Cuando un hombre siente que allí, en su lugar, no encontrará el cauce para sus fuegos interiores e intenta transitar caminos difíciles, desconocidos y logra concretarlos se convierte en protagonista y testigo de su propia historia. Si ese hombre termina de recorrer su vida en 1924 y 74 años después a sus descendientes no les cuesta rastrear sus huellas en las trastiendas familiares ni en los testimonios ciudadanos, nos encontramos frente a alguien trascendente.
Ferdinando Lemmi - Foto extraida del sitio "Famiglie Toscane a Mar del Plata - Ricerche dell’Origine dei Cognomi delle Famiglie Toscane a Mar del Plata. |
Don Ferdinando Lemmi
Nació
el 28-11-1849 en Sassorroso, Villa Collemandina, provincia de Lucca, Italia.
Lugar y tiempo que nos hablan, en especial a través de su música y literatura,
de una raza que entroniza el amor a la patria. El joven Lemmi se une al
ejército italiano como voluntario y allí durante 8 años encausa su primer fuego
interior. Seguramente se enfrentó a la nostalgia, la amistad, el dolor, pero
supo rescatar la fuerza, el sentido del honor, el lirismo. Regresa a su
tierra, se casa
en Massa Carrara
con María Longhi el 21 de octubre de 1883.
Desendencia Erminda Lemmi (hija de Ferdinando Lemmi) y
Francisco Sartora
|
Ferdinando Lemmi . Boletin Oficial Circulo Italiano 1928. Gentileza Lic. Angel Somma |
En
la vieja Italia, valles y montes eran atravesados por un susurro irresistible:
America!!. Dentro de Ferdinando Lemmi se enciende su «segundo fuego» orientado
esta vez hacia una tierra de paz. En 1883 junto a su esposa y su primer hijo
Pílades, desembarca en Buenos Aires el 31 de diciembre (Barco Maskelvne).
Luego... el tren hasta Dolores y el trote de los caballos, el polvo, el
interminable y desolado camino al sur y la esperanza del hombre ilusionado. Por
fin el mar y tan poquito más!.
Sobre
esta primitiva Mar del Plata, la memoria oral familiar recogió el dato de la
llegada de la familia Lemmi, de lugar impreciso, pero siempre desde el asombro
¡solo eran pocos ranchos! En la memoria histórica de nuestra ciudad, se
entrecruzan los nombres: Meirelles, Peralta Ramos, Pedro Luro, el saladero, los
muelles y la magia de la palabra plural, que se hizo raíz y rango en la vida de
Ferdinando; casas, la de él, la de los otros; planos, ladrillos, andamios,
mezcla, esos fueron los nombres del hombre en su nueva tierra. Cavar, acarrear,
apilar, clavar, esos fueron sus verbos. Su «tercer fuego» lo arrebata, la
construcción.
La
Familia Lemmi - Foto extraida del sitio "Famiglie
Toscane a Mar del Plata"
|
Florencio Lemmi (hermano de Ferdinando) con baston en el medio de la foto, acompañado de toda la familia |
Raul Alberto Muñoz con su abuelo Florencio Lemmi. |
Su
familia crece; en estas tierras nacen sus 6 hijas y 4 de sus 5 hijos varones,
cada uno de estos a su tiempo secundaron a su padre en su trabajo, quien con
ellos crea una empresa constructora cuya validez merece la pena rescatar ya que
sus huellas van unidas a las de otros que son historia viva de nuestra ciudad.
Local de Mario Arturo Lemmi en Galeria MDP Rivadavia 2450 Decada del 60. |
Rambla Vieja, año 1937. Allí están paseando de izquierda a derecha mi Tia Vilma, Octavia Giuntini de Gáspari y mi abuela Maria Lemmi de Giuntini”. Foto enviada por Marcela Bazán |
Leopoldo Tiribelli, esposa Maria Lemmi y sus hijos-Ofelia, Mirka, Leopoldo y Ada junto a su madre Ana Maria - Foto extraida del libro "Mar del Plata -El Barrio del Oeste- del Arq. Roberto Cova |
Conocerlos es aprender a interpretarnos, es hacer una lectura nueva sobre nuestra ciudad que no surgió como por arte de magia sino por los pasos sucesivos que le fueron dando los seres quienes quizá con lentitud pero con la tenacidad propia de quienes hacen realidad un sueño.-
Aspecto Socio-Cultural
Fue
un hombre que supo manejar su tiempo o fue una época que permitía emprender
caminos paralelos y fructíferos? Ese tiempo corría o se deslizaba? Desde joven
leyó con avidez, para él las palabras tenían el poder de transmitir sus
pensamientos y sentires, estos últimos siempre fueron intensos, el amor a la
patria, los grandes valores que en su época tenían gran peso, cuyos nombres no
se temían: caballerosidad, nobleza, desinterés...
Ferdinando
Lemmi desarrollaba frente a la comunidad italiana una labor similar a la de un
cónsul. Los inmigrantes acudían a él, desde su llegada en busca de trabajo y
asesoramiento. Fue un referente necesario para solucionar sus problemas.
Salón Garibaldi”, ubicado en Hipólito Yrigoyen y Moreno, Ferdinando Lemmi su constructor. Foto enviada por el Lic. Angel J. Somma |
El anexo del hotel Bristol (Boulevard Marítimo y Rivadavia) y en su frente el busto de Humberto Primo. Foto enviada por José Alberto Lago a Fotos de Familia del Diario La Capital |
“Inauguración del Monumento a Cristobal Colón. Carece de fecha y autor”. Foto enviada por Lic Angel J. Somma a Fotos de Familia del Diario la Capital |
Realizó
obras de repercusión social. Fundó una escuela ítalo-argentina. Fundó la Sociedad de Socorros
Mutuos, Giuseppe Garibaldi, fue su presidente durante 11 años, colaboró
materialmente y apoyó con afecto y fuerza a las familias de reservistas
italianos; trabajó junto a otros para que se levantaran los monumentos a
Cristóbal Colón, a Bartolomé Mitre (ambos en sus lugares de origen), a Humberto
Primo (desaparecido), pronunció el discurso inaugural del 2do., en la memoria
familiar se recordaba; Roca le sostenía el sombrero, y Diego Mitre el
sobretodo, ambos agradecieron sus palabras y se pusieron a su disposición efusivamente.
Poetas,
guerreros, pensadores, soñadores, artistas, héroes, mártires eran los citados
en sus discursos. Honor, nobleza, espiritualidad, libertad, eran sus valores.
No escribía discursos largos, en ellos subyacían enaltecidas la virtud y la
gloria. De él se decía que era un gran orador.
El
6 de marzo de 1912 recibió la
Cruz de Caballero de la Corona del Rey de Italia, por su actuación para
con los italianos y el amor a su tierra. En cuanto a su ideología política, sin
acudir a la terminología actual, se deduce que tomó distancia de la corriente
anarquista y apoyó el «orden social» de la época tanto de la monarquía de
Italia como la republicana de la
Argentina, su segunda patria a la que quería y respetaba.
Menú del banquete que se le ofreció con motivo del nombramiento como caballero de la corona de Italia.Imagen gentileza Norberto Guazzelli |
Recordatorio de Ferdinando Lemmi. Imagen gentileza Norberto Guazzelli |
Asado en el corralón de Pascual Pezzati - Foto extraida del libro "Mar del Plata -El Barrio del Oeste 1876-1940"- del Arq. Roberto Cova - Edicion Coop. de Electricidad Mar del Plata Ltda |
Detalle de los concurrentes conocidos - Foto extraida del libro "Mar del Plata -El Barrio del Oeste 1876-1940"- del Arq. Roberto Cova - Edicion Coop. de Electricidad Mar del Plata Ltda. |
Al decir de la época, Ferdinando Lemmi tenía un gran señorío, finos modales, vestía con elegancia, caminaba con sello militar. Los banquetes eran frecuentes aún en su casa... llamador, zaguán, glorieta, glicinas... se realizaban con cocinero y mozos contratados para la ocasión. En el amplio patio o en la glorieta se ubicaba la Banda Oficial los días patrios italianos para ofrecerle a Ferdinando Lemmi los temas de su tierra lejana. Su vida social fue intensa, las convocatorias eran de origen cultural, patriótico o de beneficiencia.
Muere
el 16 de abril de 1924, fue enterrado en una bóveda que él hizo construir,
diseñada por Alejandro Bustillo, en el Cementerio de la Loma donde aún se conservan
sus restos. Comentarios sobre su desaparición se publicaron en: «La Capital», «El Progreso», «II Giornale
d'Italia», «La Patria degli Italiani», «El
Trabajo», «El Sol» y «La
Gazzetta degli Italiani».
Semblanza Familiar
Los
11 hijos de María y Ferdinando amaron con ternura a su madre y con admiración a
su padre, 54 nietos formaron la segunda generación marplatense, hoy conviven 5
generaciones nacidas en esta ciudad.
Sobre
sus nietos Ferdinando ejerció y ejerce en los que aún viven, una especie de
fascinación, ya que de él se conserva un rico anecdotario. Se lo vé como un
personaje romántico, se lo recrea con su coche a caballo y su cochero, se lo
imagina con su traje, sus joyas, la camisa con botones de brillantes y su
acudir con frecuencia a la casa de fotografías con su condecoraciones, copias
de fotografías que aún hoy, a 74 años de su muerte abundan en las cajas o
álbumes de cada Familia Lemmi y descendientes.
Lo
vemos ensayar sus discursos frente al espejo de la sala cerca del piano e
imaginamos el sonido de los aplausos al oír sus palabras. Al leer en los
recortes periodísticos que se lo menciona como paladín, mecenas, protector y
reiteradas alabanzas a su inteligencia y tesón, nos lleva a recordar los héroes
de la adolescencia.
Mariquita Niccolini de Lemmi junto a sus dos hijas Mirka y Natalia. Atras la Playa Giaccaglia. Año 1935. |
Hubiera
sido un gusto estar a su lado cuando recibía medallas por sus actuaciones o le
leían poesías que le habían dedicado. Un orgullo genuino lo acompañó, el mismo
que hoy lo acerca en el recuerdo. Esa heredad, quizás falente, también nos
humaniza. Sus «modus» perdura. El verbo dócil, la asignatura social, la vida
con aplomo, la misteriosa atracción de lo construido, rectitud de procederes,
cierta distinción. Il Cavaliere Don Ferdinando Lemmi proyectó una vida alejada
de sus raíces, supo construirla con nobles materiales y en ella, nos enraizó.
Rememorarlo es para nosotros necesario e inevitable.
La empresa constructora de Fernando
Lemmi
Mar
del Plata nace a la vida a fines del siglo pasado. Su rol de ciudad de veraneo
tiene en la tarea de construir una dimensión relevante del «ser ciudad»,
conjunción a la que propietarios /construcciones / ideología signan. A una
clase alta deseosa de recreación, la acompaña una ciudad cobijante y un «corpus
de ideas» que soporta sus ansiedades.
Así
Biarritz es su émulo, el neoclasisismo primero y el pintoresquismo luego,
concepciones convocantes. Así las grandes familias, atraen firmas propias o
ajenas para su proyectar, que empresas esencialmente locales, construirán. Fue
ese aspecto particular del crecimiento (distinguida concepción del descanso y
prioridad del gran cobijo), lo que otorgaría a la construcción, un espesor a
nuestro entender exacerbado, del «ir siendo» de la ciudad. Y en ella, sus
hacedores (todas sus áreas conexas), inexcusable referencia.
Mariquita Niccolini de Lemi junto a su hija Maria Elena en Rambla Casino. Atras se ve el Club MDP. Año 1944. |
Quizás
sea ese referente, carente de otros de similar magnitud, lo que prohíja en sus
componentes un espacio en la primigenia sociedad de cierta inequidad. Los
constructores iban ocupando ese lugar pues su calificación era sustancial a la
calidad de lo construido.
Mar
del Plata se construía sin mesura. Espasmo, grandilocuencia ni discreción era
cuidada. Mar del Plata parecía europea. Lo fue de una manera rauda. En esa
concepción de vida, «se iba haciendo». Y sus habitantes, los ganados por el
lugar, forjándola. Así las primeras familias. Con ellas, los hermanos Florencio
y Ferdinando Lemmi. A poco andar, al decir de J.C. Gazcón el «maestro de obras»
se independiza y forma su propia empresa constructora. Corría 1884. Luego sería
Ferdinando (Fernando) Lemmi e hijo (Pílade) hijos, Arturo Lemmi y Hermanos
(Alessio, Nello, Fernando) y finalmente, Arturo Lemmi e Hijo (Mario Arturo).
Chalet ubicado en Alberti y Sgo del Estero propiedad de Mario Arturo Lemmi. Foto enviada por el Lic. Angel J. Somma a Fotos de Familia del Diario La Capital |
Fueron
aproximadamente 40 años de trabajo, que continuarán sus hijos. La casa de la
calle Santiago del Estero 2331 atesoró los ideales proyectuales y la ambición
empresaria que se concretó en cientos de obras, la mayoría de una cultivada
creatividad, atributo de una tarea común con arquitectos de consideración
(Basset Smith, Bustillo, Dates, Acevedo, Becú, Moreno, Gutiérrez y Urquijo,
otros). Hoy muchas de ellas por bondad de la piqueta, pertenecen a nuestro
patrimonio arquitectónico. Quizás fueron las más destacadas, sólo recuerdo de
fotografía.
Arturo Lemmi. Imagen gentileza Lic. Angel Somma |
Arturo Lemmi en la obra de Playa Grande Años 1938-1939. Lo acompañan el gobernador Manuel Fresco, el intendente José Camusso, y el Ministro de Obras de la Pcia. de Bs. As. José María Bustillo |
No
es azaroso ni casual considerar la dimensión constructiva de ese hacer. Y ella,
nuestra segunda observación. Los primeros constructores, venidos de afuera pero
afincados rápidamente a estas tierras, tenían conciencia «del bien hacer». El
destino los desafió y ellos respondieron con conocimiento y arrojo.
El
saber constructivo y manual, natural de fines de siglo, exigía responder a
encomiendas muy desarrolladas, más, siendo éstas provenientes de una esmerada
formación cultural. Europa, la recurrente de nuestra aristocracia, tuvo en los
constructores marplatenses dignos interlocutores y, en la obra terminada, su
sustantivación. La necesidad de evaluar la obra desde una visión menos
establecida, acercar otras variables al análisis, hace una tercera observación.
La tarea con cualidades históricas las entroniza el poder. «Quien quiera oír
que oiga» diría Nebbia. Ese auspicio es imprescindible. La mayor abarcabilidad
de los hechos humanos y su equilibrada comprensión, proveen al análisis
fundamento más inteligible y justo.
La
historia establecida general y particular de la arquitectura y el urbanismo,
nos remite al lugar, la obra, el propietario, el autor. El autor es la mente
que protege la idea, es la dirección que colige lo proyectado. Mas la obra es
una aventura de partes, donde su construcción se torna dignificante por la
«forza» del trabajo diario de cientos de obreros. Es verdad, la del «obrero
levantando el andamio» simboliza la glorificación de la obra. Lectura que
cualifica los hechos, proporciona mayor equidad y mejora su historicidad.
Los
hijos que integraron sucesivamente la empresa, fueron: Pílade, Alessio, Nello,
Arturo y Fernando. Pílade (1883/1927), nacido en Italia, se destacó como
proyectista; su obra evidencia una fuerte influencia de Basset Smith. Alessio
(1887/1948) al igual que sus hermanos colaboró activamente en la empresa como
encargado de obras. Nello (1889/1940), estuvo a cargo de la dirección ejecutiva
de las obras en el período de mayor apogeo de la empresa. Arturo (1890/1960),
jefe de la sociedad en su momento más brillante. Se destacó como empresario de
gran envergadura. Por último, Fernando (1902/1928) trabajó con Alejandro
Bustillo en el chalet de Devoto. Colaboró con él en Buenos Aires hasta su
temprana muerte, junto a su sobrino Rolando Sartora.
Sus descendientes
Si
bien sus descendientes tuvieron un lugar en la sociedad, hay que destacar que
uno de sus tataranietos, Tristán Bauer, nacido el 22 de junio de 1959 en Mar
del Plata, resulta ser un hombre de reconocida trayectoria en el país y en el
extranjero, por haber realizado como director varias obras cinematográficas de
corto, mediano y largo metraje, entre ellas: “Iluminados por el fuego” que
recibió 21 premios, siendo el de mayor importancia “El Goya de Oro”.
Preside
el ente oficial Radio y Televisión Argentina Sociedad de Estado, que comprende
el Canal 7, Canal de Cultura Encuentro y Radio Nacional. Entre otras de sus
distinciones es haber sido declarado por las autoridades municipales Ciudadano
Ilustre de la ciudad de Mar del Plata.
Don Luis Matías Lemmi,
Vino
al mundo un día 24 de febrero de 1870 en Sassorosso, comuna de Villa
Collemandina, en aquel entonces provincia de Massa Carrara, hoy provincia de
Lucca. En el seno de la familia formada por Francisca Baroni y José Lemmi
nacieron 3 hijos: Marcos, Enriqueta y Luis Matías.
Doña Agueda y don Luis (primo de Ferdinando Lemmi) tuvieron 6 hijos: René Leonello, Ofelia, Marcos, José (Pepe), Etelvina y Normando, a quienes logró darles la debida instrucción. |
Su
padre era agricultor y desde muy joven lo ayudaba en sus tareas de labranza. En
búsqueda de mejores horizontes emigra con su hermano Marcos hacia la República Argentina,
partiendo ambos del puerto de Marsella en el buque La France. Arriban al
puerto de Buenos Aires el 10 de marzo de 1889 manifestando que su ocupación es
la de jornaleros.
Luis
Matías declara al entrar al puerto argentino que tenía 16 años, aunque en
realidad contaba ya con 19. Su hermano declaraba tener 22 años. Sus padres y su
hermana quedaron en Italia; años después Enriqueta también emigra hacia la Argentina.
El
destino de ellos era Mar del Plata, por cuanto en ese lugar ya se habían
radicado unos primos: Ferdinando y Firenze Lemmi. Con ellos estuvieron viviendo
un tiempo, hasta que consiguieron su propia vivienda. Luis Matías se ocupó en
el ramo de la construcción, desarrollando el oficio de albañil; posteriormente
obtuvo el título de constructor de 2da. Poco tiempo después, es convocado para
trabajar en la localidad de Pedro Luro, también en la Provincia de Buenos
Aires, donde realizaba tareas de mantenimiento en diversas estancias de esa
zona.
Habiendo
transcurrido algunos años y una vez que cumplió con su objetivo, regresa a Mar
del Plata donde prosigue con su oficio en forma independiente. Aquí es donde
conoce a Agatina Serafina Longhi, quien firmaba y se hacía llamar Agueda, hija
de don Martín, también toscano de nacimiento y originario del mismo pueblo;
queda prendado de su belleza y tras 3 meses de noviazgo, el 11 de febrero de
1904 contrae enlace en la iglesia San Pedro de esta ciudad.
Al
poco tiempo de su casamiento, regresa a la localidad de Pedro Luro nuevamente
requerido por la familia Luro con el objeto de volver a trabajar en las
estancias de la zona. Teniendo en cuenta que era entonces un territorio casi
salvaje por la presencia de aborígenes en el lugar y solitario por la carencia
de población en la cercanía de su vivienda, doña Agueda no pudo resistir esta
nueva forma de vida y 4 años más tarde regresan a Mar del Plata. Sus familiares
comentan que si no hubiera sido por esa circunstancia, era muy posible que se
hubiesen radicado en ese lugar.
A
la vuelta, su primer hogar se materializa en la casa construida por las propias
manos de Luis en lo que hoy es Catamarca 2044, antes Pueyrredon 3098. Era una
propiedad como la de aquella época, de ambientes muy grandes, de las que se
llamaba de “tipo chorizo”, donde al fondo había un gallinero y al frente se
cultivaba algunas verduras. Según la tradición oral, fue inaugurada el 18 de
abril de 1908; treinta años después, se refacciona toda la casa y se hermosea
el frente con una fachada de material y aberturas, propio al estilo de ese
lugar de la ciudad, donde todavía (año 2011) se conservan frentes de similar
forma, como por ejemplo en la esquina de Catamarca y Bolívar y linderos.
El
progreso de esa zona, de alguna manera obligó a sus herederos a vender la casa
a una empresa constructora para la construcción de un edificio en propiedad
horizontal, recibiendo en pago algunos departamentos. Es del caso comentar que
don Luis sigue con su oficio de albañil, donde participa en la refacción y
construcción de algunos sectores del colegio Santa Cecilia, como así también
construyó varias bóvedas en el Cementerio de La Loma, entre otros trabajos destacados. Pudo
invertir algunos de sus ahorros en varios terrenos baldíos, algunas veces en
sociedad, otras en forma individual; pero al decir de sus familiares nunca pudo
obtener buenas ganancias en las ventas de los mismos.
En
el transcurso de su vida ganó muchos amigos, se hizo socio de la Sociedad Italiana
Giuseppe Garibaldi y le gustaba reunirse con sus amigos para jugar a los
naipes. Era un hombre apuesto y alegre, también respetado y de firmes
convicciones religiosas en la fe católica, a punto tal que muchas veces fue
elegido como padrino del sacramento de Bautismo de los hijos de algunos
parientes y amigos. Era un hombre de misa diaria y fue acólito de la Iglesia San Pedro
hasta meses antes de su muerte. No tuvo la posibilidad de regresar a su pueblo
natal para visitar los pocos parientes y amigos que le quedaban.
Fallece
en Mar del Plata el 16 de septiembre de 1957 a los 87 años. A pesar de lo prolífico que
fue don Luis Matías Lemmi, el destino no quiso que perdurara en el tiempo
semillas de su sangre, quedando sólo en la actualidad (año 2011), su hija
Ofelia Lemmi como única y última descendiente.
Merecen
un párrafo aparte, sus 2 hermanos: Marcos y Enriqueta, que si bien pasaron un
tiempo por Mar del Plata, el primero se casó sin dejar descendencia,
falleciendo en la provincia de Corrientes a la edad de 46 años y la segunda (¿?
– 30/5/1942) se casó con un primo segundo Ireneo Lemmi (¿? - ../1/1916), con
quien tuvo 7 hijos; después de pasar un tiempo en Mar del Plata, vivieron en
Pedro Luro, regresaron a Italia y finalmente se radicaron en la ciudad de
Lanús, provincia de Buenos Aires.
La formación del pequeño empresariado
de la construcción
en Mar del Plata (período 1900-1935)
Las
empresas familiares, obviamente se desarrollaron en función de las
posibilidades de crecimiento y expansión que la industria de la construcción
ofrecía. El caso prototípico quizás pueda ser el de la empresa Lemmi cuyo
fundador Ferdinando, arriba en 1884 desde Lucca (Toscaza). En la primera década
del siglo este personaje, «un gran señor que iba por el barrio en coche con dos
caballos y con capota... tenía su propio coche con cochero y la corona de
Italia le había dado el título de Caballero...», ya había logrado conquistar
un lugar privilegiado en la nueva sociedad.
Sin
embargo el itinerario de esta empresa no termina con la obra de su fundador. Su
continuidad a través del tiempo, puede ser perfectamente seguida a través de
los nombres que la sociedad fue adoptando. Por
otra parte, la sociedad familiar funcionó para quienes pretendían la autonomía
laboral, como una red de contención y aprendizaje. Si nos detenemos en la
historia de vida de Lemmi, advertimos que su segunda hija, Ermida, contrae
enlace con Francisco Sartora, italiano arribado a la ciudad en 1890.
Al
poco tiempo de su llegada, Sartora entra a trabajar en la empresa de Ferdinando
y posteriormente se independiza para formar él mismo una nueva empresa que con
el tiempo seguirán sus hijos. Hemos querido mostrar cómo se
repite esta eficaz estrategia en otra sociedad familiar, la de un constructor
genovés, radicado en Mar del Plata desde 1877. Se ha registrado también, que
estas sociedades podían ser fugaces, sin demasiada continuidad en el tiempo.
Si
no eran disueltas después de una o dos obras en común y tenían posibilidades de
seguir funcionando como tales, se formalizaban a través de documentos
oficiales. Este paso de la sociedad de hecho a la de derecho se oficializaba a
través de un contrato. El análisis del documento privado de una sociedad
colectiva en sus puntos más sobresalientes nos permitirá conocer algo más sobre
el modelo de pequeños empresarios que se fue gestando y el tipo de prácticas
contractuales de la época.
El
día 29 de marzo de 1910 Roberto Bruzzi, Pedro Lombardi y Leonardo Lemmi,
declaran en una escribanía de la ciudad que «desde tiempo atrás vienen
trabajando en sociedades sin contrato por escrito y con el fin de formalizarlo
constituyen una Sociedad Colectiva. Por medio de la presente han acordado en
celebrarlo bajo las cláusulas siguientes:
1. La sociedad se compone como se ha expresado de los
tres comparecientes y girará hasta ahora bajo la firma social de Bruzzi y
Lombardi, tendrá su asiento legal en esta ciudad.
2. El capital social es de setenta mil pesos moneda
nacional que se declara ingresado en la sociedad y ha sido aportado por partes
iguales entre los tres socios y está representado por varios terrenos que han
adquirido antes de este acto y por todos los materiales, herramientas y útiles
y demás enseres de la empresa de construcción, que tiene formada como se ha
expresado todo con arreglo a un balance e inventario estimativo que se han
levantado al efecto.
3. La sociedad se constituye por el plazo de cinco
años a contar desde el primero de enero del corriente año y se dedicará en
general a todo genero de construcciones de mampostería y compra venta de bienes
inmuebles en cualquier punto de la República.
4. La dirección y administración del negocio estará
exclusivamente a cargo de los socios Sres. Bruzzi y Lombardi los cuales podrán
conjunta o separadamente usar de la firma social para todas las operaciones y
negocios referentes a los fines a que se dedican pudiendo en virtud de ella
comprar y vender todo género de inmuebles, fijar los precios de las compras o
enajenaciones que realicen, pagándolos o abonándolos según los casos,
constituyendo garantías hipotecarias por parte del precio de compra o aceptando
las que se constituyan a favor de la sociedad, cancelando en oportunidad las
hipotecas, aceptar, girar, endosar o descontar todo género de letras de cambio,
pagarés y demás documentos comerciales, hacer depósitos en los bancos y
extraerlos, comparecer en juicios, arrendar inmuebles, concurrir a licitaciones
públicas celebrar contratos y rescindirlos (...) estándoles prohibidos a los
socios comprometer la firma social en operaciones ajenas a la sociedad o en
negocios propios del socio que use la firma, no pudiendo afianzar pagarés u
obligaciones de terceras personas ni aún el nombre personal del socio que lleve
la firma de la sociedad.
5. Cada uno de los socios tendrá el derecho de sacar
mensualmente con destino a sus gastos particulares hasta la suma de $ 200 que
se debitará en su respectiva cuenta
6. Los tres socios se obligan a dedicar todo su
tiempo a las atenciones de la sociedad y si durante la misma cualquiera de los
socios dejare de trabajar personalmente sea por incapacidad, enfermedad u otra
causa, tendrá la obligación de poner un empleado, que haga sus veces, costeando
de su peculio el salario que gane mientras no vuelva al trabajo.
7. Anualmente se practicará un balance general en la
época que los socios estimen más oportuno y las utilidades que resultaren serán
distribuidas por iguales partes entre los tres socios, llenándose a la cuenta
de cada socio el haber que le corresponda, el que sólo podrá retirarse a la
conclusión de la sociedad. Si hubiera pérdidas serán soportadas por los tres socios
en igual proporción. (...)».29
En
este tipo de contratos se especificaba claramente el monto y origen del capital
común, la distribución de tareas los sueldos y retiros anuales en caso de haber
ganancia y, en las últimas cláusulas, que por razones de espacio no hemos
trascripto, los pasos legales a seguir frente a una disolución de la sociedad.
Propiedad del doctor Raúl Laplacette en Avellaneda 70. Ing. Floreal Pascanelli. Constructores Arturo Lemmi y Hermanos. Aporte: Leandro Pascal para Fotos de Familia Diario La Capital |
Por
otra parte, en el texto que hemos citado llaman la atención dos cuestiones
especialmente detalladas. Por un lado, la especificación acerca de la necesidad
de disciplinamiento frente al trabajo, y la práctica de reparar económicamente
las ausencias. Por otra parte, la demostración que el incremento del capital no
era posible sólo con el esfuerzo personal sino a partir de la sagacidad frente
a los negocios. En ese sentido queda claramente expuesto que si bien los tres
socios retiraban el mismo sueldo mensual, o utilizaban las ganancias o asumían
las pérdidas en igual proporción sólo dos de ellos estaban habilitados para
concretar otro tipo de operaciones económicas independientes a su profesión
específica de constructores.30
Este
último punto refleja una situación que hemos registrado muy claramente a través
de lo dicho por los descendientes de los protagonistas. En las sociedades, no
todos podían hacer todo. La diversificación del trabajo según las tendencias o
aptitudes de sus componentes, era un mecanismo de subsistencia que funcionó
aceitadamente. Los socios más despiertos para aprovechar las oportunidades
hacían los presupuestos, conseguían los clientes e imaginaban negocios
futuros.31
Referencias
25 Entrevista realizada al arq. Auro Tiribelli, de 87 años,
integrante de una familia asociada a la industria de la construcción. Abril de
1996.
26 Las denominaciones son Ferdinando Lemmi. Ferdinando Lemmi
e hijos. Arturo Lemmi y Hnos. Arturo Lemmi e Hijo. Publicidades aparecidas en
las revistas del Centro de Constructores y Anexos. 1937.
27 Archivos privados de la Flia Lemmi.
Agradecemos al Arq. Javier Saez, bisnieto de Ferdinando.
28 Entrevista a la sra. Elda B., 80 años hija del fundador
de una empresa familiar dedicada a la yesería. Por pertenecer a una rama anexa
a los constructores propiamente dichos no lo hemos incluido en la lista que
presentamos. Sin embargo el ejemplo es válido por pertenecer al mismo campo
29 Contrato de Sociedad Colectiva perteneciente a la firma
Bruzzi, Lombardi y Lemmi. Protocolo Notarial Escribanía Eliseo Parada, año
1910, escritura Nº 254. Archivo del Colegio de Escribanos, Delegación Mar del
Plata.
30 Como ejemplo a lo dicho y como confirmación de que estas
operaciones eran bastante frecuentes para esa pequeña sociedad hemos encontrado
que el 28 de febrero de 1910 compran a los hermanos Luro, residentes en Buenos
Aires, 3 lotes de terrenos ubicados en la chacra 278 y en agosto del mismo año
compran otros dos en el mismo lugar. Protocolo Notarial Escribanía Canata,
febrero y agosto de 1910. Esc. Nº 210.
El cavallieri Ferdinando Lemmi según el
Arq. Roberto Cova
Ferdinando
Lemmi y su hermano Florencio, según julio César Gascón, llegaron a Mar del
Plata en 1881 y fueron a verlo a Pedro Luro para pedirle trabajo. Luro les
contestó que no tenía trabajo de construcción para ofrecerles por carecer de
ladrillos para esas obras, que estaban cortados pero faltaba cocerlos. Y se
aclara, para los que no conocen el oficio, que se llama ladrillo cortado al
ladrillo crudo que ha salido del molde en el que se la da forma y tiene que
ponerse al aire para que se seque antes de llevarlo al horno.
Luro no tenía
trabajo de albañil pero les ofreció hacer un pozo hasta el agua, de siete
metros de diámetro -ante la falta de otros datos parecería excesivo el diámetro
indicado para un pozo de planta circular tarea que estuvo terminada en tres
semanas, al cabo de las cuales hubo trabajo de su oficio para los
hermanos Lemmi.
Ferdinando -que
luego castellanizó su nombre en Fernando- fue presidente de la Sociedad Italiana
de Socorros Mutuos y por su actuación el rey de su país le concedió el título
de Cavaliere Della Corona d’Italia. Cuando sus hijos Pílade, Alessio, Arturo,
Nello y Fernando tuvieron edad conveniente se fueron incorporando a la empresa
constructora que él creó y fue la más destacada de la historia local. Entre sus
múltiples obras fue notorio el llamado Salón Garibaldi, de 1894, en la esquina
de Moreno e Hipólito Yrigoyen, lamentablemente demolido. Y también lo fue el
chalet llamado Villa Devoto, de 1918, en la esquina de Brown y Buenos Aires.
Fuentes:
Famiglie Toscane a Mar del Plata - Ricerche dell’Origine dei Cognomi
delle Famiglie Toscane a Mar del Plata por el Sr. Norberto Guazzelli. http://famiglietoscanemdp.blogspot.com.ar/2011/01/lemmi.html
“De artesanos a empresarios -La formación del pequeño empresariado de la construcción en Mar del Plata, 1900-1935” - Mónica Bartolucci docente del Departamento de Historia, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata.-
Arq. Roberto O. Cova –
Revista Toledo con Todos / “HECHOS Y FIGURAS DE LA HISTORIA DE MAR DEL
PLATA” - http://toledocontodos.com.ar/?p=1974
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEl comentario anterior lo escribió Norberto Guazzelli y estoy dispuesto a buscar una manera de mejorar lo escrito si se me convoca.
EliminarCon respecto a sus comentarios anteriores, cabe destacar que la nota reproduce entera la fuente que Ud. mismo escribió, solo con el agregado de algunas fotos. No obstante, acepto las mejoras que propone.
Eliminarmi nuevo correo electrónico es: waczely@hotmail.com.ar
ResponderEliminarLe envio mi correo para subsanar errores. Saludos cordiales.
EliminarHola una consulta
ResponderEliminarMi bisabuela se Llamaba Francisca Longhi
Lei en esta relato de flia Mar del Plata que hay una Sra Maria Longhi , familiares? Gracias
Hola, soy nieto de Haydee ermida sartora, realmente nos emocionamos muchísimo con estos capítulos del blog que descubrí en estos días.
ResponderEliminarSoy lucas Serino, hijo de juan Pablo Serino, que es hijo de José serino y Haydee sartora.
EliminarMuchas gracias
EliminarHola, saben si Elda Cataldi vive ? Tengo un juicio por falta de pago contra Rolando Valentini, su hijo, desde hace 10 años
ResponderEliminarRecordar nuestras raíces es homenajear a los que nos precedieron y cuyas huellas imborrables están en el corazón de cada uno de nosotros que con orgullo podemos decir que esta linda ciudad se hizo con el empuje, la tenacidad y el trabajo de nuestros abuelos y bisabuelos. Soy nieta de Aquiles Giuntini y María Asuncion Lemmi.
ResponderEliminarHola! Soy nieta de Regina Mabel Sartora hija de Raúl Sartora ❤️
ResponderEliminarBisnieto de Roberto Bruzzi por acá !
ResponderEliminarrd.suscriptions@gmail.com
Muchas gracias a quienes se encargaron de recopilar esta información tan valiosa para nuestras familias. Soy Marcela Lemmi. Nieta de Antonio Alfredo Lemmi que es hijo de Alfredo y hermano de Dionisio y Pelegrino.
ResponderEliminarMuy buena recopilación de la historia de los Lemmi en Mar del Plata.
ResponderEliminarSoy Manuel bisnieto de Nello Blas Lemmi y Teresa Tiribelli