotel como a
cualquier otro comensal.
|
La familia de Américo Mazzanti en la escalinata del hotel, 1924 (Archivo Buela) |
|
Viejo Hotel Ostende año 1932 |
|
Acceso al Viejo Hotel Ostende |
|
Viejo Hotel Ostende |
|
Los propietarios del hotel parados en el medano que hoy ocupa la pileta año 1940 (archivo Piccolo) |
|
Viejo Hotel Ostende |
Estas
y muchas otras anécdotas fueron trazando el perfil de nuestro Hotel, que no
sólo no pierde vigencia, sino que gana en estilo, tradición y voluntad
permanente de renovación. Al atravesar sus puertas es sencillo e inevitable
viajar hacia el pasado, perderse en él y regresar rápidamente al presente para
disfrutar la sombra del patio junto a la pileta, con la cuota justa de
nostalgia.
EL HOTEL EN LA ACTUALIDAD
Al Viejo Hotel Ostende, sin duda, no le faltan ni las historias ni las leyendas. No pudieron con su espíritu de resistencia ni la Primera Guerra Mundial, ni las invasiones de médanos, ni los daños provocados a mediados de los ‘70 con la apertura y pavimentación de la calle, que obligó a anular su entrada principal.
Siempre en pie, se dio el gusto de ser sede de una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante de Pinamar en que se declaró ciudadano ilustre (post-mortem) a Saint Exupéry, y cada día vuelve a abrir sus puertas tanto para los fieles que lo gozan desde siempre de su encanto como para aquellos que descubren por primera vez la atracción de sus leyendas.
|
Escalera de acceso en el Viejo Hotel Ostende |
|
Patio del Viejo Hotel Ostende |
|
Interior del hotel |
|
Interior del hotel |
|
Interior del hotel |
Como llegar
En automóvil desde Capital Federal: Desde Capital Federal por la autopista Buenos Aires/La Plata, para luego empalmar la Autovía Nº2 hasta la localidad de Dolores. Luego empalmar con la ruta 63 hasta Esquina de Crotto y tomar la ruta interbalnearia Nº 11 hasta Gral. Conesa, de allí se debe tomar la ruta 56, pasar por Gral. Madariaga y continuar por la Autovía 74 hasta Rotonda de Pinamar, doblar por la rotonda hacia Villa Gesell hasta la primera Rotonda que es la de Ostende.
|
Mapa para llegar al Viejo Hotel Ostende |
Las
habitaciones antiguas conservan algo del espíritu de hace un siglo, en su
mobiliario de principios del siglo XX y sus pisos originales de madera. Tienen
roperos antiguos. No cuentan con aire acondicionado. Hay dobles y
triples.Incluyen desayuno continental, cena y carpa en el balneario.
|
Habitaciones antiguas |
|
Habitaciones antiguas |
|
Habitacion donde dormia Antoine de Saint
Exupery, autor de El Principito |
|
Habitacion donde dormia Antoine de Saint
Exupery, autor de El Principito |
Las
habitaciones remodeladas cuentan con aire acondicionado, placards, baño completo, pisos alfombrados. Hay
dobles, triples y cuádruples. Incluyen desayuno continental, cena y carpa en el
balneario.
|
Departamentos tipo apart |
|
Departamentos tipo apart |
|
Departamentos tipo apart |
|
Departamentos tipo apart |
Tambien cuenta el hotel con veintidós departamentos. Se dividen en: monoambientes, departamentos de dos ambientes para tres, cuatro y cinco personas y departamentos de tres ambientes para seis personas. Los aparts cuentan con aire acondicionado central, vajilla, horno a microondas, heladera y TV con cable.
|
Restaurante del Hotel |
El
amplio salón donde funciona el restaurant conserva el aire sobrio y señorial de
sus primeras épocas. Su mobiliario original es el marco adecuado para compartir
una buena mesa con amigos, familiares, conocidos de temporada o simplemente
para disfrutar de su reconocida cocina.
|
Bar del hotel |
|
Bar del hotel |
El bar tiene un clima elegante, con grandes ventanas y una muy bien provista barra de bebidas. Se torna un lugar ideal para tomar una copa, sentarse a leer un libro con la compañía de una música suave, o encontrarse a la noche para un evento más chispeante. Es el escenario elegido para muchas de las charlas, talleres y conciertos que se desarrollan en el hotel.
|
Pileta del hotel |
|
Pileta del hotel |
Una
cuidadosa tarea de restauración y reciclaje ha transformado el pozo del viejo
molino en una magnifica pileta climatizada, ubicada en un entorno natural con
una higuera centenaria comandando el paisaje. La pileta tiene dos sectores: uno
más profundo para nadar, y otro apto para los juegos de los niños, contando con
un servicio permanente de guardavidas.
|
Viejo Hotel Ostende en la actualidad |
|
Sala de estar del Viejo Hotel Ostende |
En
el bar de la pileta, antigua panadería con horno a leña (conservado) que
proveía a toda la zona en tiempos de su fundación, se sirven bebidas y bocadillos
durante todo el día. El VHO tiene un espacio dedicado a los chicos. Personal
especializado se ocupa todas las tardes de proponer actividades recreativas y
artísticas para que chicos de distintas edades se encuentren y disfruten. En su
salón, cercano a la pileta, tienen todo lo necesario para divertirse en un
ámbito seguro y relajado. Se propicia un ambiente en el que los chicos se
vuelquen a los juegos compartidos y la creatividad, que sean más “productores”
que meros “usuarios”.
|
Talleres y biblioteca |
|
Talleres y biblioteca |
Siguiendo
la tendencia de los library hotels del mundo, en el VHO tratan a los libros de
igual a igual. Cuenta con una biblioteca surtida con cientos de títulos
cuidadosamente seleccionados, disponibles para los huéspedes, donde se pueden
encontrar desde la mítica colección Robin Hood, pasando por los relatos de
ciencia ficción de Ray Bradbury, hasta los clásicos y contemporáneos de la
literatura argentina y extranjera. El hotel tiene una sala de microcine, con
butacas como en los cines de antaño. El catálogo de películas que pueden
elegirse es variado y de calidad.
|
Actividades culturales |
|
Actividad cultural en la biblioteca |
La
actividad cultural del hotel es muy intensa, tanto en verano como en Semana
Santa. En algún momento de cada temporada, se ofrecen talleres que van variando
año a año, entre otras cosas de filosofía, yoga, cine, literatura, tejido,
dibujo, fotografía o avistaje de estrellas. El Viejo Hotel Ostende ha sido en varias ocasiones
sede de residencias de artistas plásticos y encuentros de escritores. Ya son
célebres las mágicas proyecciones de cine en la playa, con la pantalla colocada
en la línea del horizonte, una excusa más para combinar el mar, los amigos y el
arte.
|
Balneario del hotel |
|
Balneario del hotel |
A 150 metros del hotel, el hotel cuenta con un balneario propio. Sus carpas de lona blanca lo distinguen en la línea de la playa. Al estar emplazado en lo alto de un médano, mantiene la línea de vegetación natural defensiva de los vientos, lo que permitió el desarrollo de un jardín. Desde allí, de espaldas al mar, se divisan los bosques de la zona que presentan unas puestas de sol únicas. En el parador se puede almorzar el menú casero del día, que suele incluir pescados y mariscos frescos, y saborear la exquisita pastelería elaborada por el chef del hotel.
|
Cartel informativo en el entorno |
Fuentes:
MUY BUENA LA INFORMACIÓN,MUCHAS GRACIAS.
ResponderEliminarMuy lindo lugar y muy cercano a la estancia de la familia.Agunas veces a caballo y otras peludeando por la arena.Tenia mucha admiracion por este señor y por sus cacerias africanas y relatos.Era la decada del 50 y los medanos iban y venian.En los sesenta solo llegaba algunas veces entre semanas,por mis vacaciones de verano.Un hermoso lugar y una epoca inolvidable,que uno veia alguna piara de chanchos y perros cimarrones.Mi ultima visita fue tras varias decadas por el 2010 y me parecio irreconocible.Todo arreglado y con grandes cambios para el turismo y con la misma tranquilidad.
ResponderEliminarHistoria, misterio, èlite...para conocer!! Alli iremos!!
ResponderEliminar