La historia de la ciudad y de su entorno se puede contar con fotos. Todas las que se pueden ver son recopiladas de distintos lugares de la ciudad y su zona de influencia... Queremos que esta documentación fortalezca la identidad marplatense.
miércoles, 1 de enero de 2020
AUTOMOVILES MARPLATENSES BRAMA
Es fácil, eso lo podemos
hacer nosotros”, fue la primera reacción de los cinco estudiantes de Ingeniería
que descubrieron, estacionado en la vereda del Hotel Provincial, un buggy
Puelche. Así empezó la aventura de estos chicos que a principios de la década
del ’70 crearon la primera y única fábrica de autos de Mar del Plata, que llegó
a vender 300 buggys por todo el país, una aventura que el Rodrigazo acabó sin
piedad.
Automovil
de construcción marplatense marca "BRAMA" en la playa. Decada del 70.
Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
Casi
cincuenta años después, alrededor de una mesa con picada y vino, Horacio
Lenzetti, Daniel Salvatore, Alberto Sastre y Horacio Siringo reconstruyen
aquella historia como un rompecabezas. Los cuatro, junto a Juan José Suárez
-fallecido hace algunos años-, fueron los creadores del buggy Brama, 1ª fábrica
marplatense de automóviles sport, como dice el slogan de las viejas
publicaciones que aún guardan.
Automovil de construcción marplatense "BRAMA". Decada del 70. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
En
el rompecabezas hay piezas que no encajan. Algunos dicen que aquella tarde de
verano donde se cruzaron con el Puelche fue en el ’69. Otros creen que fue más
acá y arriesgan 1971. Lo concreto fue que después de aquel día decidieron
“hacer algo juntos” y se pusieron una meta que para cinco estudiantes que no
tenían “un peso partido por la mitad” resultaba ambiciosa: “La idea era hacer
cinco autos, uno para cada uno”, dice Sastre, el anfitrión del reencuentro.
Para
poder arrancar necesitaban un auto al que sacarle el motor y poder usarlo. Con
ayuda del padre de Siringo pudieron comprar un Renault Dauphine volcado que
comenzaron a desarmar en el quincho de Siringo. Rápidamente se dieron cuenta de
que necesitaban instalaciones más cómodas.Y pensaron que la
Facultad de Ingeniería, donde pasaban buena parte de sus
días, podía ser ideal.
Los creadores del buggy Brama. Decada del 70. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
Pidieron
autorización a Héctor Dall'o, el decano, para poder usar las instalaciones de
Juan B. Justo y Pampa y las herramientas que disponía el lugar. “Habíamos hecho
un trabajo ad honorem para la facultad y nos habían felicitado. Por eso nos
animamos a hacer algo juntos y por eso también nos permitieron hacerlo ahí”,
recuerda Salvatore. “Nos dejaron porque era enero y no había nadie”, acota
Sastre.
El
trabajo se dividió en dos: tenían que desarrollar el chasis y resolver el
diseño del buggy. “Queríamos hacer algo como el Puelche, pero no tan feo”, recuerda
Salvatore que, de todos, era el que mayor aptitud tenía para el dibujo. Fue él,
entonces, el encargado de diseñar la carrocería del futuro auto, aunque todos
opinaban. “Hicimos 9 veces la trompa”, dice Lenzetti.
Unos de los primeros bosquejos de la carrocería del buggy Brama. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
El objetivo que tenían
era crear un auto del que fuera fácil conseguir repuestos. “Pretendíamos que si
se rompía en Salta se pudiera ir a cualquier casa de repuestos y conseguir lo
que hiciera falta”, explican. Así empezaron a imaginarlo y llevaron aquel
dibujo a un modelo de yeso.
El
chasis fue complejo. Armaron el primero con hierros y soldaduras por todos
lados. “Pudimos llegar a probarlo, pero pesaba un montón”, recuerda Sastre. Una
noche, Suárez y Lenzetti se quedaron trabajando con la misión de resolverlo.
Cerca de las 3 de la mañana Lenzetti se rindió y Suárez quedó trabajando solo.
“Desarmó un montón de lapiceras que tenían los tanques de tinta hechos de
bronce y armó un chasis a escala con esos tubitos. A las 7 de la mañana tocó el
timbre de mi casa y me dijo: ‘Este es el chasis’. Se había quedado toda la
noche trabajando y lo resolvió”, recuerda Lenzetti.
"Muchachos se tienen que ir"
Llegó
marzo y la facultad de Ingeniería recuperó su actividad normal. “Muchachos, se
tienen que ir de acá”, les dijo el decano. ¿A dónde? Se preguntaron los cinco.
Comenzaron a buscar alternativas, pero tenían un problema: ninguno tenía plata
para pagar un alquiler. La solución que hallaron fue inmejorable. El papá de
Lenzetti se había cruzado con los hermanos Quique y Jorge Mena, a quienes les
contó sobre el proyecto de su hijo y sus amigos. Ellos tenían un galpón y una
ventaja: Quique Mena era un genio para trabajar el plástico y hacer matrices,
una técnica que ninguno de ellos dominaba.
Los creadores del buggy Brama probando la estructura portante del automovil. Decada del 70. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
Les
ofreció el lugar sin pedirle dinero a cambio, solo que le permitieran realizar
la matriz del Brama. Así, todo el proyecto se trasladó al galpón de San Luis
3250. Los Mena conocían a mucha gente que pasaba por su taller. A todos les
mostraban el auto que construían “estos locos”. Hasta que uno de los
visitantes, “Bocha” Fulco, redobló la apuesta: “Quiero uno, yo se los compro”,
les dijo y les dio la plata para construirlo.
“Con esa plata pudimos arrancar a comprar los
materiales”, dice Sastre.
Así, en 1972, la idea de cinco chicos de hacerse su
propio auto se convirtió en 4S y L, la primera fábrica marplatense de automóviles
sport. Antes de terminar el primer buggy Brama ya tenían 15 encargados. Por
fin pudieron entregar el primer vehículo terminado, pero le faltaba un detalle:
salían sin techo. “Era algo que no podíamos resolver y a todos los firmábamos
un compromiso de que le íbamos a colocar el techo”, recuerdan. Ese problema
pudieron solucionarlo cuando dieron con un hombre al que le llevaron un pedazo
de chapa con un pedido que sonó casi a súplica: “De acá tiene que salir el
techo del Brama”
Tapa revista Imagen Deportiva. Año 1974. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
“Con
un martillito roñoso, empezó a trabajar la chapa y de ahí salió la matriz del
techo que después replicamos en los autos”, cuenta Siringo. El 30 de agosto de
1972 4SyL registró el modelo del buggy Brama. Con la empresa en marcha y varios
pedidos en carpeta, comenzaron a sumar empleados: Ricardo Errea fue el soldador
y Oscar Marinelli el encargado de realizar toda la instalación eléctrica. Los
dos estuvieron en la noche del reencuentro y también aportaron datos (y
anécdotas) a la reconstrucción de esta historia marplatense.
¿Cuántos pueden hacer?
El
buggy Brama comenzó a sumar adeptos por su atractivo diseño. Tenía una
particularidad para los autos de esa época: sus puertas tenían el sistema alas
de gaviota, se abrían de manera vertical. La empresa ofrecía el vehículo en
tres versiones: dos parar armar y una, llave en mano. “Se lo vendíamos a gente
que tenía talleres mecánicos y le gustaba ese mundo, pero también lo compraban
empresarios, médicos, profesionales”, recuerda Lenzetti.
Entre
los que compraron un buggy Brama estuvieron los Dondero (dueños de Alfajores
Balcarce), los hermanos Moskovsky (dueños de Sacoa), el bioquímico Fares Taie y
el cantante de folclore Roberto Rimoldi Fraga. “Una vez vino Ringo Bonavena,
miró, preguntó, pero nose llevó nada”,
recuerdan. Un fin de semana de 1974, el modelo Brama fue objeto de una cobertura
de la revista Weekend. Hicieron fotos en distintas locaciones de Mar del Plata.
“¿Sabés quién era el fotógrafo? Jorge Fontevecchia, el actual dueño de perfil”,
cuenta Siringo.
Buggy Brama. Decada del 70. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
Los
pedidos se multiplicaban. Les llegaban a la fábrica sobres con varios cheques
para encargarles autos. Un día se animaron y viajaron hasta Buenos Aires, a la
casa central de Renault, para ofrecerles que vendieran el vehículo en sus
concesionarias.
-¿Cuántos
autos por mes pueden hacer?-les preguntó uno de los responsables de la marca
francesa
-Creemos
que podemos llegar a 10 por mes-le respondieron.
-Bueno,
nosotros tenemos 65 sucursales en todo el país, cuando lleguen a ese número nos
llaman.
En
1975 registraron el Brama 2, una nueva versión del buggy que querían sacar a la
venta. La empresa funcionaba, los pedidos se multiplicaban y ya estaban por
alcanzar la marca de 300 autos vendidos en todo el país. “Una vez recibimos un
pedido de Tancacha. Ninguno tenía idea dónde quedaba. Empezamos a revisar los
mapas y por ahí encontramos un puntito en la provincia de Córdoba. Así que
tuvimos que mandar un kit hacia allá”, rememoran.
Agasajos realizados por la revista Week End. En la imagen se destaca el Buggy Brama y tambien se puede ver al lado del intendente al creador del premio Estrella de Mar, el Sr. Luis Enrique Martinez Tecco acompañado por el entonces intendente de Mar del Plata el socialista Luís Nuncio Fabrizio. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
Con
varios pedidos en marcha, en junio de 1975 explotó el Rodrigazo, el plan del
ministro de Economía de Isabel Perón, Celestino Rodríguez, destrozó a los
comerciantes. “Con el pago del 50% del auto nosotros congelábamos el precio. Y
ese fue nuestro error”, recuerdan ahora los ex socios. Un día fueron al lugar
donde compraban los hierros para montar los chasis y el dueño les dijo que no
tenía más. “Prueben acá a la vuelta que ellos tienen”, les recomendó. “Cuando
fuimos valían cuatro veces más de lo que nosotros lo pagábamos. Y la resina
directamente no la pudimos conseguir más”, confiesan.
Con
ese marco, empezaron los problemas y el proyectó se cayó a pedazos. Habían
llegado a contratar 11 empleados en su mejor momento y ahora tenían que dar
marcha atrás. Los juntaron a todos y les explicaron que no tenían para pagar
las indemnizaciones que correspondían. Fueron a ver al secretario general de
Smata en Mar del Plata, Roque Di Caprio. Le contaron la situación y él
intervino. “Muchachos, esta gente no puede más, no tiene. Agarren el 50% de la
indemnización que les ofrecen y dense la mano”, les sugirió a los empleados.
Todos siguieron el consejo y muchos de ellos mantuvieron una fuerte amistad
incluso hasta hoy.
Horacio
Lenzetti, Daniel Salvatore, Alberto Sastre y Horacio Siringo reconstruyen
aquella historia como un rompecabezas. Los cuatro, junto a Juan José Suárez
-fallecido hace algunos años. Imagen extraida del sitio 0223. Gentileza Mariano Suárez
El Buggy Brama durante uno de los momentos de la pelicula de los Superagentes. Imagen extraida de la pelicula de los Superagentes
Detalles de uno de los últimos modelos Brama existentes. Imagen extraida de Mercado Libre
Detalles de uno de los últimos modelos Brama existentes. Imagen extraida de Mercado Libre
Detalles de uno de los últimos modelos Brama existentes. Imagen extraida de Mercado Libre
Detalles de uno de los últimos modelos Brama existentes. Imagen extraida de Mercado Libre
Detalles de uno de los últimos modelos Brama existentes. Imagen extraida de Mercado Libre
Un
día un productor cinematográfico llegó hasta la fábrica. "Me dijeron que
ustedes son los que hacen el buggy Brama. Necesitamos uno para hacerlo
explotar", les dijo. Se miraron sorprendidos. El plan era que formara
parte de la segunda película de la saga protagonizada por Ricardo Bauleo,
Víctor Bo y Julio De Grazia.
En Los Superagentes y el tesoro maldito se vio una
persecución en Mar del Plata que termina en las playas de Acantilados. Allí,
los villanos persiguen en los buggys a Tiburón, Delfín y Mojarrita y antes de
que los alcancen un cañonazo explota el Brama. Nos acordamos que teníamos una
matriz tirada en el rincón de la fábrica y les vendimos esa para que la
utilicen", cuentan. La "fama" llegó tarde: el proyecto Brama ya
no tenía salvación.
Buggy Brama en la pelicula de Los Superagentes
video gentileza Mariano Suarez
En
tres años, esa “idea de chicos” se construyó en un proyecto inédito en Mar del
Plata que creció y se derrumbó. Con un vaso lleno, los seis protagonistas del
reencuentro brindan y se ríen de las incontables anécdotas que complementan la
historia.
-¿Llegaron a hacer plata?
-No.
Arrancamos sin nada, pudimos crecer y cuando se derrumbó todo nos gastamos la
plata en las indemnizaciones. Lo único que nos quedó fue un Brama a cada uno.
Buggy Brama. Video gentileza Alejandro Gravier
Cabe destacar que Horacio
Pagani –el prestigioso diseñardor de autos de la firma firma Pagani Automobili-
viajó en 1972 a Mar del Plata para comprarle a Juan José Suárez, Horacio
Lenzetti, Daniel Salvatore, Alberto Sastre y Horacio Siringo la carrocería de
plástico del buggy para ensamblarlo con otro vehículo.
El buggy que Pagani ensambló con la carrocería del "Brama" marplatense (Pagani.com)
En su coqueta página web
oficial, este hecho aparece destacado con la siguiente reseña: "Antes de
terminar el bachillerato, Horacio tuvo la oportunidad de construir con sus
propias manos un vehículo de cuatro ruedas. De hecho, una empresa de Mar del
Plata ofreció un kit de carrocería de plástico, reforzado con fibra de vidrio,
para adaptarlo al bastidor de otro automóvil: en Argentina, el vehículo se
conocía como Dune-Buggie. Horacio fue inmediatamente capturado por el nuevo
desafío".
"Ese buggy en
realidad no lo fabriqué, sino que desarmé un Renault que estaba mal, saqué
todas las partes, y después compré la carrocería acá en Mar del Plata y después
lo monté todo", añadió.
La memoria no le falló a
Pagani tampoco al recordar dónde estaba ubicado el taller de los marplatenses:
"Y la fábrica
estaba en avenida Juan B. Justo. Estaba muy bien hecho", expresó.
Y es cierto:
"4SyL", la primera fábrica marplatense de automóviles sport, tenía su
espacio en la sede de la Facultad de Ingeniería, sobre la mencionada avenida y
la calle La Pampa. Después de aquel contacto con Mar del Plata, Horacio Pagani
no paró de crecer en su carrera. Un concurso ganado al
presentar la creación de un Motorhome, el premio entregado por el gran Orestes
Berta, el contacto con Juan Manuel Fangio, las cartas de recomendación del
"Chueco" para Ferrari y otras firmas; el viaje de Casilda a Italia
durmiendo en un camping con su esposa, el trabajo de menor a mayor en
Lamborghini, la creación de Modena Design y luego Pagani Automobili.
Horacio Pagani. tras
participar del homenaje a Juan Manuel Fangio, el santafecino que diseña y
fabrica súper autos deportivos recordó ante 0223 su viaje a Mar del Plata en
1972 para comprarle a cinco jóvenes ingenieros de la ciudad la carrocería de su
primer vehículo ensamblado. Imagen gentileza de 0223
Lujos, millones,
reconocimientos, historia. El proyecto "Brama" marplatense sucumbió
ante uno de los tantos avatares económicos argentinos. Que hoy, casi 50 años
después, uno de los grandes diseñadores de la historia del automovilismo con
total humildad los reconozca, aparece como un maravilloso acto de justicia.
Fuentes:
Brama,
el plan de 5 amigos para hacerse un auto que se convirtió en un proyecto
inédito en Mar del Plata- Nota extraida del sitio digital 0223. por Mariano
Suárez.
Cómo tantos soñadores que con el coraje y una idea se lanzaron a hacerla realidad,que pena que cuándo lo lograron,los quebró el Rodrigazo como a tantos.
Una historia genial!
ResponderEliminarQué querían? Un Brama cada uno.
Y así terminó, más la experiencia, amistad y aventura!
Cómo tantos soñadores que con el coraje y una idea se lanzaron a hacerla realidad,que pena que cuándo lo lograron,los quebró el Rodrigazo como a tantos.
ResponderEliminarMuy linda historia y que por culpa de la economía, terminó de la forma que presagiaban antes del Rodrigazo !!
ResponderEliminarExtraordinaria la aventura de estos 5 amigos,lástima la forma en que llego su final.-
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