Foto histórica del capitán Fernando Müller y la imagen del marino que aparece en la postal enviada por el Sr. Ignacio Iriarte. Foto extraida del blog Fotos de Familia del Diario La Capital |
Una de las historias mas
pintorescas de los personajes que vivieron en nuestra ciudad es sin ninguna
duda la del jefe del faro de Punta Mogotes, el capitán Fernando Müller. (se puede ver la historia del faro en este mismo blog en EL FARO DE PUNTA MOGOTES).
El capitán Fernando Müller fue el cuarto jefe del faro pero el más recordado por su singular personalidad y su vida social en la Mar del Plata de entonces. El primero fue el capitán de fragata Alfredo P. Iglesias quien se desempeñó durante la construcción del Faro y dejó sus funciones el 5 de agosto de 1891, día en que el faro fue librado al servicio. Le siguieron Juan Martínez y José Villa hasta que en septiembre de 1894 se hizo cargo el capitán Fernando Müller.
El capitán Fernando Müller fue el cuarto jefe del faro pero el más recordado por su singular personalidad y su vida social en la Mar del Plata de entonces. El primero fue el capitán de fragata Alfredo P. Iglesias quien se desempeñó durante la construcción del Faro y dejó sus funciones el 5 de agosto de 1891, día en que el faro fue librado al servicio. Le siguieron Juan Martínez y José Villa hasta que en septiembre de 1894 se hizo cargo el capitán Fernando Müller.
El
capitán del faro Fernando Müller, que así se le llamaba por haber sido capitán
de la marina mercante, en la época romántica de la navegación, por que los
navíos en su mayoría eran veleros. Era un hombre que había alcanzado no solo
gran popularidad entre lo marplatenses sino entre la población veraniega. Había
logrado poner una nota pintoresca, y algo misteriosa con su original
personalidad.
Bote salvavidas y cañón lanza cabos. Punta Mogotes,1904. Postal enviada por Ignacio Iriarte. Se nota la presencia del Cap. Fernando Muller |
En
el faro Punta Mogotes ejercía su autoridad en calidad de Jefe, desde hacia
veinte o veinticinco años atrás. Aunque le gustaba pasar parte de los días en
la ciudad, tenia bien organizado entre los dos o tres torreros que le seguían
en jerarquía y su pequeña dotación de marineros. El
viejecito era un hombre educado, correcto y afable, y muy prolijo en el
cumplimiento de las reglas de cortesía.
Demostraba siempre una tierna simpatía por los niños, y era muy sensible a la belleza de los pájaros y flores que cultivaba con santa paciencia en aquellas arenas del faro, azotadas por frecuentes vendavales. Su buena voluntad era proverbial, siempre estaba dispuesto a brindar servicios y no comprendía como era posible llegar a tener enemigos.
Demostraba siempre una tierna simpatía por los niños, y era muy sensible a la belleza de los pájaros y flores que cultivaba con santa paciencia en aquellas arenas del faro, azotadas por frecuentes vendavales. Su buena voluntad era proverbial, siempre estaba dispuesto a brindar servicios y no comprendía como era posible llegar a tener enemigos.
El capitan Fernando Müller en la playa cercana al faro, arreando unos patos salvajes. Foto extraida del sitio Pascualinonet.com.ar |
Creía
poseer mucho dominio sobre si, y esto mismo aconsejaba a los demás en su lema
"Hombre no te enojes", que llevaba grabado en una medalla de su
cadena de reloj de bolsillo y la misma frase podía leerse en su pequeño
escritorio blindado de la torre del faro. "Solo por prudencia",
explicó una vez que le descubrieron en su coche tirado por caballos blancos,
una carabina como arma de largo alcance y un bastón con estoque que nunca
utilizó, diciendo en su pintoresco idioma:
..."porque cualquiera puede tener una escapusata, armarse alguna barafusa y entonces debo defenderme"...
Era un buen trasnochador. Le gustaba permanecer horas y horas en las confiterías o en algún club rodeado de amigos relatando sus pasadas aventuras amorosas o de sus navegaciones de épocas pasadas.
..."porque cualquiera puede tener una escapusata, armarse alguna barafusa y entonces debo defenderme"...
Era un buen trasnochador. Le gustaba permanecer horas y horas en las confiterías o en algún club rodeado de amigos relatando sus pasadas aventuras amorosas o de sus navegaciones de épocas pasadas.
Vivía
solo. Sus datos respecto de la familia que tenia en Europa siempre fueron
vagos, nebulosos. Tampoco se supo con certeza su nacionalidad, a veces decía
que era austriaco y otras veces norteamericano. En su vida de marino debió
recorrer mucho mundo y conocer más o menos mal cinco o seis lenguas que le
embarullaban el castellano de un modo muy gracioso.
Este decir pintoresco, su inocente necesidad de alguna mentira candorosa y su amplia imaginación desafiando el buen sentido hicieron celebre al Capitán Müller. Nada tan simpático como el oírle relatar las innumerables aventuras de su vida que se habían hecho conocidas dentro y fuera del balneario.
“El Capitan Muller en la escalera del faro Punta Mogotes”.Album Bonnin,1923-24. |
Este decir pintoresco, su inocente necesidad de alguna mentira candorosa y su amplia imaginación desafiando el buen sentido hicieron celebre al Capitán Müller. Nada tan simpático como el oírle relatar las innumerables aventuras de su vida que se habían hecho conocidas dentro y fuera del balneario.
El
cumplimiento del deber acortó su vida. Encontrándose enfermo fue informado de
que llegaría al faro un inspector. Saberlo y trasladarse allá en su americana
de caballos blancos fue todo uno. La enfermedad se agudizo y luego de una agonía
dolorosa el capitán Müller fallece muy pobre y enfermo en los últimos días del
mes de Diciembre de 1917, haciéndose cargo el Ministerio de Marina de su
entierro, pues no contaba con recursos.
Presto
servicio en el faro de Punta Mogotes desde 1893 y amo entrañablemente a este vigía
del mar. El destacado historiador de la Ciudad de Mar del Plata D. Roberto J.
Barili lo describe con sus palabras en su libro "Mar del Plata - Ciudad de
América para la humanidad" de la siguiente manera:
"El capitán del faro Don Fernando Müller, fue un
personaje de leyenda que durante muchos años actuó en ese cargo en el faro
Punta Mogotes. Vestía levita gris, llevando siempre una flor roja en el ojal.
Ojos celestes de mirar bondadoso y malicioso a la vez."
Podemos
encontrar fragmentos de un reportaje que le realizara el periodista Manuel
Mario Olives publicado en la revista Fray Mocho el 26 de febrero de 1914:
“Nací en Trieste, Austria, en 1845, y fue mi padre
mayordomo del Emperador Francisco José. Cursé todos los años de estudio en la
Escuela Naval y salí de ella con el grado de Guardiamarina. Ascendí después a
Teniente pero, de carácter inquieto, pedí mi baja y obtuve patente de capitán
de buque mercante. He viajado por todas las latitudes y he dado cinco vueltas
enteras al mundo. Conozco quince idiomas y canto todos los himnos, hasta alguno
de las islas indígenas de la Oceanía. Todas las noches subo a la torre y
enciendo la lámpara y me parece que desfilan todos los barcos que yo mandé y
todos los hombres que me acompañaron”.
Quien
conoció al capitán Müller y dejó testimonio de él fue el suboficial Vicente
Cachela, hijo de los propietarios de un almacén de la naciente Mar del Plata
donde el capitán solía concurrir. Tal historia ha sido difundida por el hijo
del Sr Cachela.
El capitan Muller en su despacho del faro de Puntra Mogotes - Foto extraida del sitio Pascualinonet.com |
Müller
viajaba en un carro de cuatro ruedas y solía detenerse en el almacén donde fue
conocido por Vicente, que solía acompañarlo en la travesía hasta el faro, viaje
que demandaba varias horas e incluía cuatro paradas, la primera de ellas en el
cementerio de la Loma, otra en el puerto y las dos restantes entre los
medanales.
Müller decía que los barquinazos le repercutían en los huesos y atribuía sus dolencias de cadera a una “herida de guerra”. Influido por la personalidad de Müller, Cachela ingresó a la marina siendo adolescente. Trabajó en la construcción de faros y llegó a ser jefe del Faro de Punta Mogotes. La licenciada Adriana Pisani, autora de libros sobre faros y naufragios, recoge estos datos sobre el capitán Müller:
Müller decía que los barquinazos le repercutían en los huesos y atribuía sus dolencias de cadera a una “herida de guerra”. Influido por la personalidad de Müller, Cachela ingresó a la marina siendo adolescente. Trabajó en la construcción de faros y llegó a ser jefe del Faro de Punta Mogotes. La licenciada Adriana Pisani, autora de libros sobre faros y naufragios, recoge estos datos sobre el capitán Müller:
Crucero Patagonia en su viaje inaugural en el que supuestamente llegó a la Argentina Fernando Müller - Foto extraida del sitio Pascualinonet.com |
“Nacido
en Trieste el 28 de diciembre de 1845 y según expresó en uno de los escasos
reportajes que le hicieron, llegó a la Argentina a bordo del crucero Patagonia
en su viaje inaugural, pero su nombre no figura en la extensa lista de nombres
que integraban la dotación del citado buque”.
“Poco
se sabe hoy de su familia y todo es una nebulosa mezclada con relatos ambiguos
y fantásticos aunque no menos atrapantes”.
“Su
nombre apareció por primera vez en marzo de 1894 cumpliendo funciones en el
faro Punta Médanos, en una, aún hoy inhóspita geografía a 20 kms. al sur de la
actual ciudad de Mar de Ajó”.
“Seis
meses después, en septiembre de 1894 fue destinado al faro Punta Mogotes donde
se desempeñaría durante veintidós años, hasta su muerte”.
“Más
aún, cuando se perdió el vapor alemán Wangard en enero de 1909, con su original
levita gris y su flor roja en el ojal, fue el perfecto anfitrión para los
turistas que visitaban el faro ese verano y pretendían ver al buque varado en
la restinga”.
“El
diario Ultima Hora risueñamente expresó “…numerosos curiosos llevó hoy al faro
la noticia del Wangard. El capitán Müller aumentó el número de ojales en su
histórica levita y la proporción de rosas con que la adorna…desde ayer las olas
empiezan a traer restos del naufragio a la costa…”
“Muchos
relatos mencionaban al capitán Müller en su americana de caballos blancos con
destino al faro, deteniéndose varias veces para alivianar el trayecto, otros
comprando en el mercadito de Aronna (Rivadavia 2650) o siendo el centro de
alguna reunión con increíbles cuentos que podían inspirar incredulidad en los
oyentes”.
“Pero
dicen que cuando se enfermó quedó solo y su enfermedad se agravó cuando quiso
estar presente en el faro durante una inspección”.
“Murió
el 30 de septiembre de 1916 en la casa ubicada en San Juan 2158 (hoy H.
Yrigoyen) y el certificado de defunción fue firmado por el reconocido médico
Silvio Bellatti”.
Foto del libro de Adriana Silvia Cristina Pisani sobre la vida del capitan Fernando Müller - Foto extraida del sitio Pascualinonet.com |
“Es
imposible saber donde estuvo sepultado inicialmente, en La Loma no tienen los
libros de inhumaciones del año 1916 y tampoco hay registros de los entierros a
partir de 1912 y de los posteriores traslados del cementerio nuevo cuando se
clausuró definitivamente en 1932″.
“Lo
único real es que desde el año 1954, la urna con los restos del capitán Müller
está depositaba en la bóveda de quien fue su amigo y compañero en el faro, José
Ernesto Milani”.
Detalle de la placa de la urna del capitán Müller - Extraido de la publicacion de Adriana Silvia Cristina Pisani - Foto extraida del sitio Pascualinonet.com |
“Donde
descansó durante treinta y ocho años es un verdadero misterio, quizás como su
propia vida, ese enigma que seguramente él mismo creó y mantuvo intacta su
imagen a través de tantos años como único referente del faro Punta Mogotes”
Los
cinco naufragios en los que intervino la dotación a cargo del capitán Müller en
el faro de Punta Mogotes fueron los siguientes:
- TANIS Vapor alemán de la Kosmos Line que al mando del capitán C. May, quedó en la restinga de punta Mogotes el 10 de julio de 1901.Navegaba de los puertos del Pacífico hacia Hamburgo con un reducido número de pasajeros y cargamento de minerales, yodo, salitre, cobre y otros elementos. La disciplina de la tripulación fue impecable en el desembarco de los pasajeros y todos llegaron a tierra a salvo. Los tripulantes y pasajeros destacaron las atenciones de las autoridades locales y sobre todo de Fernando Müller, encargado del faro Punta Mogotes.
- LADY LEWIS Buque inglés que el 4 de abril de 1906 quedó varado en la peligrosa restinga de Punta Mogotes, cuando navegaba de Bahía Blanca a Barcelona con cargamento de trigo. En un primer momento su capitán E. Daniel no quiso aceptar ayuda asegurando que ésta llegaría de su agente en Buenos Aires (Ruciman & Cía), pero finalmente el Ministerio de Marina envió al remolcador Fueguino que embarcó parte de la tripulación.
- WANGARD Vapor alemán al mando del capitán August Bruhm quedó en los escollos de Punta Mogotes el 10 de enero de 1909, cuando navegaba hacia Europa con carga completa de trigo. Su particular tripulación estaba compuesta mayormente por chinos, aunque había escandinavos, ingleses y alemanes y se generó tanto en momentos del accidente como del desembarco, situaciones de agresiones y violencia que debieron ser controladas por Fernando Müller el encargado del faro Punta mogotes y su dotación.
- HOLMESIDE Buque inglés que quedó varado frente al faro Punta mogotes el 26 de agosto de 1913. Su capitán W. N. Long se gran prestigio en el Río de la Plata, aseguró que era el accidente más serio que había sufrido la empresa Pyman. En un principio desde el faro no se podía leer la matricula o nombre por la distancia y solo se distinguió la chimenea de cuadro blanco con una bola negra, característica de la empresa mencionada. El Holmeside transportaba carbón mineral desde Newport hacia Puerto Militar (Puerto Belgrano desde 1923). El Ministerio de Marina envió al transporte Vicente Fidel López para rescatar los tripulantes y efectos del buque varado. Durante el mes de septiembre de 1913 se abatió un fuerte temporal sobre Mar del Plata y la posición del Holmeside que era muy comprometida, empeoró y la venta del casco marcó el final.
- MENDOZA Vapor argentino que cubría la Línea Nacional al Sud cuyo agente era la empresa Antonio M. Delfino y Hno. Transportaba pasajeros y como carga fardos de lana, cueros y alfalfa. En medio de una intensa niebla y fuerte marejada, encalló en la restinga de Punta Mogotes el 10 de julio de 1914. Fue importantísima la actuación del vaporcito Mar del Plata del Lloyd Comercial de esa ciudad, al mando del capitán Mancini en cuanto al rescate de los pasajeros en condiciones meteorológicas muy malas. Se destacó la actuación del capitán del Mendoza Emil Polhmann, de sus tripulantes y autoridades marplatenses en el rescate de pasajeros que se alojaron temporalmente en el Hotel Mar del Plata.
Al
haberse mencionado dos fechas distintas sobre el fallecimiento del capitán
Fernando Müller, revisamos las colecciones de diarios LA CAPITAL y confirmamos
que fue el 30 de septiembre de 1916 tal como lo indica el trabajo de la
licenciada Pisani.
En
aquellos tiempos, el diario La Capital publicaba en su portada una sección
llamada “Vida Social” donde se suministraba informaciones de diversa índole:
enlaces, cumpleaños, viajes e incluso espectáculos. De tal manera, en la
edición del jueves 21 de septiembre hallamos el anuncio de “dos estrenos
novedosos” en el Palace Theatre, que funcionaba en la rambla Bristol. Uno de
ellos era “Un crimen moderno” (Drama en 14 partes) e Historia de Desaparecidos
(comedia en 8 partes). Poco después, en el apartado “Enfermos”, leemos:
“Se encuentra gravemente enfermo el Sr Fernando
Müller”.
En
la edición del 30 de septiembre del mismo mes volvemos a leer en la misma
sección:
“Continúa siendo gravísimo el estado del Sr. Fernando
Müller”.
Debe
tenerse en cuenta que la noticia había sido escrita el 29 de septiembre para
que saliera publicada en la edición del 30. El 1º de octubre encontramos en la
portada del diario la noticia del fallecimiento de Müller “ocurrida a primera
hora de ayer”. Se trata de un breve artículo ilustrado con su más clásica
fotografía (es similar a la que publicamos con el número 6523 a la izquierda).
El
hecho de que su muerte haya aparecido en portada y con foto significa que el
diario le otorgó importancia. Sin embargo en la escueta reseña sólo se lo
considera un “vecino extensamente vinculado a nuestros círculos sociales”. Nada
se dice de su largo desempeño en el Faro así como tampoco se le otorga rango de
“capitán”. Según surge de esa crónica, Müller fue sepultado aquel 1º de octubre
a las 10 en el “Cementerio Viejo”.
Aníbal
Tomassi dice que aunque no haya llegado al cine, la personalidad de Müller
inspiró una novela realista. Se titula “El Capitán del Faro” y fue escrita por
Carolina Adelia Alió en 1921. Felicitaciones al Sr. Iriarte por este documento
y a quienes suministraron apasionantes referencias sobre el Capitán.
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Nélida
Provatto dice que en aquellos años el Faro de Punta Mogotes era el punto de lo
que hoy llamaríamos turismo de aventura. Aparece mencionado en una guía
turística de París de 1907 y en la Guía del Bañista de 1895, donde también
exaltan la figura del capitán Müller, que era muy bueno en ceremonial y
relaciones públicas. Se promocionaban además las posibilidades de cazar en ese
viaje, incluyendo una práctica que hoy nos parecería salvaje: la caza de lobos
marinos.
Transcribo
parte de lo escrito en la Guía del Bañista de Mar del Plata, del año 1895:
”Torre
de acero sobre pedestal de piedra labrada, con habitaciones en reja: la base
para los torreros y depósito de provisiones, escalera interior a caracol;
terreno de una cuadra cercado de pared y reja; un edificio de material para los
inspectores; otro para polvorín y aparatos de salvataje. Altura de la torre 37
mts; altura sobre el nivel del mar 69 mts. Aparato Catadriático de primera
clase, giratorio, con elpise de minuto en minuto, luz blanca, estación
semafórica, mástil con verga horizontal, también un cañon de salvataje para lanzar si es necesario la soga a 100 mts. de distancia
Posición
de mucha importancia para los navegantes; como también de recreo para los
turistas que vienen a las playas marplatenses porque pueden llegar por un buen
camino para carruajes y a pié. Los visitantes hallarán diversiones, espléndidas
vistas, y hasta pueden pasar buenos ratos en cazar lobos marinos que son muy
numerosos en las cercanías de Punta Mogotes, como también pueden seguir
paseando por los médanos adyacentes, en los cuales se encuentran gran cantidad
de restos fósiles de la edad de piedra.
Allí
saben parar bandadas de patos y cisnes que pueden brindar una agradable
diversión a los aficionados a la caza; para estos no faltan también zorros que
merodean en sus alrededores. La amabilidad y la caballerosidad del primer
torrero el capitán Fernando Müller, concurren a hacer pasar un día agradable.
Fuentes:
Roberto T.Barili "Mar del Plata - Ciudad de América para
la humanidad"
Lic. Adriana S. C. Pisani “El faro,
su capitán y los naufragios. Los barcos hundidos de Punta Mogotes”
"100 años del Faro de Punta Mogotes - Luz y Guía de Mar del Plata”. Redacción e investigación histórica - Héctor Jorge Fernández.
"100 años del Faro de Punta Mogotes - Luz y Guía de Mar del Plata”. Redacción e investigación histórica - Héctor Jorge Fernández.
Lic. Angel J. Somma – Fotos
de Familia Diario La Capital
Es una hermosa historia.... cada vez Mar del Plata se muestra como un tesoro de recuerdos que gracias a Pablo Junco siempre estaremos recordando!
ResponderEliminarEl que lo trasladaba en carro era mi tío abuelo lo que nunca pude saber es donde se encontraba el viejo almacén
ResponderEliminarGracias Pablo Junco por compartir tantos recuerdos de la historia de esta hermosa ciudad.!!! Nunca nos abandones. Sigue compartiendo. Una caricia a tu espíritu '!!!!
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