miércoles, 27 de noviembre de 2013

ALMACEN EPOCA DE QUESOS - TANDIL



Frente de Epoca de quesos - Foto extraida de Fernetmania.com.ar

En nuestro deambular por la zona aledaña a Mar del Plata se me ocurrió ir a la ciudad de Tandil y allí, en el centro de la ciudad me encontré con este viejo almacen que ya tiene su propia alma. El lugar encierra historias de otros tiempos y viejas anecdotas recuerdan el pasado historico de este viejo almacen. 

Pero mas alla de sus historias, no solo nos encontramos con ellas sino que tambien los aromas juegan un papel importante en este sitio tan especial. Sucede que en su interior podemos encontrar todas las exquisiteces que podamos imaginar: productos caseros, manufacturados a la vieja usanza; quesos de leche de vaca y de oveja, fiambres caseros, salamines, dulces y alfajores caseros.  En este lugar comenzó la leyenda de uno de los primeros pioneros del Tandil: Ramon Santamarina. En una nota de la Revista Caras y Caretas del año 1904 encontramos lo siguiente:
"En el far south, bajo la amenaza de las indiadas bravas, comenzó a labrar la que fue luego su colosal fortuna, trabajando con la pintoresca carreta que muestra el grabado, y que se conserva como reliquia bajo cristales en una de las estancias que surgieron tras sus huellas. Ese modesto vehículo, que hoy es el testimonio de su obra, fue durante mucho tiempo el instrumento de su acción y mas de una vez llegó a servirle de trinchera contra los ataques de las hordas embravecidas, justificando así su divisa que aparece al pie del grabado."

Esta es la carreta que Santamarina utilizaba. Aparece en una nota de 1904 sobre Ramón Santamarina. Gentileza Cristina Corsini.

La vida en esta vieja esquina comienza con la llegada de Ramón Santamarina, un español que habiendo llegado a Argentina alrededor del año 1850, fue un empresario fundamental que acompañó la formación del Tandil que hoy conocemos. Viajar de Buenos Aires a nuestro Fuerte Independencia llevaba tres o cuatro meses de trayecto en carreta. Venían con alimentos manufacturados, volvían con plumas de avestruz y cueros de vaca. Las postas eran el descanso necesario tras tan largos viajes. La Posta del Centro fue edificada en 1860, era lo que hoy es Época de Quesos.

Epoca de quesos - Foto de Jose Maria Vazquez - Extraida del sitio www.digireflex.net

En el sótano actual, antes descansaban arrieros temerarios. La sala mayor, hoy quesería, fue despacho de bebidas. El patio, atravesado en aquel entonces por el Arroyo Blanco, era utilizado por los caballos. En 1920 fue adquirida por la familia Diez, los actuales propietarios, para convertirla en un almacén de ramos generales. Así funcionó el Almacén del Centro hasta 1970. Tras el cierre, la Municipalidad de Tandil declara el rancho como Monumento Histórico, la única esquina de la ciudad que no posee ochava.

“Estuvo veinte años cerrado. En 1990, buscando un lugar para comercializar mis productos, encontré esta gloriosa casa. ¿Cómo no iba a intentar mantener en pie tan bello lugar, tan bella historia? Sentí que algo me decía lo mismo que digo ahora: pasen y vean” comenta Teresa Inza.

A simple vista, la vieja esquina parece una especie de pulpería o almacén de ramos generales que el avance del tiempo dejó olvidada. Pero basta con traspasar la puerta de entrada para darnos cuenta de que estamos en el paraíso de los amantes del queso. Los grandes protagonistas del lugar son ellos y toman vida en cualquiera de sus tamaños, colores, formas y sabores, aportándole al lugar además de un aroma irresistible, una imagen única donde es imposible separar el presente del pasado.

Epoca de quesos -extraido de www.argentinadiscovered.com-epoca-de-quesos-tandil

La sensación se vuelve evidente, aquí no solo se venden quesos y salamines, sino también historia. Rodrigo y Victoria, los hijos de Teresa, junto a sus empleados se encargan de asesorar haciéndole probar a cada cliente las delicias que elaboran los cuatro tambos que trabajan para ellos. Les enseñan incluso las diferencias entre los quesos y su clasificación según las pastas en blandas y duras. Y por supuesto, aseguran orgullosos que “todo este lugar es obra y sacrificio de mamá”. Mamá es Teresa Inza, una de las habitantes más soñadoras y creativas que tiene la hermosa ciudad de Tandil.
 
Epoca de quesos - Foto de Miguel extraida de Flickr
Así es que recorremos la casa casi sin darnos cuenta y el paseo se torna informal. Cada cual la camina a su modo y con sus propios tiempos, admirando las salitas, el patio y una hermosa matera habilitada al público desde hace poco tiempo. Algunos nostálgicos se sorprenden con objetos y reliquias que cuelgan de las paredes, como ser viejas latas de galletitas o botellas de aperitivos olvidados en el tiempo. Una foto que se encuentra a la entrada junto a la caja registradora muestra cómo era el lugar hace muchos años y al verla, los visitantes toman conciencia de que apurarse allí dentro es algo sin sentido.

Epoca de Quesos-Foto extraida del sitio www.latinfotografia.com.ar
Ayer

La historia comienza con la llegada de Ramón Santamarina. Alrededor del año 1850, este joven español llega a la Argentina y es en esa época que desde Buenos Aires parten al interior del país carretas que tienen como destino el fuerte Independencia (lo que hoy llamamos Tandil). Estas carretas traen alimentos y productos manufacturados, al igual que personas, y a su regreso hacia Buenos Aires vuelven con plumas y cueros de vaca para ser exportados a Europa.

Antiguo retrato del almacen Epoca de Quesos - Foto de Pablo Etchevers - Extraida del sitio www.welcomeargentina.com

Ramón Santamarina solía realizar este viaje dos o tres veces al año. Luego de años de trabajo logra ser dueño de su primera carreta, pero los viajes no eran una empresa fácil. No había caminos sino sólo las huellas de otras carretas y a esto se sumaba el constante acecho de indios y las crecientes del río Salado que obligaban a cruzarlo por sus desbordes, lo que terminaba con la vida de muchos arrieros. Así, durante esos viajes, nuestro amigo se dio cuenta de que era necesaria la creación de postas, para poder descansar.

Epoca de quesos- Foto de Jose Maria Vazquez - Extraida del sitio www.digireflex.net

Primero una posta

La Posta del Centro es una de ellas y fue levantada en el año 1860. El lugar albergaba en ese entonces a caballos y arrieros que además de descansar conversaban y jugaban cartas en la sala mayor donde funcionaba el despacho de bebidas. Para el año 1920, la familia Diez adquiere la esquina y el lugar se convierte en un almacén de ramos generales, funcionando con el nombre de Almacén del Centro hasta que cierra sus puertas en el año 1970. Eran tiempos distintos, en que se confiaba en algo que hoy se ha perdido: la palabra. Así es que se compraba a crédito y el control se llevaba a través de una libreta llamada de “almacén”, la cual poseía el cliente.

Cocina de Epoca de quesos -extraido de www.argentinadiscovered.com-epoca-de-quesos-tandil
Epoca de quesos - Foto extraida de Fernetmania.com.ar
Patio exterior del almacen Epoca de Quesos

De 1970 a 1990 el lugar permanece cerrado y sólo dos ancianas comparten la esquina hasta que mueren. La Municipalidad de Tandil declara el rancho Monumento Histórico, ya que es la única casa de la ciudad que no tiene ochava. En 1990, Teresa Inza decide buscar un lugar para comercializar sus productos. Luego de reciclarla durante casi un año, nace Época de Quesos, lo que sería la concreción de un viejo sueño personal.

Matera de Epoca de quesos -extraido de www.argentinadiscovered.com-epoca-de-quesos-tandil
Rincon matero en epoca de quesos - foto de Pablo Palmeiro-extraida del sitio flickr
Plano para acceder al almacen. Extraido del sitio oficial
Fotos actuales


Época de Quesos. Fotos de Guillermo Cordischi
Época de Quesos. Fotos de Guillermo Cordischi
Época de Quesos. Fotos de Guillermo Cordischi
Época de Quesos. Fotos de Guillermo Cordischi
Época de Quesos. Fotos de Guillermo Cordischi




Patrón de estancias. Ramón Santamarina:
Una biografía de fortuna y poder en la pampa



Según la autora Andrea Reguera  en su libro "Patrón de estancias. Ramón Santamarina: una biografía de fortuna y poder en la pampa" cuenta que llega en 1840 a Buenos Aires huyendo de una trágica historia familiar y al que cincuenta años más tarde encontramos poseyendo una fortuna, de corte principalmente territorial, considerada como una de las más grandes del país. Andrea Reguera reflexiona, en un contexto que abarca de 1810 a 1930, acerca de una serie de problemas de la historia económica y social: proceso de acumulación de capital; acceso al uso y propiedad de la tierra; estructura de tenencia de la tierra; constitución y gestión de una empresa económica; formación y funcionamiento de un mercado de tierras, de productos, de trabajo y de capitales; circuitos de comercialización y mecanismos de intercambio; movilidad espacial, laboral y social.


 
Patrón de estancias. Ramón Santamarina:Una biografía de fortuna y poder en la pampa. 
por Andrea Reguera. Editorial EUDEBA. Año 2006

Jugando con la polisemia de la primera palabra del título y con el cuidado de no apresurar conclusiones generales a partir de un caso particular –riesgo en enfoques de esta naturaleza–, se puede decir que Ramón Santamarina fue, en el sentido más lato, un auténtico patrón de estancias –era dueño treinta tres que cubrían casi 300.000 hectáreas– pero también que su trayectoria constituye un patrón, una medida, una pauta válida para explorar el surgimiento y consolidación de una institución económica como la estancia argentina; analizar el proceso de movilidad y ascenso social que permitió el nacimiento de un nuevo grupo hegemónico, los propietarios de la tierra y deducir, por comparación y profundización de las diferentes variables, un modelo más amplio, concerniente a la constitución, el funcionamiento, las capacidades de adaptación y reacción, y las dinámicas de evolución de este tipo de sistema.

Fuentes:

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