Mar del Plata Bristol y Gran Hotel.circa 1.890.Colección Gotta. Aporte Ignacio Iriarte para Fotos de Familia del Diario la Capital |
Pedro Luro en
sociedad con Juan Barreiro, el 14 de mayo de 1877, adquirió a Patricio Peralta
Ramos la mitad del saladero, tierras y propiedades en el pueblo de Mar del
Plata y logró dar un nuevo impulso al saladero. El 7 de noviembre de 1877,
Pedro Luro compra a Juan Barreiro la mitad que le pertenecía en los terrenos,
saladero y demás poblaciones del pueblo, cuya extensión era de una legua y un
quinto, por la suma de $ 1.125.000.- moneda corriente. Pedro Luro, si bien era
un vasco que llegó sin fortuna a la Argentina, hizo su riqueza como comerciante
y luego fue estanciero y dueño del saladero instalado en el pueblo de Mar del
Plata. Con respecto a los propietarios
de los grandes campos, ellos no vivían en el pueblo, sino en Buenos Aires. Una vez al año, llegaban a la zona para
controlar sus propiedades y, en verano, venían acompañados de sus familiares.
Reproducción de la revista La Ilustración Sud Americana. Dice: propiedad que fuera de Peralta Ramos. Luego sirvió para el Gran Hotel”. Lic Angel J. Somma. |
Album “Recuerdos de Mar del Plata” de Galbiati y Valentini.c.1888. Aporte Ignacio Iriarte para Fotos de Familia del Diario La Capital |
Mar del Plata,c.1900. Sociedad Fotográfica Argentina de
Aficionados. Archivo General de la Nación. Imagen gentileza Ignacio Iriarte
|
La
"elite aristocrática" comenzó a llegar cuando el pueblo comenzó a
crecer y se comenzaron a hacer mejoras. Esto sucedió a partir del año 1883,
cuando comenzó a declinar la actividad del saladero, principal fuente de
ingresos de la zona, debido al éxito de los frigoríficos de Avellaneda, Berisso
y Zárate, que comenzaron a reemplazar la carne salada por la congelada y
enfriada. Fue entonces cuando Pedro Luro, inspirado por las costumbres de
ciertas familias de la oligarquía porteña, decidió convertir a Mar del Plata,
de un pueblo agropecuario en un pueblo balneario.
Esta propuesta era muy audaz para la época, si se tiene en cuenta que en ese momento, Mar del Plata era solo un pueblo con algunas calles trazadas de tierra. Compró una manzana de tierra y en ella construyó una serie de edificios. También compró un buque para traer mercaderías e impulsó la instalación de una fonda que se llamó "La Marina", en las hoy calles Luro y Entre Ríos, primero destinada a hombres de mar para luego ser ocupada por turistas. Al mismo tiempo, construyó el primer espigón.
Gran Hotel y los dormitorios del Bristol Hotel. En la playa se aprecian las casillas de los pescadores |
Suplemento del Diario La Nación,10 de Febrero de 1957.A la izquierda, Fonda del Huevo. De fondo se puede ver el Gran Hotel. Imagen de Ignacio Iriarte para Fotos de Familia |
Panoramica de Mar del Plata. Se puede apreciar el Gran Hotel |
Esta propuesta era muy audaz para la época, si se tiene en cuenta que en ese momento, Mar del Plata era solo un pueblo con algunas calles trazadas de tierra. Compró una manzana de tierra y en ella construyó una serie de edificios. También compró un buque para traer mercaderías e impulsó la instalación de una fonda que se llamó "La Marina", en las hoy calles Luro y Entre Ríos, primero destinada a hombres de mar para luego ser ocupada por turistas. Al mismo tiempo, construyó el primer espigón.
Concierto en el Gran Hotel a beneficio del templo. Revista Caras y Caretas Año 1904 |
Gran Hotel. Luro y Entre Ríos. Foto de Marcelo Bianco. |
A las primeras familias que comenzaron a veranear en esta zona, se las conoció como "los locos de la arena". Se instalaron en hoteles como "El Progreso", en las hoy calles San Martín y Santa Fe o el "Gran Hotel" (antes La Marina) en la hoy Av. Luro. En el año 1881 (5 años antes que llegara el primer tren). Ocupaba una manzana en la que actualmente rodean las calles Entre Ríos, Corrientes, San Martín y la Av. Luro. Esto marcó el lento fin del saladero para 1883. Tenía 110 habitaciones y diversos patios. Esa intensa labor se prolonga hasta el año 1885, en que viaja a Europa por su delicado estado de salud y donde fallece, en febrero de 1890.
Articulo sobre el Gran Hotel en 1908 - foto de Jose A. Lago - Fotos de Familia - Diario La Capital |
El epígrafe de la foto superior (derecha)
dice: Casa levantada hace cuarenta y cinco años por don Patricio Peralta Ramos
y que fue base del actual Gran Hotel. En la foto del medio leemos Comedor del
Gran Hotel, y en la foto inferior, El Salon de Fiestas. El texto dice: Recuerdos de
antaño-Como nació el Gran Hotel- Un inteligente rotisseur-Un hombre de
mundo-Barrió y su obra-Un centro de distinción.
Panorámica tomada desde la Loma de Santa Cecilia, a los pocos años de inagurado el Brístol Hotel. Foto de Cesar Gascon. Se destaca el Gran Hotel. Gentileza Lic. Angel Somma |
“Hace muchos años cuando Mar del
Plata aún no había dejado mostrar sus enérgicos alientos de gran ciudad,
existía en la esquina noroeste de lo que es hoy Gran Hotel, una modesta casa
de ladrillos, que es la misma que se ve en la fotografía reproducida en la
parte superior de esta página. Fué levantada por el fundador de Mar del Plata y
pasó a poder de don Pedro Luro después de la compra que hizo éste de la mitad
del pueblo a los señores Jacinto Peralta Ramos y Barreiro. El señor Luro sentó
sus reales allí, dió ensanche a la casa y al dejar a Mar del Plata dejó
sentados los cimientos de un moderno hotel. Pero el Sr. Luro antes de retirarse
hizo una profecía. Aseguró-dijo-que esto que es solo una modesta casa de huéspedes,
será con el tiempo un gran hotel donde los viajeros llegarán a centenares.
Y la profecía se cumplió. La fama
de Mar del Plata como magnífica playa para veranear comenzó a trascender. El
ferrocarril acortó las distancias y era fácil trasladarse al balneario, y antes
que el Brístol alzara sus monumentales construcciones, el Gran Hotel era ya el
lugar obligado de cita de la high-life porteña. Poco a poco siguió
extendiéndose. Al primitivo cuerpo de edificios siguió otro y después otro. Mas
tarde fué aquello insuficiente para las necesidades y se construyó otro cuerpo
y un salón de fiestas. La profecía se iba cumpliendo y llegó a ser una realidad
completa cuando se construyó el gran comedor. El hotel invadió entonces los diez
mil metros cuadrados de superficie que mide toda la manzana.
Hoy esta el Gran Hotel en poder
del señor A. Barrió, inteligentísimo rotisseur y hotelero, gran hombre de
mundo, de finos e insinuantes modales y que ha sabido dar al Grand Hotel, tal
carácter de distinción y elegancia, que es muy difícil que otro establecimiento
similar pueda igularla.No ha muchos días hemos estado en
el Grand Hotel. Se hallaba completo. Los amplios corredores eran estrechos para
contener la concurrencia de alojados.
Vimos allí a diplomáticos, senadores, diputados, miembros de la banca y del comercio, intelectuales de nota y extranjeros de distinción. Las damas con sus blancos trajes de verano y sus vaporosas gasas daban la nota clara sobre el fondo verde de los jardines, tan extensos y floridos, como no los tiene iguales ni siquiera parecidos, ningún otro hotel de Sud América.
Vimos allí a diplomáticos, senadores, diputados, miembros de la banca y del comercio, intelectuales de nota y extranjeros de distinción. Las damas con sus blancos trajes de verano y sus vaporosas gasas daban la nota clara sobre el fondo verde de los jardines, tan extensos y floridos, como no los tiene iguales ni siquiera parecidos, ningún otro hotel de Sud América.
Llegamos al gran comedor. Un
ejército de mozos a las órdenes de un maitre de reconocida eficiencia, atiende
a los comensales. El servicio es magnífico, sobre toda ponderación. No nos
admira haber visto a varios alojados que dejaban el hotel para volver a la
capital, despidiéndose afable y atentamente de Barrió al que no escatimaban grandes
frases de agradecimiento por el trato sin rival que habían recibido en el
hotel.
En la noche hemos visto en el salón de fiestas un cuadro lleno de vida, de color y de animación. Era la hora del baile, tan esperada por el elemento joven, la orquesta dejaba oir sus agradables melodías y las parejas se entregaban a los placeres de la danza en un ambiente fino, muy aristocrático, aunque justo es decirlo, sin llegar a los límites de la exageración.
En la noche hemos visto en el salón de fiestas un cuadro lleno de vida, de color y de animación. Era la hora del baile, tan esperada por el elemento joven, la orquesta dejaba oir sus agradables melodías y las parejas se entregaban a los placeres de la danza en un ambiente fino, muy aristocrático, aunque justo es decirlo, sin llegar a los límites de la exageración.
Barrió es un hombre incansable. Antes
que aclare el día ya está en pie y corre y va y viene, visita todas las
dependencias de su establecimiento, observa todo, corrige las deficiencias y
vuelve a ir y a venir y sigue en su labor sin desfallecimientos hasta altas
horas de la noche. Parece que Barrió solo halla descanso en su misma actividad.
No es extraño pues, que el Grand Hotel sea uno de los lugares predilectos de
los paseantes y centro obligado de reunión de gran parte de la sociedad aristocrática
porteña que se reúne en Mar del Plata.
La foto muestra el edificio original del Gran Hotel, estamos viendo el sitio
donde funcionó “La Proveedora”, establecimiento de ramos generales del Puerto
Laguna de los Padres, fundado por Cohelo de Meryrelles (1856). Luego Pedro
Luro, establece la fonda La Marina junto al viejo edificio y después el Gran Hotel
(Pedro Luro, 1881 aproximadamente. La Proveedora estaba frente a los galpones del Saladero, Luro, San Martín,
Entre Ríos, Corrientes. Eduardo Peralta Ramos, fue socio de Luro entre 1878 y
1885, aproximadamente.
Hotel Bristol y Gran Hotel - foto de Enrique Mario Palacio - Fotos de Familia - Diario La Capital |
Esta foto también la publicó “El Diario” de Bs.
As.el 18 de febrero de 1908, y dice que el edificio se construyó en 1863 ,
estaba ubicado en las actuales Av. Luro y Entre Ríos, según Julio César Gascon, fue
la primer fonda de Mar del Plata, denominada “La Marina”, y a la izquierda donde se ven
los caballos es “La Proveedora” primera casa de comercio. El Gran Hotel, se
vió repleto de pasajeros en el verano 1886-87, primera temporada balnearia de Mar
del Plata; en el salón comedor se realizaban interesantes reuniones, se hacía
música y se bailaba con gran “entrain”.
Que alegres y animadas eran las excursiones que efectuaban los veraneantes en aquel año tan lejano! Terminado el baño, se realizaban excursiones, a caballo al arroyo La Tapera, a la Laguna de los Padres, a las barrancas de la Lobería, y a las estancias vecinas. Los paseos cortos se realizaban, a pié, por el borde del mar, hasta las piedras y trepándolas y descendiendo en grandes saltos, al rumor de las olas que estallaban en ellas, llegando hasta la Gruta, aquella que al desaparecer sepultó entre sus enormes piedras toda la primera época de Mar del Plata.
Algunos veraneantes se entretenían muchas tardes en remontar barriletes y en las noches de luna, sobre las arenas plateadas por su luz pálida, la diversión se hacía común; las damas y caballeros jugaban al Gallo Ciego, formando una inmensa “ronda catonga”, como decían los niños de antaño. Las voces y las risas, dice la escritora Elvira Aldao de Díaz, en su libro “Veraneos Marplatenses”, resonaban cristalinas en la inmensidad del espacio negro azulado y se extinguían en el cadencioso rumor del mar. Y a los soñadores, aquellas rondas veloces es la casta soledad circundante, al borde de las olas bruñidas por la luna, flotando en el viento las ropas y el cabello de las mujeres y de los hombres parecían rituales de extinguidos paganismos.
Diez años continuó Felix Menvielle al frente del Grand Hotel, falleciendo en el invierno de 1897; la Sra. y su hijo Luis continuaron hasta 1908, año en que cedió al Sr. Antonio Barrio sus derechos al contrato de locación del establecimiento. En la temporada 1926-27, en el Gran Hotel se alojaron entre otros, Mayor Eugenio Pini y Sra., Dr. Rodolfo Buzzi y Sra., Dr. Rodolfo Cutter y flia., Sra. Freeland Posse y flia., Dr. Saul Perkins y flia.,Trabuco y flia., Dr. Guillermo Anzorena, familia Matta, Dr. Inocencio Rillo, Sra. de Negri y flia., Dr. Iglesias y Sra. Dr. Alfredo Cano y flia., Francisco Medina, Dr. Juan Caste y flia., Sra. Lola Cabral de Bravo y flia., Dr. Daniel Infante y flia., Dr. Severo del Castillo y flia., Sra. de Tuculet y flia., Sra. Zaldivar y flia., Dr. Corominas Segura y flia., Sra. López de Peña, Sra. Maisé Delfino, Dr. Héctor Norrie y Sra.
Que alegres y animadas eran las excursiones que efectuaban los veraneantes en aquel año tan lejano! Terminado el baño, se realizaban excursiones, a caballo al arroyo La Tapera, a la Laguna de los Padres, a las barrancas de la Lobería, y a las estancias vecinas. Los paseos cortos se realizaban, a pié, por el borde del mar, hasta las piedras y trepándolas y descendiendo en grandes saltos, al rumor de las olas que estallaban en ellas, llegando hasta la Gruta, aquella que al desaparecer sepultó entre sus enormes piedras toda la primera época de Mar del Plata.
Plaza Mesquita y Gran Hotel en Bs.As. entre San Martin y Luro-foto de Lucio Strap - Imagen extraida del sitio Fotos de Familia del Diario La Capital |
Algunos veraneantes se entretenían muchas tardes en remontar barriletes y en las noches de luna, sobre las arenas plateadas por su luz pálida, la diversión se hacía común; las damas y caballeros jugaban al Gallo Ciego, formando una inmensa “ronda catonga”, como decían los niños de antaño. Las voces y las risas, dice la escritora Elvira Aldao de Díaz, en su libro “Veraneos Marplatenses”, resonaban cristalinas en la inmensidad del espacio negro azulado y se extinguían en el cadencioso rumor del mar. Y a los soñadores, aquellas rondas veloces es la casta soledad circundante, al borde de las olas bruñidas por la luna, flotando en el viento las ropas y el cabello de las mujeres y de los hombres parecían rituales de extinguidos paganismos.
Diez años continuó Felix Menvielle al frente del Grand Hotel, falleciendo en el invierno de 1897; la Sra. y su hijo Luis continuaron hasta 1908, año en que cedió al Sr. Antonio Barrio sus derechos al contrato de locación del establecimiento. En la temporada 1926-27, en el Gran Hotel se alojaron entre otros, Mayor Eugenio Pini y Sra., Dr. Rodolfo Buzzi y Sra., Dr. Rodolfo Cutter y flia., Sra. Freeland Posse y flia., Dr. Saul Perkins y flia.,Trabuco y flia., Dr. Guillermo Anzorena, familia Matta, Dr. Inocencio Rillo, Sra. de Negri y flia., Dr. Iglesias y Sra. Dr. Alfredo Cano y flia., Francisco Medina, Dr. Juan Caste y flia., Sra. Lola Cabral de Bravo y flia., Dr. Daniel Infante y flia., Dr. Severo del Castillo y flia., Sra. de Tuculet y flia., Sra. Zaldivar y flia., Dr. Corominas Segura y flia., Sra. López de Peña, Sra. Maisé Delfino, Dr. Héctor Norrie y Sra.
Continuando con las personas alojadas en el Gran
Hotel, temporada 26-27: L. Loubié, R. Kemedy, Germán Tirugali, Dr. Guillermo
Sotello, José Pirovano y flia., Dr. Alberto Vadone, Prof. Manuel Silva y
Sra., Conrado Céspedes y flia., Gonzalez Chaves y flia., Sra. Lucía Céspedes, Dr. Antonio Lozano y flia., Schoroeder y flia., Srita. Bustamante, Dr. Sergio
Venezian, Ignacio Céspedes, Dr. Luis Lacour, Dr. Osvaldo de la Croce y flia., Dr.
Tiburcio López y Sra., Dr. Romeo Caferatta, Dr. José Lázaro Costa, José Causa y
flia., Dr. Rignou Santiago (hijo), Renardié y flia., Juan Roncoroni y flia., Dr.
Celesia y flia., Julio Castiñeiras, Sra. de Jáuregui y Pablo Nuvaro.
Fuentes:
Roberto T. Barili
Roberto T. Barili
Lic. Angel J. Somma - Fotos de Familia - Diario La Capital
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