martes, 22 de diciembre de 2020

LOS NÁUFRAGOS DE LA SPEEDWELL

Tapa del cuento "Los náufragos de la Speedwell" de Pablo Junco

 
"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,
la edad de la sabiduría, y también de la locura;
la época de las creencias y de la incredulidad;
la era de la luz y de las tinieblas;
la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.
Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada;
caminábamos directos al cielo
y nos extraviábamos por el camino opuesto".

Charles Dikens


Mi nombre es Isaac Morris. Cuando me enlisté a las ordenes del almirantazgo británico siempre supe que la "Guerra de la Oreja de Jenkins" (1) era una total estupidez. Siempre supuse que fue un pretexto para poder piratear a los barcos españoles que venían de América, si me lo preguntan, pero también en algún momento pensé que sería una buena manera de detener a esos forajidos españoles.

La flota en el cabo Virgen María en la entrada norte del estrecho de Magallanes. Ilustración del viaje alrededor del mundo en los años 1740,  por George Anson..Compilado por Richard Walter] / J. Mason, grav. ; Richard Walter, aut. du texte Éditeur: J. y P. Knapton (Londres) Año 1748

Fue por entones que me enlisté en la marina real, lo cual me permitió formar parte de la tripulación de la fragata Wager, que el 18 de septiembre de 1740 dispuso la salida de una escuadra con seis unidades a cargo del almirante George Anson rumbo al Pacífico. Las naves iban armadas en corso (2) y les aseguro que el único motivo era volver convertidos en cresos (3), pues el objetivo principal era saquear las colonias españolas del occidente de América del Sur.

El 14 de mayo de 1741, a causa de un temporal, la fragata se separó de la flota y naufragamos en el Golfo de Penas dentro del archipiélago de Guayaneco (4). La situación de la tripulación no pudo ser realmente más caótica y penosa, al punto de no poder evitar un motín. Luego de encallar en esa suerte de restinga (5) frente a los desolados cantiles (6) de aquella ribera, nos trasladamos a una isla a doscientas millas de Chile. Del naufragio se salvaron los botes, todo su malotaje (7) armamentos, algunos víveres, la campana de bronce y solo lo que teníamos en cubierta.

La flota en el cabo Virgen María en la entrada norte del estrecho de Magallanes. Ilustración del viaje alrededor del mundo en los años 1740,  por George Anson
Óleo del HMS Wager durante la tormenta que generó el naufragio del buque en el Golfo de Penas dentro del archipiélago de Guayaneco, a 200 millas de Chile

La isla nos sirvió de refugio. Utilizamos maderas para levantar unas viviendas muy precarias. Nos dedicamos por completo a reparar las embarcaciones. En el lugar había habitantes indígenas pacíficos, los que además nos proporcionaron alimentos.

Fue entonces cuando escuché el disparo que inició todas nuestras desventuras. Todos corrimos hacia la playa y allí pudimos ver al capitán Cheap con su pistola humeante en la mano. Tirado en el piso se encontraba el oficial Cozens, sangrando profusamente por una herida en el pecho. Los gritos del capitán Cheap retumbaban en toda la isla.

__ ¡Maldito bucanero, vas a hacer lo que yo te diga! ¡No voy a permitir un motín ahora!__ gritaba el capitán con todas sus fuerzas.
__ ¡No puede obligarnos a volver al estrecho! ¡Es una maldita travesía!. Ya se perdió toda la flota: el Centurión, el Gloucester, el Savern, el Pearl, el Tryal... Ud. quiere matarnos!__ respondía moribundo el oficial Cozens.
__¡Maldito hijo de perra! ¡Yo soy el que da las órdenes! Cállese!__
Mientras que el oficial se retorcía de dolor en el suelo, el guardiamarina Byron intentó socorrerlo, pero Cheap se lo impidió.
__¿Qué creé que está haciendo Byron? ¡Quédese ahí, ni se le ocurra moverse!__
__¡Pero capitán, sino atendemos esa herida se va a morir desangrado!__
__¡No me importa, no quiero que nadie lo toque! ¡El que quiera ayudarlo, correrá con la misma suerte!__

Todos los hombres se miraban sin saber que hacer. Nadie quería discutir con el capitán Cheap quien era conocido como el mas desalmado y cruel de los capitanes. Mientras que Cozens se quejaba del dolor, el segundo capitán de la fragata, Pemberton, un sargento de brigada y el carpintero Cummius se juntaron para ponerse de acuerdo y desarmar al capitán Cheap. Tenían que averiguar que marinos los seguirían y mientras los hombres se juntaban en grupos, el oficial Cozens dejó de gritar. El capitán me ladró una orden.

__Entierre a este bastardo, Morris. Ya no va a molestar más.__ a lo que obedecí rápidamente. Mirando al resto de los hombres exclamó:
__ Espero haber terminado con las discusiones al respecto. Y que quede claro: tenemos que ir al puerto más cercano, o seguir con nuestra ruta__ finalizó amenazante.

Pero por la noche sus planes terminarían. Entre varios hombres encabezados por Pemberton, lograron desarmar a Cheap hasta reducirlo. Finalmente, se tomó la decisión de volver a Inglaterra. Ya se había perdido la escuadra que había armado el almirante Anson. Encontrarla en el Pacífico era como buscar una aguja en un pajar. Tal vez se habían hundido tratando de cruzar el Estrecho de Magallanes, aunque no lo sabíamos. Por otro lado, aún teníamos que terminar de construir una embarcación pequeña, la cual nos llevara a nuestros hogares nuevamente. Los restos de la fragata Wager solo alcanzarían para armar una balandra (8)  pequeña  o tal vez una goleta. (9)

Frontispicio de la obra Account of the Shipwreck of The Wager; and the Subsequent Adventures of Her Crew, 1768. El naufragio del Wager frente a las costas chilenas (óleo de autor desconocido, 1826).

Luego de cinco meses el carpintero Cummius, en un improvisado astillero empezó a armar una goleta que bautizamos con el nombre de Speedwell. Para que contar lo que fueron esos cinco interminables meses, desprovistos de las más elementales normas de convivencia. Quien llevaba el mando de los trabajos ahora era el capitán Pemberton. Había dispuesto una guardia para mantener vigilado a Cheap y sus hombres. Algunos de ellos se dedicaban a la pesca y a la caza, el resto ayudaba a Cummius en la construcción de la goleta y los que quedaban sin tareas, montaban guardia cuidando a Cheap.

Ese capitán había sido tan malvado en todo el viaje, que todos preferían estar a las órdenes de Pemberton. Cuando terminamos la goleta, nos pasábamos largas horas de la tarde solo observándola. Por algún motivo nos sentíamos dueños de ella, ya que la habíamos construido con nuestras propias manos. Samuel Cooper, John Andrews y yo, luego de cenar nos sentábamos cerca de la orilla mientras fumábamos nuestras pipas solo a pensar como sería nuestra vuelta a casa. No pasó mucho tiempo hasta tener todo listo para partir. Pemberton no quería correr riesgos de un motín a bordo. Se decidió que el capitán Cheap y sus oficiales irían en la falúa (10) y en el bote del Wager. El resto, navegaríamos en la goleta Speedwell.

Comenzamos nuestro largo retorno siguiendo la línea de la costa. La goleta navegaba extraordinariamente bien, pero su línea de flotabilidad no era la indicada. Era demasiado peso el que movía, y si el mar se embravecía, corríamos un serio riesgo de hundirnos. Pembertón lo sabía. Decidió volver hacia la orilla y dejar a doce hombres librados a su suerte. En esas condiciones, no sabíamos que era mas seguro, si navegar o estar en tierra.
 
La navegación diaria se hacía muy difícil. Las existencias de comida se habian terminado y nos alimentábamos muy mal. En esas condiciones, Pemberton decidió tocar tierra nuevamente y comenzamos a buscar un lugar adecuado para fondear nuestro buque. Finalmente encontramos los que estábamos buscando.

Actual Playa de los Ingleses, vista aproximada para el año 1742. (Adaptación del autor)

Era una costa extraña. Cuando nos estábamos acercando podía divisarse con el catalejo, gran cantidad de lobos marinos, caballos salvajes, perros cimarrones, cerdos montaraces o pecarís lo cual nos llamó mucho la atención. Finalmente echamos el ancla a una distancia relativamente corta de la costa y a una profundidad de ocho brazas (11) de agua. Los hombres estaban famélicos, algunos se encontraban sin fuerzas ya. Cuando vieron tanta vida salvaje sin poder resistirse, se tiraron al agua para ser los primeros en cazar algo que llevarse a la boca. Uno se ahogó.

A esta altura ya estaban hartos de comer foca hedionda. De los cuarenta y tres hombres que partieron de Puerto Deseado, solamente quince se encontraban en buenas condiciones para nadar, los otros se encontraban con claras muestras de desnutrición y cansancio. Los que siguieron nadando llegaron a la costa pudiendo conseguir alimento y agua. Podíamos considerarnos salvados. 
 
Era un 10 de enero de 1742 cuando la goleta Speedwell llegó a estas playas la cual denominamos "Bahía del Bajío" (12) por haber coincidido nuestra llegada con una bajamar. Los hombres que se encontraban en la goleta, desenrollaron la baderna (13) para hacer una balsa improvisada que sirvió para desembarcar parte de los tripulantes, llevando además, armas, municiones, implementos para pescar, cuchillos y hachas.

Refugio construido al pie de la barranca, excavando una de las tantas cavernas naturales que había en el lugar. Captura de pantalla del documental realizado por la UNMDP
 
Una vez obtenidas las provisiones el grupo de tierra se dividió. Se asignó a cinco hombres la tarea de llevar algunos víveres a bordo del Speedwell. El resto, Guy Broadwater, Samuel Cooper, Benjamín Smith, John Duck, Joseph Clinch, John Andrews y John Allen y yo, seríamos los encargados de buscar alimentos en tierra. El 12 de enero decidimos echar ancla frente a esas costas bravías. La gran cantidad de lobos marinos, caballos salvajes, perros cimarrones, cerdos montaraces o pecarís, nos llamó la atención. 
 
Al pretender volver a la nave, no pudimos hacerlo por estar el viento al sudeste, con horizonte sucio, arbolando mar gruesa, temible por su violencia en esta costa. Y luego viene lo inconcebible. La goleta levó anclas y se alejó del fondeadero, perdiéndose de vista, quedandonos todos en tierra esperando inútilmente el regreso de la nave. Era evidente la intención de abandonarnos. Samuel Cooper dijo:
"Este golpe inesperado, nos ha dejado en una parte del mundo, salvaje y desolada; fatigados, enfermos y desprovistos de víveres. Cierto es que tenemos armas y municiones y que mientras duren intentaremos realizar un satisfactorio esfuerzo para vivir. El lugar habitado mas cerca del que tenemos noticias es Buenos Aires a una 300 millas al noroeste pero estábamos por el momento en muy pobre condición para emprender ese viaje".
No tuvimos mas remedio que encarar la situación de la mejor forma posible; por lo tanto construimos un refugio al pie de la barranca, (14) excavando una de las tantas cavernas naturales que había en el lugar, cuya formación de arcilla arenosa lo permitía. Para alimentarnos, nos dedicábamos a la pesca y a cazar pecaríes, empleando el resalto. A pocos metros teníamos un ojo de agua dulce. (15)

Al comienzo de la primavera intentamos dos veces llegar a Buenos Aires y entregarnos a las autoridades españolas para terminar así nuestro calvario. Caminamos sin éxito, prácticamente sin un rumbo fijo, pero luego de haber recorrido un tercio del camino, retomamos desanimados por no conocer el terreno.

Los náufragos de la Speedwell comiendo lo que encontraban en las inmediaciones.Captura de pantalla del documental realizado por la UNMDP

__ Tenemos que acostúmbranos a la idea de sobrevivir en estas tierras, hasta que algún barco pase y pueda rescatarnos__ dijo Smith.
__No creo que nadie pase por aquí. Estamos alejados del resto del mundo__ se lamentó Clinch. Todos nos miramos esperando una respuesta, pero nadie dijo nada. Sabíamos claramente que de permanecer aquí, nuestros días estarían contados.
Una tarde la desgracia ensombreció el razonable equilibrio que habíamos conseguido, pues al regresar de una de nuestras acostumbradas excursiones de caza por los alrededores, Duck y yo nos encontramos frente a un macabro hallazgo:
__ ¡Oh Dios mío, esto no puede ser cierto!__ comentó angustiado Duck mientras se tapaba la vista con su mano derecha y se dejaba caer al suelo. Tirados en el piso y sangrando copiosamente de sus gargantas se encontraban muertos Broadwater y Smith. Por su parte Clinch y Allen habían desaparecido...
__ ¡Están degollados! Y la caverna ha sido saqueada! __ grité yo mientras tomaba mi arma buscando algún responsable escondido entre los pastizales.

En ese momento me encontraba totalmente poseído y sin ningún control. Lo único que deseaba era encontrar a los salvajes que habían realizado este acto barbárico, pero obviamente no obtendría resultados. Ante estas terribles circunstancias, Cooper, Duck, Andrews y yo, nos sentimos empujados a emprender el proyectado camino a Buenos Aires.
 
Al día siguiente preparamos las pocas cosas que nos quedaban y emprendimos la marcha. Partimos seguidos de algunos perros y un par de chanchos. Seguimos la costa ya que era el camino más razonable para seguir, si queríamos llegar hacia algún lado. (16)

Pero entonces, aunque parezca increíble, volvimos a nuestro punto de partida. No estábamos seguros de exponernos por la costa estando tan desguarnecidos y maltrechos, teniendo en cuenta además que solo quedábamos cuatro hombres contra todos los elementos.

Los hombres del cacique Cangapol llegando a Playa de los Ingleses. Captura de pantalla del documental realizado por la UNMDP
Los náufragos fueron tomados como prisioneros de la tribu del cacique Cangapol quien, después de tenerlos prisioneros por un tiempo, los vendió como esclavos.Captura de pantalla del documental realizado por la UNMDP

Fue entonces que en el camino de regreso, a un año de haber llegado a estas costas, fuimos tomados como prisioneros de la tribu de un terrible cacique llamado Cangapol quien, después de tenernos prisioneros por un tiempo, nos vendió como si fuéramos esclavos. Así fuimos pasando de mano en mano hasta que perdí a mis compañeros de vista. Lo último que supe de John Duck que era de raza negra, fue que terminó vendido como esclavo cerca de Córdoba a un acaudalado del norte de Buenos Aires.

Pero aun nuestro precario destino no había terminado. Cooper, Andrews, y yo años después fuimos rescatados por un buque negrero inglés residente en Buenos Aires, llamado Grey y mas tarde destinados a trabajos forzados en el buque ingles Asia, que estaba en el puerto de Montevideo. Yo recién pudo embarcar hacia Londres el 28 de abril de 1746, previo paso por Montevideo. Siete meses más tarde me enteré que unos padres jesuitas habían decidido instalarse en aquellas tierras. Pero esa es otra historia. (17)


*          *          *
Referencias

(1) La Guerra del Asiento, llamada también "Guerra de la Oreja de Jenkins" por influencia inglesa, fue un conflicto bélico que duró de 1739 a 1748, en el que se enfrentaron las flotas y tropas del Reino de Gran Bretaña y del Reino de España principalmente en el área del Caribe. El curioso nombre con el que es conocido este episodio en la historiografía inglesa, se debe al episodio que dio pretexto para esta guerra: el apresamiento por el guardacostas español La Isabela del navío contrabandista inglés Rebecca, capitaneado por el pirata Robert Jenkins, en 1731. Según el testimonio de Jenkins, que compareció en la Cámara de los Comunes en 1738, como parte de una campaña belicista por parte de la oposición parlamentaria en contra del primer ministro Walpole, el capitán español Juan León Fandiño, que apresó la nave, cortó una oreja a Jenkins al tiempo que le decía (según el testimonio del inglés) «Ve y di a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve». En su comparecencia, Jenkins denunció el caso con la oreja en un frasco, y al considerar la frase de Fandiño como un insulto al monarca británico, Walpole se vio obligado a regañadientes a declarar la guerra a España el 23 de octubre de 1739.
(2) La patente de corso (del latín cursus, «carrera») era un documento entregado por los monarcas de las naciones o los alcaldes de las ciudades (en su caso las corporaciones municipales) por el cual el propietario de un navío tenía permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones de naciones enemigas. De esta forma el propietario se convertía en parte de la marina del país o la ciudad expendedora.
(3) Creso (en griego Κροῖσος, Kroisos), último rey de Lidia (entre el 560 y el 546 a. C.), de la dinastía Mermnada, su reinado estuvo marcado por los placeres, la guerra y las artes. Creso nació hacia el 595 a. C.. Al morir su padre Aliates de Lidia en el 560 a. C., Creso conquistó Panfilia, Misia y Frigia; en definitiva, sometió a todas las ciudades griegas de Anatolia hasta el río Halis (salvo Mileto), a las que hizo importantes donaciones para sus templos. Debido a la gran riqueza y prosperidad de su país, de él se decía que era el hombre más rico en su tiempo. El significado actual de creso es; acaudalado, multimillonario, opulento, poderoso, potentado, rico.
(4) El archipiélago Guayaneco está situada en el océano Pacífico en la región austral de Chile, en la parte sur del golfo de Penas al comienzo de los canales patagónicos. El nombre de las dos islas principales del archipiélago recuerdan el naufragio del Wager. (isla Byron e isla Wager)
(5) Banco de arena a poca profundidad bajo el mar que en algunos casos emerge formando islotes.
(6) Lugar que forma escalón en la costa o en el fondo del mar.
(7) Comida y enseres que se encuentran dentro del bote para supervivencia.
(8) La balandra es una embarcación pequeña de vela, con un solo palo y cubierta superior.
(9) La goleta es un buque de vela de dos o más mástiles. Es un buque capaz de alcanzar gran velocidad en ceñida y través, y era utilizado de forma parecida al bergantín.
(10) Embarcación ligera, alargada y estrecha, utilizada generalmente en los puertos y en los ríos.
(11) Una braza es una unidad de longitud náutica, usada generalmente para medir la profundidad del agua. Se llama braza porque equivale a la longitud de un par de brazos extendidos, aproximadamente dos metros, ó 6 pies en el sistema de medición estadounidense. Actualmente es considerada arcaica e imprecisa. Una braza inglesa, llamada fathom en inglés, equivale a 1,8288 metros ó 2 yardas (6 pies).
(12) Actualmente denominado como Cabo Corrientes, situado al extremo S.E. de una cadena de colinas del sistema orográfico Sierras del Vulcán, terminando en un promontorio de 44 mts. que con tiempo bueno se ven desde lejos tres cadenas de collados que afectan en forma de cuña disminuyendo gradualmente hasta terminar en el mar, formando una costa de piedra acantilada y limpia. Fuente: "El naufragio del Wager" por Julio Cesar Gascón.
(13) Cabo trenzado de uno o dos metros de largo que se emplea para trincar la caña del timón. Sirve para sujetar el cable al virador siempre que se vira el cabrestante, para apagar una vela, trincar la caña del timón, etc.
(14) Lo que mas tarde fue el Paseo General Paz.
(15) El sector al que se alude existió en el ángulo lindero de la Plaza Colón, hasta que dio comienzo el relleno del Paseo General Paz.
(16) Pasaron por todos los futuros balnearios que en la actualidad serian Pinamar, Villa Gesell y San Bernardo hasta que los detuvieron los cangrejales de Sanborombóm.
(17) En noviembre de 1746 se produjo el primer asentamiento cerca de Mar del Plata. Los jesuitas José Cardiel, Tomás Falkner, Matías Strobel, Gerónimo Rejón y Manuel Querini llegan a la "Laguna de las Cabrillas" hoy Laguna de los Padres en su recuerdo, y fundan la Misión de Nuestra Señora del Pilar de Puelches.

BIBLIOGRAFIA
Adaptación de la llegada de los marineros británicos a las costas de Mar del Plata en 1742. Del cuento "Los náufragos de la Speedwell" de Pablo J. Junco.
https://www.wattpad.com/500955874-los-n%C3%A1ufragos-de-la-speedwell
Carmen Channing Eberhard . “El Naufragio de la HMS Pager (1741) Sus fuentes, Ediciones y Valor Histórico”.  Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Chile. Tesis para acceder al grado de Magíster en Historia por la Pontificia Universidad Catolica de Valparaíso, Chile. Año 2015-2017. 

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