Estancia El Durazno - Foto extraida del sitio Mar Chiquita Digital |
Las
primeras noticias que se conocen acerca del reconocimiento de las costas
marchiquitenses datan del año 1581, cuando Juan de Garay, fundador de Buenos
Aires, emprendió una expedición marítima hasta algo mas al sur de lo que hoy es
Mar del Plata. Casi dos siglos más tarde, el padre Tomás Falkner, quién luego
creara "Las Cabrillas" hoy Laguna de los Padres, exploró
minuciosamente, siguiendo la orilla del mar, todas la extensión comprendida
entre el Río Salado y la actual Mar del Plata, acompañando por seis indios
Pampas quienes le ayudaron como intérpretes
y baquianos.
Levantado
en 1751 el asentamiento indígena de nuestra Sra. del Pilar que fuera el primer
intento de población mas o menos permanente en la región, esta última quedó
sumida en un prolongado aislamiento durante el cuál solo lo habitaron tribus
nómades, constituyéndose en un ámbito propicio para la reproducción del ganado
cimarrón que había sido introducido en territorio rioplatense por los
fundadores de Buenos Aires.
Ya
a comienzos del siglo XIX y ante la nueva posibilidad del comercio de carnes
saladas, se decidió incorporar toda la zona sur del Río Salado a al actividad
económica. Así una ardua colonización que hizo necesaria la instalación de
fortines a fin de avanzar en tierras indígenas y demarcar los nuevos límites
conquistados. el Gobierno fomentaría, además, la ocupación de territorios a
través del establecimiento de estancias.
En
el año 1815, Don Juan Ramón Ezeyza, en representación el Coronel Pablo Ezeyza,
tomó la extensión de noventa y seis leguas en el lugar llamado Laguna de Las
Talitas, sobre la Mar Chiquita, la cual le fuera otorgada por el virrey Liniers
por sus servicios prestados al gobierno hispánico. Esas noventa y seis leguas
conforman el actual Partido de Mar Chiquita y el Sr. Pablo Ezeyza. fundando en
su centro la Estancia "El
Durazno" que aún hoy existe, y es la mas antigua del partido.
Hacia
el año 1820 Ezeyza ya tenia en sus
campos numerosos habitantes. Las nuevas líneas de fronteras se establecieron en
el cordón de sierras, que partiendo de Cabo Corrientes (hoy Mar del Plata)
sigue por Tandil hasta el Arroyo Tapalqué. en 1821 fue creada la comandancia de
Monsalvo, la cual abarcaba toda la zona costera desde la boca del Río Ajó hasta
la desembocadura del Río Quequén, incluyendo entre otras tierras las que hoy
pertenecen al Partido de Mar Chiquita .
En
el año 1839, en la citada Estancia
"El Durazno", se produce un acontecimiento que la marcará como
sitio histórico: las reuniones preliminares que culminarían en la Revolución
de los Libres del Sud, cuyo objetivo
(finalmente frustrado) consistía en el derrocamiento del Gobernador Juan Manuel
de Rosas.
Mas
tarde en ese mismo año con fecha 25 de diciembre , fue decretada la creación
del Partido de mar Chiquita, cuyos límites se encontraban en la costa del mar,
la desembocadura de la "Mar Chiquita" hasta Loberia Grande y hacia el
interior las sierras del Vulcán. El nombre deriva de la inmensa laguna que
según los relatos de los Padres Jesuitas que datan de 1744 ya era denominada
como "Mar Chiquito", por los nativos debido a su extensión y aguas salobres provenientes de su conexión
directa con el mar. Posteriormente
subdivisiones modificaron los límites originales dando lugar a la creación de
nuevos partidos, entre ellos el Partido de General Pueyrredon
Reseña Histórica:
Es
la Estancia más antigua del Partido de Mar Chiquita, fundada por Don Juan Ramón
Ezeyza, estos campos son los que el Virrey Liniers acuerda en merced al Coronel
Ezeyza por servicios prestados al Gobierno Hispánico, una extensión de 8 leguas
frente al mar por 12 de fondo en un lugar llamado de "Las
Talitas" sobre la laguna de Mar Chiquita. En 1815 Don Juan R. Ezeyza tomo
posesión de estas tierras y funda esta Estancia que fue el escenario de hechos
históricos que tienen que ver con la vida de la República Argentina.
En
1839 se reunían los componentes de la organización unitaria "Los Libres
del Sud" que lucharon contra el Gobernador de ese entonces don Juan Manuel
de Rosas. Aún se conserva la vieja construcción donde se llevaran a cabo estos
encuentros. En 1928 se colocó una placa conmemoratoria de estos hechos.
También
en este lugar tuvieron por muchos años su asentamiento las primitivas
autoridades del Partido de Mar Chiquita, que en ese entonces eran el Juez de
Paz y sus colaboradores. Con el paso de los años, los descendientes de la
familia Ezeyza, mandaron a construir un nuevo casco, es así como en en 1907 se
levanta por pededio del matrimonio Payró-Ezeyza un majestuoso edificio de
estilo italiano.
El
casco de esta importante estancia Marchiquitense se encuentra situado sobre una
loma rodeada por un imponente parque con especies variadas de años árboles
implantados en el siglo 19. Desde allí se puede apreciar la laguna "El
Durazno" la cual constitulle un habitad para nuemerosas familias de aves
como cisnes, cuervillos, patos negros, gallaretas y grazas.
Fuentes:
Legado histórico de un sitio con estilo señorial
En el casco viejo de este establecimiento, perteneciente a la familia Ezeyza, se gestó la fallida Revolución de los Libres del Sur, contra Juan Manuel de Rosas
Un
breve recorrido por la sobriedad de la llanura pampeana crea expectativas ante
lo que protege un monte de tupida arboleda. Por eso, cuando la vista registra
el casco principal de El Durazno, más señorial parece todavía. Esta estancia
fue la primera que se formó en la zona que hoy abarca Mar Chiquita, distrito
del sudeste bonaerense, cuyo nombre se debe a la albufera que los indios
llamaban "mar chiquito".
Después de la
Revolución de Mayo, la apertura del puerto de Buenos Aires al libre comercio
provocó la valorización de la tierra en función de la producción pecuaria, a la
que apostaron sucesivos gobiernos para reconstruir la economía. Así, se produjo
legislación que impulsaba la ocupación más allá de la frontera del Salado y se
concedieron campos y se fomentó la población en territorio transitado por
indios.
En este contexto,
el 4 de noviembre de 1815, José Agustín María Ezeyza tomó posesión de las 96
leguas castellanas que el gobernador intendente de la provincia de Buenos
Aires, Manuel Oliden, otorgó en merced a su padre, el Coronel de Milicias de
Caballería Pedro Pablo José de Ezeyza y Barragán. Este poblador de Gualeguay,
había solicitado ayuda al Cabildo de Buenos Aires después de perder las cuatro
estancias que poseía en Entre Ríos, por su participación en las luchas civiles de
los orientales.
El coronel Ezeyza
tuvo cinco hijos. Juan Ramón, fue el primero en habitar la estancia. Pobló el
lugar con plantas de duraznos provistas por el gobierno, requisito
indispensable para conservar la propiedad donada por el Estado. De ahí, el nombre
que todavía hoy la distingue: "El Durazno". Junto a la laguna
se levantó el primer casco que respetó la austeridad de la arquitectura de las
primeras décadas del siglo XIX.
Es un rancho alargado, de techo a dos aguas, con paredes asentadas en barro. En su fachada principal se abre una galería con una entrada en el centro, que servía de estacionamiento de los carruajes. Completan el cuadro otras construcciones de iguales características y dos amplios galpones, sobre los que se yergue una pequeña cúpula que alberga un mascarón de proa de una antigua embarcación.
Es un rancho alargado, de techo a dos aguas, con paredes asentadas en barro. En su fachada principal se abre una galería con una entrada en el centro, que servía de estacionamiento de los carruajes. Completan el cuadro otras construcciones de iguales características y dos amplios galpones, sobre los que se yergue una pequeña cúpula que alberga un mascarón de proa de una antigua embarcación.
En esta vivienda
se gestó la revolución de 1839 de los Libres del Sur. Estancieros y militares
se organizaron con su peonada para derrocar a Juan Manuel de Rosas. Tenían que
encontrarse con el General Lavalle, que desde el exilio en Montevideo bajaría
por Entre Ríos para atacar por el Norte. Pero el Restaurador se enteró y los
sorprendió, derrotándolos. La pared
principal, hoy pintada de morado, emulando el tono que se lograba antes
mezclando sangre de toro y humo, luce una placa de bronce que recuerda a Juan
Ramón de Ezeyza y su protagonismo en aquella revuelta.
Placa Estancia El Durazno. |
Placa Estancia El Durazno. |
Placa Estancia El Durazno. |
Placa Estancia El Durazno |
Además, este lugar albergó una escuela y fue sede del juzgado de paz del partido de Mar Chiquita. La estancia ha sido declarada sitio histórico y su actual propietaria, Luz Detry Saubidet, ha tomado como una responsabilidad inclaudicable conservarla tal como la recibió de sus antepasados. De esta manera, honra el compromiso que su familia siempre tuvo con el crecimiento de Coronel Vidal así como a Gerónimo de Eceiza Urrutume e Irarzabal Pagola, que dejó su Albistur natal en 1740 porque como hijo menor, América era la única opción para asegurarse el futuro.
La otra reliquia
Detry Saubidet se ha documentado para instalar en el casco antiguo un museo que evoque la época del 39. Pero este edificio no es la única reliquia de "El Durazno". A pocos metros, sobre una loma se implanta al estilo villa italiana, el casco de arquitectura ecléctica construido como casa de veraneo en 1907 por su bisabuela, Ascensión Ezeyza y Ezeyza y su esposo, Miguel Payró.
Estancia El Durazno - Foto extraida del sitio Mar Chiquita Digital |
Estancia El Durazno - Foto extraida del sitio Mar Chiquita Digital |
Este es el sitio
que Luz Detry Saubidet prefiere desde pequeña. Mientras ella pone todo su
empeño en conservar el patrimonio arquitectónico, su primo, Gregorio Saubidet
Pinto, se encarga de la administración del establecimiento que también mantiene
la tradición ganadera. Ambos coincidieron en que alejarse de "El
Durazno" sería como amputarse una parte del cuerpo.
LA REBELIÓN DE LOS LIBRES DEL SUR
El
29 de octubre de 1839 un grupo de estancieros del sur de la provincia de Buenos
Aires se reúne en la localidad de Dolores y lanza una proclama contra el orden
rosista. “Viva la libertad. Abajo el tirano Rosas” escriben los rebeldes. Entre
los estancieros se destacan Pedro Castelli, hijo del prócer, y el francés
Ambrosio Cramer.
Pedro Castelli, cuya cabeza fue puesta en una pica durante 7 años en la Plaza de Dolores después de la derrota del movimiento. |
El
llamado “grito de Dolores” adquirió entidad histórica propia, incluso superior
a su real trascendencia, ya que una semana después los sublevados eran
derrotado en las inmediaciones de Chascomús y sus principales jefes eran
encarcelados o ejecutados. Es probable que el contenido libertario de sus
proclamas hayan contribuido a su fama posterior, aunque como se intentará
demostrar, los móviles de los dirigentes eran más económicos que libertarios.
Juan Manuel de Rosa -El Restaurador- |
La
rebelión de los “Libres del Sur” al primero que sorprendió fue a Juan Manuel de
Rosas, a quien su edecán despertó de su habitual siesta para comunicarle la
mala noticia. En realidad, el Restaurador estaba al tanto de los preparativos de
la rebelión gracias a las infidencias de un soldado desertor de Lavalle. Pero
cuando la noticia fue confirmada, manifestó su pesar porque no terminaba de
entender cómo era posible que los estancieros del sur, muchos de ellos grandes
amigos con los que había compartido la colonización de tierras en los años
duros, ahora se levantasen en su contra.
De
todos modos, Rosas no era un sentimental. Por eso, pasado el mal rato, ordenó a
su hermano Prudencio y a los oficiales Vicente González y Nicolás Granada, que
procedieran a reprimir a los díscolos. Una semana después, la misión estaba
cumplida. Su principal dirigente, Pedro Castelli, había sido capturado y su
cabeza colgaba de una pica a la entrada de Dolores para que en el futuro los
traidores supieran a qué atenerse.
Los
otros cabecillas se exiliaron o pidieron disculpas. Uno de ellos fue el propio
hermano de Rosas, Gervasio, quien se había comprometido a último momento con la
rebelión. La leyenda cuenta que Juan Manuel dijo públicamente que su hermano
era un “hijo de p.”. Lo dijo sin medir las consecuencias, porque al otro día se
hizo presente en su despacho la única persona a la que el Restaurador temía y
respetaba: Doña Agustina López y Osornio, su madre, Cuentan los testigos, que
mudos de asombro vieron cómo el temible Juan Manuel se ponía de rodillas y le
pedía perdón a la mujer que lo había educado con afectos y rebencazos.
¿Por
qué se alzaron en armas los estancieros del sur? No hay una exclusiva respuesta
a este interrogante. En principio, el bloqueo francés iniciado meses atrás los
perjudicaba económicamente. Los grandes terratenientes bonaerenses eran muy
federales siempre y cuando soplaran buenos vientos. Cuando llegaron los tiempos
duros, no demoraron demasiado en cambiarse de bando. Por
su parte, se sabe que Rosas ganaba adhesiones y castigaba infidelidades
repartiendo o quitando tierras. Como consecuencia de la crisis promovida por el
bloqueo francés, una de las medidas tomadas por el gobierno fue la de empezar a
revisar los contratos de las tierras entregadas en enfiteusis, la figura
jurídica creada por Rivadavia para promover el desarrollo agrícola y que fue
asimilada por los terratenientes porteños, incluido el propio Rosas, para
acaparar tierras públicas sin pagar un peso o pagando monedas.
Pues
bien, cuando como consecuencia del bloqueo se achicaron los ingresos de esa
suerte de prototipo de Estado que erae el régimen rosista, una de las medidas
alternativas fue aumentar el canon. Los estancieros, por supuesto, pusieron el
grito en el cielo, y los más rebeldes se alzaron en armas. La
rebelión del sur estaba conectada con una serie de levantamientos promovidos
ese año bajo la mirada interesada de la diplomacia francesa. Castelli estaba
conectado con la Comisión Argentina en Montevideo integrada por unitarios y
federales antirrosistas, y por ese camino estaba informado de la movilización
de tropas dirigidas por el general Lavalle.
Según
se sabe, Lavalle tenía pensado desembarcar con sus hombres en Ensenada. Este
se halla en Martín García con su ejército libertador, presto a lanzarse al sur.
Así se lo ha manifestado al inquieto Marcelino Martínez Castro, que lo
entrevistó. Pero los franceses, luego de muchas cavilaciones, deciden no
llevarlo hasta el Cabo Corrientes, el lugar elegido, porque en este accidente
geográfico ven el final de sus seguras naves: no es un sitio para desembarcar
un ejército
La
rebelión de los hacendados se articularía con ese desembarco que a su vez
contaría con el apoyo de las tropas que en las afueras de Buenos Aires iba a
liderar Ramón Maza. Nada de eso ocurrió. Lavalle no desembarcó en Buenos Aires,
y recién en 1840 intentaria avanzar hacia la ciudad porteña desde Entre Ríos.
Por su parte, los Maza fueron ejecutados por órdenes directas o indirectas de
Rosas. Asesinato de Manuel Vicente Maza. Obra de Piridiano Pueyrredón. |
Los promotores e ideólogos de esta conspiración fueron los jóvenes intelectuales de la Asociación de Mayo. Ellos, con Alberdi a la cabeza, negociaron con los franceses, redactaron el programa, aseguraron el financiamiento de las tropas de Lavalle, apalabraron al coronel Ramón Maza y entusiasmaron a Castelli y a Cramer en una célebre reunión en la estancia de Ezeiza. Como si eso fuera poco, un afiliado de la Asociación, Marco Avellaneda, organizaba en el norte la rebelión contra el orden rosista.
En
Dolores y Monsalvo el panorama cambia fundamentalmente. En la primera, el Juez
de Paz, Sánchez, es un buen hombre que no quiere delatar ni entregar a los
estancieros, prefiriendo antes que esto, traicionar a quien lo nombró: Rosas.
Manuel
Sánchez los conoce a todos, es muy amigo de varios de ellos y hasta simpatiza
secretamente con sus ideas. Entonces, haciendo la autoridad la “vista gorda”,
los preparativos se hacen a la luz del día, la propaganda se intensifica sin
miramiento, las proclamas y diarios circulan libremente. Hay quien llega a
lucir el cintillo celeste...
Marcelino Martínez Castro - Francisco Ramos Mejía - Leonardo
D. Gandara
Matías Ramos Mejía Pedro Castelli Francisco Madero
Apolinario Barragán José Ferrari Ezequiel Ramos Mejía
|
El
Juez de Paz de Monsalvo, José Otamendi también está en una difícil situación.
Participando o no de la revolución, debe encubrirla porque uno de los
principales cabecillas es su hermano Fernando. Entonces Martín y Manuel Campos,
José de la Quintana, Martín de la Serna, Ezequiel, Francisco y Matías Ramos Mejía,
los Alzaga, padre e hijos, Francisco Madero, Marcelino Martínez Castro, Pedro
Lacasa (luego edecán de Lavalle y uno de sus más autorizados biógrafos), Juan
Ramón Ezeyza, Eustaquio Díaz Veles, Fernando Otamendi; el comandante López
Calveti, los Saenz Valiente y Don Pedro Castelli, conspiran abiertamente
Sin
embargo, los hilos de la conspiración fueron desbaratados. En el norte, los
generales Lamadrid, Lavalle y Avellaneda mordieron el polvo de la derrota
frente a las tropas de Oribe y Pacheco. Dijimos que en la ciudad de Buenos
Aires Ramón Maza y su padre Manuel Vicente, fueron ejecutados. El padre fue
acuchillado en su despacho de la Sala de Representantes. Hasta el día de hoy no
se sabe con exactitud si la orden la dio Rosas, si los mazorqueros actuaron por
cuenta propia o si, como dijera Rosas, los unitarios resolvieron asesinar a
Maza que, al decir de su amigo Juan Terrero, hundido en un estado depresivo
estaba dispuesto a decirle a Rosas quiénes eran los responsables de la gran
conspiración. Maza padre fue asesinado la noche del 27 de junio de 1839. Al
otro día, en la cárcel era ejecutado su hijo Ramón de 29 años. Con Rosas no se
jugaba, mucho menos cuando los responsables del juego pertenecían a su círculo
íntimo.
Por
último, el bloqueo francés fue perdiendo eficacia. Uno de los grandes triunfos
diplomáticos de ese maestro de la maniobra política que era Rosas, fue el que
logró contra los franceses, quienes supusieron que lograrían poner de rodillas
al gobierno de la Confederación y terminaron pidiéndole disculpas. Algo
parecido ocurriría diez años después, pero esa vez la victoria diplomática
sería contra la alianza anglo-francesa, motivo por el cual hasta un
antirrosista militante como Alberdi admitirá que Rosas era uno de los grandes
políticos de América, lisonja que Rosas responderá diciendo que “Alberdi era
unitario pero no era salvaje”.
Lo
cierto es que para cuando los hacendados del sur se levantaron en armas, su
suerte estaba echada hacía rato. En realidad, el levantamiento estaba pensado
para el 7 de noviembre, pero los acontecimientos se precipitaron y la fecha se
adelantó al 29 de octubre. Castelli era un hombre respetado y, según las
crónicas, un buen tipo. Además de hijo del prócer, había sido granadero y en
esa condición peleó al lado de San Martín en la batalla de San Lorenzo. Luego
había participado en el sitio de Montevideo. Allí finalizaban sus cartulinas
militares.
Los
rebeldes disponían de cuatro mil hombre mal preparados y peor dirigidos. Las
tropas de Prudencio Rosas y Granado no llegaban a dos mil pero todos eran
hombres con experiencia militar. La batalla de Chascomús fue un paseo para el
rosismo. Empezó a la madrugada y a media mañana los rebeldes se habían rendido
entre los pastizales próximos a la costa. Las órdenes de Rosas fueron
estrictas: ejecutar a Castelli y perdonarle la vida al resto de los dirigentes,
aunque mandó expropiarles los campos, lo cual para muchos fue peor que la
muerte. Los soldados fueron perdonados. Rosas sabía que con esa decisión se
ganaba para siempre el corazón de las peonadas.
Combate. La caballería de Rosas en acción, en un cuadro de Carlos Morel de 1839. |
Como
se puede apreciar, la rebelión de los libres del sur no fue muy extendida ni
duró mucho. Sin embargo, las estaciones de trenes de la provincia de Buenos
Aires llevan los nombres de sus principales dirigentes. Para las sociedades
rurales de la provincia se trata de héroes fundacionales de lo que hoy se
conoce como la “causa del campo”. Adolfo Bioy Casares los recuerda en uno o dos
cuentos. Borges los menciona en otro relato. Se dice que la última novela
inédita de Manuel Mujica Lainez estaba dedicada a ellos. A la buena literatura
le encanta inspirarse en la épica de causas perdidas.
muy buena info y fotos!!!! gracias
ResponderEliminarsoy Graciela
Gracias Graciela!
ResponderEliminarMuy bueno Pablo.siempre aprendemos cosas. Gracias x Tu voluntad y transmitir tus conocimientos.un abrazo
ResponderEliminarPensar que yo viví 12 años en esa estancia, si abre corrido por ese parque, es un lugar hermoso
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