jueves, 1 de octubre de 2020

LA OTRA CASA DE AMANCIO WILLIAMS

La otra casa de amancio Williams

“Todo Esto respira el aire del mar abierto,
del océano y la pampa, trayéndonos este sentido del espacio
y de la decisión, cuya ausencia parece ser
la debilidad característica de Europa y de occidente en particular.”

Le Corbusier.
Comentario sobre una carpeta con trabajos de A.W.
Carta de abril de 1946

Sabemos que Le Corbusier era un ser con una personalidad difícil muy poco propenso al elogio para con sus colegas contemporáneos, y mucho menos a difundirlos, como lo hizo en Francia, (Revista L´Homme et l´Architecture N° 15-16 1947) al presentar los primeros trabajos enviados por el ignoto arquitecto argentino, Amancio Williams. Otra figura de temperamento controvertido que se conformo, sin lugar a dudas, en uno de los personajes singulares de la historia de la arquitectura moderna en nuestro país. Como proyectista, fue a Buenos Aires a la que le brindo la mayoría de sus propuestas, pero es en Mar del Plata donde permanece -o intenta permanecer- su obra construida consagratoria. Su relación profesional con la ciudad se remonta a la década de 1940 cuando su familia adquiere tierras en una zona de quintas y bosques, llamada Parque Pereyra Iraola, hoy la extensión más reciente del barrio Pinos de Anchorena. 

El sector ya tenía su futuro prefijado en 1932 a partir de las propuestas de barrios jardín de Della Paolera, donde ya se delineaban los trazados irregulares para El Grosellar, Montemar, Bosque Alegre y Bosque Grande entre otros sectores de la ciudad, en correspondencia con las teorías de la Garden Cities Asociation de Ebenezer Howard. Las tres hectáreas adquiridas por la familia Williams tenían características naturales de singular belleza, un tupido bosque de robles y un brazo del arroyo Las Chacras que dividía a la mitad dos de estas fracciones de tierra. Pertenecientes a la elite cultural de Buenos Aires, el músico y compositor Alberto Williams e Irma Paats fueron los padres de Amancio y de otros siete hijos viviendo en esta ciudad, en un caserón de diseño ecléctico proyectado por el arquitecto Alejandro Christophersen.

“Esta es la casa en que nací, la casa en que vivieron mis padres, la casa en que actualmente vivo con mi familia, la casa en la que, en un pabellón separado, tengo mi taller de arquitectura. Con su ambiente digno y sedante, con sus espacios interiores de proporciones armoniosas, esta casa puede haber influido en mi inclinación hacia la arquitectura”.1

Es interesante observar como una familia tradicional de la capital decide la compra de estas tierras en lo que, en su momento, no era un barrio consolidado ni mucho menos. Aun más curioso es el cambio sustancial de estilo de vida que implicaría el uso de una vivienda (aun siendo solo de veraneo) como la Casa sobre el Arroyo, con su racionalidad matemática y su jardín salvaje; en comparación al palacete de paisajismo afrancesado de Christophersen.

“…la idea musical de la casa, que seguro, no hizo falta que el arquitecto se la pensara, pues además era su padre y es como una especie de herencia, pero sin embargo es una especie de “caja de pájaros”, donde hay un ruido allí dentro entre los árboles, y vas viendo que todo eso esta absolutamente protegido y defendido por la figura del puente.” 2

Es esta idea de artefacto en la naturaleza lo que A.W. propone para su familia y para dos casas en este terreno, dos trabajos dentro de la más refinada tradición moderna.
Es justamente a uno de los proyectos, el menos conocido y contemporáneo de su vecina sobre el arroyo (1943), al que queremos referirnos en este artículo, otro encargo familiar para la tercera hectárea comprada por los Williams, en este caso un proyecto para su hermano Mario. Esta fracción presentaba características de paisaje completamente diferentes a las de la Casa del Puente, mostrándose como una superficie plana en un claro del bosque, con aspecto de una llanura en pequeña escala.

“Contamos con dos sensaciones dadas por el paisaje. Ambas son sensaciones de naturaleza, pero con aspectos diferentes: una sedante, producida por la pradera, otra fuerte y excitante producida por la vista al bosque, que de cerca se impone en forma casi brutal.”… El recurso es la obra humana, que muestra su carácter humano en todo su esplendor. Ella pondrá en valor las sensaciones de naturaleza, las modulará al enmarcarlas o dirigirlas en diferentes formas.” 3

Figura 1

En los croquis y esbozos originales (Fig.1) podemos confirmar como las dos viviendas fueron pensadas en conjunto, el tratamiento paisajístico de ambas resulta evidente en ese boceto, donde la casa para Mario Williams forma un ángulo recto dando la espalda al sector boscoso del predio y abriéndose francamente hacia el frente de un lote, plano, liso y sin arboleda, abierto para la buena orientación del trayecto solar. (Fig.2)

Figura 2
“Te adjunto un plano de los terrenos donde está dibujado el espacio que ocuparían 4 casas "normales" en el terreno de papá y uno en el tuyo. Si cubrimos el suelo con todo eso figúrate lo que queda. ¡Imagínate lo que sería si se te ocurriese hacer 1 o 2 casas más!. Con la obra para papá sucedió lo mismo, nos fuimos al espacio sin buscarlo, ha sido la solución natural.” 4

Si hiciéremos analogías arquitectónicas, la implantación de la casa para M.W. y su entorno son asimilables al icono de la vivienda suburbana de Le Corbusier, La Villa Savoye (1929-1931), no solo por su manejo de la idea de prisma puro calado, sino por la forma en que este llega al terreno en forma leve sobre columnas de hormigón.

Es en esta escala, la de la vivienda individual, donde Williams alcanza su mayor refinamiento y los detalles mas elaborados de su obra proyectual singular, y es en este proyecto, denominado “Casa en el Parque Pereira Iraola” (1943), 5 donde podemos ver como el arquitecto se propone una alternativa distinta para una tipología de vivienda. Si consideramos a la Casa de Puente como una reelaboración de la casa de galería pampeana, podemos decir que en la vivienda para su hermano intenta dar una respuesta moderna a la vivienda con patio criolla. (Fig.3 y 4)

Figura 3
Figura 4

Estas interpretaciones sobre la búsqueda de lo nacional o regional en la obra de A. W. son un punto de discusión con extremadas asperezas en la historiografía arquitectónica argentina. Mientras un crítico como Claudio Caveri opina con dureza:

“Hubo en Williams la pretensión de ser padre sin haber fecundado su tierra. Por eso su masa arquitectónica no contacta con su tierra, su matrimonio místico es con el ideal de la modernidad europea, de ahí su esterilidad y este ejemplo pone en evidencia la enfermedad de la seudo-cultura porteña.” 6

Otros como Jorge Silvetti lo identifican con una búsqueda más local, una cierta modernidad apropiada con planteos extremadamente sensibles al lugar, al paisaje y al contexto; más lírica que mecanicista en su manejo de los materiales y la tecnología, con un despliegue del detalle poco común en el movimiento moderno.

“Si ahora miramos su obra desde la perspectiva de la Historia, lo vemos como una búsqueda muy personal, original y local de la modernidad. Como tal, nos ayuda hoy a identificar un vació monumental que persiste en el trabajo y en los estudios históricos contemporáneos en lo que se refiere a la historia y el desarrollo de la arquitectura moderna y de la modernidad en  general en América Latina.” 7  

El proyecto para su hermano aporta a esta polémica, se trata de un cuerpo prismático de base cuadrada en su primera planta, con un patio interior también cuadrado. El nivel cero es de planta libre y discurre en el terreno debajo del área cubierta por el primer piso y las áreas de servicio. La superficie semicubierta se conforma con una clara y rítmica sucesión de pilotis enmarcando el hueco del patio interior y conteniendo la pileta de natación.

El área de servicios tiene un tratamiento diferenciado, tanto en su volumetría como en los materiales, estos últimos una combinación de piedra Mar del Plata y carpinterías de madera. Los muros son tratados como planos a manera de límite pesado con pequeñas aberturas, con los que plasma la idea de formar una espalda al bosque. Esta idea es similar a la utilizada en el sector de la vivienda para los caseros de la Casa sobre el Arroyo.(Fig.5 y 6)

Figura 5
Figura 6
“La necesidad de levantar la casa sobre el suelo (en este caso sobre columnas delgadas pues estamos convencidos que para este caso son el mejor elemento), nos comprueba una vez más la razón de nuestras propias ideas sobre la arquitectura espacial. Es decir, que hay que hacer francamente arquitectura en el espacio, con toda libertad. La necesidad y conveniencia del suelo libre, tan inteligentemente demostradas por Le Corbusier refuerzan nuestra teoría de la arquitectura espacial, pues ésta tiene como consecuencia la posibilidad de no cubrir el suelo.” 8

La piscina presenta un repertorio estructural y formal aparte, se conecta con el terreno por un puente de losa plana y con el primer piso por una escalera tipo marinera que la vincula a una plataforma separada de los bordes. Esta “isla” se sostiene por cuatro columnas insertas en la secuencia de pilotis que conforman la planta libre; se provoca aquí un juego visual que desconcierta al observador al surgir como columnas flotando en el agua. (Fig.7)

Figura 7
En la planta de techos y las perspectivas se puede observar el cuidado juego de intersección de figuras cuadradas que conforman la isla, la pileta, la planta superior y el patio. Los materiales elegidos para el cerramiento exterior del primer piso aparentan ser livianas carpinterías metálicas (podrían ser de madera con angostas secciones, si tomamos como referencia las utilizadas en la Casa sobre el Arroyo), no de ventana corrida, como se podría esperar por las evocaciones a la Villa Savoye, sino de una modulada grilla que combina planos ciegos opacos, planos traslucidos y transparentes con mármoles y vidrios.

La cubierta es una losa plana de veinte metros por veinte metros, un anillo cuadrado que reconstruye totalmente la planta, sin diferenciar áreas cerradas o abiertas. Se ve reforzada la idea de casa con patio interior a manera de un gran impluvium -casa romana- con una superficie de cien metros cuadrados. (Fig.8 y 9)

Figura 8
Figura 9

Los interiores son tratados con divisiones en placas de mármol blanco que no se interceptan entre si, creando separaciones traslucidas. La secuencia de columnas metálicas se repite en un modulo de cuatro metros, separadas del cerramiento; una combinación entre las ideas estructurales de Mies va der Rohe, con las propuestas de fachada y planta libre de Le Corbusier. Toda el área íntima es trabajada con un sistema modular de muros-armarios similares a los desarrollados para la casa de su padre. (Fig.10 y 11)


Figura 10
Figura 11

El resultado es una concepción espacial y estética que hoy encolumnaríamos en el minimalismo mas austero.

“Estudiamos el funcionamiento de la casa que responda a lo que buscamos, y llegamos a esto: vamos a usar una planta en forma de anillo cuadrado, desde la cual se gozarán las sensaciones de orden natural, y en la cual, en el vacío del medio, crearemos la sensación de orden humano. La planta en torno a un patio te hará recordar la antigua casa romana, de la que deriva la criolla; resultarán parecidas las sensaciones de orden humano que se producen dentro de ambas, pero viendo el corte verás la diferencia.” 9


Arquitecto Amancio Williams.
 
Tan interesante como estas descripciones y croquis de la casa, es la primera y ultima parte de la extensa carta que Amancio Williams le escribe a su hermano para explicarle el proyecto. Se infiere aquí que Mario Williams le ha solicitado a Amancio una casa de “estilo” y es en este escrito donde, y con la excusa de darle los argumentos de porque no podía construir lo que se le pedía, realiza un despliegue de explicaciones y consideraciones sobre la época y la estética de su tiempo, que terminan siendo una declaración de principios de absoluta vigencia. Un texto que es en si mismo un manifiesto del movimiento moderno.

“Los llamados "estilos", vasco, bretón, Tudor, etc., son la  expresión,  en  un  país  y  épocas  dados, de ciertos climas, modos de vivir, recursos locales, etc. Es decir que son la negación de la universalidad. Son esencialmente locales. Tienen encanto, no todos, cada uno en su sitio y en su tiempo, pero es tan absurdo imitarlos como querer imitar el clima, el paisaje o el modo de vivir que les dieron nacimiento. Es tan incongruente como querer viajar en góndola por la pampa o en trineo por las sierras de Córdoba.” 10

Juntas, la casa y la carta, confirman una de las características más sobresalientes de la obra de A. Williams, la firmeza de corresponder al proyecto moderno, pero no como fiel trascripción. Se trata aquí de una búsqueda dentro de la tradición local, pero con innovación tipológica, incorporación de nuevas tecnologías y desprecio por la repetición de estilos y ornamentos. Una concepción de vanguardia a ultranza, con todos los peligros que esto le trajo: imposibilidad de concretar la mayoría de sus proyectos, diferencias y confrontaciones con los poderes de turno y una actitud de cierta soberbia con la que suelen ser identificados (muchas veces con razón) los personajes de avanzada.

“De allí la obstinada voluntad, relativamente optimista, de ofrecer sus propuestas como ««soluciones definitivas», sin entender, a menudo, el rechazo o inviabilidad social, que era juzgado como un retraso cultural, un barbarismo, una inmadurez. En estas posturas coincidirá, con Terragni o Le Corbusier.” 11

Otra condición que se manifiesta en este proyecto es la constancia y fidelidad en el desarrollo de series tipológicas, que A.W. toma y retoma a lo largo de su trayectoria y de un proyecto a otro, como si esta investigación tuviera finalidad en si misma y no su materialización concreta. En ocasiones los proyectos (aun los de posibles comitentes reales) parecen meras excusas o puntos de partida para continuar desarrollando ideas previas de carácter abstracto. Cada proyecto suyo se dirige a dar solución y lograr la síntesis del par -necesidad-libertad- a realizar la adecuación de un tipo de modo absolutamente cierto (La casa, El teatro, El hospital, las bóvedas cáscara) la obra única, con un solo fin: presentar una imagen también única.

“...la práctica de renuncia y obsesiva repetición de unos pocos tipos en el caso del argentino Amancio Williams – la bóveda cáscara de hormigón, los casetonados de cubierta, las formas ideales como el cascarón de la sala de música de 1942 o las viviendas en el espacio como tipo ideal de infinita posible reproducción - exhibe una de las vías tipologistas típicas dentro de la modernidad canónica...” 12

La casa del Parque Pereira Iraola no va a escapar a esta búsqueda tipológica y de repetición de modelos. Será retomada por A.W. en un proyecto de vivienda del año 1969: Casa en el Boating Club San Isidro, donde renueva el esquema de artefacto prismático sobre columnas con un área de servicio en hormigón armado, sus mayores diferencias las encontraremos en la forma de implantación frente a un paisaje ribereño. (Fig.12)


Figura 12

Williams no resigno, ni ante su familia, esta posición de vanguardia. Cada obra debía ser una afirmación de principios y aun, si no lograba concretarla, no era considerada como un fracaso sino parte de la idea siempre presente en su obra de que la practica proyectual debía tener total autonomía de lo fáctico

“…probablemente no alcancemos resultados, pero abriremos las puertas a las nuevas generaciones.” 13

A.W. fue un profesional parapetado en sus ideales, firme en la creencia de la imposibilidad para un arquitecto verdadero de plegarse a los “gustos” de los clientes, no pudiendo jamás traicionarse realizando una obra que no sea expresión de su época.

 “Hemos trabajado mucho en esta casa y hemos estudiado muchos partidos, y cada vez hemos llegado a la conclusión de que el proyecto que les mostré es el único que está bien para el lugar, las necesidades de ustedes y las posibilidades económicas. Esto te lo digo con toda convicción y por tu interés y no por imponértelo.”… “Al contrario, si el proyecto sigue no gustándote, no seré yo quien se empeñe en encajártelo a disgusto tuyo. Pero no es necesario que comprendas que yo no puedo apartarme de las ideas y principios de que te hablé.”…“Tu sabes, si no les gusta la casa díganmelo sin vueltas. Estás en la más absoluta libertad respecto a mí. Yo mismo, si quieres, te buscaré un arquitecto que tenga habilidad para proyectar, más lo que habitualmente se llama "gusto" y que sea decente, o menos indecente que la generalidad, y que se preste a hacer la casa que ustedes quieran. Yo le explicaré lo que ustedes quieren y lo que les gusta, lo sé perfectamente, y así les ahorraré trabajo a todos. No faltan “fabricantes de casas" ni especialistas en "estilos". Como esa clase de proyectos se hacen volando, no habrá atraso ninguno. Además me ofrezco a revisarte la casa y controlártela todas las veces que quieras.” 14

Mar del Plata se perdió esta obra, nunca se construyó, acaso corrió una mejor suerte que su vecina del puente (para nuestra vergüenza, hasta hace poco tiempo abandonada y destruida). Quizás al quedarse solo en el papel, inmaculada y perfecta, nos deja para nuestra fantasía aquella imagen de lo que podría haber sido, un conjunto con las dos obras en franco dialogo y como se las propuso originalmente. Otro proyecto cautivante y paradójicamente no ejecutado, otra utopía realizable de Amancio Williams.

(Las imágenes pertenecen al libro de las obras completas de Amancio Williams y a los croquis de la carta a su hermano, facilitadas por su hijo, Claudio Williams curador del archivo de la familia.)


REFERENCIAS
1 WILLIAMS A. en video film. La ciudad que necesita la humanidad. Universidad de Belgrano. Bs. As. 1989
2 MIRALLES Enric. Enric Miralles en Buenos Aires. Buenos Aires. Revista Arquitectura Digital N. 9 marzo 2001 p. 52
3 WILLIAMS A. Carta a su hermano Mario. Buenos Aires 9 de diciembre de 1943. Material cedido por su hijo Claudio Williams en junio de 2003.
4 Ibidem.
5 WILLIAMS C. (dirección) Amancio Williams. Obra completa Archivo A.W. Buenos Aires. 1990
6 CAVERI C. Mirar desde aquí o La visión oscura de la arquitectura. Edit. SynTaxis Buenos Aires 2001
7 SILVETTI. Jorge. Aires de la pampa. Introducción al catalogo Amancio Williams, exposición en Gund Hall Gallery. Harvard University. 1987
8 WILLIAMS A. Carta a su hermano Mario. Buenos Aires 9 de diciembre de 1943. Material cedido por su hijo Claudio Williams en junio de 2003.
9 Ibidem.
10 Ibidem.
11 FERNANDEZ R. El rigor del proyecto moderno. Comentarios sobre la obra de Amancio Williams. Revista Pasajes N°1 Centro de Estudios A.W. U.B.A FADU Bs. As. 2000
12 FERNÁNDEZ R. “Las lógicas del proyecto. Revisión critica de procedimientos proyectuales contemporáneos” versión del Seminario dictado en Mar del Plata UNMdP. FAUD. 2000 publicado mas tarde como libro por la Facultad de Arquitectura de Montevideo Uruguay.
13 WILLIAMS A. Carta a su hermano Mario. Buenos Aires 9 de diciembre de 1943. Material cedido por su hijo Claudio Williams en junio de 2003.
14 Ibidem.



Fuentes:
Tesis: “La utopía en el sur. La búsqueda e la ciudad ideal en los proyectos de Sérgio Bernardes y Amancio Williams”. por Pablo Mastropasqua / Arquitecto Universidad Nacional de Mar del Plata 1995 / Magíster en Urbanismo por la Universidad Federal de Río de Janeiro 2003. / Doctorando en Historia del arte y la arquitectura en Iberoamérica Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España. 2004 / Docente de Historia de la Arquitectura y Pensamiento Contemporáneo nivel 1 a 4 UNMdP. FAUD. /Investigador categorizado. Grupo: Historia ambiental de la arquitectura moderna. / Especialista contratado por la empresa Construcciones La Plata SA. para la dirección de los trabajos de la primera etapa puesta en valor. Casa del Puente.

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