Cumbre del S20. Año 2018 |
Es
muy difícil definir a una persona que ha cosechado a lo largo de su vida,
tantos éxitos como el Dr Roberto J. J. Williams. Es uno de los científicos mas
importantes de nuestra ciudad, con mas de 40 años de trayectoria, reconocido en
los ámbitos académicos nacionales e internacionales, con un currículum tan extenso que en la
actualidad supera las 35 páginas, quien ha recibido premios a la investigación
tan prestigiosos como el premio Bernardo Houssay o la Distinción Investigador
de la Nación Argentina por nombrar algunos de los mas conocidos.. Es Miembro
Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales como así también de la Academia Nacional de Ingeniería. Y ha
publicado aparte de tres libros, mas de 200 trabajos de investigación los
cuales son citados en innumerables tesis académicas.
Roberto Juan Jose Williams |
Además, fue el fundador del INTEMA (Instituto de Investigaciones en
Ciencia y Tecnología de Materiales), espacio que ha permitido desarrollar a
muchos investigadores de nuestra ciudad y del exterior, transformando a Mar del
Plata es un centro importante de formación de recursos humanos, investigaciones
y desarrollos tecnológicos en el área de materiales. Y como si esto fuera
poco, le ha quedado tiempo para formar
una familia con cuatro hijos profesionales los cuales triunfan a su vez en
distintos espacios de nuestra ciudad y el mundo. Dado que escribió una
autobiografía donde relata su vida en primera persona y con un estilo muy
coloquial, quien suscribe decidió mostrar dicho trabajo para reflejar un camino
lleno de realizaciones. Por lo tanto, conozcamos en detalle la trayectoria de
este pionero de la investigación marplatense.
UN INSTITUTO DE MATERIALES EN MAR DEL
PLATA
1. Gales, Los Williams y los
ferrocarriles
Siempre tuve inquietud en rastrear la rama de los Williams de la que desciendo. La única referencia provenía de mi abuelo paterno, Roberto Owen, quien en mi niñez me había dado dos nombres como pueblos de origen de sus padres: Ffestiniog y Bethesda, ambos ubicados en el norte de Gales. Esta información la mantuve codificada en mi memoria hasta que decidí rastrearla. Con mi hija María Florencia buscamos censos y archivos de todo tipo y pudimos ubicar a mi bisabuelo paterno, William John Williams, nacido en 1857 en Blaneau-Ffestiniog. Este es un pequeño pueblo ubicado en el norte del país de Gales, en la región de Gwynedd dentro del parque nacional de Snowdonia. Está dominado por un paisaje de colinas que han sido perforadas para extraer lajas de piedra negra (“slate”) que se usaron como tejas para techar las casas de buena parte de Gran Bretaña y otros países de Europa desde el siglo 19 hasta comienzos del 20.
Blaenau Ffestiniog, Duffws Station, Gales. Año1901 |
Blaenau Ffestiniog, Church Street, Gales. Año 1901 |
Los padres de Roberto Williams: Roberto Esteban (“Bobby”) Williams (1ero der.) y Aurora Améndola (4ta der.) circa 1950 |
El 14 de mayo de 1884 se casó en la Iglesia Prebisteriana de San Andrés en Buenos Aires (La iglesia estaba en la Avenida de Mayo y fue demolida cuando se hizo su ensanchamiento; actualmente está en Av. Belgrano 575, barrio de Montserrat, donde se conserva el acta de matrimonio), con Rebecca Wynne, nacida en Llanllechid, Bethesda (Gales). La pareja se radicó en la ciudad de Las Flores (Provincia de Buenos Aires). Allí nació mi abuelo, Roberto Owen, quien trabajó toda su vida en el ferrocarril, viviendo en distintas localidades del interior del país. Mi padre, Roberto Esteban (“Bobby”), nació en Ingeniero White (Bahía Blanca) y trabajó como administrativo en las oficinas del ferrocarril ubicadas en Barracas (Ciudad de Buenos Aires). Allí, onoció a mi madre, Aurora Améndola (mi rama napolitana), quien también trabajaba en esas oficinas. Así es como el ferrocarril determinó mi presencia en este mundo.
2.
La Plata: De la escuela primaria a la Universidad
Desconozco la razón del cambio de rubro del ferrocarril a la industria frigorífica que llevó a mi padre a aceptar un trabajo como empleado del frigorífico Swift ubicado en la localidad de Berisso (cercana a La Plata). Supongo que un conocimiento elemental del idioma inglés habrá tenido alguna influencia, así como el hecho de que ferrocarriles, carne y Gran Bretaña formaban una trilogía. Mis padres se radicaron, entonces, en La Plata, mi lugar de nacimiento el 30 de julio de 1947 (mayor de 4 hermanos, seguido por Mónica, Carlos y Patricia).
Roberto Juan José Williams. Ciudad de La Plata. Año 1948 |
Roberto Juan José Williams. Ciudad de La Plata. Año 1949 |
Roberto Juan José Williams con su madre Aurora Améndola. Año 1951 |
Roberto Williams con su tio. Año 1952 |
Roberto Juan José Williams (2da fila - 3ro a la izq.) en la escuela primaria cuando cursaba el segundo grado "A" en la Escuela Anexa. Año 1955 |
Roberto Juan José Williams (2do a la der.) con amigos. Año 1963 |
A pesar de que el dinero no sobraba, para mis padres la educación universitaria que ellos no habían tenido, era innegociable. En el Colegio Nacional había adquirido el gusto por la Física, las Matemáticas y la Química, así que claramente, mi interés estaba ligado a las Ingenierías y a las Ciencias Exactas. Por otra parte, durante el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962) hubo un importante desarrollo de la industria química y petroquímica, hecho que, de alguna manera determinó que, de todas las ingenierías me inclinara por la ingeniería química, a la que veía como un campo apasionante para desarrollar la profesión. Pero el diablo metió la cola.
Carnet de Educación Fisica de Roberto Williams - Universidad Nacional de la Plata Año 1959 |
Carnet de Educación Fisica de Roberto Williams - Universidad Nacional de la Plata Año 1958 |
No recuerdo cómo apareció en escena la posibilidad de estudiar una prima hermana de la ingeniería química: la licenciatura en química (orientación tecnología química). Esta era una carrera que compartía varias asignaturas con la ingeniería química, pero tenía una mayor carga en las matemáticas, las químicas y las químicas industriales. El precio era un año más en el plan de estudios. Decidí devolver el año que le había robado al colegio secundario y me encaminé a la entonces, Facultad de Química y Farmacia ubicada atrás de la Facultad de Ingeniería. En 1969 me recibí de Licenciado en Ciencias Químicas (orientación tecnología química).
Roberto Juan Jose Williams. Año 1965 |
La
dedicación al estudio de estos años fue alternada con varios viajes de mochileros
al sur con un grupo de amigos, a
la práctica de deportes federados
(básquet en el club Universitario) y libres (fútbol en cualquier
ocasión propicia) y a seguir a Estudiantes en su época más gloriosa: en 1967, 4 a 3 contra Platense en
la cancha de
Boca, 3 a
0 a Racing
en cancha de San Lorenzo y primer campeonato de un equipo chico en la
historia (Isabelita la esposa de Perón
vino a Boedo
para ver al
campeón...). A esto le siguieron 3 Copas Libertadores (una
4ta en 2009)
y varios campeonatos
nacionales. La gloria
fue la obtención
de la Copa
Intercontinental 1968, empatándole 1 a 1 al Manchester United en el mítico Old
Trafford. Para un hincha de Boca o River, esto no sería
tan importante. Pero mi
viejo me llevaba
a ver a Estudiantes desde que tenía 6 años
y, como todo equipo chico, perdíamos
más de lo que ganábamos (sobre
todo de visitantes).
Así que de repente, obtener la
Copa Intercontinental fue tocar el cielo con las manos.
3.
El Doctorado en La Plata
Durante el
último año de
la carrera, había
recibido ofertas interesantes
para desarrollar una
carrera profesional en
la industria química.
Pero llegaron tarde
porque ya me
había picado el bichito de la investigación. Así que, por algo así como
un 20 % del sueldo de la industria, acepté
una beca de
iniciación del CONICET para hacer una tesis doctoral en el
Departamento de Tecnología Química, bajo la dirección del Dr. Roberto E.
Cunningham. El tema fue la cinética
de reacciones entre
un sólido y
un gas, tema
que involucraba conceptos de
fenómenos de transporte asociados con reacciones químicas. Cunningham
fue una de
esas personas a
las que llamamos
maestros.
Había renunciado
a su cargo
de Profesor de
la UBA luego
de la noche
de los bastones
largos y aceptó
un cargo de
Profesor Titular en
La Plata. Se destacaba por la claridad
con que enseñaba los conceptos básicos del diseño de reactores y
la orientación precisa que daba a sus trabajos de investigación. Pero también
me acercaba libros de historia de las
ciencias (recuerdo un excelente libro, Los Sonámbulos
escrito por Arthur Koestler, sobre el
origen y desarrollo de la
cosmología). Y era, como su tesista, fanático de Estudiantes de La Plata (en
una época escribió crónicas
de partidos de 1era B, en la revista El Gráfico).
Viajes de mochilero al sur con un grupo de amigos. Año 1967 |
El
Departamento de Tecnología Química tuvo
una época de brillo en esos años (a pesar de funcionar en el sótano de la Facultad). Su
director, el Dr. Jorge J. Ronco, es considerado como el principal impulsor de las investigaciones
en Ingeniería/Tecnología Química en
el país.
Organizó y dirigió
la Asociación Argentina de investigadores
en Ciencias de la Ingeniería Química
y Química Aplicada,
que realizaba congresos
periódicos y editaba una
revista (se continúa
actualmente como Latin American Applied Research y se edita en Bahía
Blanca). Ronco trajo a la Facultad investigadores de primer nivel en la especialidad, a quienes conocíamos por sus libros.
Estos profesores
daban cursos y conferencias en La Plata y otras ciudades donde se desarrollaban investigaciones en Ingeniería Química. Esto contribuyó a
aumentar el nivel
de los trabajos locales y fue el nexo para que algunos de los jóvenes doctores hicieran investigaciones posdoctorales
en el exterior. En
esos años seguí
jugando al básquet
y al fútbol. Armamos un equipo inolvidable
en la Facultad (Alerón), con
el que ganamos
tres campeonatos internos consecutivos.
Defendí mi tesis doctoral en 1972 (el
jurado externo fue el Dr. José
Parera, un prestigioso investigador
de la Universidad
Nacional del Litoral en el área de catálisis). Luego de la
beca de iniciación del CONICET,
gané un cargo de Jefe
de Trabajos Prácticos DE (desde 1966 me había desempeñado como docente auxiliar en diversas asignaturas) y ya doctorado, comencé a escribir con Cunningham un libro sobre difusión en gases, que
tras muchas idas y vueltas fue
publicado muchos años después (Cunningham
y Williams, 1980). Este libro
recibió un alto número de citas desde su aparición. Entre 1970 y 1973, la situación en la Argentina presagiaba la
tragedia que se desataría al poco tiempo. Perón, Evita, la patria peronista
contra Perón, Evita, la
patria socialista. La
policía entraba a
la Facultad y
tiraba gases lacrimógenos.
Un día tuvimos
que escapar por
un portón de
seguridad ubicado en el sótano (A la policía le quedan dos caminos, unirse
con el pueblo o ser sus asesinos...). En 1971 me casé
con Graciela Alluisetti, a quien
conocí en la Facultad, y en 1973 nació nuestro
primer hijo (Federico). En esa
época de atentados y muertes, partimos juntos al exterior.
4.
El Posdoctorado en Francia
Con una beca externa del
CONICET, entre 1973 y 1975, realicé
un trabajo posdoctoral en el Instituto
Nacional de Ciencias
Aplicadas (INSA), ubicado
en Villeurbanne (pegada a Lyon), Francia.
Trabajé con el
Profesor Bernard Claudel
en el estudio de fenómenos de emisión luminosa durante
reacciones catalíticas. Descubrimos un sistema en el que la velocidad de
emisión de fotones coincidía con la velocidad de la reacción catalítica, lo que indicaba
que el fotón se emitía en el paso que controlaba la velocidad de
reacción global (Breysse y col., 1976). Durante décadas,
este trabajo pasó casi desapercibido en la literatura. Pero mágicamente, pasó a ser muy citado en los
últimos 10 años en una variedad de campos disciplinarios. Después de
los sucesos del 68’ francés,
la vida en Lyon
era sumamente tranquila en
contraste notorio con lo que pasaba en Argentina. En esa época hicimos varios
amigos, con quienes
conservamos esa vieja
amistad hasta el presente. Uno de ellos, Henry Sautereau, quien estaba haciendo
su tesis doctoral en el mismo laboratorio, determinó más adelante y en forma
totalmente fortuita, el curso de
mis trabajos de investigación en
Mar del Plata. Pero esto lo describiré más adelante.
El Dr. Roberto Juan José Williams. Decada del 70 |
5.
La Plata en 1975 y el Rodrigazo
Elegimos el
peor momento para
volver al país. Cada noche veíamos por
televisión imágenes de la Plaza
de Mayo con una manifestación de
algunos gremios que, al grito de gracias Isabel, agradecía a la
Presidente aumentos descomunales (orden del 200% o más) que les permitían
capear parcialmente la hiperinflación en
curso. Como siempre, los empleados estatales pagábamos el costo de la fiesta.
Mi sueldo como Jefe de Trabajos Prácticos DE no llegaba a los 100 dólares de la
época con lo que pasamos del oasis francés al infierno argentino.
En La Plata, todos los días había bombas, tiros y muertos. La triple A actuaba en forma impune y las distintas organizaciones guerrilleras escalaban sus acciones. Mi hermano Carlos integra la nómina de rugbiers platenses desaparecidos después del golpe militar del 76’. En este marco y a los 28 años, recibí una oferta de la entonces Universidad Provincial de Mar del Plata, para ocupar un cargo de Profesor Titular DE en el Departamento de Ingeniería Química. Por un lado, mis cálculos estimaban que con ese sueldo podríamos apostar a llegar a fin de mes. Por otra parte, esto suponía un desafío mayúsculo consistente en desarrollar un grupo de investigación a partir de la nada (o casi).
En La Plata, todos los días había bombas, tiros y muertos. La triple A actuaba en forma impune y las distintas organizaciones guerrilleras escalaban sus acciones. Mi hermano Carlos integra la nómina de rugbiers platenses desaparecidos después del golpe militar del 76’. En este marco y a los 28 años, recibí una oferta de la entonces Universidad Provincial de Mar del Plata, para ocupar un cargo de Profesor Titular DE en el Departamento de Ingeniería Química. Por un lado, mis cálculos estimaban que con ese sueldo podríamos apostar a llegar a fin de mes. Por otra parte, esto suponía un desafío mayúsculo consistente en desarrollar un grupo de investigación a partir de la nada (o casi).
6.
Los primeros años en Mar del Plata
A fines
del 75’ firmé
mi contrato con la Universidad
Provincial de Mar del Plata,
para comenzar el
1º de abril
de 1976. El
entonces Decano de
la Facultad de Ingeniería me
recibió en su despacho
con un cuadro a sus espaldas, de Isabel con la banda
presidencial. Cuando me
incorporé en 1976,
una lámina de San
Martín había sido pegada sobre el cuadro. En
ese tiempo dedicaba
muchas horas a la docencia
(dictaba las Operaciones de Transferencia de Masa y algunos temas de Ingeniería
de Procesos). Pero en paralelo comenzaba a
pensar en una
línea de investigación a desarrollar en Mar del Plata.
Está claro que no podía relacionarse con
los temas de mi pos-doctorado
en Francia, porque no tenía el equipamiento mínimo para comenzar. Recuerdo que
en esos años recibimos una visita de miembros del Directorio de la Comisión de
Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, interesados en
desarrollar las Ciencias Exactas en Mar del Plata.
Cómo no existía esa Facultad en aquel entonces, el Departamento de Ingeniería Química, del que ejercía su dirección, era el interlocutor válido para el desarrollo de la Química. El resultado se plasmó en algún tiempo en la creación de esa Facultad, la creación de la Licenciatura en Química y un muy importante subsidio para la compra de equipamiento científico. De estas reuniones me quedó grabada una sugerencia: nos decían que debíamos dedicarnos a investigar en temas regionales. Implícitamente, esto significaba que los temas centrales debían ser investigados en Buenos Aires y otras grandes ciudades. El resto del país debía dedicarse a los problemas regionales. Pero, ¿Por qué debía excluirse la elección de un tema central?
Cómo no existía esa Facultad en aquel entonces, el Departamento de Ingeniería Química, del que ejercía su dirección, era el interlocutor válido para el desarrollo de la Química. El resultado se plasmó en algún tiempo en la creación de esa Facultad, la creación de la Licenciatura en Química y un muy importante subsidio para la compra de equipamiento científico. De estas reuniones me quedó grabada una sugerencia: nos decían que debíamos dedicarnos a investigar en temas regionales. Implícitamente, esto significaba que los temas centrales debían ser investigados en Buenos Aires y otras grandes ciudades. El resto del país debía dedicarse a los problemas regionales. Pero, ¿Por qué debía excluirse la elección de un tema central?
Roberto Juan Jose Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 70 |
Roberto Juan Jose Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 70 |
A
fines de 1975 habíamos comenzado a discutir posibles áreas de
investigación a desarrollar
en Mar del Plata, junto con el Dr. Julio Borrajo,
quien también dejó La Plata y se integró al Departamento de Ingeniería Química
en Mar del Plata. En estas conversaciones surgió
que un área de gran interés y de muy poco desarrollo
en los centros de investigación del país,
eran los polímeros (materiales plásticos, adhesivos,
pinturas, recubrimientos, materiales
compuestos, etc.). Pero subsistía el
problema de la falta de
equipamiento.¿Cómo íbamos a investigar algo sobre los polímeros sin
tener equipamiento de caracterización de distribución de masas
molares o de comportamiento reológico, entre otras técnicas imprescindibles?
Aquí formulamos la pregunta en sentido inverso: ¿Cuáles son los polímeros que no requieren estas técnicas de caracterización? La respuesta fue: los polímeros termo rígidos (redes poliméricas). Estas redes se forman por reacción química entre uno o más reactivos (monómeros), uno de los cuales tiene al menos 3 sitios para reaccionar. El producto de reacción es una red entrecruzada tridimensional de muy difícil caracterización. Ejemplos de estos polímeros son las resinas fenólicas, los poliéster insaturados y las resinas epoxi. Desde esta decisión, estas familias de polímeros pasaron a ser el foco de nuestros primeros trabajos de investigación. En 1977, a los 30 años, ingresé a la Carrera de Investigador del CONICET en la clase independiente.
Aquí formulamos la pregunta en sentido inverso: ¿Cuáles son los polímeros que no requieren estas técnicas de caracterización? La respuesta fue: los polímeros termo rígidos (redes poliméricas). Estas redes se forman por reacción química entre uno o más reactivos (monómeros), uno de los cuales tiene al menos 3 sitios para reaccionar. El producto de reacción es una red entrecruzada tridimensional de muy difícil caracterización. Ejemplos de estos polímeros son las resinas fenólicas, los poliéster insaturados y las resinas epoxi. Desde esta decisión, estas familias de polímeros pasaron a ser el foco de nuestros primeros trabajos de investigación. En 1977, a los 30 años, ingresé a la Carrera de Investigador del CONICET en la clase independiente.
Así que debía empezar a dirigir becarios y a
publicar. Algunos de los
trabajos realizados en este período son
los que recuerdo con más cariño de toda
mi carrera en la investigación. Fueron hechos con muy escasos recursos. Reseño
algunos de ellos a modo de ejemplos. La cinética
de la reacción de polimerización que conduce a un polímero termorrígido
puede seguirse mediante calorimetría
diferencial dinámica (DSC en sus siglas en
inglés). A fines
de los 70’ no era común encontrar estos equipos en laboratorios de investigación del país.
Por supuesto, tampoco los teníamos en Mar del Plata. Lo que hicimos fue desarrollar
un dispositivo casero muy simple que permitía obtener la información necesaria.
Pasábamos una corriente eléctrica por un alambre sumergido en la masa de
monómeros y medíamos la elevación de
temperatura con una termo-cupla
ubicada en su
superficie. La elevación de temperatura
surgía de un
balance entre el calor generado por la
fuente eléctrica, el
generado por la reacción química y la difusión
térmica hacia el
interior del material.
Después que la
reacción química se completaba y el material se enfriaba, repetíamos
el ensayo en el que el calor generado por la fuente
eléctrica difundía alejándose
de la fuente.
Roberto Juan Jose Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 70 |
Roberto Juan Jose Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 70 |
Roberto Juan Jose Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 70 |
Este es el típico método de la sonda calefactora que se usa para determinar la difusividad térmica de un material. Usando un balance diferencial de energía y los valores experimentales obtenidos en ambos ensayos, accedíamos a información sobre la cinética y el calor de polimerización. Empleando polvos de moldeo fenólicos y resinas poliéster insaturadas, obtuvimos curvas y valores comparables a los que se obtenían con un DSC comercial. Escribimos un trabajo y lo enviamos a publicar a una revista de difusión internacional. La respuesta del editor fue que el trabajo parecía correcto pero que era totalmente inservible porque esas determinaciones se hacían con precisión con un DSC. Lo publicamos entonces en una revista de difusión regional (Cuadrado y Williams, 1981). Por supuesto, el trabajo tuvo muy poco impacto. Curiosamente, unos 15 años después recibí un pedido del trabajo por parte de un investigador de una pequeña Universidad de Colombia, en el que contaba que pensaba utilizar esta técnica casera porque no tenía acceso a un DSC.
Otra
línea de trabajo estuvo centrada en el
modelado teórico de la
reacción de polimerización en moldes y la comprobación experimental de los
perfiles de temperatura
generados. En ese
momento sólo teníamos acceso
limitado a una pequeña computadora Wang
(hoy sería de
juguete), sin impresora, por lo que teníamos
que ir copiando la información de la pantalla. A
veces accedíamos a una computadora del Instituto de Desarrollo Pesquero
(INIDEP) que funcionaba con cintas perforadas. Con esas limitaciones publicamos varios trabajos en revistas de difusión internacional y
empezamos a interactuar con el mundo (Adabbo y
col., 1979; Rojas y col., 1981; Adabbo y Williams, 1982;
Rojas y col., 1982). La situación comenzó
a tornarse más
favorable a principios de la década del 80’. El subsidio de la Comisión
de Investigaciones Científicas
de la Provincia de
Buenos Aires, nos
permitió adquirir nuestro
propio DSC y un espectrofotómetro infrarrojo. Con
este último equipo
pudimos dilucidar algunos pasos de la reacción de entrecruzamiento de
novolacas con hexametilentetramina,
ampliamente usada en la industria (Aranguren y col., 1982).
Un convenio de desarrollo con la empresa ATANOR nos permitió comprar algo de equipamiento menor y empezaron a aparecer pequeños subsidios para erogaciones corrientes. Un trabajo de esos primeros años empezó a ser muy citado (Riccardi y col., 1984). Y recibí una invitación para participar como conferencista plenario en una Gordon Conference sobre Polímeros Termorrígidos, realizada en New Hampshire en 1983. En esta conferencia estaban muchos de los popes mundiales de la especialidad, lo que agregó un fuerte viento de cola a nuestros trabajos de investigación. En estos primeros años marplatenses nacieron 2 nuevos hijos (María Florencia y Roberto Andrés), con los que completamos la familia. En 1982, CONICET me ascendió a Investigador Principal y a fines de 1983 festejamos el retorno de la democracia. Se iniciaba otra etapa.
7. Un Instituto de Materiales en Mar
del Plata
Alrededor de
1977 se había
incorporado al Departamento de Ingeniería Química el Dr. Daniel Löffler,
que venía con un PhD obtenido en Estados Unidos en el área de catálisis. También
padeció las penurias
de no contar
con equipamiento indispensable para
desarrollar sus trabajos
de investigación. Y
también se las arregló para comenzar a hacer algo.
Pero veíamos que
estos esfuerzos aislados no
iban a mover
el amperímetro. En
ese momento, los centros e
institutos del CONICET eran los ricos
de la película
(particularmente los que
accedieron al primer
crédito del BID),
mientras que los
grupos aislados recibíamos
las migas. Había
que generar masa
crítica para formar
un instituto del
CONICET. Claramente no podíamos competir
con los grandes
institutos de Santa Fe, Bahía
Blanca y La Plata dedicados a distintas áreas de la Ingeniería Química. Nuestro
nicho debía ser otro. Qué tienen en común los catalizadores y los polímeros?
Ambos son materiales.
En
esa época había un librito en el que figuraba el listado de Centros, Institutos
y Programas del CONICET. Repasándolo, vimos que no había ninguno dedicado a los
materiales en forma específica (los había dedicados a las pinturas o a los
cerámicos o a los catalizadores pero no a los materiales en forma integral). En
1977 tomamos la decisión: había que crear un Instituto de Materiales en Mar del
Plata. A los 2 grupos del Departamento de Ingeniería Química se agregó un grupo
del Departamento de Mecánica dirigido por el Ing. Héctor Dall’O, que hacía
trabajos de desarrollo en el área de fundiciones ferrosas. También teníamos un
taller de vitroplatia (el responsable viajaba los sábados desde Bahía Blanca) y
facilidades en laboratorios de Química Orgánica y Química Analítica. Y con eso
armamos el primer proyecto del instituto que presenté en CONICET.
El Dr. Roberto Juan José Williams. Decada del 80 |
Como corresponde, permaneció en un cajón mucho tiempo. Varios meses después enviaron un evaluador (Dr. Teodoro Krenkel), quien hizo un informe favorable (probablemente porque había sido uno de mis profesores en La Plata). Pero, inevitablemente, el proyecto volvió al cajón. En paralelo, inicié gestiones ante la propia Universidad. Conseguí que nos hicieran un pequeño edificio de 2 pisos en el espacio que ocupa la Facultad de Ingeniería. En marzo de 1982 se inauguró el INTEMA (Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales), dependiente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
A los 3 grupos originales (Polímeros, Catálisis y Metalurgia) se agregó un grupo de Corrosión (dirigido por la Dra. Susana Rosso de Sánchez) y otro de Soldadura y Fractomecánica (dirigido por el Ing. de Vedia). El INTEMA se conformó con estas 5 divisiones y tuve la responsabilidad de ejercer su dirección desde 1982 a 1986 y luego de 1988 a 1994. El Dr. Löffler fue el director entre 1986 y 1988 (luego se radicó en USA). Desde 1994 al presente, la dirección ha rotado entre distintos investigadores hecho que ha permitido despersonalizar y consolidar totalmente al instituto.¿Pero cómo entró el CONICET en esta historia? Hacia fines de 1981, el expediente salió del cajón. Entiendo que la gestión personal de uno de los miembros del Directorio de ese momento, el Dr. Alfredo Calvelo (también profesor mío en La Plata y con quien trabajé luego como docente auxiliar), tuvo mucho que ver con la reactualización de la solicitud. Probablemente la creación unilateral del INTEMA por la Universidad haya catalizado la firma del convenio con CONICET, que se realizó el 11 de junio de 1982 en una pequeña y triste ceremonia que coincidió con la rendición argentina en Malvinas.
El desarrollo del INTEMA superó cualquier expectativa que pudimos haber tenido al momento de su creación. Al poco tiempo creamos un Magister en Materiales y luego el Doctorado en Ciencia de Materiales, cuyos primeros egresados datan de 1986. Implementamos una política activa de enviar a los primeros becarios a perfeccionarse en el exterior para desarrollar nuevas áreas de investigación. Creamos la carrera de Ingeniería en Materiales en 1991 (primera del país) e incrementamos notablemente los contratos con empresas de la región, el país y el exterior. Hoy Mar del Plata es un centro importante de formación de recursos humanos, investigaciones y desarrollos tecnológicos en el área de materiales. El origen no fue una política de estado sino una decisión tomada en una mesa de café y desarrollada luego con perseverancia por múltiples actores.
8. La cooperación Asado-Beaujolais
En
los primeros años de los 80’
comenzamos a trabajar en un tema de frontera en ese entonces, relacionado con
los procesos de separación de fases inducidos por una reacción de
polimerización. Estos procesos permiten generar una fase dispersa en una matriz
polimérica, lo que otorga propiedades relevantes al material final. Por
ejemplo, aumento de su tenacidad, transparencia variable por acción de la
temperatura o por un campo eléctrico, aumento de la procesabilidad de la
formulación, etc. Nuestro enfoque estaba basado fundamentalmente en la
simulación teórica del proceso que incluía conceptos de Termodinámica y de
Fenómenos de Transporte (Williams y col., 1984).
Era necesario encontrar una contraparte para desarrollar un extenso trabajo experimental en esta área. Como siempre, un hecho fortuito produjo el contacto deseado. En esa época nuestras búsquedas bibliográficas las hacíamos usando el Current Contents y enviando por correo tarjetas de solicitud de copias de los trabajos que nos interesaban. El retorno era bajo pero era también el medio más económico para acceder a la bibliografía que no existía en el país. Una de esas tarjetas fue a un grupo de polímeros de Lyon. De esta tarjeta tuve respuesta: junto con el trabajo solicitado llegó una carta de uno de los amigos franceses (Henry Sautereau) a quien había conocido durante mi estadía posdoctoral en Lyon. Me decía que por esas casualidades de la vida, él se había mudado de laboratorio dentro de la misma institución (INSA de Lyon) y ahora trabajaba en el área de polímeros termorrígidos. El director del laboratorio era el Prof. Jean-Pierre Pascault y me invitaba a conocerlo para poder comenzar a trabajar en conjunto en el marco de algún acuerdo de cooperación.
En 1986 tuve la oportunidad de visitar el laboratorio de Pascault, ubicado en un edificio del INSA de Lyon, distinto a aquel donde había hecho el posdoctorado. En ese encuentro descubrimos que estábamos trabajando en temas similares, con más énfasis experimental en su laboratorio y teórico en el nuestro. En un restaurant, situado a orillas del río Saona, convinimos en trabajar juntos en el área de separación de fases inducida por polimerización. Este fue el comienzo de una cooperación científica que se extendió a otras áreas y se mantuvo hasta el presente. La cooperación, que llamamos asado–beaujolais (vino típico de la región), derivó en el viaje de estudiantes de grado, de doctorado y de investigadores, en ambos sentidos, durante más de 25 años. Generamos decenas de artículos científicos y presentaciones a congresos internacionales . Los trabajos que más repercusión tuvieron, medida en número de citas, fueron el desarrollo de una ecuación predictiva de la evolución de la temperatura de transición vítrea en función de la conversión, en una reacción de polimerización (Pascault y Williams, 1990), y una revisión sobre el área de separación de fases inducida por polimerización (Williams y col., 1997).
El Dr. Roberto Juan José Williams en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Decada del 80 |
Era necesario encontrar una contraparte para desarrollar un extenso trabajo experimental en esta área. Como siempre, un hecho fortuito produjo el contacto deseado. En esa época nuestras búsquedas bibliográficas las hacíamos usando el Current Contents y enviando por correo tarjetas de solicitud de copias de los trabajos que nos interesaban. El retorno era bajo pero era también el medio más económico para acceder a la bibliografía que no existía en el país. Una de esas tarjetas fue a un grupo de polímeros de Lyon. De esta tarjeta tuve respuesta: junto con el trabajo solicitado llegó una carta de uno de los amigos franceses (Henry Sautereau) a quien había conocido durante mi estadía posdoctoral en Lyon. Me decía que por esas casualidades de la vida, él se había mudado de laboratorio dentro de la misma institución (INSA de Lyon) y ahora trabajaba en el área de polímeros termorrígidos. El director del laboratorio era el Prof. Jean-Pierre Pascault y me invitaba a conocerlo para poder comenzar a trabajar en conjunto en el marco de algún acuerdo de cooperación.
En 1986 tuve la oportunidad de visitar el laboratorio de Pascault, ubicado en un edificio del INSA de Lyon, distinto a aquel donde había hecho el posdoctorado. En ese encuentro descubrimos que estábamos trabajando en temas similares, con más énfasis experimental en su laboratorio y teórico en el nuestro. En un restaurant, situado a orillas del río Saona, convinimos en trabajar juntos en el área de separación de fases inducida por polimerización. Este fue el comienzo de una cooperación científica que se extendió a otras áreas y se mantuvo hasta el presente. La cooperación, que llamamos asado–beaujolais (vino típico de la región), derivó en el viaje de estudiantes de grado, de doctorado y de investigadores, en ambos sentidos, durante más de 25 años. Generamos decenas de artículos científicos y presentaciones a congresos internacionales . Los trabajos que más repercusión tuvieron, medida en número de citas, fueron el desarrollo de una ecuación predictiva de la evolución de la temperatura de transición vítrea en función de la conversión, en una reacción de polimerización (Pascault y Williams, 1990), y una revisión sobre el área de separación de fases inducida por polimerización (Williams y col., 1997).
A
fines de los 90’
decidimos escribir un libro dedicado exclusivamente a los polímeros
termorrígidos, que cubriera desde la química del proceso de polimerización
hasta las propiedades finales de los materiales producidos. Al grupo se unieron
Henry Sautereau y Jacques Verdu (ENSAM, Paris). El libro apareció en 2002 y ha
tenido una gran repercusión en la literatura (Pascault y col., 2002).El 18 de
noviembre de 2013, Pascault recibió uno de los premios Luis Federico Leloir,
otorgado por el MINCyT a científicos extranjeros por sus actividades de cooperación
científica con grupos argentinos. En las palabras que pronunció al
recibir el premio, mencionó que la mayor parte de los investigadores argentinos
que realizaron pasantías en su laboratorio eran mujeres, de quienes decía eran
“las chicas del flaco (que viene a ser el autor de esta reseña)”. Ahora, dijo,
“las chicas ya no son tan chicas y el flaco ya no es tan flaco”.
9. Más cooperación internacional
Realizar actividades de investigación en temas de frontera requiere trabajar en cooperación con otros grupos del país y del exterior. Esto deriva en publicaciones conjuntas que aprovechan el “expertise” de cada uno de los grupos. Una fracción importante de mis publicaciones tiene esta característica. En el ámbito internacional, además de los amigos franceses que mencioné antes, he trabajado con científicos de un gran número de países: España, República Checa, Alemania, China, Rusia, Japón, Canadá, USA, Chile, Brasil y Cuba. Estas acciones permitieron recibir gran número de estudiantes e investigadores extranjeros en Mar del Plata.
Lijiang Hu docente en el Instituto Tecnológico de Harbin junto al Dr. Roberto Williams. Año 1990 |
Un día (no recuerdo exactamente cuándo), de principios de la década del 90’, recibí una llamada telefónica en mi oficina de alguien que en un mal inglés se comunicaba conmigo: Hello: Lijiang speaking... Un chino había llegado al aeropuerto de Mar del Plata sin darme ningún aviso previo.Lijiang Hu era docente en el Instituto Tecnológico de Harbin (Harbin es la capital de Heilongjian, provincia del norte de China). Un año atrás me había escrito una carta en la que me decía que estaba interesado en trabajar conmigo en la cinética de reacciones de entrecruzamiento. En ese momento la Facultad podía contratar temporariamente a investigadores visitantes. Le escribí sobre la posibilidad de acceder a un contrato temporario y perdí contacto con él hasta que apareció en el aeropuerto local. Hacía más de 2 días que había salido de Harbin y estaba en un estado deplorable. Era su primer viaje al exterior y la comida del avión, pero particularmente el olor al café, lo habían destruido.
Premio de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. 18 de noviembre de 1994. |
Solo tomaba agua y estaba sentado en un banco del aeropuerto. Alguien se apiadó de él y lo comunicó telefónicamente conmigo. De los varios investigadores extranjeros que recibí en Mar del Plata, Lijiang fue el más insólito. Durante la revolución cultural fue enviado a trabajar en actividades agrícolas y retomó las actividades de investigación siendo mucho mayor que sus compañeros. Este era su primer contacto con el mundo externo. Con su primer estipendio se compró una bicicleta que le robaron a los pocos días (seguía costumbres de su país y dejaba la bicicleta sin candado en cualquier lugar). A su segunda bicicleta la protegió mejor. Los que lo vieron circular en bicicleta aseguran que muchas veces lo hacía en contramano en avenidas de gran circulación (años después pude comprobar personalmente el tremendo desorden del tránsito en Harbin). Su estadía científica en Mar del Plata fue muy provechosa.Como muchos chinos, trabajaba durante muchas horas diarias y a la noche se cocinaba algo en el laboratorio (a veces subía con la olla a mi oficina para que probara su comida). Los resultados científicos obtenidos fueron objeto de 2 publicaciones (Ruseckaite y col., 1993; Vallo y col., 1994). Lijiang siguió teniendo contacto conmigo, epistolar primero y por correo electrónico después, hasta el presente.
10.
Las investigaciones en los últimos años
En el
INTEMA, la mayor
parte de los
investigadores participa en
la docencia de grado y
posgrado, la formación de recursos humanos (becarios de posgrado y posdoctorales) y en actividades de transferencia
al sector industrial y a distintos organismos e
instituciones. La formación de recursos humanos
de calidad requiere
investigar en áreas de frontera, en
el complejo jardín
de los senderos que se bifurcan,
donde no son válidos los planes basados en cronogramas rígidos. El problema es
que en el siglo actual las áreas calientes
de investigación cambian a un ritmo vertiginoso. Esto requiere
una adaptación continua
de las temáticas
elegidas. En el caso de INTEMA se produjo una
ampliación de las Divisiones del instituto y la División Polímeros generó 5 nuevas
divisiones, una de las cuales, Polímeros Nanoestructurados, pasé a integrar.
La División une varios grupos que interaccionan fuertemente entre sí y con otros grupos del país y del exterior. En sucesivos años, mi interés científico se trasladó a los materiales híbridos orgánico-inorgánicos y, actualmente, al área de los materiales con respuesta a estímulos (“smart materials”). Esto comprende a los materiales con memoria de forma (Leonardi y col., 2011; Puig y col., 2012; Leonardi y col., 2015) y a los materiales autorreparables (Wi-lliams, 2013; Altuna y col., 2013) además de otros múltiples tipos de materiales avanzados. El empleo de nanopartículas de oro o de magnetita permite la estimulación remota del material, por irradiación con un láser de luz visible (efecto foto-térmico) o la exposición a un campo magnético alterno (hipertermia magnética). Cada objetivo abre varias vías a explorar y cada resultado produce nuevas bifurcaciones.
Incorporación a la Academia de Ingeniería. Año 2005 |
La División une varios grupos que interaccionan fuertemente entre sí y con otros grupos del país y del exterior. En sucesivos años, mi interés científico se trasladó a los materiales híbridos orgánico-inorgánicos y, actualmente, al área de los materiales con respuesta a estímulos (“smart materials”). Esto comprende a los materiales con memoria de forma (Leonardi y col., 2011; Puig y col., 2012; Leonardi y col., 2015) y a los materiales autorreparables (Wi-lliams, 2013; Altuna y col., 2013) además de otros múltiples tipos de materiales avanzados. El empleo de nanopartículas de oro o de magnetita permite la estimulación remota del material, por irradiación con un láser de luz visible (efecto foto-térmico) o la exposición a un campo magnético alterno (hipertermia magnética). Cada objetivo abre varias vías a explorar y cada resultado produce nuevas bifurcaciones.
11.
Participación en tareas de gestión
Como
la mayor parte de quienes nos desempeñamos en actividades académicas, he participado en distintos
órganos de gobierno de la Universidad y
en comisiones asesoras de todo tipo en organismos científicos nacionales y
provinciales. En el período 1995-1997 integré el Directorio del Fondo de
Mejoramiento de la Calidad de la Enseñanza Superior (FOMEC), en el ámbito de la
Secretaría de Políticas
Universitarias del Ministerio
de Cultura y
Educación. Los fondos se
entregaban a partir del análisis de proyectos de mejoras en la educación
universitaria de grado, propuestos
por las propias
instituciones. El objetivo era destinar los
fondos a los
proyectos que movieran
más el amperímetro de medida de aumento de calidad educativa. El proyecto
benefició a numerosas carreras de un gran número de Universidades
Nacionales.
En 1997, creo que por primera vez en su historia, el Directorio del CONICET comenzó a contar con representantes de las distintas áreas del conocimiento, elegidos en forma democrática por los investigadores de cada una de ellas. Tuve el honor de ser elegido por mis pares para integrar el primer Directorio con estas características, en representación de las Ingenierías y arquitectura. Fueron años conflictivos en los que se comenzó con una reorganización de las distintas actividades del CONICET. Hubo aciertos pero también equivocaciones, idas y vueltas. Pero la derivada fue positiva y el CONICET terminó consolidándose en gestiones posteriores. Me tocó integrar el Directorio por 2 años, período a partir del cual el Directorio se renovó por mitades (quedé en la mitad saliente y no me volví a postular). Curiosamente, en 1997 fui designado para integrar el primer Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Pero renuncié a ese cargo porque debía honrar la elección de mis pares para integrar el Directorio del CONICET.
En 1997, creo que por primera vez en su historia, el Directorio del CONICET comenzó a contar con representantes de las distintas áreas del conocimiento, elegidos en forma democrática por los investigadores de cada una de ellas. Tuve el honor de ser elegido por mis pares para integrar el primer Directorio con estas características, en representación de las Ingenierías y arquitectura. Fueron años conflictivos en los que se comenzó con una reorganización de las distintas actividades del CONICET. Hubo aciertos pero también equivocaciones, idas y vueltas. Pero la derivada fue positiva y el CONICET terminó consolidándose en gestiones posteriores. Me tocó integrar el Directorio por 2 años, período a partir del cual el Directorio se renovó por mitades (quedé en la mitad saliente y no me volví a postular). Curiosamente, en 1997 fui designado para integrar el primer Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Pero renuncié a ese cargo porque debía honrar la elección de mis pares para integrar el Directorio del CONICET.
El Dr. Roberto J.J. Williams en la
estación de trenes
de Blaneau-Ffestiniog en el norte de Gales, de donde es su bisabuelo. abril de 2012.
|
12.
Algunos premios y distinciones
A
lo largo de la carrera científica uno está expuesto a recibir premios o distinciones
que constituyen un
aliciente para seguir avanzando. Los premios tienen siempre una
componente de subjetividad
de quien los
otorga. Tuve la suerte de estar en el lugar y momento justos para
recibir algunos premios en mi carrera. Entre otros, tuve el honor de recibir
los siguientes premios: Premio Konex de Platino en el rubro Ingeniería Química,
Industrial y Electromecánica
(década 1983/92), otorgado por la Fundación Konex en 1993. Premio Bernardo
Houssay al Investigador
Consolidado en la disciplina Procesos Industriales y Biotecnología, otorgado
por la Secretaría
de Ciencia y
Tecnología de la
Nación en 2003.Premio Fundación Bunge y Born en 2007 (la disciplina
premiada ese año fue Ingeniería de Procesos).
Distinción Investigador de la Nación Argentina 2011, otorgado en 2012 por la Presidencia de la Nación. En 2005 fui designado Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ingeniería. El Presidente de la Academia en ese momento, el Ing. Arturo Bignoli, comenzó el acto de incorporación con una pregunta. Dijo: “Esta es una Academia de Ingeniería, entonces, ¿Por qué nombramos académico a un Doctor en Química?”.Siguió diciendo que el Reglamento prevé que se puede nombrar como Académico a personas pertenecientes a otras profesiones si hacen cosas importantes para la Ingeniería. Y siguió con algunos comentarios elogiosos hacia mis tareas de investigación.
Traigo este ejemplo a colación porque muestra que a pesar de haberme desempeñado durante casi 40 años como Profesor de cursos avanzados de formación de ingenieros químicos, no soy considerado un ingeniero por los ingenieros, lo que es correcto porque no tengo el título de ingeniero. El “buenos días ingeniero”, con que me saludan cada mañana al entrar a la Facultad de Ingeniería, no cuenta para ser considerado como tal. El problema es que tampoco soy considerado un verdadero químico por los químicos. Esta ubicación en la interfase de dos disciplinas, me ha permitido trabajar fácilmente en grupos de investigación integrados por ambos tipos de profesionales. En 2009 fui designado Académico Titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Obviamente, integro la Sección de Ingeniería de esta Academia y en alguna ocasión he tenido que explicar a mis colegas el porqué de mi inclusión en esta sección.
El Konex de Brillante y los Konex de Platino sobre el escenario. Entre los premiados el Dr. Rene Favaloro en el centro. Año 1993 |
Premio Investigador de la Nacion Argentina Año 2011 |
Distinción Investigador de la Nación Argentina 2011, otorgado en 2012 por la Presidencia de la Nación. En 2005 fui designado Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ingeniería. El Presidente de la Academia en ese momento, el Ing. Arturo Bignoli, comenzó el acto de incorporación con una pregunta. Dijo: “Esta es una Academia de Ingeniería, entonces, ¿Por qué nombramos académico a un Doctor en Química?”.Siguió diciendo que el Reglamento prevé que se puede nombrar como Académico a personas pertenecientes a otras profesiones si hacen cosas importantes para la Ingeniería. Y siguió con algunos comentarios elogiosos hacia mis tareas de investigación.
Traigo este ejemplo a colación porque muestra que a pesar de haberme desempeñado durante casi 40 años como Profesor de cursos avanzados de formación de ingenieros químicos, no soy considerado un ingeniero por los ingenieros, lo que es correcto porque no tengo el título de ingeniero. El “buenos días ingeniero”, con que me saludan cada mañana al entrar a la Facultad de Ingeniería, no cuenta para ser considerado como tal. El problema es que tampoco soy considerado un verdadero químico por los químicos. Esta ubicación en la interfase de dos disciplinas, me ha permitido trabajar fácilmente en grupos de investigación integrados por ambos tipos de profesionales. En 2009 fui designado Académico Titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Obviamente, integro la Sección de Ingeniería de esta Academia y en alguna ocasión he tenido que explicar a mis colegas el porqué de mi inclusión en esta sección.
13.
Posdata: el parrillero científico
Fuera de la familia (agrandada con la llegada
de los nietos) y las cuestiones académicas, otro conjunto
de actividades ocuparon mi tiempo. Una de ellas es la pasión por
hacer asados. Los
he hecho en
distintos lugares del país y he incursionado con esta manía en el
Beaujolais francés, haciendo asados para el
grupo de becarios
e investigadores con los que
cooperamos durante tanto tiempo. El placer
de contemplar la carne asándose, con el chillido justo, mientras se ataca una
buena picada, permite resetear los pensamientos. Particularmente después de “hacer el Beaujolais”, una ceremonia para iniciarse y
perfeccionarse en la cata de vinos de distintas subregiones del Beaujolais: Fleurie,
Brouilly, Morgon, Juliénas, Chénas, Chiroubles, etc.
El recorrido de cata tarda varias horas y los que llegan de pie al final reciben un diploma (tengo varios en mi colección). Hace un tiempo, el Dr. Diego Golombek, me invitó a escribir un capítulo de un libro dedicado a aspectos científicos relacionados con la ceremonia del asado, específicamente sobre los materiales que necesita un buen asador para preparar el fuego y asar (Williams, 2014). Si bien este libro no figura en las bases de datos de trabajos científicos y no cuenta para el índice h, ya va por su segunda edición, cosa que no logré con los libros científicos que mencioné en otras secciones. Así que, mi aspiración es ser recordado más como un modesto asador que como un científico, lo cual sería un verdadero honor.
Foto de la parrilla en un típico asado de la familia extendida. Gentileza Dr. Roberto Williams |
El recorrido de cata tarda varias horas y los que llegan de pie al final reciben un diploma (tengo varios en mi colección). Hace un tiempo, el Dr. Diego Golombek, me invitó a escribir un capítulo de un libro dedicado a aspectos científicos relacionados con la ceremonia del asado, específicamente sobre los materiales que necesita un buen asador para preparar el fuego y asar (Williams, 2014). Si bien este libro no figura en las bases de datos de trabajos científicos y no cuenta para el índice h, ya va por su segunda edición, cosa que no logré con los libros científicos que mencioné en otras secciones. Así que, mi aspiración es ser recordado más como un modesto asador que como un científico, lo cual sería un verdadero honor.
Cumbre del S20
En
julio de 2018 participó con más de 200 científicos en la ciudad de Rosario en
la primera de las cumbres de los grupos de afinidad del G20. El Science 20
(S20), espacio que nuclea a las academias de ciencias de los países del foro,
trabajará hasta mañana en recomendaciones para alcanzar un futuro alimentario
sostenible, una de las tres prioridades definidas por la presidencia argentina
para el G20 2018. En la apertura del encuentro, que tiene lugar en la Bolsa de Comercio de
Rosario, Roberto Williams, líder del S20 Argentina, explicó:
Cumbre del S20. Año 2018 |
DISTINCIONES
- Medalla de oro de la Asociación Química Argentina (filial La Plata), al mejor egresado de la Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional de La Plata, en 1969.
- Premio al mejor egresado de Universidades del ámbito de la Provincia, en 1972.
- Premio " Doctor Rafael Labriola" 1985, otorgado en forma trianual por la Asociación Química Argentina, a investigadores de edad menor a 45 años, en mérito a la labor de investigación en el campo de la química.
- Premio Bernardo Houssay, categoría A, otorgado por el CONICET a 50 investigadores de edad menor a 45 años, en todas las disciplinas, en mérito a la labor de investigación, 1987.
- Premio "Alfonsina" (Rubro Científico) otorgado por la Secretaría de Cultura, Municipalidad de General Pueyrredón,1990.
- Premio de la Fundación Toledo (Mar del Plata),rubro Ciencia y Técnica, 1991.
- Designado Profesor de la Universidad de Tianjin (China), 1992.
- Premio Konex de Platino en el rubro Ingeniería Química, Industrial y Electromecánica (década 1983/92), otorgado por la Fundación Konex, 1993.
- Premio Silveyra de Olazábal en Tecnología de Materiales, otorgado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1994.
- Beca Antorchas, otorgada por la Fundación Antorchas, 1996.
- Designado Profesor del Instituto Tecnológico de Harbin (China), 2000.
- Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 2001.
- Premio Pedro Carriquiriborde, en Tecnología Química, otorgado por la Asociación Química Argentina, 2001.
- Premio Bernardo Houssay al Investigador Consolidado en la disciplina Procesos Industriales y Biotecnología, otorgado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación, 2003.
- Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ingeniería, 2005.
- Premio Fundación Bunge y Born a la Investigación Científica, 2007.
- Académico Titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, desde 2009.
- Premio Bernardo Houssay a la Trayectoria en el Área Ingeniería, Arquitectura e Informática, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, 2011 (otorgado en 2012)
- Distinción Investigador de la Nación Argentina 2011, otorgado en 2012 por la Presidencia de la Nación
Caminos II. Dr. Roberto Williams
Gentileza TecTv La Señal de la Ciencia
Fuentes:
“Un
Instituto de Materiales en Mar del Plata” por Roberto J. J. Williams // Instituto
de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, Universidad
Nacional de Mar del Plata – CONICET).
Boletín Oficial de la
República Argentina. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Decreto 792/2012. Distinción “Investigador de la Nación Argentina” http://www.investigadordelanacion.mincyt.gob.ar/pdfs/Decretos/Investigador_2011.pdf
https://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/rosario-sera-sede-cumbres-viceministros-agricultura-y-cientificos-del-g20-2018-n1527698.html
Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
https://www.ancefn.org.ar/contenido.asp?id=2014
Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
https://www.ancefn.org.ar/contenido.asp?id=2014
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