martes, 28 de enero de 2014

FRANCISCO JOSÉ CHAUVIN


Francisco Jose Chauvin (1879-1935)

El arquitecto Roberto Cova -con sus años de investigación y su memoria- nos ayuda a reconstruir la historia de Villa Chauvín, aquel lugar y el de su artífice, un florista que alcanzó el esplendor y tuvo un final trágico. “Se llamaba José Francisco Chauvin -dice Cova- y sabemos que era uruguayo e hijo de franceses. Llegó a Buenos Aires, aparentemente empezó de abajo y prosperó porque era un visionario”.

Villa Chauvin.Sus fondos creo, daban a lo que es hoy el Hospital de la Comunidad. Fuente Album Guía Mar del Plata 1927.Foto enviada por Carlos Fiore
Villa Chauvin.Sus fondos creo, daban a lo que es hoy el Hospital de la Comunidad. Fuente Album Guía Mar del Plata 1927. Foto enviada por Carlos Fiore

El comienzo de la historia de Chauvin en Mar del Plata debe ubicarse, según Cova, en la primera década del siglo XX, cuando compró 18 hectáreas delimitadas por las calles Juan B Justo, Matheu, Córdoba y una línea imaginaria entre Hipólito Yrigoyen y Mitre. Allí Chauvin, que contrajo enlace pero no tuvo hijos, construyó su residencia y, además de cultivar flores, trazó jardines paradisíacos ornamentados con fuentes y esculturas.

“Chauvin -dice Cova- era un visionario. Realizaba lo que se denomina “cultivo forzado”. Para ello había instalado calderas que llevaban calor a los viveros por túneles subterráneos”.

Además, tenía un local de venta de flores naturales en la Rambla Lasalle, la última de madera antes de la inauguración de la Bristol en 1913.

Locales en la Vieja Rambla - Decada del `10 Se destaca la floreria de Chauvin
Otra toma similar del mismo lugar. Postal Antigua - Circulada en 1915 - Rambla Lasalle Paseo Gral Paz
Floreria de Francisco José Chauvin en el extremo sur de la Rambla Lasalle. c.1900. Imagen gentileza Charlie Peralta Ramos

“La gente que deseaba visitar Villa Chauvin tenía que anotarse en dicho local y luego se la invitaba, previa selección. Se dice que el presidente Marcelo Torcuato de Alvear y su esposa Regina iban a tomar el té a los jardines de Chauvín”, comenta Cova.

En el año 1951 se pone en venta todo el predio que componía el parque del Chalet El Caracol”. Enviada por Eduardo Russo a Fotos de Familia

Además, el próspero florista tenía su local en pleno centro de la metrópoli, ya que en aquellos años era el abastecedor de la aristocracia porteña. Roberto Cova apunta que:

 “Todos los días a las 18 salía de Mar del Plata el “tren del pescado”. Una formación ferroviaria llegaba desde el puerto hasta la estación del ferrocarril con la carga de pescado que era despachada hacia Buenos Aires. Ese tren tenía vía libre, y en uno de sus vagones iban las flores de Chauvín, debidamente acondicionadas y humectadas para que llegaran frescas a Buenos Aires”.

Cuando a principios de la década del ‘30 comenzó a tomar cuerpo el proyecto de la ruta entre Mar del Plata y Buenos Aires, Chauvín se mostró entusiasmado con un proyecto que jamás llegó a realizar: el trazado de grandes jardines y parques a lo largo del camino.

Villa Chauvin.Camino principal que daba a los jardines. Sus fondos daban a lo que es hoy el Hospital de la Comunidad. Fuente Album Guía Mar del Plata 1927. Foto enviada por Carlos Fiore a Fotos de Familia

Cova recuerda que Chauvin se suicidó en 1935 por causas que sólo se conocen con grado de presunción. Los terrenos fueron loteados y dieron lugar a otras historias que Cova relata con abundancia de detalles pintorescos
 
El famoso chalet “El Caracol” se encontraba enfrente (por Córdoba) de la legendaria Villa Chauvin (Hoy Hospital Privado de Comunidad)”. Foto enviada por Eduardo Russo.

La residencia del florista fue demolida y en el predio avanzó la obra del Hospital Privado de Comunidad. Cova fija sus últimos recuerdos del lugar en la década del ‘60.

Jardìn Azul, dentro del parque, en el año 1948. Lo recuerdo con el nombre “El Caracol”. Sin embargo por el lugar que citan en anteriores fotos debe haber sido antiguamente la nombrada Villa Chauvin”. Foto familia de Griselda Hernàndez.


Los árboles centenarios que hoy embellecen los parques que subsisten en la zona fueron sembrados por Chauvín. Las esculturas y maceteros del Jardín Azul y Rojo -así se llamaban, de acuerdo a la tonalidad de la vegetación- salieron de aquel paraíso para ornamentar plazas de la ciudad. Y el barrio heredó el nombre de aquel hombre que soñaba con parques y jardines a la vera del camino entre Mar del Plata y Buenos Aires.

FRANCISCO JOSÉ CHAUVIN
FLORES NATURALES

La chacra 101 del ejido urbano de Mar del Plata es la rodeada por las avenidas Juan José Paso, Juan B, Justo e Independencia, y la calle Córdoba, En fecha que no conocemos pero que presumimos anterior a 1910, gran parte de esa chacra fue adquirida por Francisco José Chauvín, que siempre reemplazó su primer nombre por sólo su inicial.. ¿Quién 'era este señor cuyo apellido identifica a una zona de la ciudad? Intentáremos aquí y ahora dar respuesta a esa pregunta.

Villa Chauvin

El Diccionario Biográfico de Piccirilli, por lo pronto, consigna lo siguiente: Chauvin, Francisco José: oriundo de Buenos Aires, cursó estudios en el Colegio La Sallé, que más tardé continuó en Francia, donde concurrió a las clases del célebre diseñador Le Notre, Viajo por Europa y, de regreso en Buenos Aires, se dedicó de lleno a la floricultura. Tuvo sus magníficos viveros en Coghlan y Mar del Plata, que llamaron justamente la atención, falleció en Buenos Aires el 27 de agosto de 1935. La información, de todos modos, parece contener varios errores. Oportunamente escribimos al Colegio de La Salle. Sus registros incluyen a José F. Chauvin como alumno de primer año en 1893, pero los datos son contradictorios. Y en cuanto a Le Notre, a quien se deben los jardines de Versalles, vivió entre 1613 y 1700.

Y no hemos encontrado noticias sobre un sucesor más próximo en el Larousse du XXe. Siécle, edición parisina de 1931. Por otra parte, supimos de buena fuente que Chauvin nació en el Uruguay, el 22 de julio de 1879, hijo de Luís y Magdalena Lagrogerie, franceses. Llegó a Buenos Aires en 1882 y en 1902 fundó su florería en la calle esmeralda 771-779. Gerónimo Veramendi, que fue su cochero, nos dijo hace más de 30 años que Chauvin era uruguayo, hijo de franceses, y que sus comienzos, en Buenos Aires, fueron en extremo modestos. Que tuvo magníficos viveros en Coghlan y Mar del Plata es absolutamente cierto. Flores hubo muchas en su época, pero ningunas como las flores de Chauvin.

Francisco José Chauvin controlando sus plantas.

Su jardín marplatense llegó a abarcar unas 17 hectáreas separadas por la calle Paso —que entonces se llamaba Boulevard Sud—, comprendidas entre Matheu y Juan B. Justo, de Mitre a Córdoba. El señor Octavio Tomás Fanchi, que perfeccionó sus conocimientos botánicos en los cultivos de referencia, nos dijo al respecto que llegaron a trabajar allí hasta 60 ó más personas, y agregó que Chauvin, un enamorado de las plantas, después de haber organizado un establecimiento de floricultura se dedicó al cultivo de arbustos y confieras que importaba directamente del extranjero.

Y no sólo importaba especies florales y forestales sino que también tomaba para su atención a especialistas de diversas nacionalidades: japoneses, dinamarqueses, alemanes, suecos, según el tipo de vegetal que debían atender. Había cultivos al aire libre y bajo invernáculo: orquídeas, cyclámenes, calceolarias, en invernáculos fijo, y rosas y lilas «forzadas» —con floración anticipada por efectos del calor— en invernáculos desmontables. Cada uno de estos recintos poseía su propia caldera subterránea, y una bomba, también instalada bajo tierra, proveía de agua a todas las instalaciones.

 
Don José Chauvin y su esposa en Villa Chauvin. Foto del Arq. Roberto Cova. Revista Toledo con Todos

Tales «sótanos» son el fundamento de una especie de leyenda acerca de los «túneles» del Parque Chauvin. "De Paso a Matheu, el jardín era una Holanda", nos decía el señor Fanchi, que se refería también a los sombreados bajo los cuales florecían rododendros y azaleas. Y no podía olvidar una oportunidad en que la casa, cuando se dedicaba a los cyclámenes, ganó un concurso con 115 flores en una sola planta. En cuanto a las construcciones del establecimiento, el chalet del propietario se levantaba en la manzana hoy rodeada por Córdoba, San Luís, Azcuénaga y Larrea. Y sobre Córdoba, desde Azcuénaga a Juan B. Justo, las habitaciones para el personal, los galpones y las caballerizas. Desde la casa hasta el Jardín Francés, o Rojo —cuyo estanque para plantas acuáticas todavía existe, precisamente sobre la calle Mitre, cerrada en un largo tramo—, un camino de exposición mostraba confieras y arbustos de flor o follaje rojo.

Y el Jardín Azul hacía lo propio con los azules: delphinium, verbena, campánulas, y alrededor eucaliptus cinérea, cedros azules. Más allá, una fuente circular, con camino de piedras trabajadas y una Venus que pasó luego a la fuente de la Plaza San Martín. Y muchos marplatenses sabemos que todos los días del año, en el Tren del Pescado, que salía a las seis de la tarde, convenientemente embaladas, se enviaban a Buenos Aires las flores de Chauvin. Nuestro personaje, no muy alto, algo lleno, de tez blanca y pelo oscuro, con abundante bigote, siempre impecablemente vestido, alternaba con lo más granado de la sociedad porteña. Para conocer su quinta era necesario retirar tarjeta en el negocio de la Rambla, y luego un portero uniformado, después de recibir a los visitantes, los derivaba a un cicerone. Más directamente, el propio dueño de casa atendía a las visitas ilustres, como el mismísimo Presidente de la República, Marcelo T. de Alvear y su esposa Regina Pacini, a la hora del té.

"Chauvin era un visionario", nos dijo su ex capataz Paulino González. "Tenía fe en Mar del Plata. Pensaba que se arbolaría la Ruta 2 cuando se hiciera. Hombre impulsivo, no necesitaba leyes. Las leyes las hacía él".

Del primitivo sulky pasó Chauvin a un break con tiro de dos caballos, relumbrón de bronces y charoles, y luego a un Mercedes con chauffeur de uniforme. En los tres vehículos —conocimos más de un testigo— lo miraban pasar, a las once de la mañana, camino de la Rambla. Chauvin, evidentemente, además de ser floricultor era un hombre de negocios y sabía lo que era la rédame, en francés femenina y con acento en la primera e. Según un Larousse francés de 1899, la reclame es un artículo, insertado en un diario, que contiene ordinariamente el elogio pagado de un libro, de un negocio, de una industria, etc. Y tenemos a la vista un par de páginas de La Gaceta, una publicación porteña sin fecha, aunque por diversos motivos ia creemos próxima a 1930.

Jardin Azul, estilo Tudor siglo XVII. Arbustos grises y flores azules. Mas conocida como Villa Chauvin, sus fondos daban a lo que es hoy el Hospital de la Comunidad. Fuente Album Guía Mar del Plata 1927. Imagen gentileza Carlos Fiore para Fotos de Familia Diario La Capital
El jardin frances o rojo de la Villa Mitre realizado por Francisco José Chauvin.
El estanque del Jardin Francés es una constante en las fotos del sitio.

Este tipo de publicaciones hacía gala de un lenguaje almibarado, de un abuso de los adjetivos laudatorios, de un prodigar un elogio tras otro, de llenar carillas y carillas sin freno. Para La Gaceta, por ejemplo, Chauvin era un «conocido y apreciado floricultor, insigne artista de la forma, el color y el perfume cuyas bellísimas creaciones superan a las de la naturaleza, sin que su obra fecunda conozca límites en la insuperable fantasía con que ha dotado a nuestro ambiente de variedades florales maravillosas despertando no solo la general admiración sino el clamor por esas producciones verdaderamente encantadoras que antes no existían ni eran siquiera sospechadas en nuestro país». Y sigue la nota con alusiones a una energía extraordinaria, a una secuela de antecedentes aleccionadores, innumerables vicisitudes y no pocas dificultades iniciales…

Ernesto Sábato dijo, hace ya mucho tiempo, que tener un apellido francés en la Argentina, aunque el abuelo del portador haya sido carnicero en Lyon —o algo así—, era una garantía de cultura, modos, brillos y oropeles. Para La Gaceta, de sus orígenes franceses le había venido a Chauvin el sentido del buen gusto y la espontánea inspiración que se revelan en todas las manifestaciones de su inteligencia, así como aportaba lo suyo su esposa, Leopoldina Schreiber, nacida en Viena, donde impera una cultura que en mucho se asemeja a la de París, y la cosa sigue en términos parecidos.

Jose Chauvin junto a Leopoldina Schreiber. A la der. de chaqueta cazadora Francisco José Chauvin.
Chauvin, sin duda, era una persona de grandes dotes y una extraordinaria capacidad de trabajo, pero a un suicidio se puede llegar de muchas maneras y no queremos entrar en detalles demasiado particulares. Diremos solo que nuestro personaje tuvo grandes problemas económicos, grandes deudas bancarias que no se pudieron satisfacer, tema que no es por cierto ajeno a los momentos en los que estamos viviendo. Y así declinó la estrella de F. José Chauvin, Hace ya mucho tiempo que se han secado sus flores. Por debajo de sus tierras suele aparecer, de tanto en tanto, cuando se excava, por algún motivo, trazas de lo que fueron sus pozos, sus calderas, sus conductos. Y por encima de ellas todavía hay algunas muestras de los que fueron sus jardines, sus árboles, sus ambientes. Y vayan estos recuerdos como un homenaje a su memoria.

Fuente:
Artículo publicado en el DIARIO LA CAPITAL el 12-12-10
Revista Toledo con Todos. F. José Chauvin Flores naturales. Por Roberto Cova

2 comentarios:

  1. Gracias por haberme hecho conocer algo más de mi Mar del Plata de la Belle Epoque.

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  2. GRACIAS POR SUBIR LA FOTO QUE CON TANTO CARIÑO CONSERVO DE LOS PASEOS AL CARACOL !

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