Vista aérea de Cerenil, actual Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur”. Gentileza Carlos Luis Mafferi para Fotos de Familia Diario la Capital |
El centro de Rehabilitación para Niños Lisiados CERENIL fundado por el Dr. Juan Tesone aplicó conceptos de vanguardia en la rehabilitación, como el enfoque socializador e interdisciplinario que le dió un rol activo en el tratamiento a la familia y al entorno social. Las dos epidemias de poliomielitis que afectaron a todo el espectro social en la década del 50, impactaron profundamente en la comunidad marplatense que se comprometió con el proyecto institucional y su sostenimiento. Conozcamos su historia.
Desde inicios del siglo XX, Argentina había tenido episodios esporádicos de aparición de la poliomielitis. Ricardo
H. Tomić recuerda lo siguiente: “… no teníamos mucho acceso a la información,
no existían las redes sociales, no existía Internet, ni si quiera en mi ciudad
existía la televisión. Sabíamos que había que pintar los cordones de las
veredas, los árboles hasta los 2
metros o algo así, nos colgaban una bolsita de alcanfor
en la ropa interior, luego dijeron que todo eso no servía para nada,
aparecieron los pulmotores, unos cilindros inmensos donde quedaba todo el
cuerpo dentro menos la cabeza parecían cámaras de tortura…”
Ramon Carrillo brindando asistencia a un enfermo de poliomielitis |
El Dr. Ramon Carrillo junto a Juan Domingo Peron y Evita |
Ramón Carrillo decidió resignar su brillante carrera como investigador y docente (había ganado por concurso en 1942 la titularidad de la cátedra de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires) para entregarse a servir a la salud pública, invitado por el electo Presidente Juan Domingo Perón. En los hospitales se disponía de camas para los enfermos de polio, pero los recursos técnicos y humanos eran escasos y llevó tiempo nuclearlos en espacios especializados, por lo menos en los marcos de las agencias del Estado.
Jonas Salk mostrando los recipientes que contenian la primer vacuna contra la poliomielitis. |
Para 1955, y a
pocos meses del golpe militar que destituiría a Juan Domingo Perón, el 12 de
abril se dio a conocer la vacuna Salk. Desarrollada por el doctor Jonas Salk,
esta vacuna introducía una pequeña cantidad de virus en el cuerpo que luego
desarrollaba anticuerpos y una capacidad para combatir las cepas más potentes
de la enfermedad. Su aparición generó un clima esperanzador, pero la compra de
partidas a los laboratorios extranjeros demoró en llegar al país, iniciándose
la primera campaña de vacunación en los meses de junio y julio de 1956, bajo el
régimen que había despojado al peronismo del poder.
La prensa nacional y
extranjera dio cuenta de la situación afirmando que los primeros casos
aparecieron en el Gran Buenos Aires, que por su extensión y mortalidad llegaron
a producir una verdadera alarma en el país. En ese año los casos que
requirieron asistencia respiratoria se multiplicaron y las respuestas fueron
tardías e insuficientes. La aparición de la vacuna Salk (inyectable) permitió
que en los años siguientes el número de casos se mantuviera cercano a mil hasta
que con la introducción, a fines de 1963, de la vacuna Sabin trivalente (oral)
cayó rápidamente, contando poco más de 550 casos en 1964 y 270 en 1965.
Albert Sabin administrando la vacuna denominada con su nombre. Decada del 60 |
A partir de
entonces fue solo cuestión de tiempo y de eficacia de los programas de
vacunación aplicados para controlar la enfermedad. Sin embargo, el legado de la
polio, la parálisis, cobraba centralidad en la agenda pública. Al igual que lo
ocurrido en el viejo continente, se instaló la preocupación por las limitantes
para esa infancia de acceder a la educación formal, los condicionamientos para
su inserción en el mundo laboral y en los entornos habituales de sociabilidad,
hecho que llevó a la aparición de diversas asociaciones civiles, médicas o
religiosas (Rodríguez Sánchez, 2012, p.392). ¿Cómo se trataron las secuelas de
la polio? ¿Cuáles fueron las respuestas médicas–sociales e institucionales?
Los pulmotores con los cuales eran tratados los menores debido a la epidemia de poliomelitis. |
Los pulmotores con los cuales eran tratados los menores debido a la epidemia de poliomelitis. |
Gran cantidad de pulmotores debido a la epidemia de poliomelitis. |
Una niña afectada por la poliomelitis quien debe usar muletas y aparatos en sus piernas. |
NIños afectados de poliomielitis. Decada del 50 |
A partir de los años 1940 y debido al incremento de personas (en su mayoría niños) que quedaban afectados por la parálisis, se aceleró la incorporación de la discapacidad como parte de la cuestión social. Desde las esferas médicas y en función de los cuidados que requerían las personas con problemas motores se comenzó a plantear la necesidad de crear centros de readaptación funcional, también conocidos como centros de rehabilitación, al igual de los que existían en otros países (Aguilera, 1947, p.660) y que se diferenciaban de iniciativas como la Asociación de Ayuda y Orientación al Invalido (1937), Alpi (1943), entre otras.
La diferenciación con estas iniciativas era que los centros de rehabilitación tenían una función clara y concreta: atender aquellos casos que necesitan tratamiento ulterior por padecer de secuelas incapacitantes que no les permiten volver al trabajo. El espíritu y la filosofía que rigen a estos centros deben ser diferentes a los de los hospitales generales, ya que en estos últimos no se atiende al paciente y a la familia tan exhaustivamente desde el punto de vista laboral y social (OPS, 1971).
La
aceptación y puesta en marcha de los centros de rehabilitación integral fue
paulatina, tal cual afirma Bregain (2012). Se debió a que a lo largo de los
años 1940, los médicos emplearon términos como reeducación, recuperación,
readaptación, rehabilitación con cierta flexibilidad, aunque cada uno de estos
términos no abarcara la misma realidad. Adaptado del término anglosajón
‘’rehabilitation’’, el término rehabilitación se impuso progresivamente entre
los profesionales, sobre todo porque el Dr. José M. Jorge y la AOI lo emplearon
repetidas veces a partir del año 1943. Sin embargo, Gilda Bregain muestra en su
trabajo que la noción de rehabilitación se interpretaba de forma variada ya que
designaba a la vez la especialidad médica y el conjunto de acciones destinadas
a permitir la reinserción social y económica de un lisiado.
Un
claro representante de lo expresado en el párrafo precedente era el kinesiólogo
Miguel Ángel Aguilera (1947, p.665), quien se desempeñaba como médico en la
Secretaría de Salud Pública de la Nación y en el Hospital Vélez Sarsfield.
Aguilera fue una de las voces que reclamaba por una ley que garantizase el
derecho al tratamiento y a la rehabilitación en los marcos del Estado, puesto
que el Plan de Acción, impulsado por él, implicaba la construcción de
establecimientos y la readaptación de otros existentes, con la finalidad de
realizar actividades ligadas a la terapéutica educativa y ocupacional.
El presidente
norteamericano Franklin Delano Roosevelt junto con un grupo de niños afectados de polio en un centro de
rehabilitación de Georgia, que él hizo posible, para víctimas de la
poliomielitis
|
Ideas
que estaban íntimamente vinculadas a otra preocupación que surge en el período
como la productividad de los “inválidos”, tratada tanto por los especialistas
(Argentina, 1947b), como por las agencias del Estado (Argentina, 1947a). Inquietud
que excedía los marcos nacionales pues era el mismo presidente de EEUU, Harry
Truman, quien exhortaba al mundo a trabajar en esas metas al afirmar que
“ayudar a quien lo necesita no es solo caridad sino también una cuestión de
economía y justicia social” (La Capital, 5 sep. 1952). Una enfermedad
que podía afectar el sistema nervioso central y causar desde parálisis hasta su
muerte, lógicamente preocupaba a todos los sectores de la sociedad. Ni siquiera
Franklin Delano Roosevelt quien contrajo la enfermedad en 1921 a los 39 años de edad quedando en silla de ruedas,
lo pudo evitar, si bien no le impidió ganar cuatro elecciones presidenciales, le
costó la vida antes de finalizar la última en 1945.
Dr. Juan Otimio Tesone
(1910-1994)
Recién a principios de 1950, fue cuando comenzó a utilizarse el término ‘’rehabilitación integral’’ para abarcar el conjunto de las actividades de asistencia a los “lisiados”, que no estaban restringidas al ámbito médico (Bregain, 2012). En esta línea, el Dr. Juan Otimio Tesone fue un gran difusor de este concepto y un promotor de la popularización del mismo. Era un médico especialista en cirugía ortopédica y rehabilitación que se había graduado en la Universidad de Buenos en 1937.
Cursó sus estudios en la Facultad de Medicina (Universidad de Buenos Aires) y luego en la Escuela de Cirugía del Hospital Guillermo Rawson de esa ciudad, entonces dirigida por Ricardo y Enrique Finochietto. Desde los inicios de los años 1940, emigra para continuar con su formación en los EEUU, donde se desempeñó como médico en el Hospital Ortopédico de Los Ángeles, California (1940-1941), en los equipos de cirugía ortopédica de los hospitales de la Universidad de San Francisco y de los Ángeles (1945-1947). Luego fue contratado por el Departamento de Salud de Puerto Rico y por la Oficina del Niño de Washington para organizar el Programa Federal de Rehabilitación de Puerto Rico, donde permaneció entre 1947 a 1950, año que regresa a la Argentina.
Dr. Juan Otimio Tesone - Director de CERENIL .Oleo de Pablo Ducrois Hicken. |
Por
ese entonces, Argentina tenia aproximadamente unos treinta mil niños lisiados y
las acciones médico asistenciales se centraban en combatir el momento agudo de
la enfermedad. Las secuelas no eran aún objeto de una focalización sistemática,
especializada y específica. En
ese contexto y en función de la experiencia adquirida en EEUU, Tesone impulsó
la idea de crear centros de rehabilitación. De esta manera dio inicio al
Sanatorio Escuela que fue el primero en su género en Argentina y en América
Latina. Bajo los preceptos mencionados, en mayo de 1952, en la ciudad de Mar
del Plata, se fundó Cerenil (Centro de Rehabilitación para los Niños Lisiados).
El
doctor Juan O.Tesone, llegó a Mar del Plata en el año 1951 y propuso, en esa
reunión semanal del Rotary Club, la construcción en la ciudad de Mar del Plata,
de un establecimiento para la atención integral de los niños lisiados. Después de mucho gestionar, consiguió la
donación de un terreno por parte de la Sra. Eufemia Errecaborde, ubicado en el kilómetro
4 de la ruta 88.
Para ello, se constituyó una sociedad civil, sin fines de lucro, quedando a cargo, como presidente, el rotario Gabriel Marin (Cerenil, 10 mayo 1952, p.3). Cerenil fue pionero porque en la Argentina la mayoría de los centros de rehabilitación integral surgieron como consecuencia de la epidemia de poliomielitis que azotó al país en 1956 (Tesone, sep. 1967, p.3). Recién ahí hubo una popularización del conocimiento y se comenzó a reclamar, a nivel comunitario, la necesidad de contar con estos espacios. Previo a ello, las autoridades no la presentaban como una situación crítica y la población, al carecer de información y debido a cierto enigma que rodeaba a esta dolencia, no hizo reclamos por la rehabilitación integral.
Sin
embargo, era Tesone quien, en 1952 y a meses del brote de 1953, señalaba lo
peligroso que era tomar en cuenta el número de personas afectadas al establecer
las políticas sanitarias, puesto que sostenía que no era la cantidad lo que
hacía a esa enfermedad doblemente peligrosa, sino que, por ignorar los medios
del contagio, no se podía predecir dónde, cuándo y de qué forma aparecería una
epidemia. Además, por ese entonces, no existía un diagnóstico certero o
reacciones biológicas específicas como, por ejemplo, existían para la tifoidea,
la brucelosis etc. Solamente se podía tener un diagnóstico de certeza, cuando
aparecía las parálisis.
Por ello, y al estar la enfermedad a oscuras en cuanto a prevención y curación, lo único que se podía hacer, según Tesone (1953a, p.6), era disminuir al máximo las secuelas que pudiera dejar, mediante la reeducación muscular que debía estar escoltada por el acompañamiento sicológico para contribuir a una orientación vocacional, “acorde a la incapacidad”, con la finalidad de orientar al lisiado “hacia el aprendizaje de una profesión que le dará en el futuro absoluta independencia para vivir de su trabajo : meta de la rehabilitación de un lisiado”.
Por ello, y al estar la enfermedad a oscuras en cuanto a prevención y curación, lo único que se podía hacer, según Tesone (1953a, p.6), era disminuir al máximo las secuelas que pudiera dejar, mediante la reeducación muscular que debía estar escoltada por el acompañamiento sicológico para contribuir a una orientación vocacional, “acorde a la incapacidad”, con la finalidad de orientar al lisiado “hacia el aprendizaje de una profesión que le dará en el futuro absoluta independencia para vivir de su trabajo : meta de la rehabilitación de un lisiado”.
Para
esto último, proponía llevar a cabo campañas de divulgación “para que el
público se eduque y alcance a comprender lo que es un lisiado,… que haga
comprender a los empleadores que estas personas pueden trabajar a la par o
mejor de los llamados normales – y – llevar a la convicción de que no es por
caridad o sentimentalismo que se acepta que estas personas puedan trabajar… es
su propia capacidad y rendimiento en tareas selectivas” (Tesone, 1953b, p.4).
Tal cual sostiene Ferrante (2014, p.425), ese escenario se derivaba de la ausencia de una política que procurara la “rehabilitación integral del lisiado” lo cual conducía a que los “afectados” se percibieran como “inútiles”. En los centros de rehabilitación, como en los clubes para discapacitados físicos, se buscó revertir ese concepto y que fueran concebidos como “ciudadanos útiles a la sociedad” (Rivas et al., 1966, p.7), consignas que fueron tomadas de la naciente fisiatría norteamericana que apelaba a que, mediante la rehabilitación integral del lisiado, la sociedad experimentara un cambio de conciencia por medio de la “creación de una conciencia popular, que afirma que los inválidos no deben ser excluidos de la sociedad ni vivir como parásitos de ella” (La Prensa, 22 abr. 1956).
Tal cual sostiene Ferrante (2014, p.425), ese escenario se derivaba de la ausencia de una política que procurara la “rehabilitación integral del lisiado” lo cual conducía a que los “afectados” se percibieran como “inútiles”. En los centros de rehabilitación, como en los clubes para discapacitados físicos, se buscó revertir ese concepto y que fueran concebidos como “ciudadanos útiles a la sociedad” (Rivas et al., 1966, p.7), consignas que fueron tomadas de la naciente fisiatría norteamericana que apelaba a que, mediante la rehabilitación integral del lisiado, la sociedad experimentara un cambio de conciencia por medio de la “creación de una conciencia popular, que afirma que los inválidos no deben ser excluidos de la sociedad ni vivir como parásitos de ella” (La Prensa, 22 abr. 1956).
Cerenil
fue obra de la comunidad de Mar del Plata que se sumó a la construcción de una
obra compuesta por un predio de seis hectáreas y un edificio con superficie
total de 25.500 m2.
Primero fueron los médicos y luego un grupo de vecinos quienes pusieron en
marcha una obra que contó con el apoyo masivo de esta ciudad. Algunos aportaron
dinero, otros, horas de trabajo. La construcción llevó seis años puesto que se
inauguró en 1958 (Alvarez, 2013, p.5). El
referido centro se inició trabajando sobre un concepto básico antes de iniciar
el tratamiento específico de que el niño era una entidad sicofísica indivisible.
Por las afecciones invalidantes se le efectuaba un estudio previo de carácter
integral compuesto por una encuesta médico social cuya finalidad era conocer el
aspecto ambiental en el que el niño desarrollaba su vida, los problemas de
vivienda, educación y economía (Cerenil, abr. 1968).
Inicio de obras del sanatorio-escuela denominado Centro de Rehabilitación para Niños Lisiados CE.RE.NIL el 18 de octubre de 1955. Diario El Mundo Archivo Haynes. Biblioteca Británica. |
A principios de los años 1960 se habilitaron los sectores de internación y se iniciaron las actividades quirúrgicas. Como complemento del sanatorio escuela, se habilitó años después, el taller escuela de ortesis y prótesis que se convirtió en un taller de aprendizaje para los alumnos pacientes. Además, los técnicos que trabajaron ahí produjeron elementos tales como prótesis diversas, elevadores para pacientes, mesas de bipedestación, mesas para corsert de yeso tipo risser, halos cefálicos etc. Para entonces Cerenil ya era una institución de referencia en materia de terapias físicas, la cantidad de medios de tirada nacional que reflejaron este hecho da cuenta de ello (El Día, 9 dic. 1962; La Prensa, 9 dic. 1962; Clarín, 9 dic. 1962; La Capital, 9 dic. 1962). Entre las innovaciones, se encontraba el deporte; se lo veía como parte de ese programa integral de rehabilitación, ya que los procedimientos médicos no serían completos hasta que se lograra que el niño o el joven obtuvieran su propia seguridad física y sicológica “que solamente en actuaciones colectivas y a veces competitivas se logran consolidar” (Tesone, jun. 1960, p.8).
El deporte adaptado había surgido a finales de la Segunda Guerra Mundial bajo el concepto de que la disciplina deportiva influía positivamente también en el sistema neuromuscular y ayudaba a la reinserción de la persona en la sociedad. Era la “rehabilitación social de la persona con discapacidad” (Cibeira, 2006, p.187). En este aspecto el análisis historiográfico se debate entre los que consideran que el deporte adaptado formó parte (y forma en la actualidad) de lo que llaman la “industria de la rehabilitación”, la cual subyuga e imposibilita la toma de conciencia de las personas con discapacidad (Finkelstein, 1993) y trabajos como los de Ferrante (2013, p.175) que sostiene que el acceso al campo del deporte adaptado implicó para estas personas la posibilidad de ingresar a un lugar en el cual los lazos se basaban en la diversión. La discapacidad es alejada de las referencias a las ideas de enfermedad, asexualidad e improductividad.
Lo
cierto es que la actividad deportiva generó un espacio de sociabilidad y
visibilidad, puesto que los medios de comunicación reflejaban estas
actividades, exaltando el “espíritu de superación y de lucha”, situación que
alimentaba un discurso que bregaba por ubicar a las personas con parálisis como
seres eficaces, laboriosos, sin impedimentos para realizar cualquier actividad,
incluso la deportiva. La
comunicación era un capítulo central, pues hay que recordar que en gran medida
las colectas de fondos dependían de la efectividad de la publicidad realizada
en radio, televisión y avisos callejeros (Tesone, sep. 1967, p.3), pero también
de ello dependía la “creación de la conciencia popular” frente al rol de las
personas con discapacidad en la sociedad. El modelo nuevamente era EEUU.
Oshinsky (2005) muestra el papel que jugaron las organizaciones de carácter
privado en la difusión no sólo de actividades, sino en la transmisión de
conocimientos a medida que estos iban saliendo a luz, despejando el universo de
incertidumbres que rodearon a ésta enfermedad.
De
manera tal, que mediante conferencias, entrevistas en radio, notas en los
diarios y apelando a un lenguaje claro y accesible se difundían diferentes
aspectos vinculados a la dolencia y se ponía énfasis en la importancia de la
rehabilitación integral. Asimismo, si primero fueron los médicos y los sectores
económicos (representantes de empresas pesqueras, industriales, comerciantes
etc.) los que se sumaron a la obra de Cerenil, el apoyo masivo de la comunidad fue
el resultado de esas campañas de difusión.
La
tarea no era sencilla. Al momento de organización de Cerenil, el clima político
no era propicio para este tipo de actividad de bien público. Por entonces, el
Estado peronista buscaba hegemonizar las actividades sanitarias, ya fuera a
través de organismos del Estado, de la Fundación Eva Perón o de los sindicatos.
Esta iniciativa no cuadraba en ninguna de esas instancias. Aun así, se trazó un
plan de acción donde fue central la figura de Gabriel Marín, el primer
presidente de la Junta Ejecutiva. Hombre con oficio en el mundo del cine, dueño
del cine Ocean Rex, y parte activa en la organización del primer Festival
Internacional Cinematográfico, Marín era conocedor de los medios radiales,
televisivos, como de la prensa en general.
La
radio fue una gran herramienta, se contaba con un espacio semanal llamado “La
voz del Centro de Rehabilitación para niños lisiados” desde donde jóvenes o
personas lisiadas enviaban mensajes a la comunidad, expresaban sus inquietudes,
realizaban reportajes a médicos y difundían ejemplos de personas lisiadas que
se destacaron en las ciencias, artes o actividades comerciales. Mensajes que
estaban en correspondencia con el de la naciente fisiatría, para quien la
parálisis no era una enfermedad, por ende, no debía condicionar el futuro de
las personas que la padecieran. Los diarios, los afiches callejeros daban
cuenta que la rehabilitación y la readaptación social eran posibles, que había
una vida después de la polio, pero para ello era necesario la colaboración de
la ciudadanía.
Pero
además, las campañas publicitarias eran sostenidas por un discurso y una
práctica que hundía sus raíces en las tendencias más avanzadas de la medicina,
hechos que hacían más creíbles y atendibles los pedidos de colaboración. Sumado
al hecho de que además pronto se posicionó como un Centro de referencia, en los
aspectos de formación y actualización de técnicas y conocimientos. Su solvencia
fue acompañada por una difusión masiva de sus actividades, entre las cuales
estaba la presencia de personalidades extranjeras expertas en cuestiones de
rehabilitación.
La
presencia de expertos en un principio estuvo directamente vinculada a la
resolución del gobierno de Aramburu de formar la Comisión Nacional Permanente
para la Rehabilitación de los Lisiados,4 de la cual Juan Tesone fue el primer
presidente hasta 1958. Entre las metas estaba fortalecer el concepto de
rehabilitación integral en el campo médico nacional, asesorando a las
provincias y formando personal especializado.
Entre
sus primeras actividades estuvo la recepción de un grupo de médicos noruegos
que habían llegado al país para colaborar con las autoridades nacionales en la
lucha contra la poliomielitis. Elloss visitaron las instalaciones en
construcción y analizaron los planos del Sanatorio Escuela asesorando en
diversos aspectos técnicos (La Mañana, 22 abr. 1956). A ello se sumó, el pedido
de asistencia técnica a las Naciones Unidas, que llegó en marzo de 1957,
mediante el envío de un experto por parte del Departamento de Rehabilitación de
ese organismo. La finalidad era que efectuara una evaluación de las necesidades
de Argentina y elaborara un programa tentativo conjuntamente con la Comisión
Nacional de Rehabilitación. Entre las actividades de este técnico, llamado Esko
Kosumen, fue la visita de la casi terminada construcción del Sanatorio Escuela
(La Mañana, 16 oct. 1957).
A
las visitas técnicas, se agregaron las de estudiosos que estaban interesados en
ver personalmente como se construía un espacio específico para las actividades
de rehabilitación. Estuvieron Donald Wilson, secretario ejecutivo de la
Sociedad Internacional para el Bienestar del Lisiado de Nueva York (El
Atlántico, 28 nov. 1957), Williams H. Brooks, experto norteamericano en
poliomielitis que llegó a radicarse en Mar del Plata para trabajar por dos años
en Cerenil (La Prensa, 24 ago. 1958) etc. Todas estas visitas eran anunciadas
por periódicos locales y nacionales y era lo que otorgaba mayor solvencia,
credibilidad y fortaleza a la obra de este Sanatorio Escuela, cuyos recursos
económicos seguían siendo aportados por la comunidad.
Curso de Margaret Knott, una físico terapeuta famosa por la práctica y la enseñanza de la facilitación neuromuscular (Fuente Archivo Fotográfico Tesone, sobre 31, nov. 1961). |
Se
anexaron otras actividades a las ya mencionadas como fueron los cursos sobre
poliomielitis que contaron con la presencia de destacados profesionales del
extranjero, como Margaret Knott, una físico terapeuta famosa por la práctica y
la enseñanza de la facilitación neuromuscular (Knott, Voss, 1970) También se
otorgaron becas para estudios especializados de fisioterapia en el
establecimiento DT Watson School Phisiatric en Pensylvania, como para otras
especialidades como musicoterapia, en Inglaterra, terapia ocupacional, en
Richmond, Virginia (EEUU), administración hospitalaria en Sao Paulo (Brasil),
siquiatría infantil. Además se brindaron cursos para capacitar maestras en los
conceptos básicos de la rehabilitación. La mayoría de las becas fueron
otorgadas por la Organización Mundial de la Salud con el auspicio de la Oficina
Sanitaria Panamericana.
Conjuntamente,
parte del personal técnico fue preparado mientras transcurría la construcción
del edificio, realizando cursos en diferentes países como fue en el Hospital
Ortopédico de Copenhague, institución que en IV Simposio (1956) de la
Asociación Europea contra la Poliomielitis contribuyó, por primera vez, a
divulgar, en estos encuentros la importancia de la rehabilitación, de la marcha
y la organización de centros de rehabilitación, presentando una descripción
exhaustiva de los distintos métodos usados (Ballester Añón, Porras Gallo,
Báguena Cervellera, 2013, p.90).
Por
último, otro aspecto distintivo tiene que ver con el rol que jugó la Iglesia
católica en Centros como Cerenil. Si bien en materia religiosa, la Argentina
tenía como antecedentes inmediatos las organizaciones de tipo benéficas y Alpi,
donde el componente católico era importante, por lo menos en el caso de
Cerenil, la situación no era tan directa. La presencia de la Iglesia católica
se hacía sentir ya que algunos de los miembros de la Junta Directiva eran
activos miembros de esa comunidad, pero aun así existieron también de otros
credos, en este sentido Cerenil hacia explícita su adhesión a unos de los
principios esbozados por la Organización Mundial de la Salud en cuanto a que
“Toda persona tiene el derecho a ser atendida en su salud, sin discriminaciones
políticas, sociales, raciales o religiosas o de cualquier sectarismos”.
Por ello, al efectuarse un estudio de los planos del Sanatorio-Escuela de Cerenil, en el año 1952, se pensó en una capilla ecuménica, con la idea de que en un mismo lugar se efectuaran todos los diferentes oficios religiosos cambiando los símbolos de cada religión mediante un dispositivo giratorio. En relación a esto Juan Tesone (sep. 1964) recordaba que “Nos llevó varios años de lucha alcanzar ese objetivo. La amplitud de conceptos expresada por el papa Juan XXIII fue la que facilitó romper barreras y luego de prolongadas conversaciones con los máximos dirigentes de diferentes religiones, se logró, en diciembre de 1965, que se aceptase la realización de diversos cultos en la misma capilla de esta institución”.
Por ello, al efectuarse un estudio de los planos del Sanatorio-Escuela de Cerenil, en el año 1952, se pensó en una capilla ecuménica, con la idea de que en un mismo lugar se efectuaran todos los diferentes oficios religiosos cambiando los símbolos de cada religión mediante un dispositivo giratorio. En relación a esto Juan Tesone (sep. 1964) recordaba que “Nos llevó varios años de lucha alcanzar ese objetivo. La amplitud de conceptos expresada por el papa Juan XXIII fue la que facilitó romper barreras y luego de prolongadas conversaciones con los máximos dirigentes de diferentes religiones, se logró, en diciembre de 1965, que se aceptase la realización de diversos cultos en la misma capilla de esta institución”.
Consideraciones finales
Cerenil
y la mayoría de los centros de rehabilitación integral que le sucedieron fueron
creados por organizaciones de la sociedad civil. Para médicos como Tesone,
Pedro y Humberto Notti, José Francisco Luis Castiglione o Fernando Erneta la
formación de estos centros era indispensable, y la tendencia a nivel nacional e
internacional priorizaba la vacunación y no la rehabilitación. El interés en el
entorno sanitario internacional por los aspectos sociales de la enfermedad
comenzaron a vislumbrarse hacia mediados de la década de 1950, incrementándose
su interés hacia finales de la misma década, razón por la cual estos médicos,
que en su mayoría se habían formado en EEUU, replicaron la experiencia
norteamericana acudiendo a la acción solidaria, de manera temprana en relación
a los ejes que dominaban las agendas de las organizaciones internacionales y
gubernamentales.
El
pensamiento dominante hasta avanzada la década de 1950 ponía el acento en todo
lo referido a la prevención de la enfermedad. Estos profesionales comenzaron a
alzar sus voces sobre las huellas que la poliomielitis había dejado, tanto en
el aspecto físico como en el social, esto último involucró una lucha cultural
por la integración de las personas con capacidades motoras diferentes que hasta
el día de hoy continúa. Por
otro lado, mostraron diferencias con las instituciones que les precedieron, en
el caso de Cerenil, como de otros centros (por ejemplo, Mendoza).
A diferencia de Alpi, no fueron instancias motorizadas por personas afectadas por este mal, tampoco tenían hijos con polio. Fuera por solidaridad o prevención, esta era una clara distinción que se sumó a que fueron organizaciones que expresaban diversidad religiosa, ideológica y hasta económica, donde el eje articulador eran estos médicos que mediante un accionar anclado en la credibilidad que despertaron pudieron nuclear, en torno a sus proyectos, diversos colaboradores oficiosos.
A diferencia de Alpi, no fueron instancias motorizadas por personas afectadas por este mal, tampoco tenían hijos con polio. Fuera por solidaridad o prevención, esta era una clara distinción que se sumó a que fueron organizaciones que expresaban diversidad religiosa, ideológica y hasta económica, donde el eje articulador eran estos médicos que mediante un accionar anclado en la credibilidad que despertaron pudieron nuclear, en torno a sus proyectos, diversos colaboradores oficiosos.
Dr. Humberto Notti, durante la inauguración del Hospital Notti. |
De hecho, por ejemplo en el caso de Irpi, los doctores Humberto y Pedro Notti buscaron que fuera una obra gubernamental, laica, oficial pero al fracasar sus reiterados pedidos a las autoridades provinciales, debieron recurrir al apoyo de la comunidad, inaugurando así el primer centro de rehabilitación de este tipo que tuvo el país cuyos aspectos organizativos fueron similares a los de Cerenil (la diferencia es que este último construyó un predio bajo el nuevo enfoque). Lo expuesto señala claras diferencias con la obra de Alpi que se cimentó sobre el modelo de beneficencia donde la caridad cristiana teñía sus acciones.
Los centros que surgieron a mediados del siglo XX, y que no fueron filiales de Alpi, hundieron sus raíces en la idea de que debían ser considerados como empresas “Con todas sus operaciones técnicas, comerciales, financieras, de seguridad, de contabilidad y administrativa, siendo el objetivo de esta empresa capacitar al lisiado para integrarlo o reintegrarlo a la comunidad” (Torre, 1963), pero además se entendía que la rehabilitación no podía pensarse en “términos de beneficencia” sino como una responsabilidad “ineludible e impostergable” de los gobiernos los cuales debían aceptar la “colaboración privada” (Tesone, 1967).
Vista aérea de Cerenil, actual Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur”. Gentileza Carlos Luis Mafferi para Fotos de Familia Diario la Capital |
Para
entonces, estas ideas ya habían comenzado a permear los capilares de las
políticas gubernamentales. La rehabilitación integral podía ser oficial,
privada y hasta tener un carácter mixto. Tal es así que como parte de las
acciones de la Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado (1956),
dependiente del Ministerio de Asistencia Social y Salud Publica de la Nación se
organizó el primer centro oficial de ese tipo en la ciudad de Buenos Aires que
fue la base de lo que luego se transformó en Instituto Nacional de
Rehabilitación del Lisiado.
En
enero de 1976, CERENIL cedió la administración del Sanatorio - Escuela al
estado nacional creándose el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica
del Sur (INAREPS). A partir de ese momento la entidad vela permanentemente por el
mantenimiento del objetivo con el que se construyó ese edificio. El
26 de marzo de 2008, al conmemorarse 50 años de la inauguración del
Sanatorio-Escuela, hoy sede del Instituto Nacional de Rehabilitación
Psicofísica del Sur, se impuso el nombre del Dr. Juan O. Tesone al mencionado
establecimiento. El doctor Juan O. Tesone falleció en 1994.
Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS) en la actualidad |
El INAREPS en la actualidad
La función del INAREP en la actualidad es rehabilitar de forma integral a las personas con discapacidad motriz y visceral cardio-respiratoria; promover la implementación de programas de promoción, prevención, rehabilitación e integración de las personas con discapacidad y capacitar al recurso humano.
Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur - INAREPS en la actualidad |
Gimnasio del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Gimnasio del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Gimnasio del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Pileta de natación del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Pileta de natación del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Pileta de natación del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Pileta de natación del INAREPS en la actualidad. Gentileza INAREPS |
Sala de rehabilitación del INAREPS en la actualidad. Gentileza Flickr |
Fuentes:
Basado en el trabajo denominado “Los
desafíos médicos, sociales e institucionales que dejó la poliomielitis: la
rehabilitación integral en la Argentina de mediados del siglo XX” por Adriana
Alvarez - Profesora, Departamento de Historia / Universidad Nacional de Mar del
Plata; investigadora independiente, Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Funes 3350, cuerpo 3. 7600 – Mar del Plata – BA –
Argentina. acalvarmdp@gmail.com
https://postpoliolitaffac.wordpress.com/2015/09/23/los-desafios-medicos-sociales-e-institucionales-que-dejo-la-poliomielitis-la-rehabilitacion-integral-en-la-argentina-de-mediados-del-siglo-xx/
Sitio Oficial del Instituto Nacional de Rahabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS)
https://www.inareps.gov.ar/
"El INAREPS un referente en rehabilitación". Pan American Health Organization / Flickr
https://www.flickr.com/photos/pahowho/sets/72157638546538453/
Sitio Oficial del Instituto Nacional de Rahabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS)
https://www.inareps.gov.ar/
"El INAREPS un referente en rehabilitación". Pan American Health Organization / Flickr
https://www.flickr.com/photos/pahowho/sets/72157638546538453/
Yo fui a CERENIL en los años 60, tenía 2 años y una distrofia muscular. recuerdo al Doctor Tesone , a diversos profesionales como la Señorita Lucrecia, mi primera maestra y a Ingrid , terapeuta musical...Esas personas, entre otras me dieron a mi y sobre todo a mi familia herramienta emocionales y humanas imprescindibles para desarrollarme como persona independiente. los conceptos contrarios al asistencialismo y la lástima tan frecuentes en la época, aún hoy deben ser defendidos. Soy una persona adulta, con una discapacidad, tengo una vida plena y autónoma y en gran parte se lo debo a mis padres y al doctor Tesone.
ResponderEliminarYo fuí paciente de Cernil a partir del año 63 hasta hace unos años, lo mío por mi problema motriZ,
ResponderEliminarYo fui operada de caderas a los dos años, hoy tengo 62, Soy de Chubut. Camine a los 7 años y al volver a mi ciudad, nunca más supe, de esta gran institución, siempre los recordé, se q fui operada por el Dr.Tesone, y hoy leyendo esto entiendo de mi fortaleza y autonomía, q siempre considere nata en mi.agradezco a la vida q mis padres hayan sabido de esta oportunidad.
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