Los cementerios de la familia Luro |
Pocas personas saben que la familia Luro tenía en su haber, dos cementerios en donde enterraban a sus muertos. No obstante con el tiempo y las sucesivas normativas reinantes, esta situación se fue acotando hasta que finalmente se terminó. Pero las anecdotas quedan, y muchas personas en su niñez conocieron alguna vez estos cementerios sin saber cual era su historia. Conozcamos entonces este apasionante relato que nos llevará a conocer ciertas peculariedades de nuestros fundadores.
El cementerio de Pedro Luro
No hay vecino antiguo de la zona de Dorrego y Castelli que no hable del cementerio, de los huesos que se encontraron en tal oportunidad o tal otra y hasta de los entierros que recuerda, hecho absolutamente inverosímil, según creemos, que se intentará aclarar. En materia de interrogantes, se presentan más de uno: ¿Desde cuándo estaba allí el camposanto? ¿Desde antes de fundarse el pueblo? ¿O apareció después? ¿Qué relación tuvo con el cementerio de la loma de Santa Cecilia? y, ya que estamos ¿Cuándo empezaron los enterramientos en ambos camposantos? Según D. Félix de Ayesa, nacido en el País Vasco en 1904 y llegado a Mar del Plata en 1910, al que nos interesa se lo llamaba el Cementerio de Luro y al próximo a Santa Cecilia el cementerio de Peralta ¿Fue realmente así? ¿Por qué?
El cementerio de Pedro Luro
No hay vecino antiguo de la zona de Dorrego y Castelli que no hable del cementerio, de los huesos que se encontraron en tal oportunidad o tal otra y hasta de los entierros que recuerda, hecho absolutamente inverosímil, según creemos, que se intentará aclarar. En materia de interrogantes, se presentan más de uno: ¿Desde cuándo estaba allí el camposanto? ¿Desde antes de fundarse el pueblo? ¿O apareció después? ¿Qué relación tuvo con el cementerio de la loma de Santa Cecilia? y, ya que estamos ¿Cuándo empezaron los enterramientos en ambos camposantos? Según D. Félix de Ayesa, nacido en el País Vasco en 1904 y llegado a Mar del Plata en 1910, al que nos interesa se lo llamaba el Cementerio de Luro y al próximo a Santa Cecilia el cementerio de Peralta ¿Fue realmente así? ¿Por qué?
Antiguo plano de 1936 del intendente Camusso donde se puede apreciar la ubicación del cementerio de Pedro Luro donde se enterraba a sus empleados unicamente. |
La mayoría de los
interrogantes, como vemos no son de fácil respuesta. El cementerio estaba en la
chacra 295, rodeada por las hoy calles Garay, Dorrego, Alvarado y Funes. La chacra era atravesada, de O. a E.,
por el arroyo de las Chacras y el campo-santo estaba en la margen derecha de
éste. Los terrenos en cuestión no
aparecen como de
propiedad de Pedro Luro en la división de condominio con Jacinto Peralta
Ramos firmada en la escribanía de Canata el 2 de octubre de 1885 ni en la
declaración de bienes de la sucesión de Pedro Luro presentada por
su hijo y
albacea, el Dr. Santiago
Luro, en Buenos Aires, el 22 de mayo de 1891.
Pero hay algunas aparentes coincidencias que
podrían abonar la hipótesis
"luriana" sobre el caso, hipótesis que se podría convertir en prueba si
tuviéramos todas las referencias notariales necesarias. “Era conocido como el cementerio de Luro” decía Ayesa, y un cronista sentimental -como se llamaba a sí mismo- de los
hechos del primitivo pueblo, Juan Manuel
Antolín, por su
parte, dejó anotado
que fue de
propiedad de Pedro Luro y en
él solo enterraba a sus empleados. Todas las personas
de más de 50 años, por dar una cifra, recuerdan, además, la casa del cementerio
y también la recuerda el autor, nacido y domiciliado a nueve cuadras del sitio.
En lo que se refiere a ésta
en sí misma, no es mucho lo hallado municipales. En el de construcciones
no hay
nada y en el de
catastro solo registramos
una parcela de 8,66 x 43,40, distante 29 mts. de la esquina de
Castelli, y en
ella hay un croquis, despegado de las líneas medianeras, que muestra un rectángulo de 5,90 x 15,15 metros con un
corredor adosado. No hay medidas que permitan ajustar la posición de la casa
en el lote pero pocos
centímetros las separaban de la líneas municipal y laterales.
En la extensión de su longitud, creemos que pudo haber dos o quizá tres habitaciones
y una cocina en el extremo interno, como en tantísimas casas de su tipo.
Al principio de la
investigación que motiva estas líneas
encontramos -por milagro-
en el Archivo
de Catastro de la Municipalidad, una mala
fotografía de la casa de marras.
Le falta a ésta, en efecto, casi todo el mojinete y parte de sus arranques.
Poseía una característica distintiva: dos o tres macetones o perillones
con algún paño plegado encima, todo de argamasa, posiblemente armado sobre uno
o más hierros o alambres, como los hay en el Cementerio
de la Loma,
en la Recoleta
y otros. Se ve en la
fotografía que reproducimos, un arco
de medio punto -signo de antigüedad- tapiada luego, en el centro
del frente.
La Casa del Cementerio de Dorrego y Castelli en el año 1938. Imagen extraida del libro "El Barrio del Oeste 1874-1940" del Arq. Roberto Cova. pag. 143 |
Era una casa única en la
ciudad de fines de los años 30,
cuando la conocimos,
pero ello no
da lugar al difundido mote de casa de cementerio con el que los vecinos la
conocieron. Para finalizar el tema del cementerio, cuenta por su parte Antolín que en los primeros tiempos de la historia local los
cadáveres eran cosidos dentro de un cuero vacuno y llevados a las sierras donde
eran enterrados entre dos rocas y se los cubría con una gran cantidad de
pìedras.
En el cementerio de Luro no
había piedras, sin embargo ¿Se cavaría
un hoyo en la tierra y se procedería en consecuencia? ¿Se enterrarían
los cadáveres retobados en un cuero vacuno? ¿Con cajón? Son preguntas sin
respuesta. El caso es que muchos vecinos del barrio hablan todavía del hallazgo
de restos en la chacra 295, al hacer un pozo para plantar un árbol, al
cavar unos cimientos o algún sótano.
Ramon Portas (1850-1950). Guardian del cementerio que estaba ubicado en las manzanas de Dorrego, Guido, Alvarado y Castelli.Revista Toledo con Todos. Gentileza Arq. Roberto Cova |
Un
famoso guardián de ese cementerio fue el señor Ramon Portas, un español que llegó antes
de la fundación del pueblo y fue empleado de Luro y de Peralta Ramos, que según recuerda
Juan Manuel Antolín en el diario La Mañana del año 1957, aportaba lo siguiente:
“…Ramon Portas
alcanzó la edad de cien años, habiendo nacido en España para 1850 y habiendo
estado aquí, en el núcleo del Saladero para 1874…”
Un
antiguo cronista marplatense, Juan Manuel Antolín, supo por boca de Portas que
allí enterraban a los peones de Luro y que «tres gallegos y un vasco muertos en
un accidente» estrenaron el camposanto. Portas
vivió en Rivadavia 2856 donde tenía tres casas chorizo donde podía encontrarse
un biombo que le regaló el chino Mun Lai (propietario de un negocio de la
Rambla Pelegrini) en reconocimiento a su ayuda cuando se incendió la rambla el
8 de noviembre de 1905.
El
cementerio de Pedro Olegario Luro
Hacia 1912, aparentemente por
intereses comerciales, comenzó a proyectarse el trazado de un cementerio que
sólo dejaría malos recuerdos. El arquitecto Roberto Cova nos cuenta que Pedro
Olegario Luro (hijo del propulsor de la ciudad) desarrollaba en Playa Grande un
emprendimiento inmobiliario que se veía perjudicado por el movimiento funerario
que generaba el cementerio. Entonces, dice Cova, “donó a
la Municipalidad las manzanas comprendidas entre lo que hoy es Tres Arroyos,
República Árabe Unida, Alberti y Alvarado”, donde fue instalado el “Cementerio
Nuevo”.
Pedro Olegario Luro Pradére |
Prospecto publicitario del Proyecto para Playa Grande de Pedro Olegario Luro. Año 1912 |
Algunos familiares de Cova
vivían en aquel paraje, donde sólo había chacras y algunos hornos de ladrillos,
de modo que creció escuchando oscuros relatos sobre lo que allí ocurría. El problema fue que el cementerio estaba en
terrenos que se inundaban y según confirma Cova, las aguas solían practicar
macabras exhumaciones que se esparcían en un amplio radio, fuera de la
necrópolis. El 26/07/1927 mediante una
ordenanza, la Municipalidad inició el proceso de clausura del “Cementerio
Nuevo”, fijando plazos para el traslado de restos al cementerio de La Loma. Tras sucesivas
prórrogas se llegó hasta el año 1932, cuando el predio fue cerrado definitivamente.
Antiguo plano de 1936 del intendente Camusso. Ubicación del antiguo cementerio de Pedro Olegario Luro en el sector donde dice "Nuevo Vivero Municipal" |
La desaparición del cementerio arrastró consigo con la “leyenda de las ánimas” que atemorizaba a los lugareños. Cova dice que algo de cierto hubo. Y confirma que algunas noches, sobre los muros del cementerio, se vieron calaveras iluminadas danzando al son de voces destempladas y de un desgranado acordeón. Pero toda interpretación sobrenatural sucumbe rápidamente en el relato de Cova, donde no aparecen “ánimas”, sino algunos empleados del cementerio que eran aficionados a las reuniones nocturnas, al canto, a la “verdulera” y, por supuesto, a las bromas macabras.-
Fuente:
Libro “Mar del Plata, El
Barrio del Oeste,1876-1940”
del Arq. Roberto O. Cova. pag. 143
Qué buena crónica!
ResponderEliminarla verdad ,increibles detalles.casi desconocidos.excelente trabajo.felicitaciones
ResponderEliminarEso explica las cosas sobrenaturales que ocurrían en las torres, fui testigo de las cosas que pasan, me toco vivir experiencias desagradables mientras viví ahi
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